Capítulo 4 – Izan

No sé en qué momento he pensado que todo iba a ir bien, ahora mismo no puedo hacer otra cosa que culparme. Joder soy su hermano mayor, llevaba un rato buscándole cuando me ha sonado el móvil, era Iván. Solo he oído Aaron y que estaban fuera, y he salido directo. No me esperaba encontrarlo así, en cuanto me he acercado y le he visto la cara con golpes y sangre me he asustado, no lo voy a negar. Le he mirado bien para ver si tenía algo más grave de lo que ya se ve, pero no sé, tengo que llevarle al hospital para que le revisen. Pero antes de nada, quiero saber quien le ha hecho esto a mi hermano, porque no me voy a quedar de brazos cruzados, eso lo tengo claro.

– ¿Qué ha pasado? –le digo con preocupación- ¿Quién cojones te ha hecho esto?

– Un chaval –me dice asustado-

-Dime quien te lo ha hecho –le ordeno-

– Tenias razón… –dice- es mal tío.

– No me digas que ha sido el desgraciado de Cristian – le digo  muy cabreado- le voy a matar, te dije que no te juntaras con él y su gente, te lo dije.

– Vamos tío, hay que llevarle a algún lado –dice Víctor- Mira como esta.

– Vamos, aunque no parece que tenga nada roto no estoy seguro– le digo, y me doy cuenta de la cara de preocupación que tiene la chica que esta junto a mi hermano, pero no digo nada y me voy con mi hermano cargándomelo al hombro con la ayuda de Jorge que les dice algo a las chicas-

Cuando llegamos al coche de Diego, el no dice nada, no nos reprocha si le manchamos o no el coche, solo nos lleva al hospital. Allí meten a mi hermano para examinarlo y yo me quedo afuera, los chicos no me dejan solo ni un segundo y me estoy agobiando. Solo sé que quiero ver al cabrón de Cristian y partirle la cara, y que contra más tiempo pase va a ser peor.

– Jorge, ahora vengo –le digo-

-¿Dónde vas? No voy a dejar que hagas tonterías, te conozco –me dice-

– Tranquilo, solo voy a mear-le digo intentando parecer convincente- de verdad, no voy a dejar aquí a mi hermano – se de sobra que si él está aquí, mi hermano está en buenas manos-

-Vale, pero no tardes porque si no voy a buscarte -me dice preocupado-

Asiento con la cabeza y me dirijo hacia la otra calle donde no están los demás, miro que no me vean y voy en busca de él. No sé muy bien dónde dirigirme, pero inconscientemente voy recorriéndome calles sin ton ni son, estoy muy cabreado. Por casualidad escucho esa risa, como olvidarla, Irene tiene esa risa escandalosa que se escucha a kilómetros. Estoy andando en dirección donde provienen las risas, cuando me doy cuenta que cesan y escucho unos pasos que vienen hacia mi dirección, y ahí está él, todavía no me ha visto. Espero a que se acerque más, y cuento ya lo tengo a escasos metros voy hacia él, cabreado y no poco.

-Eh, tú – le grito-

-Anda, otra vez tú… -me dice sorprendido al verme-

-Como vuelvas a tocar a mi hermano te parto la cara –le digo cabreado acercándome a él, cara a cara-¿has entendido?

-Pero que cojones dices Izan-me dice riéndose- ¿Ya has bebido de más?

-No te hagas el gilipollas –le digo- Se que has sido tú, y esto no va a quedar así

-¿Y qué vas a hacerme? –Me dice- Ese chico se lo merecía, y más sabiendo que es hermano de alguien como tú –se ríe y en ese momento se me va el puño directo a su cara-

Entonces ocurre, Cristian se balancea hacía atrás y yo avanzo hacia él furioso, le agarro de la camiseta y empiezo a golpearle, el intenta defenderse me llevo algún puñetazo, pero el que sale perdiendo es él, le he pegado no solo por hoy, sino por un cumulo de ganas que le tenía, por todo lo que me ha jodido.

Forcejeamos, me quedo debajo de él y me pega, intento zafarme y lo consigo, ahora estoy yo encima y el recibe los golpes. No paro de pegarle, hasta escucho unos gritos y siento que me agarran separándome. Cristian se queda tirado en el suelo y escupe sangre mientras me dice:

– Que te jodan Izan, que te jodan- consigue decirme sin poder levantarse, mientras las chicas que me han conseguido separar me obligan a moverme hacia el final de la calle.

Cuando hemos andado unos minutos me siento en la acera y pienso en lo que acaba de pasar, entonces me doy cuenta que mi hermano esta en el hospital y me pongo en pie para irme. Pero a la que voy a echar a andar miro bien a las chicas y me doy cuenta que son las chicas que estaban con mi hermano.

– Oye ¿estás bien? –me dice una de ellas-

-Si –contesto secamente y se me quedan mirando con reocupación-

-No lo parece, casi lo matas y… -empieza a decir la morena pero no dejo que continúe-

-No habéis visto nada –la corto- es mejor que me vaya tengo prisa.

– Una cosa –dice la morena- ¿ese tío era el que ha pegado a tu hermano verdad?

-Si –la contesto- se lo merecía.

-Oye, solo nos preocupamos no hace falta que seas tan borde – me dice la otra chica y tiene razón pero ahora mismo no me sale ser de otra forma-

-No os preocupéis estoy bien –las digo mientras echo a andar- Me voy tengo prisa, tener cuidado.

Sigo andando alejándome, sin mirar atrás, pensando que les diré a los chicos, me van a ver así y seguro que ya saben a donde he ido, lo que he hecho. Pero no me importa, se lo merecía el cabrón de Cristian, por todas y cada una de las veces que me ha jodido. Ahora solo pienso en mi hermano y en saber si está bien, por eso corro para llegar al hospital, y siento que me vibra el móvil, entonces disminuyo el ritmo y veo que se trata de Víctor y que tengo muchas llamadas perdidas de todos. Entonces cojo la llamada de Víctor le pregunto donde están sin contestar a lo que me dice, siguen en el hospital y le digo que ya estoy llegando que no se muevan.

En cuento llego todos me miran con cara de asombro, ven mis pintas es normal, ni siquiera me he limpiado la sangre. El primero que se acerca es Iván, me mira preocupado la cara y las manos, creo que ya se intuye lo que ha pasado.

– Tío ¿estás bien? – me dice-

– Si, ya os contaré –les digo- pero estoy bien, ¿Y mi hermano y Jorge?

-Están dentro, pero Jorge esta cabreado –me dice Víctor- Bueno todos un poco, ¿En qué cojones piensas? Después de lo que le ha pasado a tu hermano…

-Yo no soy mi hermano –le digo- No me ha pasado nada, tenía que hacerlo, ahora solo quiero ver a Aaron, ya hablaremos –y entro al hospital-

En cuanto entro veo a Jorge y a mi hermano, vienen en mi dirección. Aarón tiene una cara espantosa debido a los golpes, en cuanto los tengo enfrente mi amigo me dice que no tiene nada roto, que esta dolorido y tiene hematomas, pero dentro de lo malo está bien. Podría a ver sido peor, mucho peor. No me siento orgulloso de lo que he hecho, pero no me arrepiento.

En cuanto salimos, Diego nos lleva a casa mi hermano no puedo ir así. No decimos nada en todo el camino, y lo prefiero. Solo pienso en lo que le han hecho a mi hermano y me hierve la sangre, intento tranquilizarme, es lo mejor que puedo hacer.

En cuanto llegamos a mi casa me bajo con mi hermano y Jorge, y les doy las gracias a los chicos. Vamos hacia la puerta y me doy cuenta que doy gracias porque mis padres no estén, no me apetece tener que contarles lo ocurrido, no ahora mismo. Aunque sé que se darán cuenta, que algo tendré que decirles, ya lo pensaré.

Entre mi amigo y yo llevamos a Aaron a su cuarto, le metemos en la cama y le damos unos calmantes que nos han dado en el hospital, le digo que si necesita algo me avise. Me lavo un poco para quitarme la sangre y me dirijo al salón donde esta Jorge sentado en el sillón, con la cabeza entre las manos. Siempre me ayuda, le debo demasiado pero sé que esta cabreado por irme, dejar allí a mi hermano y buscar a Cristian, porque sé que lo sabe.

-No ha pasado nada, no te enfades –le digo sentándome a su lado- Gracias por cuidar de él, te debo mucho.

-Me lo prometiste-me dice- Sabes que no me importa cuidar de tu hermano, ni ayudarte, pero has ido solo a buscar a ese tío.

-Tenía que hacerlo, sabes que se lo merecía –le digo levantándome- Lo siento por mentirte, pero tenía que hacerlo.

-Pero no tú solo-me mira-¿Y si hubiera estado con sus amigos? ¿Crees que hubieras podido contra todos? –me dice cabreado- No piensas las cosas, ¿o qué?

-No estaba con ellos-le digo- Es lo que importa, no le demos más vueltas, está hecho –suspiro-

-Vale, pero estoy cabreado –me dice-

-Cuentéame como os habéis enterado de lo de mi hermano –me siento a su lado de nuevo y me enciendo un cigarro- ¿quieres? – le pregunto ofreciéndole un cigarro, aunque sé que no fuma-

-No tío, sabes que no fumo –me dice mirándome mal-

– Joder, si lo sé pero por si te apetecía – le digo- Bueno cuéntame.

Entonces me empieza a contarme que gracias a esas chicas, mi hermano no ha acabado peor, que le han defendido sin conocerle. Que mi hermano estaba asustado y no quería que yo me enterara, y cuando han salido para ver qué pasaba con los demás, han visto a mi hermano así.

Esas chicas han ayudado a Aaron y he sido un borde y un gilipollas con ellas, ha sido por la situación joder, no sabía nada, y lo de mi hermano me ha nublado. Pero las daré las gracias y me disculpare, se lo merecen.

Casi esta amaneciendo cuando mi amigo decide irse, después de pensar una coartada para mis padres, porque sabemos que mi hermano no va a pasar desapercibido, solo hay que verle. Decidimos que es mejor que le diga lo que ha pasado, omitiendo lo de la hierba y más cosas.  Antes de salir por la puerta me hace asegurarle que cualquier cosa le mantenga informado, y que no haga más tonterías.

Me voy directo a la habitación después de asegurarme que mi hermano duerme, me tiro en la cama y me quedo dormido. No sé cuánto tiempo pasa, cuando oigo a mis padres discutir. Miro la hora son las doce ya, me levanto y me cambio de ropa antes de salir. No me da tiempo a abrir la puerta de mi habitación cuando entra mi padre furioso, entonces me queda claro que han visto a mi hermano y que me toca apechugar con la situación.

-Pero tú está loco –entra gritando- ¿Qué cojones ha pasado? ¿ Por qué esta así tu hermano?-me sigue gritando- Es tu culpa ¿verdad? –me mira y se le cambia la cara, no sé si a peor, pero se ha dado cuenta de mi cara que también tiene mala pinta-

-Tranquilízate joder-le digo un poco alterado- Esta bien, solo tiene unos golpes, se ha peleado

-Se ha peleado dice, ¿y tú también? –me dice mirándome sin bajar el tono- Mírate, por dios pero no eres ya mayorcito para ser responsable, ¿no eres capaz de estar pendiente de tu hermano? Por una vez en tu vida Izan.

-¿Por una vez? –le digo ya subiendo el tono yo también- Podríais ocuparos vosotros, que para eso es vuestro hijo, pero no, tenéis que estar por ahí a vuestra bola como siempre, joder.

– A mi no me hables así, ni me digas lo que tengo que hacer –me dice furioso- A tu madre la va a dar algo, ya lo veras.

-No metas a mamá en esto, no cambies de tema –le contesto- Sabes que tengo razón o por lo menos en parte, no tienes ni idea de lo que hace ni deja de hacer Aaron, no te preocupas ni nada –le digo con rabia- Ni siquiera te has preocupado por mí, no has hecho ni el intento, eres un padre de mierda –le empujo y salgo de mi cuarto-

Voy corriendo a la habitación de mi hermano y veo a mi madre con él, está sentada en la cama a su lado, con lágrimas en los ojos. Cuando se da cuenta de mi presencia me mira asombrada, y se acerca a mí. Pienso que va a preguntarme que me ha pasado, o a decirme algo. Cuando siento que me da una bofetada, mi madre me acaba de pegar y a mí se me cae el alma al suelo, veo su mirada asustada y con odio. Estoy a punto de hablar, cuando siento que alguien tira de mí y me saca de la habitación, me doy cuenta que es mi padre.

-Vete, ahora mismo –me grita- No quiero verte, coge tus cosas y vete.

-¿Dónde quieres que vaya? –le contesto- No tengo donde ir.

-Me da igual, te las arreglas –dice sin apenas mirarme- Esta noche no te quiero aquí –y se va dejándome solo y sin saber que hacer-

Entro en mi cuarto y empiezo a meter mis cosas, o lo más necesario en una mochila. No sé dónde voy a ir, no sé qué hacer, estoy cabreado y confuso a partes iguales. De mi padre lo esperaba, no voy a negarlo, pero que mi madre me pegue, eso sí que no, aun no me lo creo. Cojo lo necesario, salgo de mi habitación y veo a Charly, cojo la correa y salgo con el de casa. Y vamos andando por las calles sin rumbo, pensando que mi vida es una mierda y mis padres ni siquiera me quieren, más bien me odian.

Novedades novela romántica.
Novedades novela romantica

2 respuestas a «Capítulo 4 – Izan»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *