En cuanto ella nos mira y se da cuenta de quien somos, se sorprende pero no pasa de largo, al contrario se queda parada y nos mira a mi amiga y a mí, con una sonrisa en la cara. Esa sonrisa que no podría ser más fría y falsa, como ella misma. La miro bien y esta como vi en la foto, con el pelo largo casi rubio y esos ojos claros que aun recuerdo.
-Hola –nos saluda Claudia sonriendo- cuanto tiempo –nosotras nos quedamos sin saber que decir pero reacciono-
-Hola –la contesto secamente-
-Que alegría veros –nos suelta y nosotras sabemos que es una mentira más- no sé si sabes que he venido gracias a tú novio –dice ella refiriéndose a mi-
-No, no lo sabía – la digo un poco desconfiada- ¿le conoces?
-Más que eso, somos muy amigos –me dice tocándose el pelo- es un tío increíble.
-Venga sois amigos ¿y qué más? –habla Bárbara al fin- No te creo.
-Pues deberías, sino preguntarle a él –contesta y saca el móvil y nos muestra unas fotos en diferentes lugares y días- ¿ves?
-¿Y qué haces con mi novio?-le digo cabreada-
-Pienso que es mucho para ti Helena, le he conocido bien y no pegáis – dice ella sonriendo-
-Eres una zorra –le dice Bárbara- no te acerques a Oscar y déjales en paz, sabes que sobras y que Helena vale millones más que tu – la señala-
-No digas tonterías –dice con una risa falsa- él tiene derecho a elegir con quien juntarse.
-Y tú no tienes derecho a meterte en mi relación –la suelto y me acerco más a ella- más vale que le olvides y te busques otro juguete.
-¿Me amenazas? –me dice poniéndose seria- yo hago lo que quiero con mi vida.
-Pues céntrate en tu vida y no en la vida de las demás –le dice mi amiga cabreándose más-
– Sois unas niñatas –nos sueltas mientras sigue su camino- adiós.
-Y tu una estúpida –le suelta Bárbara- que te den – y nos quedamos ahí paradas-
No entiendo nada, mi amiga me abraza, bueno en realidad nos abrazamos las dos, encontrarnos con Claudia es lo peor que nos ha podido pasar. Pero aun peor lo que me temo que está pasando con Oscar y ella, y ya sí que mi cabeza va a explotar. No sé si llorar, gritar o ir a arrancarle los pelos a los dos. Pero antes de eso tendré que dejar las cosas claras con él, que aun sigue siendo mi novio, pero no sé por cuánto tiempo más.
-Amiga esta es una víbora, pero de las malas –dice Bárbara- esperemos que no sea la misma situación, que sean solo amigos sino los dos van a salir mal parados.
-Gracias por todo, no sé que estará pasando pero esto se va a acabar en cuanto termine los exámenes –la contesto y empezamos a andar, entonces oímos de repente alguien a nuestro lado-
-Hola chicas –nos giramos y vemos que nos saluda Izan-
-Anda hola otra vez–le dice Bárbara-
-Hola –le saludo un poco seca-
– ¿Qué hacéis? –nos pregunta-
-Em… –empiezo a decir- Nada, estábamos yendo a casa.
-Sí, estamos un poco cansadas de los exámenes –dice Bárbara mirándome-
-Claro-nos dice – ¿por dónde vivís? – me sorprende la pregunta y que se interese por nosotras-
-Pues no muy lejos de aquí –dice Bárbara- por donde te encontramos el sábado…. –le mira-
-Ah, ya –dice pensativo, seguro que recordando lo que pasó- bueno, si queréis os acompaño yo también voy por allí –nos dice-
-Vale, como quieras –le contesto-
-Si no te pilla mal –dice mi amiga- pues vamos juntos.
-Sin problema – no dice y empezamos a andar los tres-
No entiendo porque nos acompaña, está siendo un día raro, pero mientras andamos siento que me mira de reojo, lo noto. Pero yo sigo mirando el móvil, no me apetece hablar y así me hago la ocupada. Lo que sí sé es que esta más animado que antes, le noto más diferente, bueno no le conozco apenas, será que le empiezo a conocer y no es normalmente tan borde y seco, pero este Izan me gusta más.
Estoy con mis pensamientos, cuando miro hacia delante porque veo que Bárbara baja el ritmo, y está ahí el que faltaba, y con el que menos ganas tengo de hablar porque sé que lo voy a mandar a la mierda, y Oscar tan sonriente viene hacia nosotros.
-Hola guapas- nos saluda a mi amiga y a mi pasando su mirada por Izan-
-Hola-le digo secamente mientras Bárbara tira de mí para irme-
-Oye, ¿dónde vais? –nos para él- que prisa.
-Tenemos prisa sí-dice Bárbara-
-Pues no sé porque –sonríe- ¿no puedo saludar a mi novia?-dice mirándome –
-No tengo tiempo Oscar, ya lo hemos hablado –le contesto- nos tenemos que ir, vamos Izan –le digo mirándole-
-No me lo presentas ¿o qué? –dice Oscar-
-No hace falta, tenemos prisa –insiste Bárbara, pero cuando vamos a pasar por su lado me coge del brazo y me empuja hacia él-
-¡Qué haces! –le digo soltándome- déjame en paz.
-¿y mi beso?- me dice acercándose y le miro con asco-
-Que te lo dé otra, bueno seguro que ya te lo ha dado –le suelto y él me vuelve a coger del brazo cuando ve que me voy a ir-
-Que dices Helena –me dice enfadado- estás loca ¿o qué?
-No estoy loca, suéltame – le digo intentando librarme de él-
-Estos celos no te llevan a ningún lado cielo –me dice sin soltarme-
-Oscar déjala- le dice Bárbara al ver que no me suelta-
-Tú no me dices lo que tengo que hacer –dice él cabreado y me agarra más- Y tú te quedas conmigo, tenemos que hablar.
-No tengo nada que hablar –le contesto mientras intento soltarme- me haces daño –le digo-
-Cállate y ven conmigo –me insiste-
-Déjala en paz gilipollas –salta Bárbara-
-Eh, déjala –dice Izan que hasta ahora se había quedado al margen-
– Eres un capullo – le digo ya cansada cuando veo que no me deja y me suelta pero en ese momento me da una torta en la cara que no me esperaba para nada, nunca me ha puesto una mano encima-
-Eres una niñata –me dice él cabreado- ala vete.
Me tapo la cara donde me ha dado, me duele y no me creo que el chico que es, bueno era mi novio me haya pegado. No me doy cuenta de lo que ha ocurrido hasta que no escucho el golpe de Izan en la cara de Oscar, reacciono porque mi amiga empieza a separarlos y yo también agarro a Izan para que no siga.
Oscar después del golpe se ha quedado parado soltando de todo por su boca, y cuando va a pegar a Izan este reacciona rápido y le coge de la camiseta.
-Como le vuelvas a poner un solo dedo encima, esto será poco -le dice con rabia-
-Quien cojones te crees que eres -le contesta intentando zafarse-
-Suéltale –le digo- vamos, no merece la pena –tiro de él y parece que reacciona porque le suelta-
-Espero que te haya quedado claro –le dice antes de darse la vuelta e irnos, mientras Oscar se queda allí descolocado-
Cuando ya hemos andando un poco, bastante callados los tres, Izan se para de repente y nosotras hacemos lo mismo.
-Chicas lo siento –nos dice- Helena ¿estás bien?
-Sí, gracias –le contesto- estoy mejor tranquilo.
-Vamos os acompaño –nos dice y comienza a andar, Bárbara y yo le seguimos-
Ninguno de los tres hemos dicho una palabra, estábamos cada uno con nuestros pensamientos, no sabíamos que decir, se notaba. Me fije en sus movimientos al andar, se le veía un poco tenso, y en como aminoraba el paso cuando veía que nos quedábamos atrás.
Acompañamos primero a Bárbara pilla antes que mi casa, nos despedimos y la digo que luego hablamos. Izan y yo seguimos el camino hacia mi casa, vamos callados, yo con mis pensamientos y él no se imaginó que con los suyos.
Cuando llegamos a mi casa me quedo parada sin saber muy bien qué hacer, si darle las gracias o no sé. Ha sido todo tan surrealista que aun no me lo creo.
– Bueno ya hemos llegado a mi casa -le digo al fin- gracias
– No es nada -me dice mirándome- ¿Estás bien, te duele? -y veo que está mirando mi mejilla y que levanta una mano con la intención de tocarla pero la detiene-
– Me duele -le digo- pero se pasará.
– No entiendo cómo ha podido tocarte, tratarte así -me dice cabreado- ¿Enserio estás con él?
– Sí, bueno estaba -contesto conteniendo las ganas de llorar y la rabia acumulada-
– Eh -me dice cuando bajó la cara y me abraza y ahí es cuando mis lágrimas empiezan a salir- no llores tranquila -escucho que me dice antes de escuchar mi nombre-
– Helena hija -dice mi padre- perdona no quería interrumpir.
– Hola papá -le digo con la mano en la cara intentando camuflar la marca- no molestas ya se iba – digo rápido-
– Hola, eh si ya me iba – contesta Izan- nos vemos adiós – dice marchándose-
– Adiós -le contesto mirando cómo se va-
– ¿Quién era ese chico? – me pregunta mi padre-
– Un amigo papá, ya entro que estoy cansada y tengo que seguir estudiando -le digo entrando en casa-
– Vale hija yo me voy, luego nos vemos -y nos decimos adiós con la mano-
Subí directa a mi habitación, me miró en el espejo lo primero, tengo un aspecto horrible con esa marca, no sé si podré taparla, tengo que pensar algo seguro que mis padres me preguntan. Voy a la cocina a por hielo aprovechando que mi madre está trabajando y mi padre se ha ido. Me lo pongo y me echo en la cama un rato, bueno en el hueco que me queda, mis gatos me quitan media cama, pero les quiero igual.
Estoy pensando en todo lo que ha pasado, en lo de Izan, en Óscar… No entiendo cómo me ha podido hacer esto, vamos a hacer un año, y jamás imaginé que sería así, aunque llevamos relación a distancia al principio estábamos juntos casi todos los días, cuando él estaba aquí. Pero desde que se fue nos hemos distanciado, yo le quería pero ya veo que él no tanto. Está claro que ha sido un error, pero estaré bien me digo a mi misma, aunque ahora solo tenga ganas de llorar y toda esta rabia. Y así me quedo dormida, mientras lloro, y pienso en el día de mierda.
Me incorporo asustada, es el zumbido de mi móvil, me he quedado dormida y no me he dado cuenta. Cojo el móvil y veo que es Bárbara, descuelgo necesito hablar con ella.
-Hola -me saluda- ¿Cómo estás?
-Hola Bar, estoy mal a ti no te voy a mentir -la contesto- ¿Y tú?
-Yo cabreada, pero más preocupada por ti -me dice-
– Gracias estoy que no me lo creo -la digo con un nudo en la garganta- es una mierda, pero se acabó.
– Haces bien, mejor así -me contesta – mañana nos vemos en la uni ¿no?
– Claro, así estudiamos un poco. Me va a ser un poco imposible estudiar ya hoy -la digo-
– Descansa y ya mañana nos ponemos -dice ella- Oye ¿Tu cara?
– Puf mal, tendré que tapármelo como pueda o inventarme algo -digo mirándome y viendo que empieza a cambiar de color- lo tengo peor de lo que esperaba…- madre mía me escucho decir en voz alta-
– Joder tía, ahora pienso algo y te digo, tú intenta taparlo -me dice- Y descansa, mañana nos vemos amiga.
– Gracias, lo intentaré -la contesto- Hasta mañana.
-Chaoo -se despide y cuelga-
Pongo la escusa de que no tengo hambre porque estoy agobiada por los exámenes, para no tener que estar con mis padres. Me lo intento tapar por si entran por mi habitación, y les digo que me dormiré pronto para mañana seguir estudiando.
A la mañana siguiente, después de tirarme un buen rato tapándome la marca, consigo que no se note. Voy con Bárbara a estudiar a la biblioteca de la uni. Estamos de camino cuando nos encontramos a Sofía por el camino, aceleramos para alcanzarla ya que va un poco acelerada y ni siquiera nos ha visto.
-Sofiii – grita Bárbara y esta se gira-
-Hola -se para dónde está esperándonos-
-Que rápida vas -la digo y me doy cuenta que está un poco tensa- ¿todo bien? -la pregunto-
-Emm si… -contesta con inseguridad- Iba a estudiar.
-Pues como nosotras, ¿Y tus apuntes? -la dice Bárbara mirándola bien-
-Puf que cabeza se me olvidaron…-dice pensativa-
-Te acompañamos si quieres a por ellos -la digo- no tenemos prisa
-No hace falta…-dice mirando para otro lado-
-Oye ¿estas bien? -pregunta Bárbara- te noto rara… -la mira y Sofía le rehúye la mirada-
-No no pasa nada -dice nerviosa- será por los exámenes-
-Por eso te vas dejando los apuntes por ahí -la digo- que cabeza, vamos te acompañamos
-Vale…-dice ella no muy emocionada y empezamos a andar hacia su casa-
Estamos ya llegando, Sofía muy callada, tensa como nerviosa, nosotras hablando e intentando darla conversación, pero nada. No sabemos si sacarla el tema de su padre, con los exámenes y todo no queremos agobiarla. Pero ella se para, sin más, se queda ahí sin llamarnos ni nada, nos damos cuenta y miramos atrás.
-Que haces Sofi, tu casa está allí -dice Bárbara señalando una calle más adelante-
-¿Qué pasa? -la digo mientras me acerco a donde está y ella de repente me abraza sin decir nada-
Viene Bárbara y la abrazamos, no dice nada pero empieza a llorar, lo noto. Después nos separamos un poco y la miramos, está asustada y nerviosa, se coge el brazo y hace una mueca de dolor.
-Oye cuéntanos qué pasa -la digo-
-Chicas, vámonos de aquí -nos dice y empieza a andar en otra dirección-
La seguimos, y acabamos en una calle por ahí pérdida, entramos en un bar que ahí y nos pedimos unos cafés y una tila para Sofía. Vamos hacia una mesa vacía al fondo y nos sentamos las tres.
-No sé cómo decirlo -empieza a hablar- me da vergüenza está situación, no sé qué hacer…
-Cuéntanos somos tus amigas, te apoyamos, solo deja que te ayudemos -la digo-
Si aquí estamos para todo -dice Bárbara cogiéndola la mano-
– Sabéis que mi padre estaba más tranquilo -comienza a contarnos- descubrí que estaba de viaje, pero no de negocios, estaba con otra mujer. Mi madre lo sabe, y hablé con ella, pero no quiere separarse de él. Yo ya no aguantaba más, vi como pegaba a mi madre y me interpuse… Me agarró del brazo bruscamente y me empujó fuerte, caí al suelo. Me grito que no me metiera que no es cosa mía, le contesté y me amenazó, me hizo daño… -empiezan a inundarse sus ojos de lágrimas hasta rebosar- no puedo más
– Aquí estamos, no estás sola -la digo- si necesitas quedarte en mi casa, o si quieres denunciar o lo que quieras, te acompañamos.
– Tenlo claro, no vamos a permitir que te toque más, y no me parece bien que tú madre no haga nada -dice Bárbara y justo traen lo que hemos pedido- tomate la tila te vendrá bien.
– Gracias, no sé qué haría sin vosotras -dice ella angustiada- me da miedo ir a casa, pero no quiero dejar sola a mi madre.
– Hoy quédate en una de nuestras casas, o mejor ¿Por qué no dormimos las tres? -dice Bárbara- repasamos y luego vemos una peli y te contamos un drama nuestro para que te olvides un poco del tuyo.
– Mira yo tengo uno bueno -digo- pero tienes que quedarte con nosotras y aguantarnos toda la noche y lo que queda de día.
– Vale luego aviso a mi madre…-dice ella- Pero ¿ha pasado algo?
– Algo ahí…
Nos quedamos un rato tomándonos lo que hemos pedido y tranquilizando a Sofía, no entiendo cómo un padre puede hacer eso a su hija y a su mujer. El mundo está muy mal, lo mío comparado con eso no es nada. Aunque me duele un poco la mejilla, y odio a Óscar por todo lo ocurrido, menos mal que no me ha vuelto a hablar.
Salimos y vamos a la biblioteca de al lado de la uni, vamos a repasar y estudiar un poco para el examen que nos queda. Estoy agotada en general, pero bueno es un esfuerzo más y somos libres al fin. Estamos estudiando un buen rato, al final Sofía pide apuntes a una compañera.
Se nos hace tarde, y salimos de allí agotadas mentalmente. Llamo a mis padres y les digo que voy a casa de Bárbara a dormir y a terminar de repasar, no me ponen problemas. A Sofía tampoco muchos, ha escrito a su madre no se atrevía a llamar. Vamos ya llegando a la calle de mi amiga, y veo a unos besándose. No me fijo muy bien, pero algo me llama la atención, entonces cuando nos estamos acercando más a dónde están ellos, lo veo y ya sí que tengo todo claro.
![Novelas Romanticas Gratis Novelas Romanticas Gratis](https://elbauldelosuenos.com/wp-content/uploads/2020/10/Entre-tu-y-yo-2-1024x1024.jpg)