Capítulo 20 – Izan

Salgo del trabajo, pero sin poder dejar de pensar en el mensaje de Cristian, me ha dado indicaciones para que acuda a otra carrera, pero esta vez estoy más preparado. Voy en dirección al bar donde trabaja Iván, pues le quiero avisar de lo de esta noche, además así aprovecho y me tomo algo.

Voy por las mismas calles de siempre que me sé de memoria, con la música a tope en mis cascos, sin pensar en nada solo en la carrera, en la velocidad y en que todo tiene que salir bien, así no pasará nada. Ni si quiera me acuerdo ya del mensaje de anoche, donde Víctor me dice que hoy verá a las chicas, y me invitaba a irme con él.

-Hola- saludo al padre de Iván.

-¿Qué tal chico? –me dice mientras se acerca a mi mesa.

-Bien aquí haciendo una pausa antes de ir a casa –le digo.

-Haces bien, ¿Qué vas a tomar?

-Pues una cerveza, ya sabes –le contesto- Oye, ¿puedes avisar a Iván?

-Claro ahora le aviso y de paso que te sirva él, está dentro –me dice y se mete en el local.

Mientras que espero me llega un mensaje de Víctor, me vuelve a insistir con eso de ir, yo le respondo esta vez y le digo que no puedo, que estoy cansado y además estoy en el bar de Iván. Error por mi parte, porque puede que le diera por aparecer por aquí, pero ya es tarde, ha visto el mensaje y me contesta que si cambio de idea estoy a tiempo.

-Hola tío –me saluda Iván.

-Ey –le digo mientras deja la cerveza y se sienta.

-¿Qué pasa? ¿Todo bien?

-Si tranquilo, solo venía a tomarme algo y avisarte –le miro más serio.

-¿De qué? –me mira preocupado.

-Esta noche tengo otra carrera, es para que lo sepas, no hace falta que vengas.

-Ni de coña tío, iré –me dice decidido- ¿En el mismo sitio?

-No tienes porque Iván –le insisto.

-Ya te he dicho que voy, dime si es el mismo sitio -se queda mirándome y yo asiento.

Hablamos un poco del tema de la carrera pero con cuidado, nadie podía enterarse de esas cosas y menos su padre, el pobre me trata como un hijo más. Iván me cuenta que ha conocido a una chica, y que viene mucho al bar y casi siempre en su turno, pero que ninguno dá el paso de pedirse los teléfonos, aunque hablan cuando ella viene. Yo le animo a que se lo pida y quede con ella, es un buen chaval se lo merece.

-Pero que casualidad –escuchamos a nuestras espaldas y cuando miro veo a Víctor y su chica.

-Me lo temía –es lo único que consigo decir.

-Hola chicos –dice Bárbara mirándonos-

-Hola –saluda Iván.

-¿Qué pasa Izan? –me dice Víctor sentándose a mi lado y su chica en la siguiente silla.

-Aquí estamos –le digo- como sabía que vendrías, me arrepentí al segundo de mandarte ese mensaje.

-Eso te pasa por dar información de más –dice él riéndose.

-Lo sé, soy un desgraciado –le sigo la risa.

-Bueno entonces ¿te apuntas? – dice mirándome- Jorge me ha dicho que no viene, Iván está trabajando, solo quedas tú.

-Ya te he dado antes la respuesta, pesado –le contesto.

-Me vas a dejar solo ¿con tanta mujer? –dice sonriendo y su chica le da un codazo- Uf vale, solo me importa una, pero me pueden secuestrar o algo –dice riéndose y todos le seguimos.

-No insistas Víctor, ya tengo planes esta noche.

-No es para esta noche, es ahora un rato –me dice él.

-Bueno no insistas más, si no quiere no quiere –dice Bárbara.

-Haz caso a tu chica –le digo y veo a Iván riéndose por lo bajo- Y tú no te rías –le digo.

-Es que me parece todo muy cómico -contesta con una sonrisa.

-Son pin y pon –dice la chica.

-Bueno pues me callo –dice Víctor.

Me tomo otra acompañando a Víctor y Bárbara, mientras que Iván está dentro trabajando, hablamos un poco de tonterías y nos picamos, como siempre. Al rato me dicen que ya se van, que han quedado y si no llegaran tarde, se levantan y decido irme yo también, pero a mi casa.

Cuando estamos en la calle de en frente despidiéndonos, no sé porque motivo miro al frente, en el preciso momento que pasa ella con unos cascos y sin darse cuenta de nada, bueno creo que ella también me ve, pero disimula y ni se para.

Solo con verla unos segundos siento una sensación rara en el pecho, no sé lo que es pero tengo que verla, aunque sea un momento, por eso al final decido irme con ellos.

-Al fin te decides, ya verás que bien –dice mi amigo.

-¿Estás seguro? –me dice Bárbara confundida.

-Si claro, un rato no pasa nada –contesto mientras vamos hacia la casa de Elsa.

En el camino solo puedo pensar que quizá estoy haciendo las cosas mal, que es un impulso que debo controlar, pero es que no puedo evitarlo, Helena me gusta y mucho. Va a ser difícil sacarla de mi vida, y sobre todo de mi cabeza y mi corazón. Esta es la segunda vez de mí vida hasta el día de hoy, que me gusta una chica de verdad, y me hace sentir vivo pero a la vez me da miedo. No solo por Cristian, que eso es lo peor la verdad, también miedo a que me hagan añicos el corazón, y tener que volver a reconstruirlo.

Cuando llegamos y Bárbara llama al timbre me pongo un poco nervioso, no sé cómo reaccionara ella, seguramente ni querrá verme, y me lo merezco la verdad. Nos abren y subimos las escaleras, este piso no tiene ni ascensor, menos mal que es la segunda planta.

Abre Elsa que al vernos se queda un poco sorprendida, sobre todo cuando me mira a mí. La saludamos y pasamos dentro, me fijo que el piso no es muy grande y cuando miro hacia el salón veo a todos mirándome, incluida Helena.

-Venga coger sitio y sentaros, saco más refrescos –dice Elsa y Helena y la acompaña.

-Hola – saludo a los presentes, y me intereso por el estado de Sofía que no tiene buena cara.

-Bárbara puedes ayudar a Helena –dice Elsa cuando entra al salón.

-Voy –dice está levantándose.

-Bueno Sofía me alegro que estés ya devuelta –dice Víctor mirándola.

-Gracias chicos –dice ella mirándonos a ambos.

Cuando las que faltaban están de vuelta con los refrescos y estamos todos sentados, hablamos un poco de todo en general, Helena evita mirarme y cuando la miro aparta la mirada. Sé que esta cabreada, quiero pedirla perdón por estar aquí siendo una molestia para ella, pero no encuentro el momento.

-He traído una botella de champan, para celebrar que estas aquí Sofía –dice Víctor sonriente.

-Voy a por copas –dice Elsa levantándose, pero Helena la para.

-Tranquila voy yo –la dice y va la cocina, mientras yo aprovecho y voy con la excusa de ayudarla.

-Ahora vengo, voy a ayudarla –digo a los demás.

-¿Te ayudo? –la pregunto mirándola.

-No hace falta, puedes volver con los demás –me dice ella.

-Creo que si te hago falta –la digo mientras veo que no llega a alcanzar unas copas.

-Bueno si puedes coger esas –me dice apartándose.

-Oye Helena –la digo cuando dejando las copas en la encimera y la mira- Te he visto.

-¿Cuándo?

-En la calle mientras estaba con ellos-contesto- por eso he cambiado de opinión y he venido.

-¿A qué juegas Izan? –dice ella enfadada.

-No iba a venir, pero no sé, te he visto y joder, tenía que verte, saber que estas bien –la digo- lo intento pero me cuesta. Lo siento, no quiero hacerte daño.

-No es justo, por lo menos para mí –dice y se va al salón cogiendo algunas copas y dejándome aquí sintiéndome como una mierda.

Brindamos, aunque yo no tengo ganas ni motivos, pero por los demás intento poner buena cara, e intentando no torturarme con las miradas de Helena.  Entiendo que está perdida en todo esto, no la he contado la verdadera razón, pero la tendrá que valer con la excusa que la puse. Aunque claro, me verá como un cabrón por estar ahora aquí, pensando que soy un gilipollas y que estoy jugando con ella.

Nos vamos, porque yo decido que es tarde y porque se me echa el tiempo encima. Yo pensé que ellos dos se quedarían, pero Víctor también se va y cada uno toma una dirección, pero no sin antes hacerme un interrogatorio y comerme la cabeza.

-Tío veo como os miráis los dos, os buscáis –me dice.

-No te montes películas, paso de verdad.

-Te vas a arrepentir, ya te lo digo yo –me da una palmadita en la espalda- Además no lo entiendo, si está arreglado con ese que no quiero nombrar, ¿por qué no os dais una oportunidad?

-Ya te he dicho que no busco nada serio, y ella sí –le digo como excusa.

-Joder tío, pues solo te había visto así una vez, con ya sabes quién –se queda pensativo- bueno creo que esto es mejor incluso.

-Bueno ya vale de tonterías por hoy, me voy que tengo que sacar a Charly –le digo mientras comienzo a andar y escucho un adiós.

Paso por casa y saco a Charly, el pobre estaba esperando. No tardo mucho en volver para dejarlo, darme una ducha rápida mientras llega Iván y vestirme. Mientras estoy en la ducha me acuerdo como siempre de ella y su preciosa cara, su forma de mirar y el gesto que tiene al tocarse el pelo, también su olor cuando paso por su lado. Pero enseguida sacudo la cabeza y me intento concentrar en esta noche, en la carrera que tengo que ganar.

-Llegamos justos –le digo a Iván mientras cogemos el coche que tenemos en un garaje alquilado, por un amigo nuestro, que está cerca de donde tenemos que ir a las carreras, que suelen ser siempre en el mismo sitio.

-No te preocupes llegaremos, no estamos lejos.

Dejo que conduzca él, ya que yo después tengo tiempo para ello. Se ofrece para ir de copiloto, y le digo que no que no quiero que lo haga, o al menos por el momento. Mi amigo asiente, aunque sé que le gustaría estar conmigo en ese momento, pero no insiste, en eso no es como Víctor, es diferente por eso está aquí conmigo.

Saludo a Cristian con la cabeza que ya está allí, él me mira y sonríe satisfecho, quizá se pensaba que no iba a ir. Llego justo a tiempo para prepararme, y poco más. Viene hacía mí para decirme que intente ser más puntual, que esto no se hace esperar, y que espabile. Yo asiento y pienso en cómo le partiría la cara ahora mismo si pudiera.

-Ánimo y mucha suerte tío, tu puedes –me dice Iván antes de comenzar.

-Ahora te veo –le digo y me coloco en mi sitio.

Esta vez me siento más preparado, no voy a negar que necesito coger más el coche, pero apenas tengo tiempo. Me recuerdo mentalmente hacerme un hueco, para practicar.

Estoy en cuarta posición, se me está complicando adelantar al coche que tengo justo delante de mí, pero este adelanta al que tiene el delante y yo también, quedándome en tercera posición detrás del coche rojo.

Cuando adelanta al siguiente, yo tardo un poco más pero lo consigo, ya solo me queda adelantar a ese maldito coche. Lo intento, pero nos quedamos a la par y sigo acelerando todo lo que puedo, sin pensar en nada más que adelantarle y ganar. Pero no lo consigo me quedo en segunda posición, y el coche rojo gana.

Se baja del coche y viene hacia el mío, esperaba un tío pero cuando está bastante cerca veo que es una chica. Tiene el pelo rojo recogido en una coleta, ojos oscuros y piel morena. Me bajo del coche y me doy cuenta de que me sonríe, yo permanezco serio y camino hacia ella.

-Hola –me dice- Soy Katherine.

-Hola, yo soy Izan –la saludo.

-Encantada, eres bueno.

-No tanto como tú por lo que veo.

-Bueno, solo tienes que mejorar un poco –sonríe.

-Puede ser, bueno ya nos veremos tengo que volver.

-Claro –me dice mientras se va a su coche y yo al mío.

Me he quedado sorprendido, cuando yo estaba dentro de las carreras no recuerdo que ninguna chica participara, y no me lo esperaba, es buena. Tengo que ponerme las pilas, ya es un reto para mí, no solo es por Cristian que no tengo dudas de que me presionará, eso lo tengo claro.

-Tienes que espabilar, aunque para ser tu segunda vez no está mal –me dice demasiado tranquilo para ser él- Pero hay que ganar, no valen segundos puestos.

-Ya tranquilo –le digo.

-Te avisaré –me dice y se va- recuerda, la próxima a ganar. Ya te llamaré.

-Ni caso tío, ha sido brutal –me dice Iván mientras vamos al coche.

-Es una chica, la que me ha ganado.

-¿No jodas? No la he visto.

-Sí, se ha bajado del coche y ha venido a presentarse.

-Qué bueno, ¿es guapa? –me pregunta impaciente.

-Sí, pelo rojo, alta, morena…

-La próxima vez me la presentas –dice con una sonrisa.

-¿A ti no te gustaba una? –le miro.

-Sí, pero solo por si me sale mal, tengo que tener más opciones ¿no? –nos reímos mientras vamos al garaje a dejar el coche para volver a casa.

Al día siguiente como me han dado el día libre, pienso que es el momento perfecto para practicar, pero claro cuando se haga de noche. Antes se pasarán a casa los chicos, bueno Víctor y Jorge, ya que Diego está de vacaciones y por las fotos que nos pasa y los mensajes que recibimos, está mejor que ninguno. Mientras los espero me pongo con el móvil y me meto a Instagram, para cotillear porque yo no suelo subir nada, pocas veces he subido yo alguna foto.

Me aparece una foto de Helena con sus amigas y José, la ha subido hoy con un texto bonito a mi parecer. Sale bien, contenta y bonita, supongo que está feliz por tener a Sofía, y por su trabajo, la verdad sé que merece ser feliz. Por eso intento alejarme de ella, aunque me cueste, pero sigo pensando que es lo mejor. Le doy me gusta y me meto en su perfil para seguir viéndola, tiene fotos también ella sola, y me quedo mirándolas, hasta que estos llegan.

-No estoy de humor –dice Víctor cuando intento picarle.

-¿Qué te pasa? –le pregunto sacando unas cervezas.

-Tonterías –dice Jorge.

-Para mí no lo son, no me ha sentado bien.

-Cuéntame anda –le digo.

-Es Bárbara, me ha dicho que se lleva a Sofía a sus vacaciones –nos mira- Y yo quería llevármela por ahí, los dos solos.

-Bueno tío, tampoco es para enfadarse –le digo.

-Y menos si ella no lo sabía.

-¿No se lo has dicho? –le pregunto.

-No, la verdad que no la he dicho nada. Iba a decírselo, pero se me ha adelantado y cuando se lo he dicho hemos discutido.

-No es culpa suya, aunque te joda –le digo.

-Tienes que arreglarlo, cuando estés en frio te darás cuenta –dice Jorge.

Tomamos unas cuantas cervezas los tres, aunque se nota que Jorge está allí un poco por Víctor, pues conmigo habla poco o nada. Cuando Víctor va al baño y nos quedamos solos noto que esta incomodo, como que no le apetece estar ahí conmigo.

-Oye Jorge, ¿sigues enfadado?

-Mira ya hablamos el otro día, si no vas a contarme nada mejor déjalo estar.

-Ya te dije lo que te tenía que decir.

– ¿Me tomas por idiota? –dice mirándome- Puede que los demás no se den cuenta o se hagan los tontos, pensando que todo va bien, pero yo te conozco y lo sabes, por eso me duele esto.

-Piensa lo que quieras Jorge, pero ya está todo dicho, no deberías seguir dándole vueltas.

-Pues cojonudo –dice y suspira.

Nos mantenemos callados hasta que vuelve Víctor y nota que ha pasado algo, al poco se van y me quedo solo esperando a Iván. Necesito hablar con él, es el único que ahora mismo puede comprenderme, sabe cómo manejar las cosas y eso me gusta. Pero pasa mucho tiempo y como veo que no llega pienso que le ha surgido algo, cojo las llaves saco a Charly y después de dejarle en casa me voy a practicar con el coche.

Lo que no sabía es lo que me iba a encontrar allí, cuando llego al sitio donde se organizan las carreras normalmente, me sorprendo al ver un coche y entonces aparco un poco apartado , para fijarme quien hay allí. Como no puedo distinguir bien me bajo, y mientras avanzo reconozco el coche y la persona que se baja de el en cuanto me ve.

Cap20 Chico ventana

Tú, yo, vino y una canción.

La noche es fría, pero no importa se que tú me esperas, allí con una cena, un buen vino y una sonrisa, con música de fondo. Deseando que me envuelvas entre tus brazos, y hagas que me olvide de todo, solo tú lo consigues. Me ves con mi vestido nuevo, que me he puesto especialmente para impresionarte, te quedas embobado mirando de arriba abajo, y después vuelves a mirarme a los ojos. Entonces me alagas pero sé que son palabras sinceras, te beso un beso dulce y delicado.

Cuando nos damos cuenta ya hemos cenado y nos estamos acabando la botella de vino en el sofá, seguimos con música de fondo. Ya me siento acalorada culpa del vino, y tú que te ves tan guapo, tanto que no puedo parar de mirarte. Llega un momento en que estamos lo más pegado el uno del otro, me acaricias la pierna suavemente, mientras hablamos como siempre, nunca hay silencio siempre palabras o miradas que lo dicen todo.

Al rato suena una canción que sabes que me encanta, me coges de la mano y me sacas a bailar en medio del salón, yo sorprendida a la par que contenta te sigo y bailamos los dos al son de la música. Es un poco lenta, el baile es pegado y ese olor tú que me encanta me embriaga completamente, sonrío todo el rato me siento feliz, por ese momento por estar a tú lado y por esa canción ten nuestra que suena de fondo. Me encantaría vernos, seguro que somos la foto perfecta de amor y felicidad ahora mismo, una pareja enamorada, porque eso es lo que somos dos tontos enamorados.

No puedo esperar a que acabe la canción, te miró a los ojos y veo ese brillo de ilusión y felicidad en tu mirada. Esa sonrisa que me llena entera, y esa ternura que me deshace por dentro, por no hablar de ese beso, lento pero apasionado a la vez, con todo ese amor que tenemos guardado. Tu mano acariciando mi espalda lentamente, sin dejar de movernos al compas de la música pero perdiendo un poco el ritmo, y sin más tiempo que perder se escapa un “te quiero tanto” de mis labios tan real, como sincero y mágico, al igual que tú yo sí que te quiero cariño, tan lleno de amor.

Pareja baile