Capítulo 1 – Helena

Novela Romántica.

Hoy es un día más, bueno es viernes y eso anima a cualquiera. Pero estoy tan cansada que ni eso… Esto de los exámenes me está matando, literalmente. Es mi último año de universidad y tengo que seguir esforzándome hasta conseguirlo. Mis padres me entienden, no son los típicos que te imponen lo imposible para sacar las mejores notas, en eso tengo suerte. Soy yo misma la cabezota, necesito dar todo de mí y eso hago, no solo en la universidad sino en mi vida.

La ducha me viene genial después de dormir solo 4 horas, demasiado estrés, con los exámenes y trabajos no he pensado en nada más. Ni siquiera he hablado casi a mi novio, el se fue a estudiar fuera. Estamos un poco distanciados, pero es normal. O eso es lo que me digo.

Me visto con unos vaqueros y una camiseta básica,  me recojo mi pelo largo negro con una coleta alta, me miro en el espejo y me doy cuenta que mis ojeras resaltan con mi piel clara y mis ojos canela, aparto la mirada y termino de vestirme, me pongo las Converse y cojo la mochila, ya estoy lista. Últimamente no me esmero mucho, estoy tan cansada que no me apetece ni pensar en que ponerme ni arreglarme mucho para ir a clases.

Escucho a mis gatos maullar y ya me alegran la mañana, les digo cosas y vienen, les encanta que les acaricie y que juegue con ellos. Siempre me han encantado los animales, pero sobre todo los gatos, insistí tanto que mis padres me los regalaron. Uno es marrón oscuro, casi negro y otro es blanco, por eso se llaman Pimienta y Sal.

Cuando entro en la cocina a desayunar algo, y me encuentro con mi madre. Esta peleándose por teléfono, seguro que alguna compañía o cosas de su trabajo.

En cuanto me ve cuelga y viene a darme un beso.

– Hola cariño, ¿Que tal has dormido? No tienes buena cara. – se me queda mirando –

– Hola mamá, bueno lo que he podido con esto de los exámenes… – la miro y sonrió – 

– Ya hija, pero tienes que descansar – sonríe- desayuna algo y coge fuerzas, me tengo que ir pero luego te veo en la comida. -me da otro beso- mucha suerte cariño.

– Gracias mamá, luego nos vemos -la sonrío-

En cuanto he desayunado algo, que no mucho porque no me da mucho tiempo, y no quiero llegar tarde ni perder el autobús, en estos días menos que nunca. Me dispongo a salir de casa e ir a la parada, donde suelo quedar con mi mejor amiga. Y ahí está Bárbara, sonriéndome porque ya me ve llegar. Y ella desde por la mañana sonriendo tan fresca, Bárbara es así. Con su pelo castaño largo, y tan alegre como siempre.

– Holaaaaaa – viene a abrazarme nada más llegar – que cara tienes amiga

– Holaa -sonrío mientras la abrazo- no te pases eh -rio- 

– Bueno cara de últimos exámenes, como la mía -ríe- ya viene el bus, vamos.

Nos montamos y hablamos de cosas de los exámenes y repasamos un poco juntas. Y cuando nos damos cuenta ya hemos llegado, nos bajamos del bus y nos vamos directas a clase tenemos examen a primera.

– Que nervios tengo tía – me dice- 

– Bueno no te preocupes seguro que aprobamos -sonrío nerviosa- 

– Eso espero amiga -sonríe- mucha suerte -me dice justo cuando entra el profesor

– Suerte -la susurro-

Después del examen ya más tranquilas porque no nos ha salido muy mal, nos vamos a la cafetería de al lado. Bárbara ve a unos amigos y vamos hacia ellos.

Están sentados en un banco Víctor que es chico más alto, con el pelo castaño, Diego que casi de la misma estatura que Víctor  pero rubio, Elsa que la más bajita del grupo y a su lado esta José que me sorprende que hoy lleva gafas y no lentillas como siempre.

– Holaa chicos – grita Bárbara- 

– Holaaa -nos saludan a la vez- 

– Holaa -les saludo sonriendo- ¿Qué hacéis?

– Nada aquí estábamos haciendo tiempo para entrar – dice Diego- hemos estado estudiando un rato Víctor y yo, y luego nos hemos encontrado con estos chavales – dice refiriéndose a Elsa y José – ¿Vosotras qué?

– Acabamos de salir de un examen íbamos a la cafetería – les digo acercándome a José – ¿y tú qué haces hoy con gafas?

– Ahora con los exámenes se me cansa mucho la vista y no puedo ponerme casi las lentillas –me mira- pero estoy igual de guapo eh – ríe-

– Claro que si José, tu siempre – le digo y nos reímos todos-

– Buenos chicos – dice Bárbara- ¿vamos a la cafetería?

– Claro, vamos – dice Elsa-

– Nosotros tenemos que entrar, tenemos también un examen ahora – me dice Víctor levantándose del banco- pero luego nos vemos -mira a Diego-  vamos tío

– Hasta luego, desearnos mucha mierda –ríe Diego- 

– Suerte y mierda chicos – dice Bárbara y nos reímos todos- 

Elsa, Bárbara, José y yo nos vamos a la cafetería. En realidad normalmente nos solemos juntar nosotros tres, y nuestra amiga Sofía que mientras nos contamos lo estresados que estamos, y la esperamos. Somos el grupito de cuatro, pero a veces nos juntamos con los chicos, ya que los conocimos en la universidad hace unos años y nos caen bastante bien.

Elsa está estudiando, pero también trabaja por las tardes o fines de semana, en un bar. Nos cuenta que esta hasta arriba, pero que no le importa ya que necesita el dinero y además es nuestro último esfuerzo para terminar. Si yo estoy estresada no me puedo imaginar ella. Como a José no se le da mal los estudios, es bastante listo y lo pilla muy rápido,  por eso ayuda a Elsa todo lo que puede. Todos intentamos ayudarnos en lo que podemos, pero José es verdad que es el que más ayuda, siempre le decimos que solo le faltan las gafas de empollón.

Estamos a punto de pedir la cuenta para irnos cuando aparece Sofía, tiene cara de enfado. Y se dirige a nuestra mesa, intentando sonreír al vernos.

– Hola chicos -nos saluda- perdona el retraso la he tenido con mi padre otra vez.

– Hola rubia -le dice José-  ¿va a ser siempre así ya o qué?

– Luego os cuento… -nos dice- bueno vosotros ¿qué tal ¿

– Bien, pero nos tienes que contar no desvíes el tema – la digo-

– Enserio, luego tienes que contarnos  -la dice Bárbara- 

Sofía asiente y la esperamos que coma algo. Seguimos hablando de las clases , exámenes y todo lo que conlleva estos días. Y un rato después salimos y  vamos a la uni, aún nos queda toda la mañana.

Después de una mañana intensa de clases con exámenes incluidos, nos volvemos a juntar a la salida con Víctor y Diego y nos hablan de una fiesta del sábado. Nosotros les decimos que puede que vayamos, ellos nos animan muy emocionados. Discutimos bastante sobre la fiesta, porque unos dicen que si otros que no, al final hemos quedado en vernos el sábado sí o sí. No sé muy bien como hemos acabado convenciéndonos, pero así ha sido, también por animar un poco a Sofía. 

Y al rato decidimos irnos a nuestras respectivas casas, no sin antes quedar. Toca noche de “chicas” ya que a José le incluimos, es una más. Además Sofía nos tiene que contar que ha pasado, no se lleva bien con su padre, y últimamente peor que nunca. Nos preocupa un poco, ya que está un poco mal con ese tema. Y así hablamos también de la dichosa fiesta.

Cuando llego a casa como con mis padres, siempre intentamos comer juntos. Y después de hablar un poco con ellos decido irme a mi habitación, necesito estar un rato en mi mundo, leyendo o escuchando música, lo que sea que me distraiga un poco. Pero nada más ponerme música y echarme en la cama me quedo dormida.

Me despierto sobresaltada, no sé ni qué hora es pero parece que he dormido una eternidad, me ha dado tiempo hasta soñar. Miro la hora, he dormido 3 horas seguidas, veo que me han hablado mis amigos, hoy vamos a casa de Elsa a dormir, fiesta de pijamas como decimos nosotros. Quedamos a las siete en la plaza para comprar unas cosas, y así vamos todos juntos.

Después de adecentarme un poco, coger una bolsa para llevarme el pijama y demás cosas, juego un poco con mis gatos y les digo que mañana vuelvo a casa. Voy a despedirme de mis padres que están en el salón, me dicen que tenga cuidado y esas cosas de padres con sus respectivos besos. Y me voy pitando porque llego justa como siempre, y Bárbara me estará esperando en la esquina de mi calle ya que ella vive cerca de mi casa.

– Hola guapa – me dice-

– Hola, tu sí que estas guapa – rio- venga vamos que nos van a matar

Estamos de camino a donde hemos quedado, y vemos a Diego, viene de frente y parece que tiene prisa casi ni se da cuenta de nosotras. Siempre suele ir con sus cascos, sus pantalones desgastados su pelo alborotado y las manos en los bolsillos.

– Hola Diego – le saludamos al unísono-

– Ey chicas, no os había visto – nos dice sorprendido –

– Ya hemos visto – rio- ¿dónde vas con tanta prisa?

– He quedado con estos y llego tarde – ríe- y vosotras ¿Qué?

– También hemos quedado y llegamos un poco tarde- me mira mi amiga- gracias a esta tardona –reímos-

– Buenos pues pasarlo bien chicas, mañana nos vemos ¿no? – sonríe-

– Claro que si rubio – contesta Bárbara – no lo dudes

– Eso esperaba – sonríe- chao – dice mientras se va –

– Adiós – decimos-

Seguimos andando mientras hablamos de la fiesta de mañana, Bárbara está muy emocionada y me contagia su emoción. Ya estamos llegando a la plaza y vemos a las chicas y José. Nos acercamos a ellos y nos saludamos, intentamos decidirnos porque cena comprar y pasamos al súper. Después de pelearnos y comprar más fritos y refrescos que otra cosa, nos dirigimos a casa de Elsa. Vamos a su casa porque vive sola, bueno con una compañera que no aparece apenas y menos los fines de semana. Se independizo porque no aguantaba convivir con su madre, nunca se han llevado muy bien pero desde que su padre murió fue a peor.

– Me encanta esta casa, la siento como mía – dice Bárbara-

– No será porque nos pasamos aquí demasiado tiempo –rio-

–  Puede ser sí, yo creo que Elsa me adopta un día – sonríe –

– Por mí encantada, mejor que mi compañera… – ríe-

– Oye chicas, vamos preparando las pizzas y eligiendo películas – sonríe José- me encanta el plan.

– Venga vamos – dice Elsa- vosotras elegir peli.

– Ven Sofía vamos a ver qué peli podemos ver – la cojo del brazo- hoy eliges tú.

– Vale pero ayudarme – nos dice-

Nos ponemos a buscar películas, yo más bien observo que Sofía está demasiado callada y miro de reojo a mi mejor amiga. Sé que ella piensa lo mismo e intenta animarla, pero parece un poco imposible aunque de vez en cuando saca alguna sonrisa.

Cuando ya hemos elegido por fin una película, Antes de ti una de mis favoritas y después veremos Los juegos del hambre. José y Elsa traen comida, refrescos y las pizzas y nosotras les ayudamos. Nos sentamos y nos ponemos a comer mientras vemos la película.

Después de ver la primera película y estar llenísimos decidimos que es el momento de ponernos los pijamas, y hablar con Sofía. Nos acomodamos en el sofá y algunos en el suelo con cojines y como no José se decide a sacar el tema.

– Bueno Sofía creo que ha llegado el momento de que nos cuentes que ha pasado con tu padre –la mira- te noto como si estuvieras en otro mundo y me preocupa

– Puf, es difícil para mí pero os lo tengo que contar…- nos dice sin apenas mirarnos- no quiero daros pena, esto no es de hoy ni de ayer, mi padre lleva como un mes muy nervioso. Al principio no me daba mucha cuenta, pero luego me fui dando cuenta que mi madre estaba más nerviosa de lo normal, hasta un día me di cuenta de los moratones que tenía en los brazos. Pensé que se había golpeado con algo, pero luego le vi en las piernas, y… la última que ya sí que me asusto fue el ojo morado. – Nos mira triste – La pregunte pero ella solo me decía que se había dado un golpe que últimamente estaba un poco torpe, pero su mirada de miedo me asusto. Mi padre cada vez estaba de peor humor, gritando y vi como levantaba la mano a mi madre. El otro día, casi me pega a mi…- se le escapa unas lagrimas-

La abrazamos, no nos esperábamos esto, estamos todos sin palabras pero tenemos que estar con ella y apoyarla, ayudarla en lo que sea necesario. Cuando ya se le ha pasado un poco y está más tranquila, comenzamos a hablar con ella.

– No me esperaba esto, de verdad lo siento- le dice Elsa- sabes que nos tienes aquí para lo que sea – la coge la mano-

– Lo sé y gracias – nos mira- es difícil esta situación, no sé qué hacer.

– Ya pensaremos algo, pero no puedes dejar que esto siga – la digo- ni tú ni tu madre podéis aguantarlo.

– Tiene razón Helen, hay que hacer algo – le dice Bárbara- pedir ayuda, denunciarlo..

– Mi madre no quiere, ya se lo he dicho pero se niega – nos dice con tristeza-

– Encontraremos una solución, ya lo verás no voy a dejar que sigáis así tenlo claro – dice José cabreado-

– Hay otra cosa, creo que… – se le atascan las palabras- creo que mi padre se ve con otra mujer.

Nos miramos unos a otros, no sabemos muy bien que decir, pero nuestra amiga está en una situación muy difícil y tenemos que ayudarla. Intentamos calmarla como podemos, la damos cariño y hablamos con ella. No está segura cien por cien de que se vea con otra pero lo intuye, la animamos y decimos que puede que no sea así. Bárbara que se la da muy bien sacar sonrisas no para de decir tonterías, incluso le saca el tema de la fiesta para animarla. Ella se niega, no quiere ir por su madre, pero tampoco quiere estar en casa. Se siente entre la espada y la pared.

Ya no vemos más películas, decidimos irnos a dormir después de conseguir animar un poco a Sofía. Aprovecho cuando me meto en la cama y escribo a Oscar, pero espero un rato y no contesta. Para hacer tiempo reviso las redes sociales, últimamente las tengo abandonadas. Y de repente veo una foto de Oscar, la ha subido hace unos minutos, en la foto se nota que está de fiesta, sale el con unos amigos y amigas. No le doy importancia porque sé que ha hecho amigos allí, solo me quedo mirando la foto porque le veo contento en ella y ya no sé si es imaginación mía pero me parece ver que a su lado sale ella. Y eso si que no me lo esperaba, que hace allí y porque está con él. No entiendo nada, no puedo creerlo por más que miro la foto.

novela romántica
No te pierdas los siguientes campitulos de mi novela romántica.

2 respuestas a «Capítulo 1 – Helena»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *