Capítulo 9 – Helena

Después de pasar  la noche con mis amigas Bárbara y Sofía, le cuento a esta última lo que me ha pasado con Oscar incluido lo de Izan y demás, ella se queda flipando y por un momento deja de pensar en sus problemas. Además hablamos de lo que hemos visto hace poco en la calle, bueno de a quien hemos visto, a él y Claudia besándose ahí en medio, sin más.

A la mañana siguiente tenemos examen, nos vamos a la uni primero a repasar y luego a acabar con nuestro penúltimo examen. Salimos bastante contentas, no ha ido mal, y vamos a la cafetería de enfrente, nos ha escrito José que esta con Elsa y Sofía.

Entramos y nos sentamos con ellos, nos ponemos al día y les cuento lo mío con Oscar, como es de esperar flipan igual que todos, y le ponen a parir. Después comenzamos a hablar de otras cosas, y Sofía decide contarles a José y Elsa lo que le pasó.

– Vete de ahí Sofi –le dice José-

– No es tan fácil –suspira ella- No sé que voy a hacer, intentaré evitarle.

– De momento es lo mejor –la digo- Encontraremos una solución.

– Pensaremos que hacer en cuanto acaben los exámenes –dice Bárbara- Y sino como dice José te vas, y nosotros te acogemos.

– Ojalá chicos, muchas gracias –dice ella- Espero arreglarlo de alguna forma, sino ya veremos.

– Sino, te vienes conmigo –interviene Elsa- Tengo sitio –la sonríe-

– Ala, pan B solucionado –dice Bárbara entusiasmada y todos reímos-

Salgo de allí y me voy a casa, dejo allí a mis amigos, yo tengo cosas que hacer, como estudiar y echarme un rato, no he dormido muy bien y lo necesito. Voy caminando por la calle tranquilamente, pensando en lo que tengo que hacer, se me han olvidado los cascos por lo que no me pongo la música. Estoy ya casi llegando, me giro porque tengo la sensación desde hace un rato de que me siguen, siento como que viene alguien detrás una sensación extraña, pero no veo nadie puede que sea cosa mía del cansancio.

El resto del día después de echarme un rato me quedo estudiando, me cuesta un poco concentrarme, tengo muchas cosas en mi cabeza, entre ellas ese chico que ha entrado en mi vida, aunque poco se de él pero me llama mucho la atención, como me protegió el otro día, la manera de mirarme. Debería estar jodida por lo que ha sucedido con Oscar,  aunque estoy mal el odio que tengo hacía él ahora mismo es más grande, junto con la rabia.

Pasan los días sin novedades, estudiar ha sido mi prioridad, estudiar en casa y con mis amigos, como siempre. Si que algún día he tenido la sensación de que alguien iba detrás de mí, pero luego no he visto a nadie. No me gusta nada, pero tampoco me quiero poner paranoica, por lo que no he dicho nada, solo se lo comente un día a Bárbara y tampoco le dio importancia.

No he vuelto a ver ni a Oscar ni a Izan, tampoco he tenido ocasión pero siempre que estábamos en la cafetería de la uni miraba por la ventana, y yo se que en el fondo esperaba que apareciera por la puerta, pero no he dicho nada.

Llega el viernes y como no él último examen, estoy nerviosa y contenta a la vez, hemos quedado con los demás para comer después y ya estoy deseando que pasé el tiempo. Cuando salimos del examen miro a mi amiga y veo que esta sonriendo, y me doy cuenta entonces que ya hemos acabado.

Llegamos al restaurante donde hemos quedado y vemos que José y Elsa ya están allí, y justo cuando vamos a la mesa por detrás siento que alguien me coge y en ese momento casi me da un infarto.

-Chicas-nos dice Sofía de repente y a mi se me cambia la cara-

-Que susto joder-la digo con la mano en el pecho-

-Lo siento, es que os vi vine corriendo-nos dice-

-Venga vamos a la mesa –dice Bárbara y nos sentamos con los demás-

-Hola guapas –dice José sonriendo- Ya libres de exámenes –dice contento-

-Si por fin –decimos Elsa y yo a la vez y nos reímos-

-¿Qué tal todo? –nos pregunta Elsa- ¿Ya tenemos sitio para mañana? –refiriéndose a la supuesta fiestas de Víctor y compañía-

-Si claro, en el bar de un amigo –contesta Bárbara- me dijo que sin problemas y me paso la dirección –dice sonriente-

-Uy uy, ¿Y Víctor qué? –pregunta José- A mí me cae bien, es buen tío.

-Si es majo la verdad –digo yo-

-La verdad que mira últimamente estamos hablando más, pero vamos no sé… –dice Bárbara- Lo que sea será –sonríe-

-Haces bien, lo que surja –dice Elsa-

Hablamos del sábado, no paramos de hablar emocionados por todo, contentos porque hemos acabado una etapa y empezamos otra nueva, brindamos por nosotros, por seguir juntos y por qué queda por venir. Y cuando ya nos dan las tantas después de comer, del postre, nos venimos arriba y pedimos una botella de chupitos, y así hasta que ya nos damos cuenta que tenemos que irnos o si no nos echaran, y salimos de allí.

Pero no acaba ahí vamos a casa de Elsa y allí seguimos la celebración, bebiendo, hablando, jugando, lo que se nos ocurre en el momento. Yo me lo paso tan bien que creo que es de los días más felices de mi vida, con mis amigos esos que están ahí siempre en las malas y las buenas, todos hemos conseguido sacar él curso, acabar la uni y estoy muy orgullosa.

Me despierto desorientada, no sé donde estoy pero cuando abro bien los ojos me acuerdo del día de ayer, y que nos quedamos aquí dormidos en casa de Elsa y que me duele un poco la cabeza, normal con lo que nos metimos para el cuerpo. Nos suele pasar mucho, pero ella está encantada de que nos quedemos, siempre lo ha dicho. Cojo mi móvil y veo una petición de amistad, anoche ni lo use. Me sorprendo cuando veo que es de un chico que se llama Izan, pues solo pienso en un chico con ese nombre, entro en su perfil y efectivamente es él, aunque no sube muchas fotos por lo que puedo observar, pero justamente hay una que me encanta. Le acepto, claro como no y también le sigo de vuelta, entro de nuevo para mirar su perfil, vamos para cotillear.

-Buenos días –me dice Bárbara bostezando-

-Buenos días marmota –le contesto –

-¿Qué miras tanto en el móvil?-me dice acercándose-

-Ah nada, solo… -me quedo pensativa pero al final se lo digo- que me ha seguido Izan.

-Anda ya, ¿enserio? –dice sonriendo-  Déjame verlo.

-Mira –le enseño el móvil y ella sonríe-

-Es guapo eh –me dice riéndose y la doy un codazo-

-Calla –la digo riéndome- si es guapo.

Nos quedamos ahí riéndonos y luego se unen los demás, desayunamos yo mi café como siempre, sino no soy persona y unas tostadas que nos hace José, luego cuando ya hemos recogido un poco la casa decidimos que ya nos vamos la nuestra, Elsa se tiene que ir a trabajar.

Como donde mi abuela con mis padres, ella es encantadora y la única de mis abuelos que siguen vivos, la quiero mucho siempre me dice que vaya allí que le gusta verme, la cuento mis cosas y ella siempre me escucha, y yo la pido que me cuente también ella sus cosas. Incluso me cuenta cosas de su vida, y yo me quedo escuchando, desde que era pequeña ha sido así, me leía siempre cuentos, o se los inventaba, se le da bien la imaginación, por ella es por quien me aficione a la lectura y la verdad que se lo agradezco, porque ahora me encanta.

-Mi niña, tú puedes hacer lo que te propongas en la vida – me dice mi abuela sonriendo- eres muy especial, ya lo sabes –y yo sonrió y la abrazo-

-Gracias abuela, eres la mejor-la digo- y la comida muy rica, ahora que tendré más tiempo vendré más  a verte.

-No te preocupes hija, que yo se que tenéis cosas que hacer –dice ella con una sonrisa- ven cuando tú puedas, que yo estoy encantada.

Mis padres se van porque tienen cosas que hacer, y yo me quedo un rato más allí con mi abuela quiero aprovechar el tiempo con ella, me da lástima cómo pasa el tiempo y ver que se hace mayor, me da pena no poder estar tanto tiempo con ella. Ponemos una película, y al final me quedo dormida en el sofá.

Ya ha llegado la hora de prepararse para la fiesta, estoy con Bárbara y Sofía que últimamente está más con nosotras por el panorama de su casa.  Después de cenar nos decidimos a mirar que nos ponemos, esta vez me apetece ir de negro, me decido por una falda de cuero negra, y una camiseta también negra. Mi amiga Bárbara también se decide por unos pantalones cortos negros y una camiseta blanca, y Sofía va de rojo con pantalones cortos. Las tres nos maquillamos, nos dejamos el pelo suelto y un rato después estamos listas para irnos.

Esta vez vamos nosotras tres antes que José y Elsa, como ella ha tenido que trabajar hoy tiene que ir a prepararse y todo,  mi amigo la acompaña para que no vaya sola. Vamos por la calle contentas, riéndonos haciendo el tonto, nos hacemos alguna foto.

-¿Os imagináis que aparece Oscar? –dice Bárbara- esta vez le pego yo –y nos reímos todas-

-Calle que sigo cabreada, bueno no es la palabra pero ya entiendes –la digo- no me apetece verlo ni hoy ni nunca, la verdad.

-Suerte que no haya querido ponerse en contacto contigo –dice Sofía-

-Mejor así, sabe lo que hay –dice Bárbara-

-Mirar chicas –señalo el local- es ahí.

-Vamos que ya está aquí la fiesta – dice Bárbara contenta y vamos hacía allí-

En cuanto entramos veo que hay ya gente, más de la que pensaba pero está bien, veo que hay luces y hay buen ambiente. De camino a la barra veo que están los chicos, y me quedo mirando al que está de espaldas, por lo que puedo intuir por los tatuajes es Izan.  El se gira y se me queda mirando, y nos sonreímos.

– Hola chicos –dice mi amiga Bárbara y luego Sofía y yo a la vez –

– Ey –dice Diego – ¿Queréis algo?

– Pues claro que quieren – dice Víctor-Hola guapas –nos saluda y nos da dos besos-

-Hola –nos saluda Izan y nos guiña un ojo, aunque veo que se queda mirándome-

Iván nos sirve las copas, y al rato aparece su amigo Jorge y se une al grupo, nos echamos unas risas todos y  luego decidimos irnos a bailar mis amigas y yo. Los chicos se quedan hablando, y nosotras lo damos todo bailando, me siento bastante bien y de momento va bien la noche, a veces miro hacia la barra pero sé que lo hago solo para ver si me mira, y para verle.

Al rato aparece José y Elsa, vemos que están en la barra con los chicos y luego vienen con nosotros a bailar, me dejo llevar, disfruto de la música que no es mala y del momento. Bailamos y bebemos, nos dispersamos un poco, me quedo con José y Sofía, Elsa y Bárbara desaparecen.

-Chicos salgo un momento que me dé el aire, así también veo donde están las chicas- les digo a mis amigos-

-Vale aquí estaremos –me dice Sofía y José asiente-

Al irme veo a Elsa en la barra hablando con alguno de los chicos, pero no está Bárbara, decido salir a la calle pues también necesito que me dé el aire. Cuando estoy a punto de salir me choco con alguien, levanto la cabeza y es Izan, me mira y sonríe.

-Hola –le digo-

-Hola otra vez –sonríe- ¿Vas a salir?– asiento y salimos los dos a la calle, se saca un cigarro y se pone a fumar-

-Oye sabes que fumar es malo –le digo-

-Bueno de algo hay que morir ¿no? –me dice- Eso suele decir la gente –ríe-

-Eso no hace gracia –le digo- además está muy dicho, búscate otra frase.

-Debería –sonríe- ¿Ya te has cansado de bailar? –me dice-

-Un poco, necesitaba aire y no encuentro a mi amiga Bárbara –le digo y él se ríe un poco- ¿Qué te hace gracia?

-Nada, nada –me dice sonriendo- que tu amiga seguro que se lo está pasando muy bien.

-Oye ¿qué pasa?-le digo sin entender lo que me dice-

-Nada tranquila, creo que esta con Víctor – me dice- tampoco lo encuentro

-Bueno en ese caso estoy tranquila – rio y él se ríe conmigo, me puedo imaginar que hacen esos dos-

Me quedo mirando al cielo, a su lado apoyada en la pared, me siento contenta un poco bebida pero bien, siento que me está mirando, pero ninguno de los dos decimos nada más. Al final me atrevo a hablar, no me incomoda estar así con él, pero se me viene a la cabeza lo que paso con su hermano.

– ¿Cómo está tu hermano? –le digo mirándole-

– Bien, está bien –me dice sorprendido- Gracias.

– No sé porque me las das, pero no hace falta–le digo-

– Por preguntar-me dice mirándome- ¿Y tú como estas?

– Bien ahora mismo, bien –sonrió- ¿Y tú?

– Ahora bien –sonríe- ¿Has vuelto a verle?

– No –le digo sin pensar, se a quien se refiere- Y prefiero no hacerlo –me mira y va a decirme algo más cuando escucho una voz que viene de dentro-

– Holaaa –dice José bastante bebido –

– Si que lo estas celebrando bien eh –le digo riéndome-

– Estoy en mi mejor momento –me dice riéndose- Vamos a bailar – y me coge para bailar y le sigo un poco el juego-

– Venga ya José –le paro riéndome y se da cuenta quien está conmigo-

– Anda si esta aquí nuestro amigo de los tatuajes –le da en el hombro- ¿Todo bien?

– Perfectamente – le contesta Izan- Bueno yo entro ya.

– Oye ¿no habré interrumpido algo? – le dice José-

No contestamos porque justo escuchamos el ruido de una moto aproximándose a nosotros, y cuando se para y veo quien va en ella me quedo sorprendida. No porque no me lo esperara sino que viéndolos ahora hacen una pareja increíble, y no me había dado cuenta antes.

– ¿Nos estabais esperando? –dice Víctor con gracia-

– Si claro, a vosotros – le contesta Izan dándole de broma en la cara mientras se ríe-

– Oye Helena –dice Bárbara mirándome- ¿Te importa si me voy con él?

-¿Enserio me lo estas preguntando? –la digo- Pues claro que no tonta –la digo sonriendo-

-Me da cosa dejarte, sobretodo que luego vayas sola – me dice-

– Que no pasa nada, además sabes que siempre me acompañan aunque sea un poco –la digo- Tu vete y pásalo bien – sonreímos y me abraza-

-Oye chicas yo también quiero – dice José abrazándonos- ¿Ha pasado algo? – nos reímos-

-Todo bien, y tú deja de beber que me tienes que cuidar a las chicas – le dice Bárbara-

-No quiero interrumpir –dice Víctor que estaba más apartado con Izan- ¿Todo bien?

– Si todo bien -le digo y le guiño un ojo-

-Pues vamos chica mala – dice mirando a mi amiga y ella le pega de broma-

-Calla motero que eres un prisas – dice ella y mira a Izan- Tú amigo espero que cuide de mis chicas –dice refiriéndose a él-

-¿Te refieres a mi? –le dice Izan- Están en buenas manos – le guiña el ojo-

-Espero que no me hagas entrar a hablar con los demás –le contesta mi amiga-

-Tranquila que yo creo que estamos todos igual –ríe- O quizá mejor que tú amigo –señala a José apoyado a mí-

-Cuidadito conmigo que estoy lo mejor que puedo – dice José y nos reímos-

– Os podéis ir ya –dice Izan y me abrazo con Bárbara y la deseo buena noche-

– Pasarlo bien y no bebáis mucho – dice Víctor montándose en la moto-

Bárbara se sube en la moto y se colocan el casco, se agarra a Víctor y  este arranca la moto, nos despedimos mientras se van calle abajo, y ahí nos quedamos viendo la moto desaparecer. Me doy cuenta que José ya no está a mi lado, seguro ha entrado dentro, ya va un poco mal y me da a mí que va a acabar peor.

– Bueno pues ya se han ido –digo en alto- 

– Si –me dice Izan- Venga vamos dentro que te invito a otra –me sonríe –

-Vale –sonrío y entramos dentro-

Una vez dentro vamos a la barra en un hueco que vemos libre, no me acordaba que hubiera tanta gente. Veo que un poco más allá están Sofía y Elsa con alguno chicos, y sonrió por inercia.

– ¿Qué quieres? –me pregunta Izan-

-Emmm… Quiero Ron con Coca-Cola – le contesto y él lo pide-

– ¿Te gusta la música? –me pregunta-

– ¿La que suena ahora mismo? –suena No Promises de Demi Lovato- Si me gusta –sonrió-

– No es por tirarme flores pero yo soy el dj –me dice sonriendo-

– Tienes buen gusto no lo voy a negar – sonrío y nos traen las copas-

– Me lo dicen mucho – dice riendo- ¿Qué música te gusta?

– Pues de todo un poco, depende el momento –le digo- ¿A ti?

– A mi sobretodo música electrónica y Rock –me contesta-

– ¿Y que más te gusta a parte de la música? –le pregunto interesada-

– Salir a correr, los coches, los tatuajes aunque es obvio ¿no?–se ríe- ¿Y a ti?

– A mi leer, ver películas  y quedar con las chicas –le contesto- Aunque luego me dejen tirada, es broma –rio-

– Luego te acompaño yo, no te preocupes – me dice-

– No lo he dicho por eso –le digo- no pasa nada.

– Ya, pero yo quiero acompañarte hay mucho loco suelto – me dice-

– Ni que lo digas, últimamente siento como que me siguen o no sé –le contesto y le cuento lo que me pasa a veces, ese presentimiento – seguro que  son cosas mías, pero ya son varias veces, no sé…

– Y si fuera así, ¿Quién crees que pudiera seguirte? –me dice él-

-No sé, alguna vez he pensado en Oscar, pero no he visto a nadie –le contesto-

– No es ninguna tontería, ten cuidado porque puede ser –me dice preocupado- no le conozco pero el otro día no me gusto nada –me mira-

– Ya, a mí tampoco me gusto, sinceramente nunca me había pasado nada parecido con él, es como si no le conociera –le digo- se que esta con esa chica, los vi en la calle liándose. Pero no quiero volver a verle, no puedo ni quiero tenerle en frente.

– No te preocupes, hacemos una cosa yo te acompaño luego y te voy a dar mi número por si necesitas llamarme o algo en algún momento, no importa la hora ni nada, si necesitas cualquier cosa llámame –me dice y yo asiento y le doy el móvil para que lo apunte-

-Gracias –le digo y sonrío-

-No las des –me guiña un ojo y sonríe-

Estamos un rato más en el bar, hablamos nosotros y le voy conociendo un poco más, al rato nos juntamos con el resto, cuando vemos que ya es tarde nos vamos. Elsa, Sofía y José se van a casa de la primera, y algunos de los amigos de Izan se quedan un poco más. Él y yo nos vamos, la verdad me siento más segura si me acompaña, no lo voy a negar.

Vamos los dos hablando y hablando, ya que cuando bebo me suelto mucho y no paro de hablar, y él parece cómodo. Cuando llegamos casi a la esquina de mi calle le digo que ya voy sola, pues ya queda un tramo muy corto y el tiene un camino hasta llegar a la suya. Me ha contado que ahora vive con su amigo Iván, porque ha tenido movida con sus padres y que está mejor así.

-¿Segura? No me importa acompañarte más –me dice-

– Segurísima –le contesto – Muchas gracias por acompañarme y por la noche, me lo he pasado muy bien –le digo sonriendo-

– Y yo, gracias a ti también por alegrarme la noche –me contesta- Y cualquier cosa tienes mi número, para lo que quieras.

-¿Para lo qué quiera? No sabes lo que has dicho –le digo riéndome-

-Miedo me das, pero ya no hay vuelta atrás – se ríe-

– Bueno ten cuidado –le digo y me acerco para despedirme-

-Y tú, avísame cuando llegues- me abraza y me da dos besos-

-Está bien te escribo –le digo- Adiós, buenas noches –me despido de él-

-Adiós, ten cuidado y descansa anda –me guiña un ojo y se queda ahí parado mientras me voy, hasta que decide irse cuando ya estoy llegando a mi esquina-

Entonces en ese momento siento una presencia, miro atrás y no veo nada, sigo andando y escucho un ruido, un silbido. Sigo andando sin hacer caso, puede ser cualquiera, y escucho pasos detrás de mí, sigo andando más rápido, miro atrás y veo a alguien pero no distingo quien es. Estoy casi llegando a mi casa, angustiada y corriendo con los malditos tacones. Llego a la puerta y saco las llaves lo más rápido que puedo, pero se me caen con los nervios, las recojo y busco la llave, la encuentro y escucho una risa, hasta que consigo abrir la puerta y meterme dentro. Estoy asustada, no sé quién es, o si es una broma pesada, pero no me da buena espina, y si es Oscar que me quiere joder por todo lo que ha pasado, no lo tengo claro pero tengo que averiguarlo.

novela de amor
novela de amor