Página del Blog

Nuevas entradas de mi Blog

novela romantica martha

Ese día cuando te vi me di cuenta que eras tú, no me preguntes porqué, solo sentí esa conexión. No te conocía, pero te observaba y me gustaba verte reír,  creo que es uno de los sonidos más bonitos que he podido escuchar tú risa. Y no hablemos de tu mirada, con esos ojos que hacen que me pierda, como si fuera una galaxia. Te veo tan tranquilo, tan relajado que me produces tranquilidad y calma, pero a la vez nerviosismo cuando me rozas la mano.

Quien sabe ya me veo de tú mano, paseando por las calles, riéndonos juntos y mirándonos con complicidad, sentándonos en un banco de cualquier parque, en un lugar escondido donde nadie nos encuentre. Los dos sonriendo como tontos, uno al lado del otro casi rozando nuestras piernas, me cuentas cosas y yo te escucho, porque me gusta como las cuentas y la manera que tienes de hablar.

Mientras me acaricias la mano de vez en cuando, y te decides te acercas más y te quedas merándome, me acaricias la cara con delicadeza y miras mis labios. Los dos queremos, nuestro primer beso, nos acercamos nuestros labios lentamente disfrutando del momento, y cuando ya nos estamos rozando ocurre, un beso que parece simple pero que lo es todo. Nos perdemos en ese beso, lento y luego más rápido disfrutando cada segundo, saboreando cada instante sin ganas de que esto acabe. Y ahí nos quedamos perdidos el uno con el otro, para siempre los dos.

«En asuntos de amor, los locos son los que tienen más experiencia. De amor no preguntes nunca a los cuerdos; los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca».

Jacinto Benavente