Capítulo 14 – Izan

Aquí le tengo delante de mí con una navaja amenazándome y yo quieto esperando una respuesta por su parte, un poco acojonado pero con ganas de que hable de una vez. Me mira con una sonrisa burlona, intentando intimidarme con una navaja en la mano y con otra escondiendo algo, que al final puedo distinguir como un puño americano.

-Visto lo visto, porque lo he visto –me dice- estas saliendo con esa chica, si la preciosidad del cabello negro.

-No estoy saliendo con nadie, es solo un lio –le contesto asqueado-

-Ya claro, ¿me lo tengo que creer? –se ríe-

-Deberías porque es la única realidad, y ahora dime qué quieres –le contesto intentando terminar lo antes posible con esta conversación –

-Como ya sabes hacemos carreras con coches, ¿lo sabes no? –hace una pausa y continua hablando sin dejarme contestar- si, como los viejos tiempo. Me acuerdo cuando éramos colegas lo mucho que te gustaba. –me dice sin dejar de mirarme-

-Ya no me va –le contesto-

-Pues el trato va así –me dice-

-¿Y si me niego? –le reto-

-Es así de simple, o vuelves conmigo o habrá consecuencias –me dice serio- ya me conoces.

-No toques a los míos –le digo cabreado-

-Pues cumple con el trato –me contesta- mañana a esta hora en este lugar quiero una respuesta y no intentes jugármela, sabes que voy a ganar.

Tardo en irme a casa, doy vueltas y vueltas pero por más que pienso no me queda otra. Tengo que aceptar lo que me pide, sino se que es capaz de lo que sea solo para joderme, le conozco muy bien. Por desgracia fuimos colegas hace un tiempo, pero acabo mal y ahora tener que volver con él me jode, pero más me jodería que tocara a alguno de los míos, eso sí que no lo voy a permitir.

Lo primero que hago es informar a los chicos de lo que ha sucedido y sacarlos de dudas de quien es el desgraciado. Estamos en casa todos, Víctor, Diego, Jorge, Iván y yo. Hablamos todos, me dicen que no lo haga que me ayudaran que hay que pensar algo, pero saben que con él no se juega, no es trigo limpio.

-Joder tío, vaya mierda –suelta Víctor-

-No pasa nada, acepto hago lo que sea y quedo en paz con él –les digo-

-Sabes que no será tan sencillo, tú le conoces mejor que nosotros –me dice Jorge-

-Lo sé, pero es lo único que puedo hacer ahora mismo –le contesto-

-Mira que acepte y vemos que va pasando, Izan sabe moverse por ese mundo no es la primera vez –dice Iván- además si hace falta voy contigo-

-Gracias tío pero tranquilo de momento con que me meta yo es suficiente –contesto-

-Vamos y le damos una paliza y listo, joder –dice Diego cabreado-

-No, eso hizo y mira como están las cosas –contesta Víctor por mi-

-Ya esta chicos, así quedamos y os mantengo informados –les digo convencido-

-Está bien, pero nos informas de todo cualquier cosa ya sabes –dice Jorge-

-Si tranquilo –le confirmo-

Nos tomamos unas cervezas más, y luego se van todos dejándonos solos a Iván y a mí. Mi colega se queda en el salón, pero yo cansado me voy a mi habitación. Le mando un mensaje a Helena, la digo que es quien creía y que no podemos vernos, por el momento lo mejor es que estemos alejados. Ella no hace más que preguntarme, pero incapaz de contarle la verdad le contesto que estoy bien y que si pasa algo la informaré.

Al día siguiente tengo más claro en la mierda que me estoy metiendo, es como volver al pasado, huir de la policía meterme en líos, peleas, la misma mierda. Me estoy fumando un cigarro cuando me suena el móvil, miro la pantalla y es un número desconocido.

-Quien es –contesto cuando descuelgo-

-Hola Izan –me contesta una voz que reconozco-

-¿Qué quieres ahora? –le digo-

-No puedo verte luego, me han surgido unas cosas –me contesta-

-Si tienes cosas más importantes podemos dejar este asunto –le digo-

-No tendrás esa suerte viejo amigo –se rie- lo zanjamos ahora. Dame una respuesta y ya esta, es sencillo. ¿Aceptas venir conmigo?

-Acepto –suspiro- no me queda otra.

-Perfecto, espero que te animes, ya sabes que te lo vas a pasar muy bien –me contesta-

-Lo que digas –contesto-

-Lo primero que vas a hacer, esta noche te reúnes conmigo en el lugar de siempre. Quiero decir, donde siempre quedábamos ¿recuerdas?-

-Si –le digo mientras me vienen recuerdos a mi cabeza-

– A las 23 horas te espero, no me falles –me dice y cuelga-

Cabreado le doy una patada a lo primero que pillo, y hago que la silla se estampe contra el suelo.  Armo tal jaleo que mi amigo Iván sale asustado de su habitación, y entonces me doy cuenta de que no estaba solo. Me abraza porque siento destrozado, porque sé lo que me espera a partir de ahora, y también que me tengo que distanciar de personas que no quiero y en concreto de ella.

Me paso el día trabajando e intentando no pensar en lo que me espera por la noche, me pongo música mientras estoy en el almacén, estoy tan en mi mundo que no me entero de que se acerca Jorge hasta que me da en el brazo y por poco me mata del susto.

-Tío quieres matarme eh –le digo-

-Casi –me dice riendo-

-¿Qué pasa?- le pregunto-

-Nada que ya es casi la hora de cerrar, ¿te queda mucho? –me dice él-

-No ya estoy terminando, pero no me esperes que tengo plan –le digo-

-¿Se puede saber el plan? –se me queda mirando-

-No se puede –le contesto-

-Anda ya –me dice y le suena el móvil- espera un momento

Se aparta para hablar por teléfono mientras yo sigo colocando unas cosas, cuando cuelga me dice que es su hermana que le necesita para algo, y le digo que se vaya que termino y cierro. Y eso hago cierro, y después me dirijo al sitio donde he quedado con Cristian, me pilla un poco retirado por lo que voy bien de tiempo.  Me meto por unas calles estrechas para llegar mejor a mi destino, con mi música a tope para no pensar mucho y en un rato me planto allí.

Desde el principio de la calle veo a tres personas,  según me voy acercando distingo a Cristian y a dos chicos más que también conozco. Están hablando entre ellos pero desde aquí no les puedo oír bien, pero se ríen mucho. Cuando ya estoy casi donde ellos me ve uno de los chicos que si no recuerdo mal se llama Germán y esté enseguida avisa a los otros, me miran y una sonrisa se les dibuja en la cara, todo lo contrario a mí.

-Hombre mirar a quien tenemos aquí –dice Cristian entusiasmado-

-Pensábamos que estaba de coña –dice Germán dirigiéndose a mi-

-Aquí estoy –digo secamente-

-Y nos alegramos de ello –dice Cristian-

-¿Qué quieres? –le digo-

-Nada amigo, charlar un rato ya que tenemos un asunto importante que comentarte-contesta Cristian-

-Dime de qué se trata –le digo-

-Venga Matías te concedo el honor- dice mirando a su amigo-

-Resulta que en unas semanas empieza una apuesta grande, y seguro que estas interesado –me mira este- se que te gustan los coches, y esta por medio una carrera.

-¿Y yo qué gano con eso? –miro a Cristian-

-Es muy simple, tú haces lo que te digo y nadie sufrirá ningún daño –me dice-

-Y me tengo que fiar ¿no? –le digo-

-Deberías, ya te lo aseguro. Solo quiero tenerte de vuelta una temporada, eres muy bueno conduciendo y sé que no te viene mal el dinero –me dice-

-¿Me quedaría parte de la pasta si gano? –le digo-

-Ten por seguro que no te irás con las manos vacías –me contesta- te veo dudoso, pero no importa te doy unos días, aunque te conviene hacerme caso ¿o quieres sabes lo que puede pasar?

-Tranquilo,  lo haré no tienes que hacer nada –le digo conteniéndome-

-Así me gusta, como en los viejos tiempos, juntos –me dice y se ríe-

Me explica un poco donde va a ser, también me comenta que me conseguirá un coche que me puede interesar, además no para de decirme que me estará vigilando de cerca, que no me ande con tonterías. Yo intento mantener la calma, empieza a hablar del día que le di la paliza, y se ríe como un enfermo, si no le conociera me daría hasta miedo. Los otros dos le siguen el juego, todo va medianamente bien hasta que empieza a hablar de ella y eso ya me pone en alerta. Le aseguro que es una chica más, que ya sabe que ahora solo busco rollos y no me interesan las relaciones, intento hacer que se olvide del tema y por ahora parece que lo deja a un lado.

No me hace gracia meterme en lio, pero no ha sido tan malo como pensaba, aunque puede que este sea el principio y aun queden cosas peores que aguantar, con Cristian nunca se sabe. La situación para mí ha sido incomoda, casi que se estaban riendo de mi en mi cara, sobre todo cuando han nombrado a Helena, pero he aguantado como he podido para no perder la poca calma que me queda.

Al llegar a casa veo que Iván ya ha llegado, no me había dado cuenta de lo tarde que era, después del mal rato me he ido a dar una vuelta. Me cojo una cerveza y me siento en el sofá a su lado, creo que lo mejor que puedo hacer es contarle que he visto a Cristian y todo lo más. Una vez que he acabado de hablar el suspira y me mira, sabe en lo que me estoy metiendo, pero también sabe que no me queda otra.

-Me tienes aquí, si necesitas ayuda –me dice-

-Gracias tío –le contesto-

Me levanto algo mejor, el cansancio acumulado ha hecho que duerma mejor pero aun así no ha sido suficiente. Saco a Charly antes de ir a trabajar, hoy mi amigo va más tarde y le dejo que descansé. Después de tomarme mi café, ducharme y prepararme para irme a trabajar, veo un mensaje de Helena pero lo ignoro, contra menos contacto mejor me digo a mi mismo.

Paso la mañana como siempre en el almacén, hasta que viene Jorge y me invita a desayunar, me sonsaca un poco lo que hice anoche, pero le oculte detalles que es mejor que no sepa, bastante que lo sabe Iván y el motivo es simple, él ha estado en ese ambiente.

Jorge se cabrea un poco por no habérselo contado, me dice que ya no le cuento las cosas, que no quiere que acabe como en el pasado y que me puede ayudar, es un cabezota y no quiere entrar en razón. Pero consigo cambiar de tema y hablamos de otras cosas, como que ayer su hermana se quedo tirada con el coche y por eso tuvo que ir él, se ríe contándomelo y al final con la tontería me contagia la risa, es de agradecer los momentos así y más con lo que se me viene encima. Me pregunta por Helena, pero le desvió un poco el tema no me apetece hablar de ella, y le digo que lo mejor es que se quede así.

Termino mi jornada, pero antes veo unos mensajes de Víctor diciéndome que ha estado con las chicas y que tiene que contarme una cosa, que le avise y viene a casa. Voy a contestarle que vaya en un rato pero no me da tiempo, se enciende mi pantalla y veo una llamada de Cristian.

-¿Qué pasa? –le digo al descolgar-

-Ni un ¿Hola? Que mala educación amigo-me dice y se rie-

-Hola –le digo seco-

-Así mejor, mira te voy a pasar unos datos con el coche que te comente y el tipo que lo vende, si te interesa solo tienes que decirle que vas de mi parte y no tendrás problema –me dice-

-Vale lo miraré –le contesto-

-Un gracias estaría bien, pero a ti te lo perdono. Ahora lo tendrás –me dice y me cuelga-

Veo que me ha mandado los datos, luego lo miraré tranquilamente, cuando voy a contestar a Víctor veo que he recibido otros mensajes de Helena, los leo parece preocupada, pero puedo imaginarme que de eso me querrá hablar mi amigo y cierro el chat.

Llaman al timbre, abro la puerta a Víctor que ha llegado antes de lo que esperaba y con Diego, parece agobiado por su cara. Les digo que se sienten mientras saco unas cervezas, una vez estamos todos acoplados en los sofás y con nuestras respectivas cervezas Víctor comienza a hablar, nos cuenta que una de las amigas de las chicas ha desaparecido, no da señales de vida.

Sus amigos están muy preocupados, vieron póliza y una ambulancia en su casa y el padre no les dice nada. Me preguntan si puede ser que esté relacionado con Cristian, pero si me pongo a pensar por un lado diría que no pero por otro podría ser, ya que con este tío nunca se sabe. Nos ponemos a divagar, cada uno dando nuestra opinión y yo les cuento el encuentro con Cristian pero sin detalles, les prometo que intentare averiguar si tiene que ver con el lo de Sofía.

Estamos un buen rato hablando, a nosotros también nos preocupa lo que está pasando con la chica, y yo me pongo a pensar que quizá Helena se ha querido poner en contacto conmigo por esto mismo, debe de estar muy nerviosa. Pero es mejor así, no quiero que Cristian tenga su nombre en la boca, tengo que hacer que se olvide de ella y los demás. Entre cerveza y cerveza, pedimos la cena todos pensamos que unas pizzas están bien, de vez en cuando veo a Víctor hablar por el móvil, le tengo a mi lado y puedo ver que se trata de Bárbara. Le veo tan ilusionado y contento, que a veces me da envidia pero de la buena, la verdad que me alegro mucho por él.

Llaman a la puerta, Iván convencido de que es la pizza abre la puerta pero cuando voy a ir a ayudarlo veo que se trata de Bárbara y Helena. Sorprendido tanto como mi amigo o más, no sé cómo reaccionar, por un lado me alegro mucho de verla pero por otro no tanto. Pensar que puede que las hayan seguido, o que las pasé algo por venir aquí donde yo vivo, por juntarse conmigo, me pone malo. Y como soy así de impulsivo, cuando están ya dentro y Víctor viene a saludar a su novia, cojo a Helena del brazo para apartarla un poco.

-¿Qué haces aquí? –la digo-

-He venido para acompañar a mi amiga –me dice sorprendida por mi reacción-

-Te dije que no podemos vernos, y va muy enserio –la digo un poco brusco-

-No pasa nada, no he venido a verte he venido con mi amiga porque está aquí su novio, que por casualidad también es tu amigo –me dice ella un poco cabreada-

-Me da igual, es peligroso ya te lo dije –le digo seco y me voy donde están los demás-

-¿Qué pasa las has invitado? –le digo a Víctor que está solo en la cocina-

-No, solo le comenté que estaba en tu casa hablando del tema, ha venido porque estaba preocupada y eso-me contesta-

-Pues no me hace gracia –le digo-

-¿Pero qué te pasa tío? No te pongas así –me dice él-

-¿Y tú tan tranquilo? –le digo y me voy al salón-

Me quedo de pie escuchando la conversación, las chicas están explicando más detalladamente lo que ha pasado con su amiga y siguen sin saber nada más. Me fijo bien en Helena, tiene mala cara se la nota cansada y preocupada, en ese instante la abrazaría pero no, me mantengo donde estoy y Víctor se sienta con los demás.

Al final llega la cena y cenamos todos, pero Diego se va porque tiene prisa. Yo no puedo apartar la vista de ella, aunque lo intento pero su manera de hablar y sus gestos me llaman la atención constantemente. Pasa un rato e Iván se va a dormir, mañana madruga y está cansado, nos quedamos los cuatro y mientras hablamos no sé cómo me lían que acabo ofreciéndome a acompañar a Helena a casa, no debería se que no pero no voy a dejar que se vaya sola, y los otros dos se que tienen sus planes.

Llegamos casi a su casa, no hablamos demasiado solo el tema de su amiga, pero poco más, es mejor así aunque yo no paro de pensar en las otras veces. Esos recuerdos que tengo con ella los revivo cada día, estoy jodido porque me tiene pillado pero esto no puede ser, no en esta situación. Cuando estamos en su puerta me ofrece pasar a su entrada, me dice que así no corremos peligro de que nos vean en la calle, pero seguro que ya nos han visto, o espero que con suerte no, aun así entro.

-Helena sabes que posiblemente nos hayan visto-la digo-

-Pero puede que no –me contesta ella-

-Bueno ahora descansa, debes de estar agotada –la digo mirándola-

-Si la verdad no duermo bien, y hoy será igual –me dice agachando la cabeza-

-Eh, mírame, todo esto pasará. Seguro que tu amiga está bien –la digo mientras veo que se le escapan lágrimas-

-No puedo parar de pensar cosas malas -me dice secándose las lágrimas-

-Intenta pensar cosas alegres y bonitas, seguro que tienes –la digo intentando animarla y ella me abraza sin yo esperarlo-

-Gracias por acompañarme –me dice mientras se separa-

-No las des, ahora intenta dormir yo me voy –le digo un poco nervioso-

-Si sabes algo por favor dímelo –me dice-

-Si no te lo digo yo, te lo dirá otra persona, pero sí tranquila –la contesto-

-¿Por qué me evitas? –me pregunta mirándome seria-

-Porque es mejor así, ya te lo dije-la contesto-

-¿Es por todo esto o por algo más? –me pregunta-

-Por esto ya lo sabes –la digo-

-Pues parece como si no sintieras lo mismo ya, no sé estas raro –me dice ella-

-No es eso, pero es mejor así, yo no soy de tener novia –la digo mientras me arrepiento al momento, pero me repito que es lo mejor-

-Ya, claro –me dice ella enfadada-

-Hazme caso, es mejor así. No te pido que me olvides, o qué olvides lo vivido porque yo no lo haré, pero haz tu vida porque no te voy a pedir que me esperes, no te lo mereces –la digo mientras me quemo por dentro-

-Vale no te voy a insistir, como quieras pero no me parece justo –me contesta-

-La vida no es justa Helena, cuídate y cualquier cosa nos avisas –la digo y me doy la vuelta para irme, mientras escucho su adiós-

Cuando salgo a la calle después de dejar allí en su casa, siento un nudo en el pecho, en el fondo no quería decirla eso, pero sabía que tenía que hacerlo y no hay vuelta atrás. Siento como que la he perdido, pero se merece vivir su vida no puedo pedirla que me espere, no la puedo prometer que estaremos juntos pronto, no quiero engañarla de esa forma, haciéndola falsas ilusiones. Es mejor así, cada uno por su lado haciendo su vida, seguro que sin mí y si mis movidas esta mejor, solo quiero apartarla de toda esta mierda y la mejor manera es alejándola de mi.

Recomendaciones – La Chica de Nieve

La Chica de Nieve - JAVIER CASTILLO

reseñas JC

Javier Castillo es un escritor español de Málaga nacido en 1987.

Antes de ser escritor era Asesor financiero, la primera novela que escribió en 2014  “El día que se perdió la cordura”  fue publicada primero en una plataforma electrónica (Kindle Direct Publishing) antes de la respuesta de las editoriales. El existo que tuvo en la plataforma consiguió que varias editoriales quisieran ofrecerle su edición, y se publico en papel en 2016 en la editorial Suma de Letras.

Ahora mismo consta de cinco libros publicados, y dentro de poco tendremos el sexto.

Sinopsis

Nueva York, 1998, cabalgata de Acción de Gracias. Kiera Templeton, desaparece entre la multitud. Tras una búsqueda frenética por toda la ciudad, alguien encuentra unos mechones de pelo junto a la ropa que llevaba puesta la pequeña.
En 2003, el día que Kiera habría cumplido ocho años, sus padres, Aaron y Grace Templeton, reciben en casa un extraño paquete: una cinta VHS con la grabación de un minuto de Kiera jugando en una habitación desconocida.
Tras vender más de 650.000 ejemplares de sus anteriores novelas, Javier Castillo vuelve a poner en jaque la cordura con La chica de Nieve, un oscuro viaje a las profundidades de Miren Triggs, una estudiante de periodismo que inicia una investigación paralela y descubre que tanto su vida como la de Kiera están llenas de incógnitas.

Recomendaciones – El Vuelo de la Mariposa

El Vuelo de la Mariposa - DAVID OLIVAS

recomendaciones DO

David Olivas es un escritor de Albacete (Castilla la Mancha) nacido en 1996. También fotógrafo y director de cortometrajes en español.  En la actualidad ha publicado cuatro libros siendo el último “El vuelo de la mariposa”

.En 2019 alcanzó el primer puesto en el reallity de fotografía, emitido por la plataforma Movistar+, convirtiéndole en uno de los fotógrafos callejeros más conocidos de España.

Sinopsis

«Aquí se encuentra esa delicada arquitectura que supone el reencuentro con uno mismo: una novela que es una invitación a la vida.» ROY GALÁN

«Cuando pienso en lo feo que parece a veces el mundo, veo cómo queda bajo el ojo de David Olivas y se me pasa.» RAYDEN

A veces, el amor es más fuerte que el destino. Y el destino es generoso con quienes lo merecen. Después de la muerte de su gran amor, Julia piensa que su vida también ha terminado. Pero su viaje no ha hecho más que empezar. Y es que el destino puede cambiar en unos segundos y ofrecerte una nueva oportunidad para ser feliz. La tragedia ha golpeado a Julia donde más duele: en el corazón. Rota por la pena, regresa al pueblo de su familia, cerca del mar, para intentar sanar de las heridas en compañía de los suyos. Allí descubre la correspondencia entre sus abuelos, Miguel y Candela, separados hace años cuando él tuvo que emigrar a Alemania, donde falleció repentinamente. Ahora que su abuela está enferma, Julia decide seguir las pistas de las cartas para conocer la verdad sobre la muerte de su abuelo. Pero lo que descubrirá será mucho más sorprendente de lo que piensa, un secreto capaz de dar un vuelco a su existencia y abrir por fin la puerta a la esperanza.

Recomendaciones – ¿A qué Estas Esperando?

¿A que estas esperando? - MEGAN MAXWELL

mw a que estas esperando

Escritora española de novela romántica nacida en Núremberg 1965. También publica novelas del subgénero romántico Chick lit.

Hija de madre toledana y padre estadounidense, se vino a España a una temprana edad y se traslado con su madre en Madrid. Estuvo trabajando como secretaria en una asesoría jurídica durante varios años, hasta que su hijo enfermó y se dedico a cuidarlo. Como tenía más tiempo empezó a escribir novelas románticas, realizó un curso de literatura y publicó su primer libro.

Sinopsis

Can Drogo, piloto e hijo del dueño de la empresa aeronáutica High Drogo, es un hombre alto, guapo, adinerado, simpático… Puede elegir a la mujer que desee, y aunque disfruta de esa «magia especial» con la que le ha dotado la vida, en su interior siente que todas lo aburren.

Por su parte, Sonia Becher es la mayor de cuatro hermanas y la propietaria de una empresa de eventos y de una agencia de modelos.

Can ve en ella a una chica divertida, atrevida, sin tabúes, con la que se puede hablar de todo, incluido de sexo, pero poco más, pues considera que no es su tipo. Hasta que un día las sonrisas y las miradas de la joven no van dirigidas a él, y eso, sin saber por qué, comienza a molestarlo.

¿En serio Sonia va a sonreír a otros hombres estando él delante?

Sexo. Familia. Diversión. Locura. Todo esto es lo que vas a encontrar en ¿A qué estás esperando?, una novela que te hará ver que, en ocasiones, tu corazón se desboca por quien menos esperas sin que puedas frenarlo.

Capítulo 7 – Helena

En cuanto ella nos mira y se da cuenta de quien somos, se sorprende pero no pasa de largo, al contrario se queda parada y nos mira a mi amiga y a mí, con una sonrisa en la cara. Esa sonrisa que no podría ser más fría y falsa, como ella misma. La miro bien y esta como vi en la foto, con el pelo largo casi rubio y esos ojos claros que aun recuerdo.

-Hola –nos saluda Claudia sonriendo- cuanto tiempo –nosotras nos quedamos sin saber que decir pero reacciono-

-Hola –la contesto secamente-

-Que alegría veros –nos suelta y nosotras sabemos que es una mentira más- no sé si sabes que he venido gracias a tú novio –dice ella refiriéndose a mi-

-No, no lo sabía – la digo un poco desconfiada- ¿le conoces?

-Más que eso, somos muy amigos –me dice tocándose el pelo- es un tío increíble.

-Venga sois amigos ¿y qué más? –habla Bárbara al fin- No te creo.

-Pues deberías, sino preguntarle a él –contesta y saca el móvil y nos muestra unas fotos en diferentes lugares y días- ¿ves?

-¿Y qué haces con mi novio?-le digo cabreada-

-Pienso que es mucho para ti Helena, le he conocido bien y no pegáis – dice ella sonriendo-

-Eres una zorra –le dice Bárbara- no te acerques a Oscar y déjales en paz, sabes que sobras y que Helena vale millones más que tu – la señala-

-No digas tonterías –dice con una risa falsa- él tiene derecho a elegir con quien juntarse.

-Y tú no tienes derecho a meterte en mi relación –la suelto  y me acerco más a ella- más vale que le olvides y te busques otro juguete.

-¿Me amenazas? –me dice poniéndose seria- yo hago lo que quiero con mi vida.

-Pues céntrate en tu vida y no en la vida de las demás –le dice mi amiga cabreándose más-

– Sois unas niñatas –nos sueltas mientras sigue su camino- adiós.

-Y tu una estúpida –le suelta Bárbara- que te den – y nos quedamos ahí paradas-

No entiendo nada, mi amiga me abraza, bueno en realidad nos abrazamos las dos, encontrarnos con Claudia es lo peor que nos ha podido pasar. Pero aun peor lo que me temo que está pasando con Oscar y ella, y ya sí que mi cabeza va a explotar. No sé si llorar, gritar o ir a arrancarle los pelos a los dos. Pero antes de eso tendré que dejar las cosas claras con él, que aun sigue siendo mi novio, pero no sé por cuánto tiempo más.

-Amiga esta es una víbora, pero de las malas –dice Bárbara- esperemos que no sea la misma situación, que sean solo amigos sino los dos van a salir mal parados.

-Gracias por todo, no sé que estará pasando pero esto se va a acabar en cuanto termine los exámenes –la contesto y  empezamos  a andar, entonces oímos de repente  alguien a nuestro lado-

-Hola chicas –nos giramos y vemos que nos saluda Izan-

-Anda hola otra vez–le dice Bárbara-

-Hola –le saludo un poco seca-

– ¿Qué hacéis? –nos pregunta-

-Em… –empiezo a decir- Nada, estábamos yendo a casa.

-Sí, estamos un poco cansadas de los exámenes –dice Bárbara mirándome-

-Claro-nos dice – ¿por dónde vivís? – me sorprende la pregunta y que se interese por nosotras-

-Pues no muy lejos de aquí –dice Bárbara- por donde te encontramos el sábado…. –le mira-

-Ah, ya –dice pensativo, seguro que recordando lo que pasó- bueno, si queréis os acompaño yo también voy por allí –nos dice-

-Vale, como quieras –le contesto-

-Si no te pilla mal –dice mi amiga- pues vamos juntos.

-Sin problema – no dice y empezamos a andar los tres-

No entiendo porque nos acompaña, está siendo un día raro, pero mientras andamos siento que me mira de reojo, lo noto. Pero yo sigo mirando el móvil, no me apetece hablar y así me hago la ocupada. Lo que sí sé es que esta más animado que antes, le noto más diferente, bueno no le conozco apenas, será que le empiezo a conocer y no es normalmente tan borde y seco, pero este Izan me gusta más.

Estoy con mis pensamientos, cuando miro hacia delante porque veo que Bárbara baja el ritmo, y está ahí el que faltaba, y con el que menos ganas tengo de hablar porque sé que lo voy a mandar a la mierda, y Oscar tan sonriente viene hacia nosotros.

-Hola guapas- nos saluda a mi amiga y a mi pasando su mirada por Izan-

-Hola-le digo secamente mientras Bárbara tira de mí para irme-

-Oye, ¿dónde vais? –nos para él- que prisa.

-Tenemos prisa sí-dice Bárbara-

-Pues no sé porque –sonríe- ¿no puedo saludar a mi novia?-dice mirándome –

-No tengo tiempo Oscar, ya lo hemos hablado –le contesto- nos tenemos que ir, vamos Izan –le digo mirándole-

-No me lo presentas ¿o qué? –dice Oscar-

-No hace falta, tenemos prisa –insiste Bárbara, pero cuando vamos a pasar por su lado me coge del brazo y me empuja hacia él-

-¡Qué haces! –le digo soltándome- déjame en paz.

-¿y mi beso?- me dice acercándose y le miro con asco-

-Que te lo dé otra, bueno seguro que ya te lo ha dado –le suelto y él me vuelve a coger del brazo cuando ve que me voy a ir-

-Que dices Helena –me dice enfadado- estás loca ¿o qué?

-No estoy loca, suéltame – le digo intentando librarme de él-

-Estos celos no te llevan a ningún lado cielo –me dice sin soltarme-

-Oscar déjala- le dice Bárbara al ver que no me suelta-

-Tú no me dices lo que tengo que hacer –dice él cabreado y me agarra más- Y tú te quedas conmigo, tenemos que hablar.

-No tengo nada que hablar –le contesto mientras intento soltarme- me haces daño –le digo-

-Cállate y ven conmigo –me insiste-

-Déjala en paz gilipollas –salta Bárbara-

-Eh, déjala –dice Izan que hasta ahora se había quedado al margen-

– Eres un capullo – le digo ya cansada cuando veo que no me deja y me suelta pero en ese momento me da una torta en la cara que no me esperaba para nada, nunca me ha puesto una mano encima-

-Eres una niñata –me dice él cabreado- ala vete.

Me tapo la cara donde me ha dado, me duele y no me creo que el chico que es, bueno era mi novio me haya pegado. No me doy cuenta de lo que ha ocurrido hasta que no escucho el golpe de Izan en la cara de Oscar, reacciono porque mi amiga empieza a separarlos y yo también agarro a Izan para que no siga. 

Oscar después del golpe se ha quedado parado soltando de todo por su boca, y cuando va a pegar a Izan este reacciona rápido y  le coge de la camiseta.

-Como le vuelvas a poner un solo dedo encima, esto será poco -le dice con rabia-

-Quien cojones te crees que eres -le contesta intentando zafarse-

-Suéltale –le digo- vamos, no merece la pena –tiro de él y parece que reacciona porque le suelta-

-Espero que te haya quedado claro –le dice antes de darse la vuelta e irnos, mientras Oscar se queda allí descolocado-

Cuando ya hemos andando un poco, bastante callados los tres, Izan se para de repente y nosotras hacemos lo mismo.

-Chicas lo siento –nos dice- Helena ¿estás bien?

-Sí, gracias –le contesto- estoy mejor tranquilo.

-Vamos os acompaño –nos dice y comienza a andar, Bárbara y yo le seguimos-

Ninguno de los tres hemos dicho una palabra, estábamos cada uno con nuestros pensamientos, no sabíamos que decir, se notaba. Me fije en sus movimientos al andar, se le veía un poco tenso, y en como aminoraba el paso cuando veía que nos quedábamos atrás.

Acompañamos primero a Bárbara pilla antes que mi casa, nos despedimos y la digo que luego hablamos. Izan y yo seguimos el camino hacia mi casa, vamos callados, yo con mis pensamientos y él no se imaginó que con los suyos. 

Cuando llegamos a mi casa me quedo parada sin saber muy bien qué hacer, si darle las gracias o no sé. Ha sido todo tan surrealista que aun no me lo creo.

– Bueno ya hemos llegado a mi casa -le digo al fin- gracias 

– No es nada -me dice mirándome- ¿Estás bien, te duele? -y veo que está mirando mi mejilla y que levanta una mano con la intención de tocarla pero la detiene-

– Me duele -le digo- pero se pasará.

– No entiendo cómo ha podido tocarte, tratarte así -me dice cabreado- ¿Enserio estás con él?

– Sí, bueno estaba -contesto conteniendo las ganas de llorar y la rabia acumulada-

– Eh -me dice cuando bajó la cara y me abraza y ahí es cuando mis lágrimas empiezan a salir- no llores tranquila -escucho que me dice antes de escuchar mi nombre-

– Helena hija -dice mi padre- perdona no quería interrumpir.

– Hola papá -le digo con la mano en la cara intentando camuflar la marca- no molestas ya se iba – digo rápido-

– Hola, eh si ya me iba – contesta Izan- nos vemos adiós – dice marchándose-

– Adiós -le contesto mirando cómo se va-

– ¿Quién era ese chico? – me pregunta mi padre-

– Un amigo papá, ya entro que estoy cansada y tengo que seguir estudiando -le digo entrando en casa- 

– Vale hija yo me voy, luego nos vemos -y nos decimos adiós con la mano-

Subí directa a mi habitación, me miró en el espejo lo primero, tengo un aspecto horrible con esa marca, no sé si podré taparla, tengo que pensar algo seguro que mis padres me preguntan. Voy a la cocina a por hielo aprovechando que mi madre está trabajando y mi padre se ha ido. Me lo pongo y me echo en la cama un rato, bueno en el hueco que me queda, mis gatos me quitan media cama, pero les quiero igual.

Estoy pensando en todo lo que ha pasado, en lo de Izan, en Óscar… No entiendo cómo me ha podido hacer esto, vamos a hacer un año, y jamás imaginé que sería así, aunque llevamos relación a distancia al principio estábamos juntos casi todos los días, cuando él estaba aquí. Pero desde que se fue nos hemos distanciado, yo le quería pero ya veo que él no tanto. Está claro que ha sido un error, pero estaré bien me digo a mi misma, aunque ahora solo tenga ganas de llorar y toda esta rabia. Y así me quedo dormida, mientras lloro, y pienso en el día de mierda.

Me incorporo asustada, es el zumbido de mi móvil, me he quedado dormida y no me he dado cuenta. Cojo el móvil y veo que es Bárbara, descuelgo necesito hablar con ella.

-Hola -me saluda- ¿Cómo estás?

-Hola Bar, estoy mal a ti no te voy a mentir -la contesto- ¿Y tú?

-Yo cabreada, pero más preocupada por ti -me dice-  

– Gracias estoy que no me lo creo -la digo con un nudo en la garganta- es una mierda, pero se acabó.

– Haces bien, mejor así -me  contesta – mañana nos vemos en la uni ¿no? 

– Claro, así estudiamos un poco. Me va a ser un poco imposible estudiar ya hoy -la digo-

– Descansa y ya mañana nos ponemos -dice ella- Oye ¿Tu cara?

– Puf mal, tendré que tapármelo como pueda o inventarme algo -digo mirándome y viendo que empieza a cambiar de color- lo tengo peor de lo que esperaba…- madre mía me escucho decir en voz alta-

– Joder tía, ahora pienso algo y te digo, tú intenta taparlo -me dice- Y descansa, mañana nos vemos amiga.

– Gracias, lo intentaré -la contesto- Hasta mañana.

-Chaoo -se despide y cuelga-

Pongo la escusa de que no tengo hambre porque estoy agobiada por los exámenes, para no tener que estar con mis padres. Me lo intento tapar por si entran por mi habitación, y les digo que me dormiré pronto para mañana seguir estudiando. 

A la mañana siguiente, después de tirarme un buen rato tapándome la marca, consigo que no se note. Voy con Bárbara a estudiar a la biblioteca de la uni. Estamos de camino cuando nos encontramos a Sofía por el camino, aceleramos para alcanzarla ya que va un poco acelerada y ni siquiera nos ha visto.

-Sofiii – grita Bárbara y esta se gira-

-Hola -se para dónde está esperándonos-

-Que rápida vas -la digo y me doy cuenta que está un poco tensa- ¿todo bien? -la pregunto-

-Emm si… -contesta con inseguridad- Iba a estudiar.

-Pues como nosotras, ¿Y tus apuntes? -la dice Bárbara mirándola bien- 

-Puf que cabeza se me olvidaron…-dice pensativa- 

-Te acompañamos si quieres a por ellos -la digo- no tenemos prisa

-No hace falta…-dice mirando para otro lado-

-Oye ¿estas bien? -pregunta Bárbara- te noto rara… -la mira y Sofía le rehúye la mirada-

-No no pasa nada -dice nerviosa- será por los exámenes-

-Por eso te vas dejando los apuntes por ahí -la digo- que cabeza, vamos te acompañamos

-Vale…-dice ella no muy emocionada y empezamos a andar hacia su casa-

Estamos ya llegando, Sofía muy callada, tensa como nerviosa, nosotras hablando e intentando darla conversación, pero nada. No sabemos si sacarla el tema de su padre, con los exámenes y todo no queremos agobiarla. Pero ella se para, sin más, se queda ahí sin llamarnos ni nada, nos damos cuenta y miramos atrás.

-Que haces Sofi, tu casa está allí -dice Bárbara señalando una calle más adelante- 

-¿Qué pasa? -la digo mientras me acerco a donde está y ella de repente me abraza sin decir nada-

Viene Bárbara y la abrazamos, no dice nada pero empieza a llorar, lo noto. Después nos separamos un poco y la miramos, está asustada y nerviosa, se coge el brazo y hace una mueca de dolor.

-Oye cuéntanos qué pasa -la digo-

-Chicas, vámonos de aquí -nos dice y empieza a andar en otra dirección-

La seguimos, y acabamos en una calle por ahí pérdida, entramos en un bar que ahí y nos pedimos unos cafés y una tila para Sofía. Vamos hacia una mesa vacía al fondo y nos sentamos las tres.

-No sé cómo decirlo -empieza a hablar- me da vergüenza está situación, no sé qué hacer…

-Cuéntanos somos tus amigas, te apoyamos, solo deja que te ayudemos -la digo-

Si aquí estamos para todo -dice Bárbara cogiéndola la mano-

– Sabéis que mi padre estaba más tranquilo -comienza a contarnos- descubrí que estaba de viaje, pero no de negocios, estaba con otra mujer. Mi madre lo sabe, y hablé con ella, pero no quiere separarse de él. Yo ya no aguantaba más, vi como pegaba a mi madre y me interpuse… Me agarró del brazo bruscamente y me empujó fuerte, caí al suelo. Me grito que no me metiera que no es cosa mía, le contesté y me amenazó, me hizo daño… -empiezan a inundarse sus ojos de lágrimas hasta rebosar- no puedo más 

– Aquí estamos, no estás sola -la digo- si necesitas quedarte en mi casa, o si quieres denunciar o lo que quieras, te acompañamos.

– Tenlo claro, no vamos a permitir que te toque más, y no me parece bien que tú madre no haga nada -dice Bárbara y justo traen lo que hemos pedido- tomate la tila te vendrá bien.

– Gracias, no sé qué haría sin vosotras -dice ella angustiada- me da miedo ir a casa, pero no quiero dejar sola a mi madre.

– Hoy quédate en una de nuestras casas, o mejor ¿Por qué no dormimos las tres? -dice Bárbara- repasamos y luego vemos una peli y te contamos un drama nuestro para que te olvides un poco del tuyo.

– Mira yo tengo uno bueno -digo- pero tienes que quedarte con nosotras y aguantarnos toda la noche y lo que queda de día. 

– Vale luego aviso a mi madre…-dice ella- Pero ¿ha pasado algo?

– Algo ahí… 

Nos quedamos un rato tomándonos lo que hemos pedido y tranquilizando a Sofía, no entiendo cómo un padre puede hacer eso a su hija y a su mujer. El mundo está muy mal, lo mío comparado con eso no es nada. Aunque me duele un poco la mejilla, y odio a Óscar por todo lo ocurrido, menos mal que no me ha vuelto a hablar.

Salimos y vamos a la biblioteca de al lado de la uni, vamos a repasar y estudiar un poco para el examen que nos queda. Estoy agotada en general, pero bueno es un esfuerzo más y somos libres al fin. Estamos estudiando un buen rato, al final Sofía pide apuntes a una compañera.

Se nos hace tarde, y salimos de allí agotadas mentalmente. Llamo a mis padres y les digo que voy a casa de Bárbara a dormir y a terminar de repasar, no me ponen problemas. A Sofía tampoco muchos, ha escrito a su madre no se atrevía a llamar. Vamos ya llegando a la calle de mi amiga, y veo a unos besándose. No me fijo muy bien, pero algo me llama la atención, entonces cuando nos estamos acercando más a dónde están ellos, lo veo y ya sí que tengo todo claro.

Novelas Romanticas Gratis
Novelas Romanticas Gratis

La verdad

La mayoría de la veces no decimos la verdad, decimos que estamos bien, y estamos rotos por dentro, o simplemente no enteros del todo.

Quizá no queremos exteriorizar lo que llevamos dentro, no estamos preparados para enfrentarnos a la realidad, y lo callamos.

Porque así nos creemos más fuertes, no nos vemos tan débiles, tan frágiles al exterior, pensamos que así nadie podrá hacernos más daño.

Pero sinceramente no creo que sea lo mejor, lo hacemos mal. Porque tenemos que expresar lo que sentimos en cada momento, sentirnos un poco más libres con nosotros mismos. Quitarnos un peso de encima, no todo porque siempre nos quedamos con una parte, o una gran parte con nosotros.

La realidad es que nos guardamos tanto para nosotros mismos, un día todo rebosa y no lo puedes controlar, todo se desmorona por un cumulo de cosas. Lo peor es cuando explotas así sin más, por todo lo que te has callado, lo que has acumulado dentro de ti y ya no puedes parar.

Siempre ocurre lo mismo, lo hacemos en el momento menos indicado, y con quien menos lo merece. Lo hacemos sin darnos cuenta, sin pensar, no es nuestra intención pero nos sale así, sin más.

Deberíamos abrirnos más, pero a veces pensamos que no vale la pena, que a nadie le importa lo que sentimos, y que para qué, si en mi caso, a veces ni yo me entiendo.

Pensamos en cómo expresar a los demás lo que ni nosotros mismos somos capaz de entender. Y llegados a este punto solo queda respirar hondo y dejar que pase, que todo pase, intentar quitarnos ese nudo que tenemos ahí dentro, y seguir.

textos cortos de amor
textos cortos de amor
corazon amor

Más textos de Amor

Si quieres leer mas textos de amor pulsa en este enlace, te llevara a la página se encuentran todos los textos.

Capítulo 6 – Izan

Estoy andando por la calle cuando noto que me suena el móvil, miro la pantalla y es una llamada de mi amigo Jorge.  Me quedo parado donde estoy y me pienso unos minutos si cogerlo o no, por un lado no me apetece dar explicaciones y por otro es mi colega. Decido cogerlo, tampoco tengo mucha opción me ha llamado dos veces seguidas mientras yo me decidía.

– Izan ¿estás en tu casa? –me pregunta nada más descolgar-

-No, estoy en la calle –le digo-

-¿Todo bien?-me pregunta, y a no me queda más remedio que contárselo-

-Nos vemos ahora en el bar de Iván y te cuento-le digo-

-Vale, voy para allá –me contesta él-

-Hasta ahora-le digo mientras voy de camino a donde hemos quedado-

-Ahora nos vemos- me dice y colgamos-

Cuando llego al bar veo que Jorge ya está ahí sentado en una mesa de fuera, hablando con Iván, a saber de lo que estén hablando estos. Me acerco hacia allí con mi perro, creo que el también quiere descansar y seguro que tiene sed y hambre. No lo he pensado cuando me he ido de casa, pero sin él sí que estaría perdido, es mi fiel compañero y el único que parece que me quiere en esa casa. En cuanto llego me siento en la silla que queda vacía, y veo que me miran los dos.

-Hola tío ¿qué pasa?-me dice Iván- ¿te pongo algo?

-Hola –les saludo- si por favor, dame una Coca-Cola.

-Voy a por ella –me dice-

-Espera –hago que frene- trae agua para Charly y algo de comer, ahora te cuento –le digo y entra a por ello-

-Izan, cuéntame que pasa –me dice Jorge preocupado-

-Nada, solo que la he tenido con mis padres por lo de Aarón –le digo y suspiro- me han echado de casa…

-¿Enserio? Si tú no tienes culpa de eso-me dice impresionado- de lo tuyo si.

-Ya, eso díselo a ellos… No me creen –le digo-

-Joder, ¿dónde vas a ir?-me pregunta cuando justo llega Iván con lo que he pedido-

-Aquí tú refresco –me dice dándome la Coca-Cola- Y el agua para nuestro Charly y comida – le pone agua y un poco de carne, el perro contento empieza a comer-

-Muchas gracias tío –le digo-

-Nada hombre –se ríe viendo como come mi perro-

-Oye siéntate-le digo a Iván- es un momento.

-Claro, ¿pero pasa algo?-me dice mientras se sienta-

-Mis padres me han echado de casa-le contesto- por lo de Aarón, se piensan que yo tuve algo que ver.

-Puedes quedarte en mi casa sin problema –me dice Jorge- mis padres ya sabes que te aprecian mucho –me quedo pensativo sin saber que decir no me apetece explicar la situación a sus padres-

-Oye, o si quieres en mi piso sin problema –me ofrece también Iván-

-Gracias a los dos –les digo- no sé qué hacer, me quedaría en tu casa –le digo a Jorge mirándole- pero tío no quiero dar explicaciones a tus padres ni mentirles a la cara –suspiro-

-Ya lo entiendo –me dice él dándome unas palmadas en la espalda- como tú quieras.

-Vente a mi piso, no hay nadie –me dice de nuevo Iván- tuve un compañero pero se piro hace poco, podemos compartir piso –me dice sonriendo- hasta que tu decidas.

– Bueno vale, pero no digáis nada –les digo- se lo contaré a los demás, pero prefiero en persona.

-Sin problema –contesta Jorge e Iván me guiña el ojo en respuesta-

Al rato Jorge se va porque tiene cosas que hacer, y yo me quedo ahí hasta que Iván acaba el turno.  Entonces nos vamos a su casa, el camino no es muy largo, un paseo andando. Entramos y dejo mi mochila y mis cosas en la que va a ser mi habitación, es normalita ni pequeña ni grande, con una cama en el lado de la ventana que da a la calle y un escritorio en el otro lado junto a un armario. Estoy mirando la habitación y me doy cuenta que me faltan muchas cosas de mi casa, bueno de casa de mis padres porque de mía tiene poco, pero bueno ya veremos que hago.

Le agradezco a mi amigo otra vez que me deje quedarme aquí, el me dice que se alegra de tenerme, que así nos hacemos compañía. Mientras se acomoda en el sofá yo decido que necesito una ducha,  dentro de ella me pongo a pensar en todo mientras las gotas de agua caen por mi cuerpo. No sé lo que voy a hacer, dejare pasar unos días para aclararme y luego ya veré, lo que me preocupa es no saber de mi hermano.

Me acomodo en el sofá con Iván cuando salgo de la ducha, es domingo y no tenemos planes, por lo que nos quedamos viendo una película y pedimos unas pizzas para cenar. Tenemos los mismos gustos más o menos, creo que nos parecemos bastante en algunos sentidos.

Acaba la película y nos vamos a dormir, cada uno a nuestra habitación, yo me pongo cómodo y me tumbo en la cama. Estoy pensando en escribir a mi hermano cuando me llama Víctor, le cojo el móvil aunque ya me lo conozco y seguro que quiere sacarme algo, es mi colega pero no me apetece hoy hablar mucho del tema.

-¿Qué quieres tío?-le digo al descolgar- Iba a dormirme.

-Joder, pues saber que tal están las cosas –me dice- No me has contestado en todo el día.

-Ya es que ha sido movido-le contesto sin dar explicaciones- Ya te contare cuando te vea.

-¿Pero qué pasa? – me dice preocupado- ¿Todo bien o qué? – me vuelve a preguntar cuando ve que me quedo callado-

-Bueno si, más o menos – le digo y suspiro – enserio tío ya te contare, no te preocupes.

-Vale como veas, ¿mañana nos vemos? –me pregunta-

-Si mañana nos vemos –le digo-

-Vale, entonces te dejo –me contesta- hasta mañana.

-Adiós mañana nos vemos – me despido y cuelgo-

Escribo a mi hermano antes de dormirme, pero no me contesta me imagino que estará durmiendo. Me pongo la música y al rato me quedo dormido, estoy muy cansado por todo o de todo.

Al día siguiente me despierto desorientado, no me acordaba que no estaba en casa, Charly no está ladrando y oigo a Iván quejarse. Me levanto despeinado y adormilado, y cuando llego al salón veo que el perro no deja en paz a mi amigo, le gusta se nota. Me empiezo a reír tan alto que el perro para e Iván me mira.

-Tú, ¿de qué coño te ríes? – me dice sin humor-

-De ti idiota –le digo mientras voy a la cocina- Ahora le saco, le caes bien.

-No sé si le caigo bien o me quiere joder –me dice y se va al baño-

Yo me tomo un café y algo de comer que pillo por ahí, después me visto rápido con un chándal y saco a Charly, el pobre ya necesitaba salir. Corro un poco con él, en realidad nos tiramos fuera un buen rato. Veo un mensaje de Víctor que me dice que me pase luego por su uni, le contesto con un vale y me dirijo a casa de Iván.

Llegamos cansados, se me ha ido el paseo un poco de las manos, pero ha estado bien.  Me voy al baño con la intención de ducharme, mientras mi amigo está hablando por el móvil. Me miro en el espejo, ya tengo mejor aspecto desde el Sábado, alguna que otra marca pero no me importa.

Cuando ya he salido de la ducha me visto con unos vaqueros rotos y una camiseta blanca, voy al salón y veo que mi amigo ya se ha ido a trabajar, hoy no trabajo me quedo un rato en casa viendo la tele y me hago un bocadillo para comer. Cuando ya ha pasado un rato decido que ya es hora de salir, cojo mis cascos y mi móvil, me despido de Charly y me voy. Es un tercero sin ascensor, bajo por las escaleras y saludo a una pareja que supongo que serán vecinos. Salgo a la calle y comienzo a andar sin ningún destino, solo ando y ando con mi música puesta.

Llego donde me ha dicho Víctor, pero he llegado pronto entonces entro al bar que hay cerca, bueno justo en frente. Entro y voy directo a la barra a pedirme un café, lo necesito.  Estoy esperando que me sirvan el café cuando siento que alguien me mira, me giro y ahí está la chica morena, Helen con esos ojos que no puedo apartar la mirada. Hasta que ella deja de mirar, ha sido un momento pero parecía que habíamos estado mirándonos mucho más. Al rato cojo el café, y me decido por ir donde están ella y sus amigos, tengo que darles las gracias y tampoco tengo nada mejor que hacer.

-Hola –les saludo cuando llego a la mesa donde están- ¿Puedo? –les pregunto señalando la silla que está vacía-

-Claro –se adelanta Elsa y me siento al lado de Helena, ya que es la silla que queda libre-

-Quería agradeceros lo que hicisteis por mi hermano – les digo- No sé como os puedo compensar, pero estoy en deuda con vosotros –digo mirándolos-

-Bueno más bien con ellas –dice José señalando a Bárbara, Elsa y a Helena-

-Sí, bueno –me quedo pensativo no me esperaba esa contestación- todos os quedasteis con él y os preocupasteis ¿no?

-Si claro –interviene la chica rubia- no te preocupes lo hicimos con gusto, no nos debes nada.

-Tiene razón mi amiga – me dice Helena- no pasa nada, todo lo que hicimos lo hicimos porque quisimos, no pasa nada.

-Ya, pero no nos conocíais –contesto- me ha dicho Víctor que este finde vais a celebrar el fin de exámenes y eso – les digo cambiando de tema, porque justo cuando he llegado le he escrito y me ha comentado algo del fin de semana-

-Ah, sí bueno no lo hemos planeado del todo –contesta Helena un poco descolocada- pero si algo así ¿tú vas a ir? –me pregunta y me sorprendo-

-Pues claro que vendrá –contesta su amiga Bárbara sonriendo- ¿a qué si?

-Bueno si queréis que vaya…-les digo haciéndome un poco de rogar- no tengo nada mejor que hacer –digo intentando sonreir-

-Bueno creo que podemos sobrevivir sin ti –contesta José- que luego acabamos en líos –en cuanto escucho esa contestación se me cambia la cara lo sé, no me ha molado la verdad-

-Claro, es mejor que no os juntéis con malas compañías –contesto sobre todo a ese chico mientras me levanto de la silla para irme – suerte y ya nos veremos –digo sin más no tengo ganas de discutir ni gilipolleces-

-Oye –dice Bárbara – no ha sido con mala intención no te enfades –les  mira y me queda parado donde estoy-

-Ya tranqui, no me enfado – les digo un poco serio- gracias –y  me quedo mirando a la chica de los ojos canela, Helena-

-No las des –me dice mirándole y me gira para irme-

-Adiós- dice mi amiga Bárbara en alta- el finde nos vemos –me giro y les guiña un ojo mientras se salgo del local-

Nada más salir pienso en la contestación de ese chico, no sé por quien me toma si ni siquiera me conoce, es verdad que me he metido en líos tiempos atrás pero he cambiado, o eso intento. Me jode que me juzguen sin conocerme, esa es la verdad, pero no le voy a dar importancia, ni siquiera es mi amigo me da igual. Voy donde he quedado con Víctor y Diego,  llegamos casi a la vez, ellos hablando entre sí sin parar que casi ni se dan cuenta que estoy ahí.

-Eh – les digo- ¿qué tal bien?

-Hombre tío –me abraza Víctor y Diego me choca la mano-

-Ya era hora desaparecido –me dice Diego-

-Os tengo que contar –les digo- pero no digáis nada, de momento estoy pensando qué hacer.

-Vale, pero cuenta anda –me dice Víctor- nos tienes en vilo.

-Bueno tranquilos, pero mis padres me han echado de casa y ahora estoy donde Iván, de momento  -les suelto y ellos me miran- se creen que tengo la culpa de lo que le pasó a mi hermano, no me dejaron ni explicarles –les cuento un poco lo que sucedió mientras vamos a un banco y nos echamos un cigarro-

-Me dejas loco tío –me dice Víctor-

-¿No sabes nada más? –me pregunta Diego-

-No, lo que me jode es no saber nada de Aarón –les confieso- pero conseguiré hablar con él si hace falta vuelvo a casa.

-Bueno, sabes que puedes contar con nosotros –dice Víctor y Diego asiente-

-Ni te lo pienses cualquier cosa ya sabes-afirma Diego-

-Gracias, lo tengo en cuenta –les digo- ¿Bueno y lo del fin de semana?

-Anda, pues qué hay que celebrar que acabamos los exámenes –dice Diego-

-Da igual, celebramos lo que sea –contesta Víctor- Y tu Izan, también vienes, todos.

-Bueno –le digo- He visto a las chicas del sábado, bueno y al chico ese.

-Nosotros también –ríe Víctor- las voy a invitar, pero no sé donde podemos ir.

-Lo hablamos con los demás y decidimos ¿no? –se adelante Diego-

-Si colega, lo hablamos y avisamos a la chicas y eso –dice Víctor contento-

-Vale –les contesto y nos quedamos hablando un rato-

Como tienen prisa porque siguen con exámenes, nos vamos de allí, ellos tiran por un lado y yo por otro porque quiero pasarme por el bar de Iván. Voy andando con mi música puesta, y hasta que no estoy prácticamente al lado no me doy cuenta de que son Helena y Bárbara, siempre  juntas como no.

-Hola chicas –las saludó y ellas que no me habían visto hasta ahora me miran-

-Anda hola otra vez–me dice Bárbara-

-Hola –me saluda también Helena un poco seca-

– ¿Qué hacéis? –Pregunto viendo que no me dicen nada, puede que estén molestas por irme del bar-

-Em… –me mira pensativa la morena- Nada, estábamos yendo a casa

-Sí, estamos un poco cansadas de los exámenes –veo que se miran entre ellas, algo esconden-

-Claro-las digo- ¿por dónde vivís?

-Pues no muy lejos de aquí –dice Bárbara- por donde te encontramos el sábado…. –me mira-

-Ah, ya –digo recordando el momento- bueno, si queréis os acompaño yo también voy por allí –las digo cambiando de tema-

-Vale, como quieras –me dice Helena-

-Si no te pilla mal –dice su amiga- pues vamos juntos.

-Sin problema –digo y empezamos a andar, pero las noto raras-

Se me hace raro que estén tan calladas, no las conozco mucho, casi nada más bien, pero las pocas veces que las he visto no es que fueran muy calladas. Sigo caminando y miro de reojo a Helena, tiene el pelo bonito largo y negro,  me fijo que tiene la vista en el móvil en este momento, tiene la mirada triste se nota. Cuando decido que tengo que decir algo, veo que se paran y me quedo parado. Miro donde ellas y hay un chico moreno, alto que se le quita la sonrisa cuando me ve.

-Hola guapas- las saluda-

-Hola-dice Helena secamente mientras Bárbara tira de ella para irse-

-Oye, ¿dónde vais? –las para él- que prisa

-Tenemos prisa sí-dice Bárbara-

-Pues no sé porque –sonríe- ¿no puedo saludar a mi novia?-dice mirando a Helena y me sorprendo porque ni sabía que tenía novio-

-No tengo tiempo Oscar, ya lo hemos hablado –le contesta- nos tenemos que ir, vamos Izan –dice mirándome-

-No me lo presentas ¿o qué? –dice refiriéndose a mí-

-No hace falta, tenemos prisa –insiste Bárbara, pero cuando vamos a pasar por su lado coge a Helena del brazo y la empuja hacia él-

-¡Qué haces! –le dice ella soltándose- déjame en paz.

-¿y mi beso?- le dice acercándose y ella le mira con asco-

-Que te lo dé otra, bueno seguro que ya te lo ha dado –le suelta y el la vuelve a coger del brazo cuando ve que se va a ir-

-Que dices Helena –le dice enfadado- estás loca ¿o qué?

-No estoy loca, suéltame – le dice-

-Estos celos no te llevan a ningún lado cielo –la dice sin soltarla-

-Oscar déjala- le dice Bárbara al ver que no la suelta mientras yo me mantengo un poco al margen-

-Tú no me dices lo que tengo que hacer –dice él cabreado y agarra más a Helena- Y tú te quedas conmigo, tenemos que hablar.

-No tengo nada que hablar –le contesta mientras intenta soltarse- me haces daño

-Cállate y ven conmigo –le insiste-

-Déjala en paz gilipollas –salta Bárbara-

-Eh, déjala –le digo ya nervioso por la situación-

– Eres un capullo – le dice ya Helena cansada cuando ve que no la deja, é la suelta pero en ese momento la da una torta en la cara que ni ella ni nosotros la esperábamos-

-Eres una niñata –dice él cabreado- ala vete

Cuando reacciono lo único que se me ocurre al verla con la mano en la cara es ir a por él, no escucho lo que me dice ni Bárbara ni ella ni nadie, no veo nada, solo a ese tío que ha pegado a Helena, entonces ocurre y ya no hay marcha atrás porque la rabia me nubla.

relato romantico
relato romantico

Magia

Amo tus manos en mi piel, esas manos que saben tocarme.


Que me acarician con ese amor, y hacen que me sienta viva.


No necesito nada más si estás tú, mirándome como me miras.


Con esa sonrisa cómplice, y esa risa que me ilumina.

Solo tú sabes llevarme a la cima, con tus besos que me hacen adicta.


La sensación de sentirme libre, pero a la vez sentirme tan tuya.


La vida pasa lenta si tú me tientas, con tus ojos color miel y verde lima.

Tú sabes cómo conquistarme, sin tener que obsequiarme.


Sólo con cada detalle me tienes, contigo volando hasta amarte. 


Nada más bonito y sincero, que pasar contigo una noche de ensueño.


No salir de este paraíso y quedarme sin tu permiso, perdida en la galaxia de tu cuerpo.


Pido que nunca me digas adiós, y solo me pidas que vuelva contigo.


Para volver a perdernos los dos,en cada segundo y cada rincón escondido.


Que nadie nos vea, que solo seamos nosotros testigos


De esta nuestra locura mutua, y sin explicación alguna.

Amo, lo que siento contigo, lo que vivo contigo, lo que disfruto junto a ti y lo que nos queda por descubrir.

frases de amor
frases de amor
corazon amor

Más textos de Amor

Si quieres leer mas frases de amor pulsa en este enlace, te llevara a la página donde se encuentran todos los textos.

Perspectiva

Muchas veces, o la mayoría, no nos damos cuenta de lo que nos rodea. De que somos más afortunados de lo que creemos. Pensamos solo en lo que no tenemos, y no nos damos cuenta en todo lo que si tenemos. En todo lo positivo, en nuestros seres queridos, en cosas bonitas que nos pasan, que nos hacen sonreír.


En realidad no estamos tan mal como nos imaginamos, que si, que hay días malos, todos tenemos esos días que todo lo vemos gris o incluso negro, que solo pensamos en lo negativo. Por eso, debemos intentar pensar en positivo, en lo que nos alegra la vida, en las personas que nos aportan cosas buenas, que siempre están a nuestro lado, que simplemente nos dan vida y no malgastar el tiempo en las personas que no te aportan nada. No perder el tiempo en cosas insignificantes, que en realidad no aportan nada.


Porque realmente lo que importa es vivir el momento, disfrutar de los pequeños detalles, cuidar de los que te quieren, y hacer lo que te haga feliz.

leer novelas romanticas
leer novelas romanticas

corazon amor

Más textos de Amor

Si quieres leer mas novelas romanticas pulsa en este enlace, te llevara a la página se encuentran todos los textos.

Nostalgia

Pensar en todo lo que hemos vivido, en lo que hemos dejado atrás, cosas buenas y cosas malas, cosas alegres y también tristes. Siempre añoramos momentos, personas, cosas que no se volverán a vivir, personas que ya no están en nuestra vida.


Es hermoso ponerte a pensar y recordar lo bueno, lo bonito, lo que importa. Pero hay que vivir el presente y soñar con un futuro, aprovechar el tiempo en el hoy, porque mañana ya veremos.

Dejar atrás el pasado, sin olvidarlo pero pasando página , aprendiendo de la vida y seguir adelante para conseguir tus sueños, luchar por ellos y por las personas que quieres.


La vida solo se vive una vez y hay que disfrutarla, aprendiendo de los errores y consiguiendo nuevas metas.

literatura erotica romantica
literatura erotica romantica

corazon amor

Más textos de Amor

Si quieres leer mas literatura erotica romantica pulsa en este enlace, te llevara a la página se encuentran todos los textos.