Capítulo 14 – Izan

Aquí le tengo delante de mí con una navaja amenazándome y yo quieto esperando una respuesta por su parte, un poco acojonado pero con ganas de que hable de una vez. Me mira con una sonrisa burlona, intentando intimidarme con una navaja en la mano y con otra escondiendo algo, que al final puedo distinguir como un puño americano.

-Visto lo visto, porque lo he visto –me dice- estas saliendo con esa chica, si la preciosidad del cabello negro.

-No estoy saliendo con nadie, es solo un lio –le contesto asqueado-

-Ya claro, ¿me lo tengo que creer? –se ríe-

-Deberías porque es la única realidad, y ahora dime qué quieres –le contesto intentando terminar lo antes posible con esta conversación –

-Como ya sabes hacemos carreras con coches, ¿lo sabes no? –hace una pausa y continua hablando sin dejarme contestar- si, como los viejos tiempo. Me acuerdo cuando éramos colegas lo mucho que te gustaba. –me dice sin dejar de mirarme-

-Ya no me va –le contesto-

-Pues el trato va así –me dice-

-¿Y si me niego? –le reto-

-Es así de simple, o vuelves conmigo o habrá consecuencias –me dice serio- ya me conoces.

-No toques a los míos –le digo cabreado-

-Pues cumple con el trato –me contesta- mañana a esta hora en este lugar quiero una respuesta y no intentes jugármela, sabes que voy a ganar.

Tardo en irme a casa, doy vueltas y vueltas pero por más que pienso no me queda otra. Tengo que aceptar lo que me pide, sino se que es capaz de lo que sea solo para joderme, le conozco muy bien. Por desgracia fuimos colegas hace un tiempo, pero acabo mal y ahora tener que volver con él me jode, pero más me jodería que tocara a alguno de los míos, eso sí que no lo voy a permitir.

Lo primero que hago es informar a los chicos de lo que ha sucedido y sacarlos de dudas de quien es el desgraciado. Estamos en casa todos, Víctor, Diego, Jorge, Iván y yo. Hablamos todos, me dicen que no lo haga que me ayudaran que hay que pensar algo, pero saben que con él no se juega, no es trigo limpio.

-Joder tío, vaya mierda –suelta Víctor-

-No pasa nada, acepto hago lo que sea y quedo en paz con él –les digo-

-Sabes que no será tan sencillo, tú le conoces mejor que nosotros –me dice Jorge-

-Lo sé, pero es lo único que puedo hacer ahora mismo –le contesto-

-Mira que acepte y vemos que va pasando, Izan sabe moverse por ese mundo no es la primera vez –dice Iván- además si hace falta voy contigo-

-Gracias tío pero tranquilo de momento con que me meta yo es suficiente –contesto-

-Vamos y le damos una paliza y listo, joder –dice Diego cabreado-

-No, eso hizo y mira como están las cosas –contesta Víctor por mi-

-Ya esta chicos, así quedamos y os mantengo informados –les digo convencido-

-Está bien, pero nos informas de todo cualquier cosa ya sabes –dice Jorge-

-Si tranquilo –le confirmo-

Nos tomamos unas cervezas más, y luego se van todos dejándonos solos a Iván y a mí. Mi colega se queda en el salón, pero yo cansado me voy a mi habitación. Le mando un mensaje a Helena, la digo que es quien creía y que no podemos vernos, por el momento lo mejor es que estemos alejados. Ella no hace más que preguntarme, pero incapaz de contarle la verdad le contesto que estoy bien y que si pasa algo la informaré.

Al día siguiente tengo más claro en la mierda que me estoy metiendo, es como volver al pasado, huir de la policía meterme en líos, peleas, la misma mierda. Me estoy fumando un cigarro cuando me suena el móvil, miro la pantalla y es un número desconocido.

-Quien es –contesto cuando descuelgo-

-Hola Izan –me contesta una voz que reconozco-

-¿Qué quieres ahora? –le digo-

-No puedo verte luego, me han surgido unas cosas –me contesta-

-Si tienes cosas más importantes podemos dejar este asunto –le digo-

-No tendrás esa suerte viejo amigo –se rie- lo zanjamos ahora. Dame una respuesta y ya esta, es sencillo. ¿Aceptas venir conmigo?

-Acepto –suspiro- no me queda otra.

-Perfecto, espero que te animes, ya sabes que te lo vas a pasar muy bien –me contesta-

-Lo que digas –contesto-

-Lo primero que vas a hacer, esta noche te reúnes conmigo en el lugar de siempre. Quiero decir, donde siempre quedábamos ¿recuerdas?-

-Si –le digo mientras me vienen recuerdos a mi cabeza-

– A las 23 horas te espero, no me falles –me dice y cuelga-

Cabreado le doy una patada a lo primero que pillo, y hago que la silla se estampe contra el suelo.  Armo tal jaleo que mi amigo Iván sale asustado de su habitación, y entonces me doy cuenta de que no estaba solo. Me abraza porque siento destrozado, porque sé lo que me espera a partir de ahora, y también que me tengo que distanciar de personas que no quiero y en concreto de ella.

Me paso el día trabajando e intentando no pensar en lo que me espera por la noche, me pongo música mientras estoy en el almacén, estoy tan en mi mundo que no me entero de que se acerca Jorge hasta que me da en el brazo y por poco me mata del susto.

-Tío quieres matarme eh –le digo-

-Casi –me dice riendo-

-¿Qué pasa?- le pregunto-

-Nada que ya es casi la hora de cerrar, ¿te queda mucho? –me dice él-

-No ya estoy terminando, pero no me esperes que tengo plan –le digo-

-¿Se puede saber el plan? –se me queda mirando-

-No se puede –le contesto-

-Anda ya –me dice y le suena el móvil- espera un momento

Se aparta para hablar por teléfono mientras yo sigo colocando unas cosas, cuando cuelga me dice que es su hermana que le necesita para algo, y le digo que se vaya que termino y cierro. Y eso hago cierro, y después me dirijo al sitio donde he quedado con Cristian, me pilla un poco retirado por lo que voy bien de tiempo.  Me meto por unas calles estrechas para llegar mejor a mi destino, con mi música a tope para no pensar mucho y en un rato me planto allí.

Desde el principio de la calle veo a tres personas,  según me voy acercando distingo a Cristian y a dos chicos más que también conozco. Están hablando entre ellos pero desde aquí no les puedo oír bien, pero se ríen mucho. Cuando ya estoy casi donde ellos me ve uno de los chicos que si no recuerdo mal se llama Germán y esté enseguida avisa a los otros, me miran y una sonrisa se les dibuja en la cara, todo lo contrario a mí.

-Hombre mirar a quien tenemos aquí –dice Cristian entusiasmado-

-Pensábamos que estaba de coña –dice Germán dirigiéndose a mi-

-Aquí estoy –digo secamente-

-Y nos alegramos de ello –dice Cristian-

-¿Qué quieres? –le digo-

-Nada amigo, charlar un rato ya que tenemos un asunto importante que comentarte-contesta Cristian-

-Dime de qué se trata –le digo-

-Venga Matías te concedo el honor- dice mirando a su amigo-

-Resulta que en unas semanas empieza una apuesta grande, y seguro que estas interesado –me mira este- se que te gustan los coches, y esta por medio una carrera.

-¿Y yo qué gano con eso? –miro a Cristian-

-Es muy simple, tú haces lo que te digo y nadie sufrirá ningún daño –me dice-

-Y me tengo que fiar ¿no? –le digo-

-Deberías, ya te lo aseguro. Solo quiero tenerte de vuelta una temporada, eres muy bueno conduciendo y sé que no te viene mal el dinero –me dice-

-¿Me quedaría parte de la pasta si gano? –le digo-

-Ten por seguro que no te irás con las manos vacías –me contesta- te veo dudoso, pero no importa te doy unos días, aunque te conviene hacerme caso ¿o quieres sabes lo que puede pasar?

-Tranquilo,  lo haré no tienes que hacer nada –le digo conteniéndome-

-Así me gusta, como en los viejos tiempos, juntos –me dice y se ríe-

Me explica un poco donde va a ser, también me comenta que me conseguirá un coche que me puede interesar, además no para de decirme que me estará vigilando de cerca, que no me ande con tonterías. Yo intento mantener la calma, empieza a hablar del día que le di la paliza, y se ríe como un enfermo, si no le conociera me daría hasta miedo. Los otros dos le siguen el juego, todo va medianamente bien hasta que empieza a hablar de ella y eso ya me pone en alerta. Le aseguro que es una chica más, que ya sabe que ahora solo busco rollos y no me interesan las relaciones, intento hacer que se olvide del tema y por ahora parece que lo deja a un lado.

No me hace gracia meterme en lio, pero no ha sido tan malo como pensaba, aunque puede que este sea el principio y aun queden cosas peores que aguantar, con Cristian nunca se sabe. La situación para mí ha sido incomoda, casi que se estaban riendo de mi en mi cara, sobre todo cuando han nombrado a Helena, pero he aguantado como he podido para no perder la poca calma que me queda.

Al llegar a casa veo que Iván ya ha llegado, no me había dado cuenta de lo tarde que era, después del mal rato me he ido a dar una vuelta. Me cojo una cerveza y me siento en el sofá a su lado, creo que lo mejor que puedo hacer es contarle que he visto a Cristian y todo lo más. Una vez que he acabado de hablar el suspira y me mira, sabe en lo que me estoy metiendo, pero también sabe que no me queda otra.

-Me tienes aquí, si necesitas ayuda –me dice-

-Gracias tío –le contesto-

Me levanto algo mejor, el cansancio acumulado ha hecho que duerma mejor pero aun así no ha sido suficiente. Saco a Charly antes de ir a trabajar, hoy mi amigo va más tarde y le dejo que descansé. Después de tomarme mi café, ducharme y prepararme para irme a trabajar, veo un mensaje de Helena pero lo ignoro, contra menos contacto mejor me digo a mi mismo.

Paso la mañana como siempre en el almacén, hasta que viene Jorge y me invita a desayunar, me sonsaca un poco lo que hice anoche, pero le oculte detalles que es mejor que no sepa, bastante que lo sabe Iván y el motivo es simple, él ha estado en ese ambiente.

Jorge se cabrea un poco por no habérselo contado, me dice que ya no le cuento las cosas, que no quiere que acabe como en el pasado y que me puede ayudar, es un cabezota y no quiere entrar en razón. Pero consigo cambiar de tema y hablamos de otras cosas, como que ayer su hermana se quedo tirada con el coche y por eso tuvo que ir él, se ríe contándomelo y al final con la tontería me contagia la risa, es de agradecer los momentos así y más con lo que se me viene encima. Me pregunta por Helena, pero le desvió un poco el tema no me apetece hablar de ella, y le digo que lo mejor es que se quede así.

Termino mi jornada, pero antes veo unos mensajes de Víctor diciéndome que ha estado con las chicas y que tiene que contarme una cosa, que le avise y viene a casa. Voy a contestarle que vaya en un rato pero no me da tiempo, se enciende mi pantalla y veo una llamada de Cristian.

-¿Qué pasa? –le digo al descolgar-

-Ni un ¿Hola? Que mala educación amigo-me dice y se rie-

-Hola –le digo seco-

-Así mejor, mira te voy a pasar unos datos con el coche que te comente y el tipo que lo vende, si te interesa solo tienes que decirle que vas de mi parte y no tendrás problema –me dice-

-Vale lo miraré –le contesto-

-Un gracias estaría bien, pero a ti te lo perdono. Ahora lo tendrás –me dice y me cuelga-

Veo que me ha mandado los datos, luego lo miraré tranquilamente, cuando voy a contestar a Víctor veo que he recibido otros mensajes de Helena, los leo parece preocupada, pero puedo imaginarme que de eso me querrá hablar mi amigo y cierro el chat.

Llaman al timbre, abro la puerta a Víctor que ha llegado antes de lo que esperaba y con Diego, parece agobiado por su cara. Les digo que se sienten mientras saco unas cervezas, una vez estamos todos acoplados en los sofás y con nuestras respectivas cervezas Víctor comienza a hablar, nos cuenta que una de las amigas de las chicas ha desaparecido, no da señales de vida.

Sus amigos están muy preocupados, vieron póliza y una ambulancia en su casa y el padre no les dice nada. Me preguntan si puede ser que esté relacionado con Cristian, pero si me pongo a pensar por un lado diría que no pero por otro podría ser, ya que con este tío nunca se sabe. Nos ponemos a divagar, cada uno dando nuestra opinión y yo les cuento el encuentro con Cristian pero sin detalles, les prometo que intentare averiguar si tiene que ver con el lo de Sofía.

Estamos un buen rato hablando, a nosotros también nos preocupa lo que está pasando con la chica, y yo me pongo a pensar que quizá Helena se ha querido poner en contacto conmigo por esto mismo, debe de estar muy nerviosa. Pero es mejor así, no quiero que Cristian tenga su nombre en la boca, tengo que hacer que se olvide de ella y los demás. Entre cerveza y cerveza, pedimos la cena todos pensamos que unas pizzas están bien, de vez en cuando veo a Víctor hablar por el móvil, le tengo a mi lado y puedo ver que se trata de Bárbara. Le veo tan ilusionado y contento, que a veces me da envidia pero de la buena, la verdad que me alegro mucho por él.

Llaman a la puerta, Iván convencido de que es la pizza abre la puerta pero cuando voy a ir a ayudarlo veo que se trata de Bárbara y Helena. Sorprendido tanto como mi amigo o más, no sé cómo reaccionar, por un lado me alegro mucho de verla pero por otro no tanto. Pensar que puede que las hayan seguido, o que las pasé algo por venir aquí donde yo vivo, por juntarse conmigo, me pone malo. Y como soy así de impulsivo, cuando están ya dentro y Víctor viene a saludar a su novia, cojo a Helena del brazo para apartarla un poco.

-¿Qué haces aquí? –la digo-

-He venido para acompañar a mi amiga –me dice sorprendida por mi reacción-

-Te dije que no podemos vernos, y va muy enserio –la digo un poco brusco-

-No pasa nada, no he venido a verte he venido con mi amiga porque está aquí su novio, que por casualidad también es tu amigo –me dice ella un poco cabreada-

-Me da igual, es peligroso ya te lo dije –le digo seco y me voy donde están los demás-

-¿Qué pasa las has invitado? –le digo a Víctor que está solo en la cocina-

-No, solo le comenté que estaba en tu casa hablando del tema, ha venido porque estaba preocupada y eso-me contesta-

-Pues no me hace gracia –le digo-

-¿Pero qué te pasa tío? No te pongas así –me dice él-

-¿Y tú tan tranquilo? –le digo y me voy al salón-

Me quedo de pie escuchando la conversación, las chicas están explicando más detalladamente lo que ha pasado con su amiga y siguen sin saber nada más. Me fijo bien en Helena, tiene mala cara se la nota cansada y preocupada, en ese instante la abrazaría pero no, me mantengo donde estoy y Víctor se sienta con los demás.

Al final llega la cena y cenamos todos, pero Diego se va porque tiene prisa. Yo no puedo apartar la vista de ella, aunque lo intento pero su manera de hablar y sus gestos me llaman la atención constantemente. Pasa un rato e Iván se va a dormir, mañana madruga y está cansado, nos quedamos los cuatro y mientras hablamos no sé cómo me lían que acabo ofreciéndome a acompañar a Helena a casa, no debería se que no pero no voy a dejar que se vaya sola, y los otros dos se que tienen sus planes.

Llegamos casi a su casa, no hablamos demasiado solo el tema de su amiga, pero poco más, es mejor así aunque yo no paro de pensar en las otras veces. Esos recuerdos que tengo con ella los revivo cada día, estoy jodido porque me tiene pillado pero esto no puede ser, no en esta situación. Cuando estamos en su puerta me ofrece pasar a su entrada, me dice que así no corremos peligro de que nos vean en la calle, pero seguro que ya nos han visto, o espero que con suerte no, aun así entro.

-Helena sabes que posiblemente nos hayan visto-la digo-

-Pero puede que no –me contesta ella-

-Bueno ahora descansa, debes de estar agotada –la digo mirándola-

-Si la verdad no duermo bien, y hoy será igual –me dice agachando la cabeza-

-Eh, mírame, todo esto pasará. Seguro que tu amiga está bien –la digo mientras veo que se le escapan lágrimas-

-No puedo parar de pensar cosas malas -me dice secándose las lágrimas-

-Intenta pensar cosas alegres y bonitas, seguro que tienes –la digo intentando animarla y ella me abraza sin yo esperarlo-

-Gracias por acompañarme –me dice mientras se separa-

-No las des, ahora intenta dormir yo me voy –le digo un poco nervioso-

-Si sabes algo por favor dímelo –me dice-

-Si no te lo digo yo, te lo dirá otra persona, pero sí tranquila –la contesto-

-¿Por qué me evitas? –me pregunta mirándome seria-

-Porque es mejor así, ya te lo dije-la contesto-

-¿Es por todo esto o por algo más? –me pregunta-

-Por esto ya lo sabes –la digo-

-Pues parece como si no sintieras lo mismo ya, no sé estas raro –me dice ella-

-No es eso, pero es mejor así, yo no soy de tener novia –la digo mientras me arrepiento al momento, pero me repito que es lo mejor-

-Ya, claro –me dice ella enfadada-

-Hazme caso, es mejor así. No te pido que me olvides, o qué olvides lo vivido porque yo no lo haré, pero haz tu vida porque no te voy a pedir que me esperes, no te lo mereces –la digo mientras me quemo por dentro-

-Vale no te voy a insistir, como quieras pero no me parece justo –me contesta-

-La vida no es justa Helena, cuídate y cualquier cosa nos avisas –la digo y me doy la vuelta para irme, mientras escucho su adiós-

Cuando salgo a la calle después de dejar allí en su casa, siento un nudo en el pecho, en el fondo no quería decirla eso, pero sabía que tenía que hacerlo y no hay vuelta atrás. Siento como que la he perdido, pero se merece vivir su vida no puedo pedirla que me espere, no la puedo prometer que estaremos juntos pronto, no quiero engañarla de esa forma, haciéndola falsas ilusiones. Es mejor así, cada uno por su lado haciendo su vida, seguro que sin mí y si mis movidas esta mejor, solo quiero apartarla de toda esta mierda y la mejor manera es alejándola de mi.

Tú, yo, vino y una canción.

La noche es fría, pero no importa se que tú me esperas, allí con una cena, un buen vino y una sonrisa, con música de fondo. Deseando que me envuelvas entre tus brazos, y hagas que me olvide de todo, solo tú lo consigues. Me ves con mi vestido nuevo, que me he puesto especialmente para impresionarte, te quedas embobado mirando de arriba abajo, y después vuelves a mirarme a los ojos. Entonces me alagas pero sé que son palabras sinceras, te beso un beso dulce y delicado.

Cuando nos damos cuenta ya hemos cenado y nos estamos acabando la botella de vino en el sofá, seguimos con música de fondo. Ya me siento acalorada culpa del vino, y tú que te ves tan guapo, tanto que no puedo parar de mirarte. Llega un momento en que estamos lo más pegado el uno del otro, me acaricias la pierna suavemente, mientras hablamos como siempre, nunca hay silencio siempre palabras o miradas que lo dicen todo.

Al rato suena una canción que sabes que me encanta, me coges de la mano y me sacas a bailar en medio del salón, yo sorprendida a la par que contenta te sigo y bailamos los dos al son de la música. Es un poco lenta, el baile es pegado y ese olor tú que me encanta me embriaga completamente, sonrío todo el rato me siento feliz, por ese momento por estar a tú lado y por esa canción ten nuestra que suena de fondo. Me encantaría vernos, seguro que somos la foto perfecta de amor y felicidad ahora mismo, una pareja enamorada, porque eso es lo que somos dos tontos enamorados.

No puedo esperar a que acabe la canción, te miró a los ojos y veo ese brillo de ilusión y felicidad en tu mirada. Esa sonrisa que me llena entera, y esa ternura que me deshace por dentro, por no hablar de ese beso, lento pero apasionado a la vez, con todo ese amor que tenemos guardado. Tu mano acariciando mi espalda lentamente, sin dejar de movernos al compas de la música pero perdiendo un poco el ritmo, y sin más tiempo que perder se escapa un “te quiero tanto” de mis labios tan real, como sincero y mágico, al igual que tú yo sí que te quiero cariño, tan lleno de amor.

Pareja baile

Capítulo 13 – Helena

Al día siguiente me despierto confusa, toda esta situación me tiene un poco loca. Me doy una ducha y después decido vestirme y bajar a desayunar. Me estoy tomando el café y entran mis padres, por las caras que tienen seguramente me van a decir algo importante.

-Hola hija –me saluda mi padre y se sienta conmigo en la mesa-

-Hola papá –le digo- ¿Pasa algo?

-Nada, ¿qué va a pasar? –dice él contento- bueno, te quería decir algo pero no es nada malo.

-Claro hija, seguro que te alegrará –me dice mi padre y se acerca a darme un beso-

-¿Qué es? –les pregunto curiosa-

-Pues mira, tengo un conocido que tiene un negocio, he contactado con él porque me he enterado que buscaba a alguien para su oficina y he pensado que porque no tú –me mira- solo si te parece bien, así puedes hacer las practicas y seguro que te paga.

-¿Enserio? –le digo entusiasmada- me parece genial, bueno me gustaría saber más detalles de su empresa y eso.

-Claro que sí, yo te contaré un poco pero si quieres le digo que te coja una cita y él te explique bien de qué va, sin compromiso –me contesta sonriendo-

-Vale perfecto –le digo y le abrazo-

-Bueno luego seguimos hablando del tema, que ahora tengo que irme a trabajar-me da un beso y mi madre también me abraza contenta-

-Luego nos vemos hija –me dice mi madre-

-Hasta luego –les digo y se van-

Me hace mucha ilusión poder hacer algo que me gusta y he estudiado, la verdad es una gran oportunidad. Estoy contenta, por fin una buena noticia que hace que se me olvide un poco el resto. Me acuerdo que he quedado con las chicas y José, ya voy tarde como siempre, hemos quedado en casa de Elsa, hoy libra y nos ha dicho que aremos algo de comer en su casa.

Me despido de mis gatitos a los que adoro y salgo por la puerta de mi casa, hoy hace un día caluroso, es normal ya va a llegar julio y por mi encantada, me encanta el calorcito, el verano. Estoy de camino a casa de mi amiga, pues hemos quedado allí todos, y aunque Bárbara y yo vivimos cerca, está tenía primero otras cosas que hacer y me ha dicho que fuera yendo para allá. Sofía me ha dicho que igual también se retrasaba, asuntos familiares, y eso no me ha dado buena espina pero bueno.

Vuelvo a sentir una sensación extraña, como que alguien me sigue, no sé si ya es cosa mía, obsesión o qué. Sigo andando, un poco más rápido ya que no me fio, aunque pensaba que sería Oscar y no le creo mucho, pero no se sabe quién es. Me empiezo a poner nerviosa, siento pasos avanzando detrás de mí, pero cuando veo que esta José un poco más adelante me  siento mejor  y le llamo.

-José-le grito y el me mira y me sonríe-

-Helena –me saluda y yo le alcanzo-

-Pero que guapo estas –le digo y me rio-

-Pues como siempre – sonríe- pero no hables que tú estás preciosa.

-Si bueno –rio- has sido mi salvación.

-¿Tú salvación? –me mira extrañado-

-Sí,  ahora te cuento en casa de Elsa.

Estamos en casa de Elsa ya todos menos Sofía, nos preocupamos todos un poco, no ha vuelto a decir nada de su padre así para preocupar, pero no nos fiamos ni un pelo. Les cuento lo que me ha pasado en el camino y José dice que cuando se ha girado para verme, ha visto a alguien meterse por otra calle, pero que no lo ha reconocido.

-¿Crees que te seguía? –me pregunta Elsa-

-No sé, pero con todo esto que está pasando, puede –la digo-

-Chicas voy a llamar a Sofía –dice José-

-Cuando venga os cuento todo, pero ayer se presento Oscar en mi casa –las digo-

-¿Cómo? Ese desgraciado se presentó en tu casa, no me lo creo – dice mi amiga Bárbara cabreada-

-¿Paso algo? –pregunta Elsa-

-Ahora os cuento, pero se ha ido –las contesto-

Se acerca José a nosotras y nos dice que ya está llegando, que ha tenido movida en su casa y no ha podido salir antes. Ya nos extrañaba que no se la liaran, había tenido unos días buenos o mejores, pero poco dura.

En cuanto se une Sofía les cuento  junto a Bárbara lo que ha pasado, se quedan flipando y más cuando les decimos que ellos también salían en las fotos. Después les cuento lo de Oscar y ya empezamos a divagar,  pensando quien puede ser, unos que si Oscar no tiene cojones que eso le queda grande o que si se ha liado con otra pero no que llegue a tanto, otros que quien sabe que nos esperábamos otra cosa y puede llegar a ser una mala persona de verdad.

Nos tiramos un rato así hasta que ya les cuento lo de mis prácticas para calmar el ambiente, todos se alegran pero les digo que aun tengo que hablar con el hombre y ya les contaré que pasa. Aun así lo celebramos, porque todo hay que celebrarlo y preparamos pasta para comer, que a todos nos encanta.

-Bueno y tú Sofía –dice Bárbara- ¿Qué ha pasado?

-Puf chicos lo de siempre, ya sabéis –nos contesta-

-Queremos que nos cuentes, estamos aquí contigo –le dice Elsa-

-Claro que si, nos contamos todo recuérdalo –la digo-

-Todo, todo –dice José mirando a Bárbara y levantando las cejar, haciéndonos reír-

-Bueno primero ella, luego ya os cuento yo –dice mi amiga sonriendo-

-Vale chicos, me sabe mal estropear el día de verdad –nos dice-

-Cuéntanos –la digo-

-Otra vez mi padre ha pegado a mi madre, han tenido una bronca grande, me he asustado un poco y he bajado a ver qué pasaba, no me ha gustado como la miraba ni la hablaba, pero ella no quiere hacer nada, dice que contra él tiene las de perder y que si no, no tendrá nada y luego estoy yo… -se derrumba y se le escapan las lágrimas- no me quiere dejar con él, y dice que seguro que gana –la abrazamos-

-Siempre te puedes venir aquí ya eres mayor, además puedes elegir –la dice Elsa-

-Ya pero la chantajea –nos dice Sofía asustada-

-Deberías salir de allí, y si tu madre no quiere hacer nada es cosa suya –le dice Bárbara-

-Tiene razón, así puede que tú madre lo vea de otra manera –la digo-

-Puede ser, no quiere molestar –dice mirando a Elsa-

-No molestas tonta –la dice ella-

-Señorita, haz las maletas que nos vamos de mudanza –dice José y la abraza- no puedes estar más en esa casa.

-Lo malo que no tengo como pagarte –dice Sofía preocupada-

-Ya nos arreglaremos, te puedo conseguir algo o puedes buscar de lo que has estudiado –contesta Elsa-

-Hablaré con mis padres –la digo-

-Y yo con los míos –dice Bárbara-

-A mi no me hagáis hablar con ellos –contesta José y le miramos- bueno si os ponéis así, vale.

Pasamos allí la tarde, nos ponemos películas con palomitas, Bárbara nos cuenta su historia con Víctor, y me doy cuenta que no le he contestado. Cojo el móvil un momento y le escribo le digo que vale pero que si se algo más o ha pasado algo. Me contesta con un cuando nos veamos te cuento, que me preocupe y que tenga cuidado. Y le contesto enseguida con un vale que me avise y nos vemos. Me vuelve a contestar con un te avisaré en cuanto pueda.

Se hace tarde y decidimos irnos cada uno a su casa, yo como siempre me voy con Bárbara mientras que Sofía y José se van por su lado después de despedirnos. Hemos dejado descansar a nuestra amiga Elsa, mañana ya trabaja y hemos estado toda la tarde en su casa. Estoy andando con mi amiga por las calles, ya casi es de noche y empieza a oscurecer, y me da un poco de mal rollo con lo que está pasando. Acelero el paso y mi amiga me sigue el ritmo, aunque protestando un poco pero lo entiende.

Cuando llego a casa es como que me siento a salvo, por decirlo de alguna manera, no sé cómo expresar lo que siento porque es una sensación extraña. Me pongo a leer un rato intentando desconectar hasta que me llaman mis padres para cenar, con ellos tengo que disimular por nada del mundo se me ocurriría contarles nada, y me cuesta cada día un poco más. Hablamos de las prácticas que tengo la entrevista en unos días, me dicen que este tranquila y que todo saldrá bien, que no tengo porque preocuparme, disfruto del momento con mis padres y me siento a salvo de todo.

Estoy ya en la cama con mi diario, escribir me ayuda mucho y siempre que puedo suelo hacerlo. Me interrumpe el sonido del móvil es un mensaje de Izan, me dice que  mañana tiene el día libre y si quiero podemos vernos por la tarde. Pero cuando voy a contestar me entra una llamada, es mi amiga Bárbara.

-¿Qué pasa petarda? –la digo cuando se lo cojo-

-Nada que no puedo dormir –me dice-

-¿Por qué? –la digo aunque me imagino la respuesta-

-Por todo esto, estoy un poco ya cansada y asustada –me contesta-

-Ya, a mi me pasa igual esto ya es demasiado extraño –la digo-

-Pues sí, me da miedo que pase algo grave no sé –dice ella-

-Puede que solo se quede en un susto, o eso espero ¿sabes algo más? –la pregunto por si Víctor la ha comentado algo nuevo-

-Que va, estoy igual –suspira-

-Bueno, seguro que descubrimos quien es y acaba esta mierda –la digo intentando tranquilizarla-

-Seguro que al final acaba en nada, somos unas paranoicas ¿no? –me dice-

-Mira intento pensar que no llegará a más, pero me asusta tanto como a ti, espero que seamos unas paranoicas – rio y ella rie conmigo-

-Tía te quiero y perdona por llamarte a estas horas –me dice-

-No digas tonterías, sabes que aquí estoy para lo que necesites cuando necesites, y yo también te quiero –la digo- ahora descansa y cuídate mañana hablamos.

-Hasta mañana y gracias amiga, descansa tú también y ten cuidado – nos despedimos y colgamos-

Dejo el móvil y cojo un libro, ya que me relaja bastante leer antes de dormir. Cuando ya pasa un buen rato me quedo dormida con el libro y el mensaje sin contestar, pero no tardo en tener pesadillas con un chico encapuchado siguiéndome y yo corro y corro hasta que me coge y descubro que es Izan. Me despierto asustada y luego me cuesta volver a coger el sueño, lo consigo pero vuelvo a tener pesadillas.

Después de pasar una noche horrible me levanto y me doy una ducha, me visto y bajo a desayunar y a jugar un rato con Sal y Pimienta eso hace que sonría. Cuando vuelvo a mi habitación a por el móvil me doy cuenta que no contesté a Izan, y es lo primero que hago. Le digo que vale que nos vemos esta tarde en el mismo local del otro día, y me contesta enseguida que mejor viene a buscarme yo le digo que no que no hace falta pero insiste tanto que al final le tengo que decir que sí.

Me pone nerviosa quedar con él, pero me gusta a partes iguales no sé lo que siento pero estoy tan a gusto cuando estoy con él que se me olvida un poco que acabo de salir de una relación, pero esto no tiene porque ser una relación seria ¿no? o bueno quizás si pero no tiene porque ser inmediato me digo a mi misma, aunque en el fondo sé que me estoy pillando. Me pongo algo sencillo,unos pantalones cortos vaqueros y un top, me miro en el espejo y decido recogerme el pelo con una coleta, me estoy retocando cuando me llega un mensaje de que ya está allí.

Salgo de casa y cuando me ve nos sonreímos, voy hacía él  y nos quedamos los dos parados sin saber cómo nos saludamos, le doy una abrazo y él me lo devuelve. Y ese abrazo me sabe a gloria al igual que el olor que desprende.

-Hola- le digo-

-Hola –me dice- ¿qué tal?

-Pues bueno, bien y mal –le contesto- ¿y tú? Vaya ojeras llevas…

-No he dormido bien, ¿me vas a explicar ese bien y mal? –la me dice mirándome-

-Si claro, cuando te invite a un café en nuestro bar preferido –le contesto y comienzo a andar-

Veo que me sigue y nos dirigimos al local del otro día, le comento que me gusto mucho el sitio y todo lo que tenían para tomar. Hablamos sobre el tema de los batidos, de los cafés y cuando me doy cuenta a hemos llegado.

Nos sentamos en la mesa del otro día, y él pide un café solo con hielo yo me pido otro pero capuchino, y para comer esta vez elijo yo. Voy a la barra y le dejo en la mesa, pues hoy quiero invitar yo y aunque se pone cabezota al final me da la razón. Cuando llego para pedir y veo la tarta de queso que tienen allí no me puedo resistir y pido un trozo para compartir, el hombre tan amable que me atiende, me sirve los cafés y el trozo de tarta en una bandeja y me dirijo a la mesa.

-Aquí tienes tú café y nuestra tarta de queso –le digo sonriendo-

-Que buena pinta tiene –me dice-

-Si la he visto y no me he podido resistir – dice ella-

-Pruébala y me cuentas –me dice sonriendo-

-Venga vale –cojo un trozo y lo pruebo- esta increíble.

-Vamos a ver si esta tan increíble –coge otro trozo y lo prueba- tienes razón –nos reímos-

-Bueno que me tienes que contar –le digo-

-No sabemos quien es, pero he pensado que para quitar sospechosos podría hablar con Oscar –me dice –

-Pues creo que no, porque se ha vuelto a Londres –le contesto-

-¿Cuándo? –me pregunta-

-Ayer, bueno vino el otro día a mi casa, el día que paso eso –le digo – por la noche, le dije bueno de todo la verdad, que me dejara en paz, le referí lo de que me seguía pero él lo negaba.

-¿Y le crees? –me pregunta-

-No sé, porque ayer sentí que me seguían otra vez y supuestamente ya no está aquí, y además la foto donde él salía –le digo un poco confusa-

-Joder, cuando te pase eso llámame –me dice y suspira- si no es él, creo que puede ser otra persona, pero si es quien pienso es peligroso.

-Tranquilo vi a José y no pasó nada –le digo – ¿Quién crees?

-El tío que pego a mi hermano, con quien me viste pegarme esa noche –me dice agachando la cabeza-

-Pero ¿por qué? –le pregunto nerviosa-

-No sé Helena, por venganza puede ser –me dice y se le ve preocupado- pero no es seguro, aunque cada día que pasa pienso que es él.

-¿Y qué hacemos? –le digo mirándole-

-No sé, solo quiero que no te pase nada, ni a ti ni a los demás –me dice- intenta no salir sola, no estar por ahí sola.

-Puf lo intentaré –le contesto-

-De verdad –me coge la mano- hazme caso, y deberíamos no vernos mucho, puede que si no me ven con nadie, os dejen en paz.

-Y tú ¿qué pasa contigo?-le pregunto más nerviosa-

-Yo estaré bien, no te preocupes –me dice mientras le acaricia la mano- intentaré solucionar esto.

Salimos de allí y para cambiar de tema le cuento que puede que haya conseguido unas prácticas en una empresa, que me lo ha comentado mi padre y que en unos días tengo la entrevista, me felicita y me dice que seguro que me va bien, yo le contesto ilusionada aunque por dentro tengo un nudo en el estómago.

-Bueno señorita, hazme caso en lo que te he dicho y cualquier cosa me dices –me dice cuando llegamos a mi casa-

-Sí señor, no te preocupes y lo mismo te digo –le digo acercándome a él- yo tampoco quiero que te pase nada a ti.

-Por mí no te preocupes –me dice y me abraza-

Nos quedamos lo que parece unos segundos abrazados hasta que nos separamos y me besa, es un beso corto, o por lo menos a mi me ha sabido a poco, pero me gusta. Y cuando nos separamos y se va siento que vuelve el nudo y que no podré verle, o por lo menos no hasta que sepamos qué pasa.

Hablo con mis amigos por video llamada contándoles un poco la situación y me doy cuenta que todos estamos bastante preocupados, aunque Sofía no ha dado señales en todo el día y no sé qué pre asusta más. Decidimos dejar pasar este día y si mañana no contesta ir a buscarla, no sabemos hasta dónde puede llegar su padre y tenemos miedo de que le haga algo a ella.

Esa noche no es mejor que la anterior, y menos cuando descubro que nuestra amiga sigue igual sin contestar. Me levanto y quedo con mis amigos para ir a buscar a Sofía, me reúno con Bárbara que vive cerca de mi casa y vamos las dos lo más deprima que podemos hacia allí.

José y Elsa ya están esperando, veo que esta última está con el móvil e imaginamos que intenta hablar con ella por última vez pero nada, no hay manera. Decididos llamamos a la casa pero nadie nos abre, esperamos un rato y nada. Preocupados damos una vuelta sin rumbo pensando que hacer, pero ni coge el móvil ni contesta los mensajes ni nada.

Volvemos a casa de Sofía para ver si conseguimos que nos abra alguien, cuando vamos a llamar vemos que la puerta se abre y salen policías y el padre de nuestra amiga. Nos quedamos allí sin saber qué hacer, cuando nos reconoce el señor Ignacio nos dice que no podemos estar ahí y los policías también nos dicen lo mismo. Le preguntamos por nuestra amiga, pero solo nos dice que no es momento,  que ya tendremos noticias que nos vayamos y no nos preocupemos.

Pero como no nos vamos a preocupar, si no sabemos nada de ella desde hace día y medio y vemos este panorama. José le insiste pero por desgracia no consigue nada, nos vamos de la puerta pero no muy lejos, cuando estamos pensando en irnos vemos venir una ambulancia que se estaciona en la casa de nuestra amiga. Nos miramos entre nosotros y sabemos que ha pasado algo grave, pero ¿será a Sofía?

Cap13 chica con gato

Mi mayor deseo III

En cuanto tuve la oportunidad me fui, realmente no lo pude evitar no lo planee, simplemente surgió. Necesitaba salir, ser libre y poder alimentarme yo sola de una persona tenía sed, no mucha pero la suficiente para irme en busca de más. En el fondo sabía que él se enfadaría pero que acabaría perdonándome, nuestro amor podía con todo.


Me fui lejos con la intención de que Nicolás no me encontrara, quería disfrutar sola de alguna persona que iba a seleccionar al azahar. Solo sería una y regresaría, le diría a él que lo había conseguido y seguiríamos como siempre los dos con nuestra vida y sangre fresca.


No llegué tan lejos como tenía pensado, pero si me alejé de nuestra morada, cuando me di cuenta tenía más sed de la que pensaba pues ese olor a sangre y el latido de cada persona me empezaba a perturbar un poco. En mi cabeza me repetía que podía, que esta vez lo conseguiría, me alimentaría y pararía a tiempo para que esa persona siguiera su vida.



NICOLAS

Me estaba volviendo loco, me recorría las calles buscándola pues sabía que no podría parar, ya me lo había demostrado y me extrañaba que esta vez fuera diferente. Temía por ella, pues había escuchado cosas de la gente, como que alguien rondaba por allí intentando averiguar si había vampiros para demostrarlo. No quería no pensar si la encontraban, sabía que la haría múltiples locuras si es que no acababan matándola.


Por casualidad mientras miraba por todos lados intentando no levantar sospechas, me di cuenta de una cosa alguien andaba detrás de mí, parecía que me seguía. Intente apresurarme y hacer que me perdiera, lo conseguí o eso pensaba, me escondí por un callejón y pude divisar una atrocidad, ella estaba allí con una persona inconsciente la estaba matando. Me acerque rápidamente a ella y la intente frenar para que parara.


-Clara escúchame tienes que parar, lo estas matando piénsalo –la decía- estamos en peligro, tenemos que irnos ya ha sido suficiente.

Al fin paró obligada pero conseguí que me mirara, y se dio cuenta que otra vez había fallado. La abrace y la consolé, la levante del suelo y cuando íbamos a irnos sentimos una presencia. Miré y era el hombre que me estaba siguiendo, pues llevaba el mismo atuendo, me asuste mucho.

Temí más por ella que por mi mismo, pues realmente el amor que siento hacía ella es inmenso, y sé que daría mi vida por ella mil veces. Y eso hice, la cogí y le dije que se fuera que huyera y no mirara atrás. Ella se negaba no quería dejarme solo.

-Vete, hazme caso por una vez. -la decía desesperado-

-No pienso dejarte solo -me contestaba una y otra vez-

Como sabía que no me haría caso la dejé ahí medio oculta y fui detrás del hombre pues ya estaba cerca, demasiado cerca. Podía olerle era humano, pero cuando le tuve enfrente vi que llevaba algo en la mano y no me dio una espina. Le intente retener, pero el sabía quién era y lo que era, seguramente sino no me habría seguido. Me abalance hacía él para morderle, pero en ese momento apareció ella para detenerme e hizo que el individuo le apuntara con una especie de arma que no había visto nunca, pero no era una pistola.

En ese instante lo vi claro, forcejee con él mientras la gritaba que se fuera, aunque fue en vano. Y en lo que fue un segundo sentí que algo me quemaba por dentro. Dolor mucho dolor, porque me iba para siempre y porque no volvería a verla. Vi sus ojos inundados de lagrimas y rabia, la vi a ella y ese fue mi último recuerdo. Mi amor estaba viva y eso era lo importante, lo superaría y seguiría adelante, había valido la pena.

CLARA

Estaba muriendo lo veía en su mirada, por mi culpa. Había dado su vida por mí, y yo me sentía perdida, inmóvil sin saber qué hacer, pues el amor de mi vida se iba y no podía hacer nada solo llorar y gritar.

Me suplicaba que me fuera, y no sé cómo conseguí que mis pies se movieran del sitio y corrí sin descanso. No sabía lo que hacía ni a donde iba, solo me sentía sola y la tristeza me inundaba. Pero lo que sí tenía claro es que iba a vengarle, y me daba igual a quien me llevara por delante. Y si fuera necesario iba a dar mi vida por ello, como Nicolás había dado su vida por mí. Ya no me quedaba nada, solo podía acabar con ese ser despreciable que me había separado de lo mejor que tenía en mi vida, el único motivo por el que luchaba por ser mejor y me lo habían arrebatado. Ahora con rabia y más sed que nunca, iba a acabar con todas esas personas que quieren nuestra muerte en honor a él y de nuestra especie.

Relato mi mayor deseo 3

Capítulo 12 – Izan

-¿Qué pasa? –cojo el móvil de sus manos, lo primero que veo son fotos, de ahora nuestras, en la cafetería, de ella en varios sitios, y mías. No me lo creo que cojones es esto, no entiendo nada, alguien nos está espiando. Pero ¿quién? Me pongo a mirar más el móvil.

-¿Por qué tiene fotos nuestras? –pregunta-

-Nos ha estado siguiendo, seguro que es la persona que vi anoche –le digo preocupado y cabreado a partes iguales- espera también hay fotos de mis amigos, tus amigos…

-No puede ser, déjame verlo –me dice cogiendo el móvil- sale también Oscar, no es él entonces.

-Pero voy a descubrirlo, estate segura –le digo y miro el móvil otra vez esperando encontrar algo más, tenemos que irnos- Vamos

Comienzo a andar y ella me sigue, estoy muy cabreado y cuando estoy así prefiero no hablar. Me guardo él móvil y decido llamar a Víctor, puede que él encuentre algo, quedo en una hora en mi casa, y de digo a Helena que viene también Bárbara. Vamos los dos callados en el camino, no decimos nada solo observamos las calles, las personas. Me da rabia que estemos así, que haya acabado así la tarde, con lo bien que estábamos, pero ahora solo pienso en el desgraciado que nos está espiando.

Llegamos y subimos las escaleras, veo que ella me sigue, sin decir nada. Abro la puerta de casa y viene Charly corriendo a saludar, le hago un par de cosas y entro, veo que el perro va con Helena y ella le acaricia encantada, mientras que mi perro le da lametones, consigo sonreír. Pero se me quita la sonrisa en cuanto sale Iván de la habitación.

-Hombre hola –nos saluda- no os esperaba.

-Un imprevisto, ahora vienen Víctor y Bárbara –le digo serio- tenemos que mirar una cosa, ahora cuando venga te cuento.

-Vale, pero ¿ha pasado algo? –nos mira-

-Sí, bueno tranquilo, ahora te cuento –le digo- voy un momento al baño.

Entro en el baño, tengo demasiado cabreo y rabia acumulada, no sé cómo manejar esto, no sé por dónde empezar, saber que alguien nos sigue, nos hace fotos, no entiendo. No estoy preocupado por mí, sino por ella y nuestros amigos. Me lavo la cara y me mojo la cabeza, necesito aclararme un poco, necesito intentar calmarme.

Cuando salgo del baño veo a Helena sentada en el sofá, está mirándolo todo curiosa, y sonrío un poco, ella me mira y me acerco al sofá. Me siento a su lado sin decir nada, ella tampoco lo hace, pongo mi mano en su pierna.

-Lo siento –le digo- estoy preocupado por esto, y cabreado por no pillar a ese idiota.

-No pasa nada, lo pillaremos –me dice con intención de calmarme y acaricia mi mano, yo la miro y le doy un beso en la frente-

Suena el timbre y sale Iván a abrir la puerta, son Víctor y Bárbara,  me levanto y esta última va donde esta Helena. Hablo con Víctor y le doy las gracias, le resumo muy resumido lo que ha pasado, tan resumido es que no entiende nada, entonces le digo que vayamos al sofá y hablamos más tranquilos.

-No entiendo, pero ¿esto ya os ha pasado? –nos mira Víctor a Helena y su amiga-

-Sí, pero no le dimos importancia –contesta Bárbara-

-Hasta que anoche si me asuste –dice Helena y les cuenta lo que pasó,  que yo ya me sé-

-Me lo contó a mí, yo ya empecé a preocuparme –continuo yo- pero no pensé que iba a llegar a esto –les enseño el móvil con las fotos, donde salimos todos, Helena, sus amigos, mis amigos y yo-

-Pero a mí también me han vigilado –dice Iván sin creerlo- y a los chicos.

-Eso parece –dice Helena-

-¿Y qué quieres que haga con esto? –le dice Víctor descolocado-

-Intentar averiguar quién es, o de quien es el móvil, no sé si podrás hacer algo –le digo un poco desesperado-

-Oye, no quiero asustarte pero también sale tú hermano –dice Iván-

-Dámelo –le ordeno y le cojo el móvil-

Miro el móvil y efectivamente, también sale mi hermano, joder porque esto. Me levanto del sofá y cojo mi móvil, tengo que averiguar que Aarón está bien, pero no me lo coge nadie. Salgo de la casa sin decir nada, bajo las escaleras lo más rápido que puedo con intención de ir a casa de mis padres, pero siento que alguien viene detrás y cuando ya estoy en la calle me agarra, es Víctor.

-Tío para –me dice-

-No puedo tengo que comprobar que está bien –le digo nervioso-

-Seguro que está bien, piénsalo fríamente, todos estamos bien –me dice intentando tranquilizarme-

-Joder, no sé –le digo- ¿Qué hago?

-Primero tranquilízate, y luego pensamos algo –me dice y me ofrece un cigarro- yo miraré el móvil, a ver si veo algo más.

-Gracias –le digo y nos fumamos el cigarro en silencio-

Entramos en casa, mi amigo sigue intentando tranquilizarme, las chicas se levantan y vienen hacía nosotros, y yo me meto en mi cuarto. Les escucho hablar algo, pero necesito estar un rato solo, necesito pensar y tranquilizarme un poco.

Llaman a la puerta y no levanto la cabeza, estoy sentado en la cama, y siento que alguien se sienta a mi lado, sé que es ella por su olor y la miro. Está asustada lo sé,  pero no sé qué hacer, lo único que quiero es encontrar al tío y matarle. Me abraza sin pedírselo, y me doy cuenta que lo necesitaba, la abrazo yo también y así nos quedamos un rato, ojalá toda la vida.

-¿Necesitas algo?-me dice-

-Si encontrar a ese gilipollas-le contesto-

-Lo encontraremos, pero cálmate por favor –me mira preocupada-

-Lo intento de verdad –le digo y alguien entra interrumpiéndonos-

-Siento interrumpir, pero nosotros nos vamos –dice mi amigo-

-¿Te vienes Helena? –le pregunta Bárbara-

-¿Estarás bien? –me mira Helena con preocupación-

-Si no te preocupes, vete y descansa –le digo, se que lo necesita, lo necesitamos los dos-

Siento que se cierra la puerta y me quedo ahí en la cama tumbado, me pongo a pensar y pensar sin parar, quien podría ser. Pero no sé, si fuera el ex de Helena, porque nos espía a todos y también sale en las fotos, no tiene sentido que sea él. Pero quien cojones es, solo pienso y pienso en los últimos días, semanas, y se me viene alguien a la cabeza, pero no puede ser.

Sigo pensando en esa persona, y cada vez me parece más claro, seguro que busca venganza por lo que pasó, entonces ahora sí que me preocupo, no es cualquiera le conozco bien y es capaz de cualquier cosa, esto seguro que solo ha sido una llamada de atención, incluso ha mandando a alguien a espiarnos.

Pasan las horas y yo sigo dándole vueltas a la cabeza, tendré que hablar con él, pero primero quiero esperar que Víctor mire bien el móvil, pero antes debo avisar a Helena. Le escribo un mensaje con un simple tenemos que hablar.

Es lunes y tengo que ir a trabajar, me levanto pensando en el mismo tema, aun sigo pensando que hacer. Bueno en realidad lo tengo claro, ir a verle aunque tenga que partirle la cara, pero no quiero precipitarme, no cuando está involucrada mi gente.

Una buena ducha me deja nuevo, me visto y me tomo mi café, después saco  Charly un rato. Cuando ya veo que ha sido suficiente paseo, subo a casa de nuevo y miro el móvil antes de irme a trabajar, ningún mensaje de Helena, ni de mi amigo.

En el trabajo coincido con Jorge como siempre para comer, le cuento lo que pasa me lo ha notado, es mi colega y no podía ocultárselo. Me dice que tenga cuidado y que contemos con él para lo que haga falta. Terminamos de comer y quedamos en que luego nos vemos cuando salgamos, así hablamos más y me despejo la cabeza.

Estamos Jorge, Iván y yo en nuestra casa, porque ya la siento mía y eso que llevo poco aquí. Les cuento lo que pienso, y ellos me dicen que puede ser pero aun no se sabe seguro, que sea paciente.

-Espera que nos diga algo Víctor al menos –me dice Iván-

-Haznos caso Izan, es lo mejor ¿y si es el ex de Helena? –dice Jorge-

-No sé tío, no creo… -digo pensativo- bueno la verdad no lo sé, sale en las fotos, pero  si es quien yo pienso, tengo un problema y además bien gordo.

-Lo solucionaremos –dice Jorge e Iván asiente-

-Gracias chicos –les digo y veo que suena mi móvil-

Lo cojo es Víctor, me dice que quiere verme y le digo que venga a casa, le pregunto si ha encontrado algo y me comenta que poca cosa pero que quiere enseñármelo. Yo me levanto y me dirijo a la terraza, necesito respirar, en realidad no respiro tranquilo desde esta pesadilla. Bueno en realidad, desde que nos cruzamos con él, desde esa maldita noche, aunque si pienso bien, si yo no lo hubiera conocido antes, quizá no se hubiera acercado a mis amigos, mi familia.

-Eh, ¿estás bien? –dice Jorge ofreciéndome una cerveza y a cojo-

-Gracias, es que todo esto me tiene en vilo –le contesto-

-Lo sé, pero para eso están los colegas, no estás solo –dice él-

-No quiero que os pase nada, en serio –le digo-

-Tranquilo no te pongas melancólico que no pasará nada –y me da una palmada en el hombro- entremos.

Esperamos a Víctor me ha dicho que tardaba un rato, mientras mi amigo Iván se ha ofrecido a sacar un rato a Charly, le ha cogido mucho cariño y ahora hasta le entusiasma sacarlo, bueno por la mañana no mucho, pero eso nos pasa a todos.

Estoy con mis pensamientos cuando miro el móvil, es de ella me dice que vale pero que si se algo más o ha pasado algo. Le contesto con un cuando nos veamos te cuento, que no se preocupe pero que tenga cuidado. Y me contesta rápidamente con un vale que la avise y nos vemos. Yo la vuelvo a contestar con un te avisaré en cuanto pueda.

-Hola ya estamos aquí, mirar a quien me he encontrado –entra Iván y mi perro-

-Hola chavales –saluda Víctor- perdón por tardar

-Hola tío, no pasa nada –le saludo y seguidamente Jorge-

-Señores voy a por algo de beber –dice Iván y trae una cerveza para cada uno-

-¿Qué has visto? –le pregunto directamente-

-He mirado todas las fotos, todos los archivos, y lo único que encontré fue una foto de unos coches y un video –saca el móvil y nos lo enseña- estaban en una carpeta oculta.

-A ver –cojo el móvil y miro bien la foto- no sé de quién son estos coches

-No se puede averiguar mucho más, las matriculas ni se ven –dice Víctor-

-Joder, estamos igual –le digo- se me ha ocurrido alguien –miro a mi amigo Víctor-

-Pero no sabemos si es seguro –puntualiza Jorge-

-¿Quién? –pregunta un impaciente Víctor-

-Puede ser Cristian, y te digo que si es él es más peligroso de lo que creemos –suspiro- yo le conozco bien, se lo que es capaz de hacer. Si lo está haciendo por venganza, por mí por lo de esa noche, lo de mi hermano puede ser una broma comparado con lo que es capaz, os lo aseguro.

-Pero puede ser que sea otra persona, incluso el ex de Helena –dice Iván- no te desesperes tan pronto, hay que investigar bien.

-Me desespero porque no hay tiempo, estoy por hablar con él –les digo-

-¿Con quién? Espero que sea con el tal Oscar, porque con el otro ni de coña, no sin saber que es él –dice Jorge preocupado-

-Es verdad, habla primero con Oscar, así te quitas de dudas –dice Víctor-

-No creo que me diga que fue él, así de primeras, pero puedo intentarlo –les digo-

-Podemos amenazarle –dice Iván casi riéndose- perdón es que ya me estoy metiendo en el papel.

-Tío esto no es de risa –le doy un codazo- bueno primero creo que voy a decírselo a Helena, para que lo sepa. Pero estoy convencido de que no creo que sea él o por lo menos el solo, ya que sale en una foto.

-¿Qué pasa ahora estáis saliendo? –dice Iván-

-Uy, que se nos ha enamorado el niño –dice Víctor y se ríen todos-

-Anda callaros, que no estoy enamorado ni mierdas –les contesto molesto- solo que es su ex para que lo sepa y ya está.

Pasamos un rato con bromas y eso hace que se me olvide un poco la situación, estos chicos son incansables. Cuando ya se hace un poco tarde después de cenar algo, se van Víctor y Jorge a sus casas, mientras que nosotros nos quedamos un rato más en el salón viendo una película, hasta que me entra el sueño y me voy a la habitación.

Me dejo caer en la cama, estoy agotado y últimamente no duermo muy bien, cojo el móvil y escribo a Helena, la digo que mañana tengo el día libre y si quiere podemos vernos por la tarde. Me pongo la música como siempre, y antes de leer la respuesta de ella me quedo dormido, y esa noche tengo pesadillas.

Después de sacar a mi perro y correr un rato, llego a casa me ducho y me tomo el segundo café de la mañana. Veo que aun no tengo respuesta de Helena, pero tengo que hablar para contarle lo de su ex y para saber que está bien, no sé qué me pasa pero tengo ganas de verla en general aunque no quiera admitirlo. No entraba en mis planes pillarme por nadie, y como mis sospechas sean ciertas más me vale olvidarme.

Me pongo a mirar de nuevo la foto de los coches, intento pensar y recordar si los he visto si me suenan, pero nada. En ese momento veo que me ha contestado, me dice que vale que nos vemos esta tarde en el mismo local del otro día, yo la contesto que mejor voy a buscarla y aunque al principio se niega, al final consigo que me diga que sí.

-Me voy tío-le digo a Iván que está en el sofá-

-¿Dónde vas niño? –me dice con una sonrisa-

-He quedado con Helena –le digo- no quiero comentarios –y oigo que se ríe mientras salgo de casa-

Llego a su casa y cuando la aviso que ya estoy sale, hoy lleva unos pantalones cortos vaqueros y un top negro, esta guapa con su pelo recogido en una coleta. Me sonríe y viene hacía mi, nos quedamos los dos parados sin saber cómo nos saludamos, y me abraza, nos abramos los dos. Lo que me llena esa abrazo no lo sabe nadie, ni ella misma, me siento completo, me siento bien.

-Hola- me dice-

-Hola –la digo- ¿qué tal?

-Pues bueno, bien y mal –me contesta- ¿y tú? Vaya ojeras llevas…

-No he dormido bien, ¿me vas a explicar ese bien y mal? –la digo mirándola-

-Si claro, cuando te invite a un café en nuestro bar preferido -me dice y empieza a andar-

La sigo y nos dirigimos al local del otro día, me dice que le gusto mucho tanto el sitio en si como las cosas que tenían para tomar. Hablamos sobre el tema de los batidos, de los cafés y cuando queremos darnos cuenta estamos allí, y ya sabemos lo que vamos a tomar.

Nos sentamos en la mesa del otro día, y yo me pido un café lo necesito y ella pide otro pero en vez de solo con hielo, lo pide capuchino, y para comer esta vez dice que le toca elegir a ella. Va a la barra y me deja en la mesa, dice que hoy le toca a ella y a mí no me importa, además es un poco cabezota.

-Aquí tienes tú café y nuestra tarta de queso –dice sonriendo-

-Que buena pinta tiene –la digo-

-Si la he visto y no me he podido resistir – dice ella-

-Pruébala y me cuentas –le digo sonriendo-

-Venga vale –coge un trozo y se lo mete a la boca- esta increíble.

-Vamos a ver si esta tan increíble –cojo otro trozo y lo pruebo- tienes razón –nos reímos-

-Bueno que me tienes que contar –me dice-

-No sabemos quien es, pero he pensado que para quitar sospechosos podría hablar con Oscar –la digo-

-Pues creo que no, porque se ha vuelto a Londres –me dice y me sorprendo-

-¿Cuándo? –le pregunto-

-Ayer, bueno vino el otro día a mi casa, el día que paso eso –me dice- por la noche, le dije bueno de todo la verdad, que me dejara en paz, le referí lo de que me seguía pero él lo negaba.

-¿Y le crees? –la pregunto con curiosidad-

-No sé, porque ayer sentí que me seguían otra vez y supuestamente ya no está aquí, y además la foto donde él salia –me dice confusa-

-Joder, cuando te pase eso llámame –le digo- si no es él, creo que puede ser otra persona, pero si es quien pienso es peligroso.

-Tranquilo vi a José y no pasó nada –me dice – ¿Quién crees?

-El tío que pego a mi hermano, con quien me viste pegarme esa noche –le digo agachando la cabeza-

-Pero ¿por qué? –me dice-

-No sé Helena, por venganza puede ser –le digo preocupado- pero no es seguro, aunque cada día que pasa pienso que es él.

-¿Y qué hacemos? –me dice mirándome-

-No sé, solo quiero que no te pase nada, ni a ti ni a los demás –le digo- intenta no salir sola, no estar por ahí sola.

-Puf lo intentaré –me dice-

-De verdad –la cojo la mano- hazme caso, y deberíamos no vernos mucho, puede que si no me ven con nadie, os dejen en paz.

-Y tú ¿qué pasa contigo?-me pregunta nerviosa-

-Yo estaré bien, no te preocupes –le digo mientras le acaricia la mano- intentaré solucionar esto.

Salimos de allí y me cuenta que cree que ha conseguido unas prácticas en una empresa, que se lo ha comentado su padre, yo la felicito se la ve ilusionada. Me encanta verla así contenta y habladora, yo la escucho y la observo hasta que llegamos a su casa.

-Bueno señorita, hazme caso en lo que te he dicho y cualquier cosa me dices –la digo-

-Sí señor, no te preocupes y lo mismo te digo –me dice y se acerca a mi- yo tampoco quiero que te pase nada a ti.

-Por mí no te preocupes –la digo y la abrazo-

Nos quedamos unos segundos abrazados hasta que nos separamos y la beso, no debería no aquí en medio sabiendo que los pueden ver, pero tenía muchas ganas. Es un beso corto, pero me conformo lo mejor es que no nos vean juntos, será lo mejor.

Estoy dando un paseo solo, cuando me doy cuenta que alguien va detrás de mí, pero me alegro espero que sea la persona que estamos buscando necesito saberlo. Me meto en el próximo callejón que veo para ver si me sigue, y así es alguien va detrás. No me da tiempo a girarme pues me sujeta y me pone una navaja en el cuello.

-Quien coño eres –le digo-

-Sabes quién soy ¿verdad? –me dice y reconozco su voz-

-Sí, ahora si- le contesto-

-Pues te voy a explicar lo que tienes que hacer para conseguir que no te mate ¿o quieres morir? –me dice-

-¿Qué quieres? –le digo cabreado-

-Quiero muchas cosas, entre ellas que me hagas un pequeño favor –me dice riéndose-

-Habla –le digo, me suelta y me giro para mirarle a la cara-

Cap12 chico anillo

Capítulo 11 – Helena

Después del susto de anoche no he podido dormir muy bien, me he despertado esta mañana un poco echa mierda, pero tengo que ir a comer donde mi abuela y no me puedo quedar mucho más en la cama. Me doy una buena ducha, pues la necesito, y la verdad me relaja bastante. Intento pensar en la buena noche que pasé, en los buenos momentos con mis amigos, con ellos, con Izan. Y consigo sonreír, se me olvida un poco la preocupación, y pienso en que se preocupa por mí y en su sonrisa, su manera de andar, sus manos, sus tatuajes, su mirada. Estoy fantaseando recordando momentos de ayer cuando escucho mi móvil sonar, y recuerdo que Bárbara se fue con Víctor, hacen buena pareja la verdad.

Dejo que suene, y termino de ducharme, cuando salgo y miro el móvil, es una llamada de mi amiga y veo un mensaje de Izan, no me acordaba le escribí diciéndole que estaba asustada, y me viene otra vez ese recuerdo. Lo primero que hago es contestarle, le digo que cuando quiera hablamos. Mientras me termino de secar el cuerpo y echarme crema, llamo a Bárbara, entiendo que querrá hablar conmigo y no voy a negar que yo también.

-Hola guapa-me saluda contenta-

-Hola motera –rio-

-Que zorri eres-ríe- ¿Qué tal todo?

-Pues bien, aunque no creo que mejor que tú –la contesto-

-No sé yo, te veía muy bien acompañada- me dice ella-

-No me puedo quejar la verdad –la digo- ¿Todo bien?

-Si tía, muy bien –me dice- Ya hablaremos mejor en persona, pero bien –me dice contenta, se le nota-

-Te noto la felicidad hasta por teléfono – rio- Pero me alegro, en cuanto nos vemos me cuentas todo.

-Eso no lo dudes, y tú a mi también eh –me dice-

-Que si tonta –la contesto, escucho a mi madre que ya me está llamando- Oye te dejo y hablamos luego, me tengo que ir a comer donde mi abuela y mi madre ya me está metiendo prisas.

-Vale, que comas bien, aunque con esas comida de tu abuela no lo dudo –ríe- bueno luego hablamos, además mira el grupo con estos,  porque José no se acuerda ni como llego a casa – ríe y me rio con ella-

-No me extraña, llevaba una… Ahora lo miro-la digo- un beso amiga

-Otro para ti –me dice y colgamos-

Cuando he colgado, me pongo a peinarme y pienso que ponerme, estoy mirando la ropa y veo un mensaje de Izan, me dice que nos veamos esta tarde y así hablamos tranquilos, no lo pienso le digo que vale que como con mi abuela pero luego nos vemos. Le digo que elija el sitio, y ahora sí que me pongo algo pensando en la cita de esta tarde, un vestido rojo de vuelo por encima de las rodillas, me maquillo pero poco, que se vea natural.

Estoy en la cocina tomándome un café y jugando con mis gatos, y siento el móvil sonar de nuevo, me indica el lugar y la hora, le contesto que vale. Me meto en el grupo de mis amigos, aunque hay demasiados mensajes, leo por encima José está fatal, dice que tiene mucha resaca y se acuerda hasta una parte de la noche, me rio sola leyendo los mensajes, también hablamos que tenemos que quedar todos para hablar y contarnos cosas, yo contesto que si, me encanta quedar con mis amigos.

-Hola hija –me saluda mi padre- que guapa te has puesto-me da dos besos-

-Hola papá, tú que me ves con buenos ojos-le digo sonriendo y sonríe-

-Vamos ¿estas hija?-entra mi madre agobiada, siempre se agobia por todo- Pero que guapa estas –me dice cuando me ve y sonríe-

-Como tú mamá –la digo sonriendo-

-Será eso –dice ella-

-Las dos mujeres más guapas –dice mi padre contento- Venga vamos que a tú madre la da algo-

Nos vamos los tres juntos a casa de mi abuela, no está muy lejos de la nuestra pero solemos ir en coche para llegar más rápido.Llegamos y mi abuela como siempre tan alegre y contenta, la abrazo y me siento por su cuarto de estar. Ella y mi madre se van a la cocina a terminar de preparar y yo me quedo sentada, hay una película puesta mi padre está viéndola y yo la verdad que estoy más con mis pensamientos que haciendo caso a la película.

Cuando terminamos de comer, de tomar café con un surtido de dulces que saca mi abuela, y de hablar, hablar mucho. Mi abuela está muy contenta por mí y yo la verdad que también, y feliz por estar allí en ese momento con mi familia. Miro la hora y me despido de mi abuela y mis padres, ya tengo que irme, estoy un poco nerviosa no lo voy a negar. Sé dónde está el sitio que me ha dicho, me pilla a un paseo y prefiero salir con tiempo.

Estoy ya allí me quedo fuera a esperar y miro por la cristalera, me gusta ese sitio parece acogedor, no he entrado nunca la verdad. Siento a alguien a mi lado y me giro para ver, es él que ya está a mi lado, le mirocon sorpresa, no me había dado cuenta, sonreímos los dos y nos damos dos besos

– Hola –le digo-

– Hola ¿Qué tal estas? –me contesta-

– Bien, bueno un poco más tranquila –le contesto nerviosa-

– Venga entramos y me cuentas –me dice abriendo la puerta del bar, paso y entramos dentro-

Nos dirigimos a una mesa del fondo que está justo en la cristalera, nos sentamos y empezamos a mirar la carta, veo que tienen muchos tipos de cafés y refrescos, también tienen para elegir comida. Miramos que vamos a tomar, yo no sé qué elegir, hay unos batidos que tienen muy buena pinta.

-¿No te decides? –me dice mirándome-

-No, estoy entre dos, ¿tú ya sabes lo que vas a tomar? –le contesto-

-A ver déjame, ¿cuáles son? –me digo mirando la carta y le señalo un batido de chocolate con avellana y otro de vainilla con nata- Mira yo me pido el de vainilla y tú el otro –lemiro sorprendida, seguro que lo hace por mí- Hazme caso –me guiña un ojo-

-Está bien –respondo – Y de comer nada, de momento no tengo hambre.

-Vale pues ya está, voy a pedirlo dame un momento –me dice levantándose y se va a la barra-

Yo le observo, lleva unos pantalones negros no son los de anoche pero también son negros, y otra camiseta blanca, ya he pillado que sus colores son blanco y negro, sonrío y le veo venir con una bandeja, la verdad le queda muy bien la ropa que viste y el pelo, ese pelo oscuro, estoy embobada mirándole cuando pone la bandeja en la mesa.

-Ya estoy aquí –deja la bandeja, reparte los batidos y deja el bizcocho en medio- Esto para los dos, ¿te apetece? Mira que buena pinta tiene.

-Puf no hace falta decirlo –le digo relamiéndome – Todo tiene buena pinta –sonrío-

-Pues vamos a ver si esta igual de sabor –dice y empieza a beber de su batido – increíble, nunca he tomado uno igual.

-Tienes razón está de vicio –le digo probando el mío- ¿Quieres probar?

-Venga vale, pero tú pruebas también el mío –me lo ofrece y nos intercambiamos los batidos para probarlos- este también esta increíble.

-Y este, no entiendo como no he venido antes aquí – le digo y reímos-

-Es pecado –dice riendo y nos devolvemos los batidos- Ahora el bizcocho, prueba tú primero y me dices –me dice mirándome-

-Está bien –cojo un trozo y me lo meto a la boca, esta increíble de bueno-

-No digas nada, por tu cara puedo apreciar que te ha gustado –me dice sonriendo y coge un trozo con el otro tenedor-

-A ti también te gusta eh –digo y sonrío-

-Está muy bueno, pero ahora cuéntame que te pasó ayer – me dice y cambio me acuerdo entonces de ese momento y empiezo a contarle lo que me pasó-

-Cuando ya llegaba a casa, nada más pasar la esquina empecé a sentir otra vez como que alguien me seguía, intente no darle importancia, pero esta vez era diferente. Había alguien detrás, escuche pasos, una risa, vi a alguien aunque no pude apreciar quien era, pues estaba oscuro. Fui rápido hasta mi casa, estaba asustada la verdad. No pasó nada, quizá fue una broma pero no me gustó nada. –hago una pausa y le mira-  ¿Tú crees que es mi ex?

-No sé, pero puede ser. Fue mi culpa, te deje irte sola a casa, sé que era poco tramo pero mira, a lo mejor si hubiera ido contigo… no sé –se queda pensativo – Te voy a contar algo, pero no me tomes por loco. Al rato volví a dónde vives, no me quedé tranquilo y quería ver si había alguien. Cuando llegué a tu calle, vi a alguien agachado detrás de un coche, pero cuando me acerque se salió corriendo. Yo le perseguí pero iba bebido, y el corría muy rápido, no le cogí ni se quién es. Pero había alguien Helena, y ya no sé si es broma o no, pero no me gusta nada.

-¿Enserio viniste? –le pregunto sorprendida-

-Sí –sonríe-

-Gracias –le devuelvo la sonrisa- No sé qué hacer.

-No te preocupes pensaremos algo –me dice y me coge la mano, ese detalle me gusta-Sabes que lo que necesites aquí estoy.

-Gracias de verdad –le digo-

-Venga termínatelo que te voy a llevar a otro sitio –me guiña un ojo-

Cuando ya nos hemos acabado lo que quedaba, salimos de allí, no sé dónde me quiere llevar, me ha dicho que es un sitio que le gusta y que seguro me gustará a mí. Aunque la verdad, me da igual donde me lleve, me siento muy a gusto con él, más de lo que esperaba. Recuerdo el primer día que le vi, pensé que sería el típico borde chulo, y bueno al principio seguí creyéndolo por la manera que tenia de hablarnos y demás, pero me voy dando cuenta que no es así para nada, es un chico protector, que le gusta la música, estar con sus amigos y evadirse del mundo.

Llegamos a una entrada y yo sonrío, veo todas las  flores y los árboles, me parece un lugar precioso, no hay mucha gente. Vamos paseando por un camino por donde él me lleva, y me va contando que a veces suele ir allí, se tumba en el césped y sepone música, como no. Me gusta este lugar, estoy contenta la verdad, miro todo con emoción, hay unas flores muy bonitas y muchas plantas, también encontramos una ardilla pero se va enseguida asustada.

-Me encanta este sitio –le digo sonriendo-

-Normal, no es mucha cosa pero como que te relaja ver un poco de naturaleza –me dice-

-Si la verdad que sí, ¿vamos allí?-le señalo un banco que veo debajo de un enorme árbol que tiene flores-

-Venga vamos antes de que nos lo quiten – y según lo dice echa a correr y yo tras él riéndonos-

-Es precioso –ledigo mirando nuestro al rededor- ¿cómo lo descubriste?

-Suelo salir a correr o sacar a mi perro, un día empezamos a correr y me llamo la atención, entre y desde entonces vengo mucho aquí a Charly también me gusta –se rio-

-No me extraña –rio- A ver si me lo presentas algún día.

-¿A mi perro? No porque si no me dejaras de lado y le preferirás a él como compañía, suele pasar –se ríe y yo también-

Me habla de su perro Charly y yo le escucho, me gusta saber un poco más de él, quedamos en que me lo presentará, le confieso que me gustan mucho los animales, y que tengo dos gatos. Le hablo de mi abuela, de todo lo que la quiero, lo que me gusta ir a verla, los ratos que paso con ella y todo lo que hace por mí. Mientras que estoy hablando el solo me mira y sonríe, sin querer le rozo y le toco, pero no parece importarle.

 Paro de hablar pues no quiero aburrirle ni nada, estoy pensando en lo cómoda que me siento y nos quedamos mirándonos, él se acerca más a mí y me recoge un mechón de pelo detrás de la oreja, esta tan cerca de mi cara que puedo sentir su respiración. Nos acercamos los dos por inercia y nuestros labios se rozan, y me besa un beso breve pero bonito. Entonces él se va a separar, pero yo le cojo la cara y le beso, este beso dura más, sabe a él.

-Me encantan tus ojos –le digo sin pensar-

-A mi tú sonrisa –me dice y sonreímos-

-Ahí está esa sonrisa –me dicemientras me mira y rio-

-La tuya tampoco está nada mal –ledigo y le saco la lengua-

-Mejor guarda esa lengua –me dice riéndose-

-Si no ¿qué? –le digo picándole-

-Mejor no lo quieras saber –me dice siguiéndome el juego y de repente escuchamos un ruido detrás del árbol, Izan se levanta-

Nos miramos, pues lo hemos escuchado los dos, era como si alguien se hubiera caído, no sé. Veo que va a ver qué pasa, y me levanto, en ese momento una persona sale corriendo y veo a Izan ir tras él. Miro detrás del árbol hay algo en el suelo, lo cojo y es un móvil. Veo que esta desbloqueado, me meto porque le curiosidad me puede y me meto en galería, para intentar saber quién es. Y lo que veo no es lo que me esperaba, voy pasando fotos y cada vez me sorprende más y a la vez me asusta. Llega Izan sofocado, por lo que intuyo no ha conseguido alcanzarle, me mira y le enseño el móvil.

-No es posible –le digo-

-¿Qué pasa? –dice el cogiendo el móvil, y su cara cambia en segundos-

-¿Por qué tiene fotos nuestras? –consigo preguntar-

-Nos ha estado siguiendo, seguro que es la persona que vi anoche –me dice preocupado y cabreado a partes iguales- espera también hay fotos de mis amigos, tus amigos…

-No puede ser, déjame verlo –le digo cogiendo el móvil- sale también Oscar, no es él entonces.

-Pero voy a descubrirlo, estate segura –me dice y se pone a mirar el móvil por si encuentra algo más- Vamos.

Comienza a andar y le sigo, esta cabreado lo sé, salimos del parque mirando un poco a todas partes, pero no vemos nada sospechoso. Se queda con él móvil, dice que su amigo Víctor que estudia informática puede que averigüé algo más. Le llama y queda con él en casa en una hora, me dice que esta con Bárbara y que nos juntamos allí todos. Esta distante pero sé que es por la rabia y preocupación que tiene, o eso espero habíamos pasado una tarde increíble, pero se ha convertido esto.

Llegamos los dos en silencio, y subimos las escaleras yo le sigo pues no sé ni en que piso vive ni nada, nunca he estado aquí lógicamente. Abre la puerta de casa y lo primero que veo es un perro que viene corriendo hacia nosotros, Izan le saluda con rapidez y viene a mí, le acaricio y el perro encantando me huele me da lametones y me saca una sonrisa. Veo a Izan de pie mirándonos y me parece ver que también sonríe, al momento sale alguien de una habitación, es su amigo Iván.

-Hombre hola –nos saluda- no os esperaba.

-Un imprevisto, ahora vienen Víctor y Bárbara –le dice- tenemos que mirar una cosa, ahora cuando venga te cuento.

-Vale, pero ¿ha pasado algo? –nos mira-

-Sí, bueno tranquilo ahora te cuento –le dice Izan- voy un momento al baño.

-Bueno ya veo que a Charly le has gustado –me dice-

-Si eso parece –le digo- me gustan los animales la verdad.

-Pues ala ya tienes perro para rato –me dice riendo- ¿Quieres algo?

-Agua por favor –le digo, tengo la boca un poco seca y se me ha hecho un nudo en el estómago con todo esto, quien querrá saber de nuestra vida o que querrán de nosotros-

-Toma –me tiende el vaso y lo cojo- siéntate y ponte cómoda.

-Gracias –le digo y me voy al sofá-

La casa no es muy grande pero tampoco pequeña, tiene el salón con dos sofás de tres plazas cada uno, la cocina americana y por lo que puedo intuir un baño y dos habitaciones, también veo una terraza. Estoy mirando la casa cuando veo a Izan salir del baño, se ha mojado el pelo y está nervioso, lo noto. Me mira y viene al sofá, se sienta a mi lado sin decir nada y pone su mano en mi pierna.

-Lo siento –me dice- estoy preocupado por esto, y cabreado por no pillar a ese idiota.

-No pasa nada, lo pillaremos –le digo para calmarle y le acaricio la mano, el me mira y me da un beso en la frente-

Suena el timbre y sale Iván a abrir la puerta, son Víctor y mi amiga, vienen muy juntos y con cara de preocupación podríamos decir. Cuando mi amiga me ve viene hacia mí y yo la sonrío para que no se preocupe, nos abrazamos. Ellos se ponen a hablar, y yo le digo a Bárbara que no se preocupe que ahora se lo contamos, que estoy bien. Nos sentamos en los sofás todos y Izan empieza a contarles un poco lo que ha pasado, resumido eso sí.

-No entiendo, pero ¿esto ya os ha pasado? –nos mira Víctor a mi amiga y a mi-

-Sí, pero no le dimos importancia –contesta mi amiga por mi-

-Hasta que anoche si me asuste –les digo y les cuento lo que pasó, la cara de mi amiga es un poema-

-Me lo contó a mí, yo ya empecé a preocuparme –continua Izan- pero no pensé que iba a llegar a esto –les enseña el móvil con las fotos, donde salmos Izan, sus amigos, mis amigos y yo-

-Pero a mí también me han vigilado –dice Iván sin creerlo- y a los chicos.

-Eso parece –digo yo-

-¿Y qué quieres que haga con esto? –le dice Víctor descolocado-

-Intentar averiguar quién es, o de quien es el móvil, no sé si podrás hacer algo –le dice Izan desesperado-

-Oye, no quiero asustarte pero también sale tú hermano –dice Iván-

-Dámelo –le ordena Izan y su amigo le da el móvil-

Todos le miramos, la cara de cabreo de Izan va en aumento, se levanta del sofá y coge su móvil, está llamando a alguien, supongo que será a su hermano pero no se lo coge. Este sale por la puerta sin decir nada y dejando el móvil allí, Víctor sale detrás de él embalado y los demás nos quedamos sin saber qué hacer.

-Chicas quedaos aquí –nos dice Iván- yo tengo que irme a trabajar, pero ahora vendrán estos no os preocupéis.

-Vale –dice mi amiga y yo asiento, este se va y nos quedamos ahí las dos sin saber que hacer-

-Madre mía, estoy alucinando –dice mi amiga-

-Lo sé, yo también- en ese momento viene el perro de Izan y empieza a lamernos-

-Que simpático –dice Bárbara- ¿de quién es?

-De Izan –la digo y nos quedamos haciendo cosas al perro y le cuento más detalles a mi amiga-

Al rato vienen los dos, Izan un poco más tranquilo pero con cara de cabreo y su amigo intentando calmarle, nos levantamos y hablamos con Víctor. Mientras que Izan se ha metido en su cuarto, su amigo nos explica que iba a casa de sus padres a ver si su hermano está bien, pero le ha conseguido convencer de que no pasa nada, que todos estamos bien.

Llamo a la puerta del cuarto de Izan y paso, está sentado con la cabeza agachada entre las manos, me siento a su lado y me mira. Puedo ver una mezcla entre cabreo, rabia y miedo. Le abrazo sin pensármelo y el me abraza también, se que lo necesita y nos quedamos así un rato.

-¿Necesitas algo?-le digo-

-Si encontrar a ese gilipollas -me contesta-

-Lo encontraremos, pero cálmate por favor –le miro preocupada-

-Lo intento de verdad –me dice y alguien entra interrumpiéndonos-

-Siento interrumpir, pero nosotros nos vamos –dice su amigo-

-¿Te vienes Helena? –me pregunta mi amiga-

-¿Estarás bien? –miro a Izan, quiero darle espacio y tiempo-

-Si no te preocupes, vete y descansa –me dice-

Nos levantamos y voy a salir del cuarto cuando me coge del brazo, me mira a los ojos y me abraza de nuevo, mientras me susurra al oído que por favor tenga cuidado y que intente no ir sola a ningún lado. Yo le digo que lo tendré y que no se preocupe. Nos miramos y nos damos un breve beso de despedida, entonces me dirijo al salón y me voy con mi amiga y Víctor.

Estoy en mi habitación,  pensando cómo gestionar lo que nos está pasando, ninguno sabemos quién puede ser y tampoco entendemos el motivo. Escucho que mi madre me llama para que baje, y voy hacía allí. Y mi sorpresa es que tengo delante de mí a Oscar, mis padres nos dejan solos y se van al salón, yo me quedo ahí delante de él con la rabia contenida.

-Hola Helena-me dice-

-¿Qué cojones haces aquí? –le digo- ¿Tienes algo que ver?

-¿De qué me hablas? –me mira extrañado-

-Seguro que si ¿verdad? –le digo con rabia-

-Pero que me estas contando –me dice mirándome, y yo me acerco a él y le golpeo el pecho-

-Lo sabes bien, y es solo para joderme –le digo enfadada- me das asco.

-No entiendo qué coño te pasa Helena, pero yo no te he seguido –me dice alzando la voz-

-¿Y qué haces aquí? Vete con tú puta –le digo con rabia- y no vuelvas.

-He venido a despedirme, me voy mañana –me dice-

-Pues adiós –le contesto- no hacía falta que vinieras.

-Quería disculparme por lo que ha pasado –me dice- yo te quiero Helena, ya no estoy con ella.

-No te creo nada –le digo y le empujo- vete.

-Sabes que no voy a parar hasta que volvamos –se acerca- te demostraré que te quiero.

-No quiero que me demuestres nada, la cagaste y no hay vuelta atrás –le digo y le señalo la puerta- adiós Oscar.

-Está bien me voy, pero recuerda que volveremos –me dice y se va-

Subo a mi habitación y empiezo a lanzar cojines por mi habitación de la rabia, he pagado todo con él pero se lo merece. Me quedo tumbada en la cama y consigo relajarme un poco. Escribo en el grupo de mis amigos y les digo que mañana tenemos que vernos, es una urgencia. Todos contestan que vale, y mañana nos veremos en casa de Elsa. Cuando voy a dejar el móvil, veo un mensaje de Izan, simplemente me pone: tenemos que hablar. Pero solo con esas palabras ya me da mala espina.

Mi mayor deseo

Me llamo Clara y vengo a contaros mi historia. Soy una persona normal, o al menos aparentemente, siempre me han fascinado las historias de vampiros. Cuando cumplí mis 18 años solo pedí ser vampiro, he leído mucho sobre, todo el mundo se ríe de mí pues dicen que no existe.

Un día de verano estaba volviendo a casa después de trabajar en una terraza de un bar, escuché un sonido pero yo seguí caminando sin darle importancia. Cuando llevaba la mitad del camino, escuché otro ruido me giré y no vi nada. Me empecé a extrañar cuando volví a escucharlo, por lo que me di la vuelta y dije ” deja ya esta broma no me asustas, a mi no” pero nadie apareció.

Estaba en mi cuarto apunto de meterme a la cama, pero algo me llamó la atención y me asome a la ventana, me pareció ver a alguien abajo, pero se escondió. Yo decidida baje a ver quién era, podría ser quien me estaba siguiendo, pensé.

Abrí la puerta para salir de casa, y de repente alguien me cogió y me tapo la boca, solo pude escuchar un “estate tranquila estarás bien”. Desperté en un sitio diferente al de mi casa, no sabía muy bien que había pasado, pero poco a poco fui recordando y me alarme un poco. Al instante entro alguien, intenté fijarme bien pero la oscuridad me lo impedía, no estaba atada ni nada, no entendía porque me habían llevado allí ni para que.

Se presentó me dijo que era Nicolás y que estaba allí para ayudarme. Yo no entendía nada, para que quería que me ayudara, se lo pregunté. El me respondió lo siguiente:

-Llevo observándote días, o quizá meses. Se que te encantan los vampiros y crees en ello, aunque los demás te lo niegan. Se que deseo pediste, y aquí estoy yo.

-¿Y que tienes que ver tú en esto?

-Voy a sacarte de dudas, y puedo ayudarte a ser vampiro, tanto como quieres.

Y lo entendí en cuanto vi sus colmillos, creí que estaba soñando. Pero se acercó y me dijo, cuesta controlarse pero yo ya soy experto en esto. Me cogió el brazo y empezó a beber sangre, me sentí rara dolía si pero aguante.

Paro, le costó pero paro, se apartó y luego me dijo que si quería saber más cosas de su mundo tendría que quedarme con él. Que luego yo decidiera que hacer cuando estuviera preparada. Y acepte, quería saberlo todo, les dije a mis padres que me había ido con una amiga de vacaciones que ya les contaría bien. Y ellos me creyeron, siempre había sido así de esporádica.

Estuve un mes con Nicolás, me enseñó tantas cosas que hasta me asusté un poco al principio, pero no quería separarme de él, ya no solo era el tema vampiro era Nicolás. Un día mientras estábamos mirando por la ventana, de noche, el me pregunto “entonces has decidido” y yo no supe que hacer, por un lado quería lo había deseado siempre y además él me importaba. Me había contado que estaba solo, no tenía a nadie, se pasaba la vida dando tumbos sin más, y que mi compañía le había cambiado la vida.

Estaba indecisa pero un día me lo volvió a preguntar y está vez si supe la respuesta. Habían pasado dos meses y mi familia apenas se había preocupado, él estaba a mi lado.

-Acepto, quiero ser vampiro y estar a tu lado para siempre.

-¿De verdad? -sonrió, estaba contento-

-Si -le conteste con una sonrisa-

Me prometió que siempre estaría a mi lado que no me dejaría jamás, que tendría paciencia y me ayudaría con el proceso, yo le creí pues en estos meses así había sido. Esa noche apenas dormí pensando que al día siguiente todo cambiaría, les dije a mis padres que me quedaba a vivir lejos, que había encontrado trabajo y al día siguiente me despedí de ellos.

Después de cinco meses aquí me encuentro con Nicolás, somos felices a nuestra manera. Ha tenido que tener mucha paciencia, pero juntos hemos podido y no me arrepiento. El ha sido mi escape y yo su salvavidas. Estábamos predestinados a estar juntos, ya lo entiendo todo. Una vida eterna con él, espero que no se haga dura porque por el momento la estoy disfrutando al máximo. Lo peor de todo es tener que buscar sangre, así que tener cuidado porque puede que un día aparezcamos ante ti.

Capítulo 9 – Helena

Después de pasar  la noche con mis amigas Bárbara y Sofía, le cuento a esta última lo que me ha pasado con Oscar incluido lo de Izan y demás, ella se queda flipando y por un momento deja de pensar en sus problemas. Además hablamos de lo que hemos visto hace poco en la calle, bueno de a quien hemos visto, a él y Claudia besándose ahí en medio, sin más.

A la mañana siguiente tenemos examen, nos vamos a la uni primero a repasar y luego a acabar con nuestro penúltimo examen. Salimos bastante contentas, no ha ido mal, y vamos a la cafetería de enfrente, nos ha escrito José que esta con Elsa y Sofía.

Entramos y nos sentamos con ellos, nos ponemos al día y les cuento lo mío con Oscar, como es de esperar flipan igual que todos, y le ponen a parir. Después comenzamos a hablar de otras cosas, y Sofía decide contarles a José y Elsa lo que le pasó.

– Vete de ahí Sofi –le dice José-

– No es tan fácil –suspira ella- No sé que voy a hacer, intentaré evitarle.

– De momento es lo mejor –la digo- Encontraremos una solución.

– Pensaremos que hacer en cuanto acaben los exámenes –dice Bárbara- Y sino como dice José te vas, y nosotros te acogemos.

– Ojalá chicos, muchas gracias –dice ella- Espero arreglarlo de alguna forma, sino ya veremos.

– Sino, te vienes conmigo –interviene Elsa- Tengo sitio –la sonríe-

– Ala, pan B solucionado –dice Bárbara entusiasmada y todos reímos-

Salgo de allí y me voy a casa, dejo allí a mis amigos, yo tengo cosas que hacer, como estudiar y echarme un rato, no he dormido muy bien y lo necesito. Voy caminando por la calle tranquilamente, pensando en lo que tengo que hacer, se me han olvidado los cascos por lo que no me pongo la música. Estoy ya casi llegando, me giro porque tengo la sensación desde hace un rato de que me siguen, siento como que viene alguien detrás una sensación extraña, pero no veo nadie puede que sea cosa mía del cansancio.

El resto del día después de echarme un rato me quedo estudiando, me cuesta un poco concentrarme, tengo muchas cosas en mi cabeza, entre ellas ese chico que ha entrado en mi vida, aunque poco se de él pero me llama mucho la atención, como me protegió el otro día, la manera de mirarme. Debería estar jodida por lo que ha sucedido con Oscar,  aunque estoy mal el odio que tengo hacía él ahora mismo es más grande, junto con la rabia.

Pasan los días sin novedades, estudiar ha sido mi prioridad, estudiar en casa y con mis amigos, como siempre. Si que algún día he tenido la sensación de que alguien iba detrás de mí, pero luego no he visto a nadie. No me gusta nada, pero tampoco me quiero poner paranoica, por lo que no he dicho nada, solo se lo comente un día a Bárbara y tampoco le dio importancia.

No he vuelto a ver ni a Oscar ni a Izan, tampoco he tenido ocasión pero siempre que estábamos en la cafetería de la uni miraba por la ventana, y yo se que en el fondo esperaba que apareciera por la puerta, pero no he dicho nada.

Llega el viernes y como no él último examen, estoy nerviosa y contenta a la vez, hemos quedado con los demás para comer después y ya estoy deseando que pasé el tiempo. Cuando salimos del examen miro a mi amiga y veo que esta sonriendo, y me doy cuenta entonces que ya hemos acabado.

Llegamos al restaurante donde hemos quedado y vemos que José y Elsa ya están allí, y justo cuando vamos a la mesa por detrás siento que alguien me coge y en ese momento casi me da un infarto.

-Chicas-nos dice Sofía de repente y a mi se me cambia la cara-

-Que susto joder-la digo con la mano en el pecho-

-Lo siento, es que os vi vine corriendo-nos dice-

-Venga vamos a la mesa –dice Bárbara y nos sentamos con los demás-

-Hola guapas –dice José sonriendo- Ya libres de exámenes –dice contento-

-Si por fin –decimos Elsa y yo a la vez y nos reímos-

-¿Qué tal todo? –nos pregunta Elsa- ¿Ya tenemos sitio para mañana? –refiriéndose a la supuesta fiestas de Víctor y compañía-

-Si claro, en el bar de un amigo –contesta Bárbara- me dijo que sin problemas y me paso la dirección –dice sonriente-

-Uy uy, ¿Y Víctor qué? –pregunta José- A mí me cae bien, es buen tío.

-Si es majo la verdad –digo yo-

-La verdad que mira últimamente estamos hablando más, pero vamos no sé… –dice Bárbara- Lo que sea será –sonríe-

-Haces bien, lo que surja –dice Elsa-

Hablamos del sábado, no paramos de hablar emocionados por todo, contentos porque hemos acabado una etapa y empezamos otra nueva, brindamos por nosotros, por seguir juntos y por qué queda por venir. Y cuando ya nos dan las tantas después de comer, del postre, nos venimos arriba y pedimos una botella de chupitos, y así hasta que ya nos damos cuenta que tenemos que irnos o si no nos echaran, y salimos de allí.

Pero no acaba ahí vamos a casa de Elsa y allí seguimos la celebración, bebiendo, hablando, jugando, lo que se nos ocurre en el momento. Yo me lo paso tan bien que creo que es de los días más felices de mi vida, con mis amigos esos que están ahí siempre en las malas y las buenas, todos hemos conseguido sacar él curso, acabar la uni y estoy muy orgullosa.

Me despierto desorientada, no sé donde estoy pero cuando abro bien los ojos me acuerdo del día de ayer, y que nos quedamos aquí dormidos en casa de Elsa y que me duele un poco la cabeza, normal con lo que nos metimos para el cuerpo. Nos suele pasar mucho, pero ella está encantada de que nos quedemos, siempre lo ha dicho. Cojo mi móvil y veo una petición de amistad, anoche ni lo use. Me sorprendo cuando veo que es de un chico que se llama Izan, pues solo pienso en un chico con ese nombre, entro en su perfil y efectivamente es él, aunque no sube muchas fotos por lo que puedo observar, pero justamente hay una que me encanta. Le acepto, claro como no y también le sigo de vuelta, entro de nuevo para mirar su perfil, vamos para cotillear.

-Buenos días –me dice Bárbara bostezando-

-Buenos días marmota –le contesto –

-¿Qué miras tanto en el móvil?-me dice acercándose-

-Ah nada, solo… -me quedo pensativa pero al final se lo digo- que me ha seguido Izan.

-Anda ya, ¿enserio? –dice sonriendo-  Déjame verlo.

-Mira –le enseño el móvil y ella sonríe-

-Es guapo eh –me dice riéndose y la doy un codazo-

-Calla –la digo riéndome- si es guapo.

Nos quedamos ahí riéndonos y luego se unen los demás, desayunamos yo mi café como siempre, sino no soy persona y unas tostadas que nos hace José, luego cuando ya hemos recogido un poco la casa decidimos que ya nos vamos la nuestra, Elsa se tiene que ir a trabajar.

Como donde mi abuela con mis padres, ella es encantadora y la única de mis abuelos que siguen vivos, la quiero mucho siempre me dice que vaya allí que le gusta verme, la cuento mis cosas y ella siempre me escucha, y yo la pido que me cuente también ella sus cosas. Incluso me cuenta cosas de su vida, y yo me quedo escuchando, desde que era pequeña ha sido así, me leía siempre cuentos, o se los inventaba, se le da bien la imaginación, por ella es por quien me aficione a la lectura y la verdad que se lo agradezco, porque ahora me encanta.

-Mi niña, tú puedes hacer lo que te propongas en la vida – me dice mi abuela sonriendo- eres muy especial, ya lo sabes –y yo sonrió y la abrazo-

-Gracias abuela, eres la mejor-la digo- y la comida muy rica, ahora que tendré más tiempo vendré más  a verte.

-No te preocupes hija, que yo se que tenéis cosas que hacer –dice ella con una sonrisa- ven cuando tú puedas, que yo estoy encantada.

Mis padres se van porque tienen cosas que hacer, y yo me quedo un rato más allí con mi abuela quiero aprovechar el tiempo con ella, me da lástima cómo pasa el tiempo y ver que se hace mayor, me da pena no poder estar tanto tiempo con ella. Ponemos una película, y al final me quedo dormida en el sofá.

Ya ha llegado la hora de prepararse para la fiesta, estoy con Bárbara y Sofía que últimamente está más con nosotras por el panorama de su casa.  Después de cenar nos decidimos a mirar que nos ponemos, esta vez me apetece ir de negro, me decido por una falda de cuero negra, y una camiseta también negra. Mi amiga Bárbara también se decide por unos pantalones cortos negros y una camiseta blanca, y Sofía va de rojo con pantalones cortos. Las tres nos maquillamos, nos dejamos el pelo suelto y un rato después estamos listas para irnos.

Esta vez vamos nosotras tres antes que José y Elsa, como ella ha tenido que trabajar hoy tiene que ir a prepararse y todo,  mi amigo la acompaña para que no vaya sola. Vamos por la calle contentas, riéndonos haciendo el tonto, nos hacemos alguna foto.

-¿Os imagináis que aparece Oscar? –dice Bárbara- esta vez le pego yo –y nos reímos todas-

-Calle que sigo cabreada, bueno no es la palabra pero ya entiendes –la digo- no me apetece verlo ni hoy ni nunca, la verdad.

-Suerte que no haya querido ponerse en contacto contigo –dice Sofía-

-Mejor así, sabe lo que hay –dice Bárbara-

-Mirar chicas –señalo el local- es ahí.

-Vamos que ya está aquí la fiesta – dice Bárbara contenta y vamos hacía allí-

En cuanto entramos veo que hay ya gente, más de la que pensaba pero está bien, veo que hay luces y hay buen ambiente. De camino a la barra veo que están los chicos, y me quedo mirando al que está de espaldas, por lo que puedo intuir por los tatuajes es Izan.  El se gira y se me queda mirando, y nos sonreímos.

– Hola chicos –dice mi amiga Bárbara y luego Sofía y yo a la vez –

– Ey –dice Diego – ¿Queréis algo?

– Pues claro que quieren – dice Víctor-Hola guapas –nos saluda y nos da dos besos-

-Hola –nos saluda Izan y nos guiña un ojo, aunque veo que se queda mirándome-

Iván nos sirve las copas, y al rato aparece su amigo Jorge y se une al grupo, nos echamos unas risas todos y  luego decidimos irnos a bailar mis amigas y yo. Los chicos se quedan hablando, y nosotras lo damos todo bailando, me siento bastante bien y de momento va bien la noche, a veces miro hacia la barra pero sé que lo hago solo para ver si me mira, y para verle.

Al rato aparece José y Elsa, vemos que están en la barra con los chicos y luego vienen con nosotros a bailar, me dejo llevar, disfruto de la música que no es mala y del momento. Bailamos y bebemos, nos dispersamos un poco, me quedo con José y Sofía, Elsa y Bárbara desaparecen.

-Chicos salgo un momento que me dé el aire, así también veo donde están las chicas- les digo a mis amigos-

-Vale aquí estaremos –me dice Sofía y José asiente-

Al irme veo a Elsa en la barra hablando con alguno de los chicos, pero no está Bárbara, decido salir a la calle pues también necesito que me dé el aire. Cuando estoy a punto de salir me choco con alguien, levanto la cabeza y es Izan, me mira y sonríe.

-Hola –le digo-

-Hola otra vez –sonríe- ¿Vas a salir?– asiento y salimos los dos a la calle, se saca un cigarro y se pone a fumar-

-Oye sabes que fumar es malo –le digo-

-Bueno de algo hay que morir ¿no? –me dice- Eso suele decir la gente –ríe-

-Eso no hace gracia –le digo- además está muy dicho, búscate otra frase.

-Debería –sonríe- ¿Ya te has cansado de bailar? –me dice-

-Un poco, necesitaba aire y no encuentro a mi amiga Bárbara –le digo y él se ríe un poco- ¿Qué te hace gracia?

-Nada, nada –me dice sonriendo- que tu amiga seguro que se lo está pasando muy bien.

-Oye ¿qué pasa?-le digo sin entender lo que me dice-

-Nada tranquila, creo que esta con Víctor – me dice- tampoco lo encuentro

-Bueno en ese caso estoy tranquila – rio y él se ríe conmigo, me puedo imaginar que hacen esos dos-

Me quedo mirando al cielo, a su lado apoyada en la pared, me siento contenta un poco bebida pero bien, siento que me está mirando, pero ninguno de los dos decimos nada más. Al final me atrevo a hablar, no me incomoda estar así con él, pero se me viene a la cabeza lo que paso con su hermano.

– ¿Cómo está tu hermano? –le digo mirándole-

– Bien, está bien –me dice sorprendido- Gracias.

– No sé porque me las das, pero no hace falta–le digo-

– Por preguntar-me dice mirándome- ¿Y tú como estas?

– Bien ahora mismo, bien –sonrió- ¿Y tú?

– Ahora bien –sonríe- ¿Has vuelto a verle?

– No –le digo sin pensar, se a quien se refiere- Y prefiero no hacerlo –me mira y va a decirme algo más cuando escucho una voz que viene de dentro-

– Holaaa –dice José bastante bebido –

– Si que lo estas celebrando bien eh –le digo riéndome-

– Estoy en mi mejor momento –me dice riéndose- Vamos a bailar – y me coge para bailar y le sigo un poco el juego-

– Venga ya José –le paro riéndome y se da cuenta quien está conmigo-

– Anda si esta aquí nuestro amigo de los tatuajes –le da en el hombro- ¿Todo bien?

– Perfectamente – le contesta Izan- Bueno yo entro ya.

– Oye ¿no habré interrumpido algo? – le dice José-

No contestamos porque justo escuchamos el ruido de una moto aproximándose a nosotros, y cuando se para y veo quien va en ella me quedo sorprendida. No porque no me lo esperara sino que viéndolos ahora hacen una pareja increíble, y no me había dado cuenta antes.

– ¿Nos estabais esperando? –dice Víctor con gracia-

– Si claro, a vosotros – le contesta Izan dándole de broma en la cara mientras se ríe-

– Oye Helena –dice Bárbara mirándome- ¿Te importa si me voy con él?

-¿Enserio me lo estas preguntando? –la digo- Pues claro que no tonta –la digo sonriendo-

-Me da cosa dejarte, sobretodo que luego vayas sola – me dice-

– Que no pasa nada, además sabes que siempre me acompañan aunque sea un poco –la digo- Tu vete y pásalo bien – sonreímos y me abraza-

-Oye chicas yo también quiero – dice José abrazándonos- ¿Ha pasado algo? – nos reímos-

-Todo bien, y tú deja de beber que me tienes que cuidar a las chicas – le dice Bárbara-

-No quiero interrumpir –dice Víctor que estaba más apartado con Izan- ¿Todo bien?

– Si todo bien -le digo y le guiño un ojo-

-Pues vamos chica mala – dice mirando a mi amiga y ella le pega de broma-

-Calla motero que eres un prisas – dice ella y mira a Izan- Tú amigo espero que cuide de mis chicas –dice refiriéndose a él-

-¿Te refieres a mi? –le dice Izan- Están en buenas manos – le guiña el ojo-

-Espero que no me hagas entrar a hablar con los demás –le contesta mi amiga-

-Tranquila que yo creo que estamos todos igual –ríe- O quizá mejor que tú amigo –señala a José apoyado a mí-

-Cuidadito conmigo que estoy lo mejor que puedo – dice José y nos reímos-

– Os podéis ir ya –dice Izan y me abrazo con Bárbara y la deseo buena noche-

– Pasarlo bien y no bebáis mucho – dice Víctor montándose en la moto-

Bárbara se sube en la moto y se colocan el casco, se agarra a Víctor y  este arranca la moto, nos despedimos mientras se van calle abajo, y ahí nos quedamos viendo la moto desaparecer. Me doy cuenta que José ya no está a mi lado, seguro ha entrado dentro, ya va un poco mal y me da a mí que va a acabar peor.

– Bueno pues ya se han ido –digo en alto- 

– Si –me dice Izan- Venga vamos dentro que te invito a otra –me sonríe –

-Vale –sonrío y entramos dentro-

Una vez dentro vamos a la barra en un hueco que vemos libre, no me acordaba que hubiera tanta gente. Veo que un poco más allá están Sofía y Elsa con alguno chicos, y sonrió por inercia.

– ¿Qué quieres? –me pregunta Izan-

-Emmm… Quiero Ron con Coca-Cola – le contesto y él lo pide-

– ¿Te gusta la música? –me pregunta-

– ¿La que suena ahora mismo? –suena No Promises de Demi Lovato- Si me gusta –sonrió-

– No es por tirarme flores pero yo soy el dj –me dice sonriendo-

– Tienes buen gusto no lo voy a negar – sonrío y nos traen las copas-

– Me lo dicen mucho – dice riendo- ¿Qué música te gusta?

– Pues de todo un poco, depende el momento –le digo- ¿A ti?

– A mi sobretodo música electrónica y Rock –me contesta-

– ¿Y que más te gusta a parte de la música? –le pregunto interesada-

– Salir a correr, los coches, los tatuajes aunque es obvio ¿no?–se ríe- ¿Y a ti?

– A mi leer, ver películas  y quedar con las chicas –le contesto- Aunque luego me dejen tirada, es broma –rio-

– Luego te acompaño yo, no te preocupes – me dice-

– No lo he dicho por eso –le digo- no pasa nada.

– Ya, pero yo quiero acompañarte hay mucho loco suelto – me dice-

– Ni que lo digas, últimamente siento como que me siguen o no sé –le contesto y le cuento lo que me pasa a veces, ese presentimiento – seguro que  son cosas mías, pero ya son varias veces, no sé…

– Y si fuera así, ¿Quién crees que pudiera seguirte? –me dice él-

-No sé, alguna vez he pensado en Oscar, pero no he visto a nadie –le contesto-

– No es ninguna tontería, ten cuidado porque puede ser –me dice preocupado- no le conozco pero el otro día no me gusto nada –me mira-

– Ya, a mí tampoco me gusto, sinceramente nunca me había pasado nada parecido con él, es como si no le conociera –le digo- se que esta con esa chica, los vi en la calle liándose. Pero no quiero volver a verle, no puedo ni quiero tenerle en frente.

– No te preocupes, hacemos una cosa yo te acompaño luego y te voy a dar mi número por si necesitas llamarme o algo en algún momento, no importa la hora ni nada, si necesitas cualquier cosa llámame –me dice y yo asiento y le doy el móvil para que lo apunte-

-Gracias –le digo y sonrío-

-No las des –me guiña un ojo y sonríe-

Estamos un rato más en el bar, hablamos nosotros y le voy conociendo un poco más, al rato nos juntamos con el resto, cuando vemos que ya es tarde nos vamos. Elsa, Sofía y José se van a casa de la primera, y algunos de los amigos de Izan se quedan un poco más. Él y yo nos vamos, la verdad me siento más segura si me acompaña, no lo voy a negar.

Vamos los dos hablando y hablando, ya que cuando bebo me suelto mucho y no paro de hablar, y él parece cómodo. Cuando llegamos casi a la esquina de mi calle le digo que ya voy sola, pues ya queda un tramo muy corto y el tiene un camino hasta llegar a la suya. Me ha contado que ahora vive con su amigo Iván, porque ha tenido movida con sus padres y que está mejor así.

-¿Segura? No me importa acompañarte más –me dice-

– Segurísima –le contesto – Muchas gracias por acompañarme y por la noche, me lo he pasado muy bien –le digo sonriendo-

– Y yo, gracias a ti también por alegrarme la noche –me contesta- Y cualquier cosa tienes mi número, para lo que quieras.

-¿Para lo qué quiera? No sabes lo que has dicho –le digo riéndome-

-Miedo me das, pero ya no hay vuelta atrás – se ríe-

– Bueno ten cuidado –le digo y me acerco para despedirme-

-Y tú, avísame cuando llegues- me abraza y me da dos besos-

-Está bien te escribo –le digo- Adiós, buenas noches –me despido de él-

-Adiós, ten cuidado y descansa anda –me guiña un ojo y se queda ahí parado mientras me voy, hasta que decide irse cuando ya estoy llegando a mi esquina-

Entonces en ese momento siento una presencia, miro atrás y no veo nada, sigo andando y escucho un ruido, un silbido. Sigo andando sin hacer caso, puede ser cualquiera, y escucho pasos detrás de mí, sigo andando más rápido, miro atrás y veo a alguien pero no distingo quien es. Estoy casi llegando a mi casa, angustiada y corriendo con los malditos tacones. Llego a la puerta y saco las llaves lo más rápido que puedo, pero se me caen con los nervios, las recojo y busco la llave, la encuentro y escucho una risa, hasta que consigo abrir la puerta y meterme dentro. Estoy asustada, no sé quién es, o si es una broma pesada, pero no me da buena espina, y si es Oscar que me quiere joder por todo lo que ha pasado, no lo tengo claro pero tengo que averiguarlo.

novela de amor
novela de amor

Enamorarse de uno mismo.

¿No os pasa que a veces os gustaría ser diferentes?

Me explico, pensamos que tal y como somos no tenemos ese encanto, que otras personas desprenden. Eso pensamos nosotros, pero si nos miráramos desde fuera veríamos que no es cierto, que cada uno tenemos ese algo que nos hace especial.

Nunca miramos todo lo que somos, siempre nos ponemos pegas, miramos lo malo de nosotros mismos, y no nos damos cuenta de que tenemos muchas cosas buenas y también detalles que nos hacen únicos.

Tenemos que valorarnos más a nosotros y no compararnos con el resto de personas, porque ¿para qué? Si siendo así ya somos especiales, tenemos nuestro toque que nos hace únicos.

Pensaréis que es una tontería, pero ahora mismo seguro que si te pones a pensar lo hacemos mucho, eso de compararnos, pensar que somos menos que otras personas o que tenemos miles de defectos.

Si miráis bien y observáis, en el fondo, cada uno es como es, y tiene su encanto, su magia. Cada gesto, cada detalle, la forma de hablar, la personalidad, el físico que seguro que es precioso, sea como sea.

Porque no hay que fijarse tanto en los demás y hay que darse cuenta de cómo eres tú. Todo lo que aportas, lo positivo de ti mismo, y lo negativo dejarlo a un lado, seguro que ya hay personas que nos  sacan lo “malo” o lo que no gusta.

Mejor admírate por lo que eres y aprender cada día a valorarte y quererte más, seguro que las personas de tu alrededor que te quieren de verdad lo hacen, por lo que eres y por como eres.

relato sobre sentimientos
relato sobre sentimientos

Capítulo 8 – Izan

Ya van dos seguidas, no podía estarme quieto no, tenía que pegarle, se lo merecía. Me he contenido porque es su novio, pero que la pegue ya no entra en mi cabeza. Le doy un puñetazo y se echa atrás, no se lo espera. Ellas reaccionan y me sujetan para que no siga pegándole, el tío se ha quedado parado cagandose en mí, no le prestó atención pero cuando reacciona viene hacia mí, yo soy más rápido y le sujeto de la camiseta.

-Como le vuelvas a poner un solo dedo encima, esto será poco -le digo con rabia-

-Quien cojones te crees que eres -me contesta intentando zafarse-

-Suéltale –me dice Helena- vamos, no merece la pena –tira de mí y le suelto-

-Espero que te haya quedado claro –le digo antes de darme la vuelta e irnos, mientras Oscar se queda allí descolocado-

Cuando ya hemos andando un poco, bastante callados los tres, me paro y ellas se paran también.

-Chicas lo siento –digo- Helena ¿estás bien?

-Sí, gracias –me contesta- estoy mejor, tranquilo.

-Vamos os acompaño –digo y comenzamos a andar-

Ninguno de los tres hemos dicho una palabra, estábamos cada uno con nuestros pensamientos, no sabíamos que decir, se notaba. Yo estaba un nervioso, tenso y cabreado, a veces cuando me daba cuenta aminoraba el paso para no dejarlas atrás.

Acompañamos primero a Bárbara su casa estaba antes que la de Helena al parecer, nos despedimos de ella. Helena y yo seguimos el camino hacia su casa, vamos callados, la miro a veces de reojo pero no decimos nada. 

Cuando llegamos a su casa nos quedamos los dos parados sin decir nada, no sé cómo actuar, estoy cabreado pero también preocupada por ella, no sé si se lo habrá echo más veces, aunque por su reacción no parece.

– Bueno ya hemos llegado a mi casa –dice ella- gracias.

– No es nada –la digo mirándola- ¿Estás bien, te duele? –la pregunto mirando su mejilla y  levanto mi mano con la intención de tocarla pero lo pienso mejor y la detengo-

– Me duele –me dice- pero se pasará.

– No entiendo cómo ha podido tocarte, tratarte así –la digo cabreado- ¿Enserio estás con él?

– Sí, bueno estaba -contesta conteniendo las ganas de llorar-

– Eh –la digo cuando baja la cara y la abraza y ahí es cuando sus lágrimas empiezan a salir- no llores tranquila –la digo y de repente escucho que la llaman por su nombre y se separa-

– Helena hija –dice un hombre que parece ser su padre, me fijo y si tienen parecido, el pelo oscuro y algunos rasgos de la cara- perdona no quería interrumpir.

– Hola papá -le dice ella nerviosa con la mano en la cara- no molestas ya se iba – dice ella-

– Hola, eh si ya me iba – contesto confundido- nos vemos adiós – digo marchándome-

– Adiós –escucho mientras me voy-

No me ha gustado mucho como me ha invitado a irme, por así decirlo, pero estaba bastante nerviosa por la situación, por eso me he ido. Y de camino al bar de Iván me pongo mi música para evadirme un poco de todo, últimamente solo me pasan mierdas.

Llego allí y me siento en la primera mesa que pillo, escribo a los chavales pero me dicen que están estudiando y que el finde ya nos juntamos para celebrarlo, no entiendo como les gusta tanto la fiesta pero me hacen sonreír con sus ocurrencias.

Veo que sale Iván afuera y le hago un gesto con la mano, parece que no me ha visto me saluda y me dice que ahora viene, que termina de servir unas mesas.

-Hola tío –me saluda- ¿Quieres que te ponga algo? No tardaré en irme.

-Si ponme una cerve –le digo- y así hago tiempo y nos vamos juntos

-Perfecto, ahora mismo te la traigo –me dice y entra-

Al momento sale y me sirve lo que he podido, intercambiamos unas palabras pero enseguida tiene que volver a entrar, tiene un poco de lio, como siempre. El sitio es conocido y está bastante bien, entonces se me ocurre que podríamos hacer la fiesta aquí el finde, ya que no teníamos sitio. Pero antes se lo comentare a mi amigo, para ver si le parece bien y que se lo comente a su padre, es el dueño.

Nos vamos a casa, hablando un poco del trabajo que ha tenido y todo eso, entonces aprovecho y le cuento mi idea sobre la fiesta, me dice que vale que se lo va a decir a su padre, pero no cree que haya problema siempre y cuando no la liemos demasiado. Entro en casa y vuelvo a salir a la calle a sacar a Charly, no sé porqué pero paso por la calle donde vive Helena, ha sido sin pensarlo, pero solo veo a una pareja liándose.

Sigo mi camino y volvemos a casa, le pongo de comer a mi perro y luego ceno algo con Iván, mientras vemos la televisión. Enseguida me voy a la habitación, mañana trabajo y necesito descansar un poco, pero antes vuelvo a llamar a mi hermano, y por suerte esta vez me lo coge.

– Aarón –le digo-

-Izan, ¿qué pasa? No he podido hablar contigo porque me quitaron el móvil, lo acabo de coger por mi cuenta – me responde-

– Joder, ¿estás bien? –le pregunto-

-Si bueno, estoy mejor pero ellos siguen igual enfadados y eso – me dice-

– Iré a verte, te lo prometo –le contesto- tú pórtate bien.

– Vale, pero quiero que estés aquí –dice él y se escuchan unos ruidos – te dejo vienen.

– Pronto te veré –y me cuelga, sin saber si me ha escuchado y mi cabreo sigue ahí, tengo claro que voy a ver a mi hermano-

Me intento dormir, necesito desconectar de esta pesadilla por llamarlo de algún modo, me pongo mi música y en un rato bastante largo consigo quedarme dormido. Hasta el día siguiente que me suena la alarma y escucho a Charly, viene y me empieza a lamer para que le haga caso. Me levanto como puedo, voy al baño me visto rápido y saco un momento a mi perro.

En cuanto subo, me ducho y me visto para ir a trabajar, me tomo un café y alguna cosa que tiene por ahí mi colega para comer. Me voy sin decir nada, y me dirijo a la tienda sin ganas de trabajar porque nunca se tienen, o por lo menos en mi caso, pero me viene bien así estoy distraído.

El día de hoy pasa rápido, tengo bastante trabajo y no me da tiempo ni para pensar, coincido un par de veces con Jorge y nos decimos alguna tontería, a la hora de comer vamos a comer juntos y ahí hablamos de mi hermano y le cuento lo que pienso hacer sobre ir a verle.

– Estas loco –me suelta- Por lo menos deja que te acompañe.

– No pasa nada, iré yo solo, se cómo tratarles lo mismo ni están – le contesto- no te preocupes.

– ¿Y si están qué? – me contesta- Deja que vaya, y me quedo aunque sea en la calle esperando, además yo también quiero verle.

– Bueno ya veremos, aun no sé cuándo voy a ir, te aviso –le digo – pero si vienes te quedas fuera y luego ya vemos.

– Si, pero avísame eh –me dice sin fiarse- Ya me la liaste una vez-me recuerda-

– Joder, esta vez te lo digo de verdad –le insisto-

Hablamos de otros temas, y le cuento la idea del bar de Iván, el me dice que le parece increíble y que no dirá nada hasta que nos confirme. Le cuento que vi a las chicas pero omito lo que pasó, no soy quien para ir contándolo. Terminamos de comer y vamos a seguir trabajando.

Termina el día y me voy a casa, mi amigo aun no ha llegado saco a mi perro, y cuando subo me preparo la cena, un simple bocadillo no soy mucho de cocinar. Me pongo un partido de futbol que están echando y me quedo ahí un rato, hasta que oigo llegar a Iván y viene acompañado.

-Hombreee –escucho a Víctor decir-

_Ey tío, ¿Cómo tu por aquí? –le digo saludándole-

-Mañana no tengo examen, y el que me queda ya lo tengo preparado –me dice- así puedo hacer una visita a mis colegas –ríe-

– Anda ven aquí –le digo para que se siente mientras Iván va a por algo para beber-

– Ya me ha contado Iván que tenemos sitio y que fue idea tuya, no me lo creo –me dice riendo- es perfecto.

– Ya está confirmado ¿o qué? –le pregunto sonriendo-

-Pues claro, mi padre nunca dice que no a la mayoría de cosas- dice Iván sentándose con nosotros- Le he dicho que no somos muchos, que somos responsable, y todo ese rollo y no ha podido decir que no –nos reímos los tres-

– Pues ala, eso si tengo que invitar a las chicas y a su amigo – dice Víctor- Y bueno podemos invitar a algunos conocidos más ¿no? –pregunta mirando a Iván-

– Claro que si tío, pero no te pases –le dice él- Vosotros encargaros de la gente, bueno y tú Izan de la música y me la metes en un pen.

-Venga vale –le dice entusiasmado- tu mandas, Víctor tu de la gente yo de la música –le digo riéndome-

– Eso está hecho, prometo no pasarme – nos dice sonriendo-

Nos quedamos hablando de la fiesta, y temas diversos, hasta que se hace un poco tarde y Víctor decide irse y nosotros nos vamos a dormir cada uno a su habitación. Antes me doy una buena ducha para relajarme, y cuando ya me meto a la cama sonrío pensando que voy a volver a ver a esa chica que últimamente está en mis pensamientos sin quererlo, aunque espero que no sea para siempre, no quiero volver a pasarlo mal por una chica.

Pasan dos días, en los que no ocurre nada del otro mundo, voy del trabajo a casa y de casa al trabajo, salgo a sacar a Charly corro un rato, y poco más. Pero mejor así no quiero más acontecimientos inesperados, o por lo menos malos.

Llega el viernes, y decido que tengo que ir a ver a mi hermano, no sé si decírselo a Jorge, pero le asegure que le avisaría, asique eso hago, se lo digo ese mismo día en el trabajo, mientras comemos. Él me dice que si, aunque me intenta convencer de que no vaya, pero yo no le hago caso, tengo que ir. Además, tengo que coger mis cosas, porque no creo que mis padres quieran que vuelva, y sinceramente no me apetece, solo volvería por mi hermano, pero sé que a Aarón le cuidan bien, así que realmente no tengo motivos, y viviendo con Iván estoy bien.

Cuando acabamos de trabajar, vamos a sacar primero a Charly mi amigo y yo, y después vamos a casa de mis padres con el coche de Jorge, estoy un poco nervioso, no sé cómo será la situación, ni siquiera me la he imaginado, ni quiero. Deseo que mis padres no estén, pero con la maña suerte que tengo seguro que allí me los encontraré.

– ¿Estás seguro?-me pregunta Jorge nervioso dentro del coche-

– Si tranquilo –le digo abriendo ya la puerta- quédate aquí.

– Vale cualquier cosa me avisas –me dice y salgo del coche para entrar en casa-

Cuando entro y cierro la puerta tras de mí, no veo ni escucho nada, no sé si hay alguien, pero me dirijo a mi habitación, esta como la dejé.

Me dirijo a la habitación de mi hermano, entro y me encuentro con la cara de mi madre sorprendida y a Aarón en la cama sentado. Ella esta de rodillas frente a él, y se levanta cuando me ve, no sé muy bien cómo interpretar su cara, pero cuando viene hacia mi veo que Aarón se levanta corriendo y me abraza.

– Izan por fin – me dice-

– Hola enano –le contesto abrazándole- ¿cómo estás?

– Bien –me dice sonriendo- podríamos jugar un poco a la Play.

– No hijo, no se puede quedar –contesta mi madre-

– Pero ¿por qué? –dice apenado-

– Porque no y punto –dice ella- os dejo solo unos minutos y te vas –me dice mirándome y sale de la habitación-

Me quedo con mi hermano un rato, le mando un Whattsap a Jorge diciéndole que todo bien que en un rato salgo. Me despido de mi hermano cuando ya veo que ha pasado tiempo, me da pena dejarle allí solo pero poco puedo hacer. Cuando voy a irme veo a mi madre.

– Voy a avisar a un amigo para que me ayude a coger mis cosas – le digo y salgo sin que me conteste-

Aviso a Jorge y entra conmigo, mi madre ya no está ahí, entramos en mi habitación y empiezo a coger mis cosas y las vamos cargando en el coche. Cuando ya tenemos todo miro mi habitación, es lo que más extraño de esta casa a parte de mi hermano.

Ya en el coche nos vamos a casa de Iván y cuando llegamos subimos las cosas, una vez que ya está todo le digo a mi amigo que se quede a cenar, es viernes y mañana no trabajamos por suerte.

Cuando ya nos hemos cenado las pizzas que hemos pedido y hemos visto una película, mi amigo se va a su casa. Pero hablamos todos por el grupo para dejar planeado lo de mañana, ya está casi listo solo queda que llegue el momento.

No sé en qué momento me da por meterme en mi Instagram abandonado, será por el aburrimiento o yo que sé. Entonces mientras estoy cotilleando a la gente me sale una sugerencia de seguimiento, me meto y veo que lo tiene privado, pero por el nombre y la foto de perfil sé que es ella, y le doy a seguir sin pensarlo. Después con mi música puesta me meto en la cama y me quedo dormido del cansancio.

Al día siguiente me despierto como nuevo, no sentí ni a Iván llegar anoche y me extraña que Charly ni haya venido. Me levanto y voy a buscarle cuando me doy cuenta que no está, ni tampoco mi amigo, me rio yo solo pensando que le ha tenido que sacar y me preparo un café mientras tanto.

– Ala machote ya esta –oigo que dice mi amigo-

– ¿Qué ven mis ojos? Tú sacándole de paseo –le digo riendo-

– Al final me quiere más a mí –me dice-

– Si seguro – le contesto mirando el móvil y veo que tengo una notificación de Instagram-

Es ella que me ha aceptado, no me acordaba la verdad, pero sonrío y me meto a cotillear. No se sube muchas fotos, la última es de hace una semana con sus amigos, me fijo en ella sale sonriendo, con ese vestido rojo de esa noche, la verdad que es guapa, me llama bastante la atención.

– Tío y esa sonrisa de tonto –me dice Iván con guasa-

– Nada mirando tonterías ya sabes –le contesto y veo que se acerca-

– Enséñamelo hombre –me dice intentando quitarme el móvil pero no lo consigue- Bueno te dejo porque me tengo que ir al bar –me dice riéndose-

Estoy pensando si hablarlo o no, pero decido salir de la aplicación e irme a correr un rato, me viene bien. Esta vez no me llevo a Charly ya le ha sacado mi amigo y le dejo descansando en casa, me despido de él y le digo a mi amigo que luego nos vemos.

Bajo las escaleras y tiro calle adelante corriendo, con mi música como siempre, estoy cambiando de calle cuando veo al tipo que era novio de Helena, me quedo en un lado quieto, no está solo con él hay una chica, me fijo bien por saber si es ella, pero no, está tiene el pelo claro. Entonces veo que están muy agarrados y que se besan, y solo se me pasa por la cabeza lo cabrón que es este tío, paso de él y me voy por otra calle no quiero ni verle de cerca, porque si no se va a llevar otra o más de una y paso.

Llega la hora de prepararme, no me complico como siempre, pantalón vaquero negro, y esta vez me pongo camiseta blanca, normalmente en las fiesta voy de negro entero pero hoy me apetece cambiar. Me echo mi perfume, y voy directo al bar donde hemos quedado, Iván se cambia allí directamente o eso me ha dicho.

Llego allí y ya están Víctor y Diego junto con Iván y alguna que otra persona, me fijo bien y me doy cuenta que falta mi colega Jorge y las chicas aun no están, me sirvo una copa para ir calentando. El ambiente está bastante bien, ya han puesto música de mi pen, y han puesto unas luces que no sé de donde habrán salido pero que han quedado perfectas para la ocasión.

Estoy ahí en la barra hablando con los colegas, y siento que alguien tiene puesta la mirada en mí, me doy la vuelta y ahí está con una falda negra de cuero en realidad va toda de negro, el pelo largo y suelto y una sonrisa en la cara que me ha gustado ver. Me mira y la sonrío, viene con sus amigas la rubia que lleva unos pantalones cortos rojos, y Bárbara que también va casi de negro quitando la camiseta.

– Hola chicos –dice su amiga Bárbara la primera y luego las otras dos –

– Ey –dice Diego – ¿Queréis algo?

– Pues claro que quieren – dice Víctor-Hola guapas –las saluda y las da dos besos-

-Hola –las saludo y las guiño un ojo, aunque realmente a quien me quedo mirando es a Helena-

Mi amigo las sirve las copas, y al rato aparece Jorge y se une al grupo, nos echamos unas risas y las chicas se van a bailar. Yo me quedo con estos hablando y de vez en cuando mirando hacia donde esta ella, veo que se abre la puerta y entra el amigo de ellas el tal José, que ya no me cae demasiado bien y su otra amiga la del pelo rosa, es bastante bajita ahora que me doy cuenta, vienen y piden algo de beber mientras nos saludan. Elsa se llama ella, es maja me cae bien, hablamos un rato y luego se van donde las demás.

Voy al baño, ya no aguanto más estoy bebiendo a tope aunque tengo aguante, pero ya me va afectando. Cuando salgo del baño decido salir a fumar, no he salido apenas, estaba a gusto con estos y observándola, no voy a mentir.

Estoy encendiéndome el cigarro cuando veo que  un poco más alejados , donde reconozco la moto de Víctor hay dos liándose, no me lo puedo creer, miro bien y es mi colega sentado en la moto y  reconozco a la chica por la ropa, sonrío porque lo veía venir. Me lo termino de fumar y paso adentro, decidido a hablar con ella, o a intentarlo al menos.

novela romantica gratis
novela romantica gratis