Mi mayor deseo II

Han pasado ya muchos meses, en los que Nicolás ha tenido mucha paciencia conmigo. Yo he intentado hacerlo bien, pero no he podido y el constantemente detrás de mi para guiarme por el lado correcto. Pensé que iba a ser más sencillo, pero la sed de sangre es muy grande, aunque me alimento no es suficiente para mi o no por el momento.

– Sabes que no está bien –me grita Nicolás desesperado-

-Lo siento, yo… Solo tenía sed –le digo con un cuerpo entre mis brazos-

-Me da igual, te he enseñado y no me haces caso –me dice nervioso-

-Lo intento de verdad, pero no puedo –le digo casi llorando-

-Tengo una solución –me dice pensativo-

Me ató literalmente paraqué no pudiera irme a ningún lado, al principio no fue difícil pero con forme iban pasando las horas era duro. Solo gritaba, pataleaba, le llamaba. Pero él no aparecía por allí en ningún momento, me dejó allí sola.

Nicolás

La escucho gritar desde la otra habitación pero me contengo, esto no puede ser así, tiene que aprender tiene que resistir. Se que cuesta, mucho y yo he sido lo peor durante los primeros años, por eso no quiero que ella pasé por esa fase y luego le albergue la culpa. Tengo que hacer todo lo que este en mi mano, porque verla así tan oscura me asusta.

La quiero mucho, me enamoré de ella desde que la empecé a vigilar, y luego con el paso del tiempo me gano por completo. El amor que tengo tan grande hace que esta situación pueda un poco conmigo, no me lo imaginaba así pero voy a luchar por ella, por salvarla.

Cuando no la escucho voy a la habitación, quiero saber cómo se encuentra, y me la encuentro agotada en la cama donde la he atado. Me acerco a ella, ha estado llorando, eso me rompe pero es por una buena causa. Me acerco a ella y la beso, la acaricio parece que descansa pero abre los ojos y me ve, se me queda mirando.

-Nicolás te necesito –me susurra-

-Ya estoy aquí para ayudarte-la digo sin parar de acariciarla-

-Tengo sed mucha sed -me dice-

-Lo sé, aguanta un poco Clara –la susurro-

Ella vuelve a cerrar los ojos y yo me quedo con ella a su lado lo que parecen horas y horas, para ver como evoluciona. Después voy a buscar sangre para ella, pues tiene que alimentarse pero no puedo dejar que lo haga directamente de una persona. La consigo y se la llevo, y me da las gracias cuando se la termina pero me dice que quiere más, y yo se lo niego.

Pasan dos o tres días así, yo intento controlarme estoy nervioso pues espero que todo esto funcione con ella, sino no sé cómo actuar. No me gusta la idea de que mi novia, ni nadie vaya matando personas, y menos Clara.

A la semana la veo algo mejor, aunque a veces delira un poco, o eso es lo que parece no estoy seguro del todo. Pero yo la cuido la alimento, la doy amor o todo lo que ella me deja, pues tiene ratos malos en los que la inunda la rabia. A las dos semanas cuando la veo ya mejor, voy a hablar con ella pues la voy a proponer desatarla pero estaré a su lado vigilándola.

-Clara mi amor –la digo al entrar-

-Nicolás –me dice-

-Tengo una buena noticia, hoy te voy a liberar –la digo sonriendo-

-¿Enserio? –me dice sonriendo ella también-

-Si pero estaré a tu lado en todo momento –la digo-

-Gracias –me dice-

La desato y ella me abraza, me da las gracias y me pide perdón por todo, pues esta muy arrepentida por lo que ha pasado, hablamos de todo lo que tiene que hacer para saciar la sangre, que si siente debilidad acuda a mi porque yo estoy aquí para ayudarla.

Todo quedo bien, ella contenta yo menos nervioso parecía que iba todo como lo esperado, hasta que un día me descuide un momento, pues tenía que conseguir más sangre para ella, aun no estaba preparada para ingerirla directamente de un humano. Cuando volví ya no estaba en la casa, la busque y rebusque pero nada. Y ahí ya me descontrolé pues imaginé lo peor, estaba enfadado, rabioso y decidido a encontrarla.

Relato mi mayor deseo 2

Capítulo 10 – Izan

Y cuando estoy apunto de entrar me choco con alguien y ahí está ella, me sonríe cuando me ve, es como si estuviéramos conectados, pienso en ella y aquí la tengo. Parece que hoy la suerte me sonríe, no está nada mal la noche, entretenida y tranquila o por lo menos de momento, y yo contento la verdad.

-Hola –me dice-

-Hola otra vez –sonrío- ¿Vas a salir? – asiente y salimos los dos a la calle, cojo un cigarro y me pongo a fumar-

-Oye sabes que fumar es malo –me dice-

-Bueno de algo hay que morir ¿no? –la digo- Eso suele decir la gente –río-

-Eso no hace gracia –me dice- además está muy dicho, búscate otra frase

-Debería –sonrío más de la cuenta por culpa del alcohol- ¿Ya te has cansado de bailar?

-Un poco, necesitaba aire y no encuentro a mi amiga Bárbara –me dice y me entra un poco de risa- ¿Qué te hace gracia?

-Nada, nada – le digo sonriendo ya que yo se con quien esta- que tu amiga seguro que se lo está pasando muy bien.

-Oye ¿qué pasa? –me pregunta sin entender muy bien por donde voy-

-Nada tranquila, creo que esta con Víctor,  tampoco lo encuentro  -le digo haciendo como que no estoy muy seguro-

-Bueno en ese caso estoy tranquila – se ríe y yo me rio con ella –

Nos quedamos los dos en silencio, ella mirando el cielo con una sonrisa, y yo la imito y miro el cielo, los dos sin decir nada. Me gusta estar así tranquilo, y no me incomoda la situación, al contrario me gusta, me siento relajado.

– ¿Cómo está tu hermano? –me pregunta ella de repente, y veo que me mira-

– Bien está bien –le digo un poco sorprendido- Gracias

– No sé porque me las das, pero no hace falta–me dice-

– Por preguntar-le digo mirándola- ¿Y tú como estas? –la pregunto en general porque no quiero meterme mucho en su vida personal, y preguntar por ese tío que estaba con ella-

– Bien ahora mismo, bien –sonríe- ¿Y tú?

– Ahora bien –sonrío- ¿Has vuelto a verle? –la pregunto sin pensarlo-

– No –me contesta de inmediato – Y prefiero no hacerlo –la miro para decirla algo, pero alguien sale del bar en ese momento-

– Holaaa –dice su amigo y parece bastante bebido –

– Si que lo estas celebrando bien eh –le dice ella riéndose-

– Estoy en mi mejor momento –dice él riéndose también- Vamos a bailar – y la coge para bailar, que oportuno es siempre él-

– Venga ya José –le para Helena riéndose y parece que él se da cuenta que estoy aquí, no me había ni mirado ni dirigido la palabra, tampoco me importa y además esta borracho –

– Anda si esta aquí nuestro amigo de los tatuajes –se acerca y me da en el hombro- ¿Todo bien?

– Perfectamente – le contesto- Bueno yo entro ya

– Oye ¿no habré interrumpido algo? – dice José-

No contestamos ninguno de los dos porque en ese momento escuchamos el ruido de una moto aproximándose a nosotros, antes de que se pare ya sé quién es,  puedo ver la cara de sorpresa de Helena.

– ¿Nos estabais esperando? –dice Víctor con su gracia-

– Si a vosotros – le contesto dándole de broma en la cara mientras me rio-

–  Me lo esperaba –me contesta riendo- ¿Qué tal por aquí tío? – nos quedamos los dos hablando un poco apartados-

– Bien muy bien, pero no mejor que tú ¿no? –le digo de broma, mirando de reojo donde estas las chicas-

– Anda cabrón, tampoco estás tú mal acompañado eh – me contesta guasón-

– Todo bien, hasta que llega alguien y me corta el rollo- le digo señalándole con la cabeza a donde esta José-

– Bueno siempre hay alguien, por eso me la he llevado yo – sonríe-

– Me la apunto para la próxima –sonrío y miramos donde están las chicas, y no sabemos porque pero vemos que se están abrazando los tres-

-No quiero interrumpir –dice Víctor mientras nos acercamos más a ellos- ¿Todo bien?

– Si todo bien-dice Helena le guiño un ojo-

-Pues vamos chica mala – dice mi amigo mirando a Bárbara ella le pega de broma-

-Calla motero que eres un prisas – dice ella y me mira- Tú amigo espero que cuide de mis chicas –dice refiriéndose a mi-

-¿Te refieres a mi? –le contesto- Están en buenas manos – le guiño el ojo-

-Espero que no me hagas entrar a hablar con los demás –me contesta Bárbara-

-Tranquila que yo creo que estamos todos igual –río- O quizá mejor que tú amigo –señala a José que está apoyado en Helena –

-Cuidadito conmigo que estoy lo mejor que puedo – dice José y no nos queda otra que reinos-

– Os podéis ir ya –les digo mientras terminan de despedirse-

– Pasarlo bien y no bebáis mucho – dice Víctor montándose en la moto-

Bárbara se sube en la moto y se colocan el casco, se agarra a Víctor y  este arranca la moto y me fijo en Helena contesta despedirse mientras se van calle abajo, y ahí nos quedamos viendo la moto desaparecer, o yo mejor dicho viéndola a ella feliz.

– Bueno pues ya se han ido –dice ella- 

– Si –la digo y me doy cuenta que su amigo ya no está- Venga vamos dentro que te invito a otra – le digo aprovechando que estamos otra vez solos–

-Vale –me sonríe y entramos-

Una vez dentro me dirijo a la barra donde hay un hueco libre, hay bastante gente. Me aseguro que Helena esta a mi lado, y cuando estoy ya a punto de pedir me doy cuenta de que no se lo que bebe Helena, y me giro para preguntarla.

– ¿Qué quieres? –la miro-

-Emmm… Quiero Ron con Coca-Cola – me contesta y pido para ella el Ron y para mi Whisky-

– ¿Te gusta la música? –la pregunto mientras suena No Promises de Demi Lobato –

– ¿La que suena ahora mismo? –me pegunta – Si me gusta –sonríe-

– No es por tirarme flores pero yo soy el dj –la digo sonriendo-

– Tienes buen gusto no lo voy a negar – sonríeveo que nos traen las copas-

– Me lo dicen mucho – digo riendo- ¿Qué música te gusta?

– Pues de todo un poco, depende el momento –me dice ella- ¿A ti?

– A mi sobretodo música electrónica y Rock –le digo con entusiasmo-

– ¿Y que más te gusta a parte de la música? –me pregunta con curiosidad-

– Salir a correr, los coches, los tatuajes aunque es obvio ¿no?–me río- ¿Y a ti?

– A mi leer, ver películas  y quedar con las chicas –me contesto- Aunque luego me dejen tirada, es broma –ríe-

– Luego te acompaño yo, no te preocupes – la digo, no pienso dejar que se vaya sola a casa-

– No lo he dicho por eso –me dice- no pasa nada

– Ya, pero yo quiero acompañarte hay mucho loco suelto – la contesto-

– Ni que lo digas, últimamente siento como que me siguen o no sé –me contesta ella  y me empieza a contarque a veces, tiene ese presentimiento, como que alguien la sigue – seguro que son cosas mías – dice no muy convencida- no sé, pero ya son varias veces…

– Y si fuera así, ¿Quién crees que pudiera seguirte? –la contesto, mientras pienso en su ex-

-No sé, alguna vez he pensado en Oscar, pero no he visto a nadie –me contesta-

– No es ninguna tontería, ten cuidado porque puede ser –la digo ya que no me parece una tontería, más bien me preocupa- no le conozco pero el otro día no me gusto nada –la miro-

– Ya, a mí tampoco me gusto, sinceramente nunca me había pasado nada parecido con él, es como si no le conociera –medice- se que esta con esa chica, los vi en la calle liándose. Pero no quiero volver a verle, no puedo ni quiero tenerle en frente.

– No te preocupes, hacemos una cosa yo te acompaño luego y te voy a dar mi número por si necesitas llamarme o algo en algún momento, no importa la hora ni nada, si necesitas cualquier cosa llámame –la digo y ella asiente,me da el móvil y apunto mi número-

-Gracias –me dice sonriendo-

-No las des –la guiña un ojo y sonrío-

Estamos un buen rato más en el bar, hablamos de nosotros y consigo conocerla un poco más,  luego más tarde nos juntamos con el resto, y cuando vemos que ya es tarde decidimos irnos. Los amigos de Helena se van a casa y algunos de mis amigos se van y otros se quedan un poco más. Yo me voy con ella con Helena, como ya la dije la voy a acompañar, ni loco la dejo que se vaya sola, y menos después de lo que me ha contado.

Vamos de camino los dos hablando sin parar, seguro que tiene culpa las copas, y que estamos como dos los dos. Cuando ya estamos llegando me dice que quiere ir sola ya que queda un tramo corto y que a mí me queda un camino para llegar a mi casa. Le he contado que vivo con mi amigo, y ella me preguntó el motivo, la digo que estoy mejor con él ya que he tenido movida con mis padres.

-¿Segura? No me importa acompañarte más –la digo no muy convencido de dejarla sola-

– Segurísima –me contesta – Muchas gracias por acompañarme y por la noche, me lo he pasado muy bien –me dice con una sonrisa-

– Y yo, gracias a ti también por alegrarme la noche –la digo- Y cualquier cosa tienes mi número, para lo que quieras.

-¿Para lo qué quiera? No sabes lo que has dicho –dice riéndose-

-Miedo me das, pero ya no hay vuelta atrás – me rio siguiéndola el juego-

– Bueno ten cuidado –me dice y se acerca a mí-

-Y tú, avísame cuando llegues- la abraza y la doy dos besos-

-Está bien te escribo –me dice- Adiós, buenas noches –se despide de mi-

-Adiós, ten cuidado y descansa anda –la guiña un ojo y me quedo donde estoy mirándola mientras se va, hasta que ya veo que llega a la esquina y decido irme-

Voy por las calles contento, la noche ha estado bien, tranquila bebiendo con mis colegas, y por supuesto con ella. He podido conocerla un poco más, apenas sabía de ella pero he descubierto que me gusta como es, más de lo que había imaginado. Aparte de ser guapa, y de su bonita sonrisa, también he podido darme cuenta de sus gestos cuando habla, de su manera de reír. No hemos llegado a hablar de más, pero me he sentido muy a gusto, y por el momento no busco nada más, aunque tengo que admitir que me atrae bastante.

No me voy tranquilo, tenía que haberla dejado en la puerta de su casa, eso de que alguien la siga no me gusta nada, podría ser ese tío, Oscar creo que se llama, pero ¿y si es otra persona? No lo pienso más y me doy la vuelta, debería de haberme ido, seguido mi camino, pero no, me volví y fui en dirección por donde había venido.

En el camino no vi nada raro, simplemente me estaba arrepintiendo por ser tan tonto, claro que ella estaría bien y en su casa, pero no iba a quedarme tranquilo lo sabía. Cuando ya estoy llegando a su casa me parece ver a alguien detrás de un coche, me acerco para ver bien y a la que me estoy aproximando veo que ese alguien sale corriendo. Le sigo, no sé porque la verdad, pero le persigo, hasta que ya no puedo más, voy bebido y esa persona corre muy rápido, no sé quien será pero no me da buena espina.

Lo primero que hago mientras me voy a mi casa, es coger el móvil para escribir a Helena, pero cuando lo cojo veo que no tiene batería. Ando lo más deprisa que puedo para llegar lo antes posible y ver si ella está bien. Subo hasta los escalones de dos en dos o tres, ya no lo sé, casi me caigo y todo. Y mi sorpresa es cuando entro y veo que hay alguien tirado en el sofá, me acerco y es Jorge, madre mía sí que hemos pillado una buena.

Estoy en mi cuarto y pongo a cargar el móvil, me voy quitando la ropa y me pongo cómodo, cuando consigo que se encienda veo que tengo un mensaje de Helena, me dice que ha llegado bien, pero que está nerviosa pues alguien le ha seguido y esta vez no cree que hayan sido imaginaciones suyas, no ha reconocido la persona, pero escuchó una risa y sus paso, además que vio a alguien detrás de ella. Me desea buenas noches y que le avise cuando llegue. La contesto y la digo que yo también he llegado, que duerma bien y que mañana hablamos, ahora sí que me preocupa este tema, yo también vi a alguien en su calle.

Me despierto con un dolor de cabeza terrible, Charly en mi cama lamiendo mi cara y yo acordándome de que debería beber menos. Salgo de la cama y voy al baño, antes de nada necesito una merecida ducha, doy asco literalmente. En cuanto salgo y me visto, salgo de mi cuarto y veo que mi amigo Jorge ya no está, seguro que mi perro le ha despertado y me rio para mis adentros. Cojo la correa y saco a Charly a la calle, aprovecho y me despejo un poco, por inercia paso por la calle de Helena, y veo que no hay nadie.

Llegamos a casa y me tomo un café y algo para la cabeza, mientras me vibra el móvil, es ella contestándome, me dice que vale que hablamos sin problema. La escribo sin pensar y la digo que podríamos vernos esta tarde y tomar algo tranquilos, así me puede contar lo que pasó mejor.

– Ey –escucho que me dice Iván, le miro y se nota que se acaba de despertar-

-Hola tío, ¿hoy curras? –le contesto-

– No hoy no me toca, pero tengo que hacer algunas cosas –me dice mientras va al baño-

Yo sigo a lo mío, me tomo el café mientras veo la televisión, no echan nada especial, tampoco espero mucho son las 11.30 de la mañana. Pongo un canal de una serie policiaca, tipo CSI y la veo un rato. En la pantalla de mi móvil veo que me ha vuelto a contestar, lo cojo y lo leo, me dice que vale que luego nos vemos, y le diga el sitio. La contesto y la digo un sitio que conozco que es tranquilo, y que paso a buscarla a eso de las seis. Me contesta rápido, estáconforme y me dice que luego hablamos, se va a comer donde su abuela.  La digo que disfrute, que luego la veo y hablamos.

Después de comer y sacar a Charly a la calle, me doy una buena ducha. Me pongo unos vaqueros negros, y una camiseta blanca básica, siempre visto igual, del negro y blanco no paso. Me peino, me pongo un poco de perfume cojo unas cuantas cosas y me voy.

Estoy de camino con mi música puesta, cuando ya estoy llegando a la cafetería donde he quedado con ella, la veo que está allí acaba de llegar y aligero el paso.Está mirando por la cristalera del local desde fuera, veo que lleva un vestido rojo de flores pequeñas, es un poco corto pero no demasiado, por encima de las rodillas. Esta guapa con su pelo suelto, lo tiene bastante largo y bonito. Me pongo a su lado y me mira sorprendida, sonreímos los dos y nos damos dos besos

– Hola –me dice-

– Hola ¿Qué tal estas? –la contesto-

– Bien, bueno un poco más tranquila –me contesta ella-

– Venga entramos y me cuentas –le digo abriendo la puerta del bar para que pase y ella entra dentro-

Nos dirigimos a una mesa del fondo que está justo en la cristalera, nos sentamos y empezamos a mirar la carta, tienen muchos tipos de cafés y refrescos, también tienen para elegir comida. Estamos mirando que vamos a tomar, aunque yo seguramente me come una cerveza, pero veo que ella está un poco indecisa, está en la sección de los batidos.

-¿No te decides? –la digo mirándola-

-No, estoy entre dos, ¿tú ya sabes lo que vas a tomar? –me contesta-

-A ver déjame, ¿cuáles son? –la digo mirando la carta y ella me señala un batido de chocolate con avellana y otro de vainilla con nata- Mira yo me pido el de vainilla y tú el otro –me mira con sorpresa- Hazme caso –la guiño un ojo-

-Está bien –responde al fin- Y de comer nada, de momento no tengo hambre.

-Vale pues ya está, voy a pedirlo dame un momento –la digo levantándome y me dirijo a la barra-

No hay nadie esperando, por lo que me atienden enseguida y pido los batidos, y aunque no ha querido nada para comer pido un trozo de bizcocho que hay de limón para compartir, me lo sirven en una bandeja, pago y voy a la mesa.

Ya estoy aquí –dejo la bandeja, reparto los batidos y dejo el bizcocho en medio- Esto para los dos, ¿te apetece? Mira que buena pinta tiene

-Puf no hace falta decirlo –dice y se relame el labio- Todo tiene buena pinta –sonríe-

-Pues vamos a ver si esta igual de sabor –digo y pruebo el batido – increíble, nunca he tomado uno igual

-Tienes razón está de vicio –dice cuando prueba el suyo- ¿Quieres probar?

-Venga vale, pero tú pruebas también el mío –se lo ofrezco y nos intercambiamos los batidos para probarlos- este también esta increíble

-Y este, no entiendo como no he venido antes aquí – me dice y se ríe-

-Es pecado –rio y nos devolvemos nuestros batidos- Ahora el bizcocho, prueba tú primero y me dices –la digo mirándola-

-Está bien –coge un trozo con el tenedor y se lo mete a la boca-

-No digas nada, por tu cara puedo apreciar que te ha gustado –la digo sonriendo y cojo un trozo con el otro tenedor-

-A ti también te gusta eh –dice y sonríe-

-Está muy bueno, pero ahora cuéntame que te pasó ayer – la digo y cambia un poco su expresión-

-Cuando ya llegaba a casa, nada más pasar la esquina empecé a sentir otra vez como que alguien me seguía, intente no darle importancia, pero esta vez era diferente. Había alguien detrás, escuche pasos, una risa, vi a alguien aunque no pude apreciar quien era, pues estaba oscuro. Fui rápido hasta mi casa, estaba asustada la verdad. No pasó nada, quizá fue una broma pero no me gustó nada. –hace una pausa y me mira-  ¿Tú crees que es mi ex?

-No sé, pero puede ser. Fue mi culpa, te deje irte sola a casa, se que era poco tramo pero mira, a lo mejor si hubiera ido contigo… no sé –me quede pensativo – Te voy a contar algo, pero no me tomes por loco. AL rato volví a dónde vives, no me quedé tranquilo y quería ver si había alguien. Cuando llegué a tu calle, vi a alguien agachado detrás de un coche, pero cuando me acerque salió corriendo. Yo le perseguí pero iba bebido, y el corría muy rápido, no le cogí ni se quién es. Pero había alguien Helena, y ya no sé si es broma o no, pero no me gusta nada.

-¿Enserio viniste? –me pregunta sorprendida-

-Sí –sonrío-

-Gracias –me devuelve la sonrisa- No sé qué hacer.

-No te preocupes pensaremos algo –la digo y la cojo la mano para tranquilizarla-Sabes que lo que necesites aquí estoy.

-Gracias de verdad –me dice ella-

-Venga termínatelo que te voy a llevar a otro sitio –la guiño un ojo-

Cuando ya nos hemos acabado lo que quedaba, nos vamos de allí, quiero llevarla a un sitio que me gusta y me relaja mucho, siempre que puedo voy alguna vez solo o con mi perro, a pocas personas he llevado allí. Es un parque no muy grande pero si lo bastante para pasear o sentarte y poder ver arboles altos, pájaros, el cielo.

Llegamos a la entrada y ella ya tiene una sonrisa en la cara, hay flores y muchos árboles, no hay mucha gente. Vamos paseando por un camino que hay, la voy contando que a veces voy allí, me tumbo en el césped y me pongo música. Se la ve entusiasmada y feliz, vemos las flores que hay y hasta encontramos una ardilla pero se va enseguida.

-Me encanta este sitio –me dice sonriendo-

-Normal, no es mucha cosa pero como que te relaja ver un poco de naturaleza –la digo-

-Si la verdad que sí, ¿vamos allí?-me señala un banco que hay debajo de un enorme árbol con flores-

-Venga vamos antes de que nos lo quiten – y nos podemos a correr hasta el banco entre risas-

-Es precioso –me dice mirando todo- ¿cómo lo descubriste?

-Suelo salir a correr o sacar a mi perro, un día empezamos a correr y me llamo la atención, entre y desde entonces vengo mucho aquí a Charly también me gusta –me rio-

-No me extraña –ríe ella también- A ver si me lo presentas algún día

-¿A mi perro? No porque si no me dejaras de lado y le preferirás a él como compañía, suele pasar –me rio y ella se ríe también-

La hablo un poco de Charly y ella me escucha, quedamos en que se lo presentaré, dice que le gustan mucho los animales y que tiene dos gatos. Después empieza a hablarme de su abuela, lo hace con tanto cariño que se nota que la quiere, ojalá mis abuelos estuvieran aquí. La observo como gesticula, su manera de hablar, su sonrisa, todo su entusiasmo, me quedo embobado. Esta tan contenta que se acerca más a mí y empieza a tocarme sin querer, pequeños gestos como cogerme el brazo, darme en el hombro. Y yo sonrío como un tonto, no sé qué me pasa, bueno si lo sé, estoy muy cómodo con ella y me atrae, no voy a negarlo.

No quiero cagarla, pero en el momento que ella se queda callada y nos miramos los dos, veo que es mi oportunidad, me apetece mucho y empiezo a acercarme a ella, estoy a unos escasos centímetros de su cara, la recojo detrás de la oreja el mechón de pelo que le cae a la cara, la acaricio la cara y después los dos acercamos nuestras bocas, hasta que surge un beso, bonito y breve. Cuando creo que la he cagado y me voy a apartar para disculparme, ella coge mi cara para acercarse de nuevo y me besa, pero este beso dura más, es suave, como ella.

-Me encantan tus ojos –me dice cuando ya nos hemos separado un poco-

-A mi tú sonrisa –la digo sin pensar y sonreímos-

-Ahí esta esa sonrisa –digo mirándola y ella se ríe-

-La tuya tampoco está nada mal –me dice y me saca la lengua-

-Mejor guarda esa lengua –la digo riendo-

-Si no ¿qué? –me reta ella-

-Mejor no lo quieras saber –la sigo el juego y de repente escucho un ruido detrás del árbol, me levanto-

Helena me mira, se ve que también lo ha escuchado, ahora no se escucha nada. Voy a ir a ver si hay alguien detrás y veo a una persona salir corriendo en sentido contrario. Me voy detrás corriendo, pero con tanto árbol le pierdo, no lo encuentro y me vuelvo rápido no quiero dejarla sola allí. Cuando llego a nuestro sitio veo que está levantada, no me gusta nada su cara, tiene un móvil en las manos y me mira.

-No es posible –es lo único que me dice-

Enamorarse de uno mismo.

¿No os pasa que a veces os gustaría ser diferentes?

Me explico, pensamos que tal y como somos no tenemos ese encanto, que otras personas desprenden. Eso pensamos nosotros, pero si nos miráramos desde fuera veríamos que no es cierto, que cada uno tenemos ese algo que nos hace especial.

Nunca miramos todo lo que somos, siempre nos ponemos pegas, miramos lo malo de nosotros mismos, y no nos damos cuenta de que tenemos muchas cosas buenas y también detalles que nos hacen únicos.

Tenemos que valorarnos más a nosotros y no compararnos con el resto de personas, porque ¿para qué? Si siendo así ya somos especiales, tenemos nuestro toque que nos hace únicos.

Pensaréis que es una tontería, pero ahora mismo seguro que si te pones a pensar lo hacemos mucho, eso de compararnos, pensar que somos menos que otras personas o que tenemos miles de defectos.

Si miráis bien y observáis, en el fondo, cada uno es como es, y tiene su encanto, su magia. Cada gesto, cada detalle, la forma de hablar, la personalidad, el físico que seguro que es precioso, sea como sea.

Porque no hay que fijarse tanto en los demás y hay que darse cuenta de cómo eres tú. Todo lo que aportas, lo positivo de ti mismo, y lo negativo dejarlo a un lado, seguro que ya hay personas que nos  sacan lo “malo” o lo que no gusta.

Mejor admírate por lo que eres y aprender cada día a valorarte y quererte más, seguro que las personas de tu alrededor que te quieren de verdad lo hacen, por lo que eres y por como eres.

relato sobre sentimientos
relato sobre sentimientos

Capítulo 8 – Izan

Ya van dos seguidas, no podía estarme quieto no, tenía que pegarle, se lo merecía. Me he contenido porque es su novio, pero que la pegue ya no entra en mi cabeza. Le doy un puñetazo y se echa atrás, no se lo espera. Ellas reaccionan y me sujetan para que no siga pegándole, el tío se ha quedado parado cagandose en mí, no le prestó atención pero cuando reacciona viene hacia mí, yo soy más rápido y le sujeto de la camiseta.

-Como le vuelvas a poner un solo dedo encima, esto será poco -le digo con rabia-

-Quien cojones te crees que eres -me contesta intentando zafarse-

-Suéltale –me dice Helena- vamos, no merece la pena –tira de mí y le suelto-

-Espero que te haya quedado claro –le digo antes de darme la vuelta e irnos, mientras Oscar se queda allí descolocado-

Cuando ya hemos andando un poco, bastante callados los tres, me paro y ellas se paran también.

-Chicas lo siento –digo- Helena ¿estás bien?

-Sí, gracias –me contesta- estoy mejor, tranquilo.

-Vamos os acompaño –digo y comenzamos a andar-

Ninguno de los tres hemos dicho una palabra, estábamos cada uno con nuestros pensamientos, no sabíamos que decir, se notaba. Yo estaba un nervioso, tenso y cabreado, a veces cuando me daba cuenta aminoraba el paso para no dejarlas atrás.

Acompañamos primero a Bárbara su casa estaba antes que la de Helena al parecer, nos despedimos de ella. Helena y yo seguimos el camino hacia su casa, vamos callados, la miro a veces de reojo pero no decimos nada. 

Cuando llegamos a su casa nos quedamos los dos parados sin decir nada, no sé cómo actuar, estoy cabreado pero también preocupada por ella, no sé si se lo habrá echo más veces, aunque por su reacción no parece.

– Bueno ya hemos llegado a mi casa –dice ella- gracias.

– No es nada –la digo mirándola- ¿Estás bien, te duele? –la pregunto mirando su mejilla y  levanto mi mano con la intención de tocarla pero lo pienso mejor y la detengo-

– Me duele –me dice- pero se pasará.

– No entiendo cómo ha podido tocarte, tratarte así –la digo cabreado- ¿Enserio estás con él?

– Sí, bueno estaba -contesta conteniendo las ganas de llorar-

– Eh –la digo cuando baja la cara y la abraza y ahí es cuando sus lágrimas empiezan a salir- no llores tranquila –la digo y de repente escucho que la llaman por su nombre y se separa-

– Helena hija –dice un hombre que parece ser su padre, me fijo y si tienen parecido, el pelo oscuro y algunos rasgos de la cara- perdona no quería interrumpir.

– Hola papá -le dice ella nerviosa con la mano en la cara- no molestas ya se iba – dice ella-

– Hola, eh si ya me iba – contesto confundido- nos vemos adiós – digo marchándome-

– Adiós –escucho mientras me voy-

No me ha gustado mucho como me ha invitado a irme, por así decirlo, pero estaba bastante nerviosa por la situación, por eso me he ido. Y de camino al bar de Iván me pongo mi música para evadirme un poco de todo, últimamente solo me pasan mierdas.

Llego allí y me siento en la primera mesa que pillo, escribo a los chavales pero me dicen que están estudiando y que el finde ya nos juntamos para celebrarlo, no entiendo como les gusta tanto la fiesta pero me hacen sonreír con sus ocurrencias.

Veo que sale Iván afuera y le hago un gesto con la mano, parece que no me ha visto me saluda y me dice que ahora viene, que termina de servir unas mesas.

-Hola tío –me saluda- ¿Quieres que te ponga algo? No tardaré en irme.

-Si ponme una cerve –le digo- y así hago tiempo y nos vamos juntos

-Perfecto, ahora mismo te la traigo –me dice y entra-

Al momento sale y me sirve lo que he podido, intercambiamos unas palabras pero enseguida tiene que volver a entrar, tiene un poco de lio, como siempre. El sitio es conocido y está bastante bien, entonces se me ocurre que podríamos hacer la fiesta aquí el finde, ya que no teníamos sitio. Pero antes se lo comentare a mi amigo, para ver si le parece bien y que se lo comente a su padre, es el dueño.

Nos vamos a casa, hablando un poco del trabajo que ha tenido y todo eso, entonces aprovecho y le cuento mi idea sobre la fiesta, me dice que vale que se lo va a decir a su padre, pero no cree que haya problema siempre y cuando no la liemos demasiado. Entro en casa y vuelvo a salir a la calle a sacar a Charly, no sé porqué pero paso por la calle donde vive Helena, ha sido sin pensarlo, pero solo veo a una pareja liándose.

Sigo mi camino y volvemos a casa, le pongo de comer a mi perro y luego ceno algo con Iván, mientras vemos la televisión. Enseguida me voy a la habitación, mañana trabajo y necesito descansar un poco, pero antes vuelvo a llamar a mi hermano, y por suerte esta vez me lo coge.

– Aarón –le digo-

-Izan, ¿qué pasa? No he podido hablar contigo porque me quitaron el móvil, lo acabo de coger por mi cuenta – me responde-

– Joder, ¿estás bien? –le pregunto-

-Si bueno, estoy mejor pero ellos siguen igual enfadados y eso – me dice-

– Iré a verte, te lo prometo –le contesto- tú pórtate bien.

– Vale, pero quiero que estés aquí –dice él y se escuchan unos ruidos – te dejo vienen.

– Pronto te veré –y me cuelga, sin saber si me ha escuchado y mi cabreo sigue ahí, tengo claro que voy a ver a mi hermano-

Me intento dormir, necesito desconectar de esta pesadilla por llamarlo de algún modo, me pongo mi música y en un rato bastante largo consigo quedarme dormido. Hasta el día siguiente que me suena la alarma y escucho a Charly, viene y me empieza a lamer para que le haga caso. Me levanto como puedo, voy al baño me visto rápido y saco un momento a mi perro.

En cuanto subo, me ducho y me visto para ir a trabajar, me tomo un café y alguna cosa que tiene por ahí mi colega para comer. Me voy sin decir nada, y me dirijo a la tienda sin ganas de trabajar porque nunca se tienen, o por lo menos en mi caso, pero me viene bien así estoy distraído.

El día de hoy pasa rápido, tengo bastante trabajo y no me da tiempo ni para pensar, coincido un par de veces con Jorge y nos decimos alguna tontería, a la hora de comer vamos a comer juntos y ahí hablamos de mi hermano y le cuento lo que pienso hacer sobre ir a verle.

– Estas loco –me suelta- Por lo menos deja que te acompañe.

– No pasa nada, iré yo solo, se cómo tratarles lo mismo ni están – le contesto- no te preocupes.

– ¿Y si están qué? – me contesta- Deja que vaya, y me quedo aunque sea en la calle esperando, además yo también quiero verle.

– Bueno ya veremos, aun no sé cuándo voy a ir, te aviso –le digo – pero si vienes te quedas fuera y luego ya vemos.

– Si, pero avísame eh –me dice sin fiarse- Ya me la liaste una vez-me recuerda-

– Joder, esta vez te lo digo de verdad –le insisto-

Hablamos de otros temas, y le cuento la idea del bar de Iván, el me dice que le parece increíble y que no dirá nada hasta que nos confirme. Le cuento que vi a las chicas pero omito lo que pasó, no soy quien para ir contándolo. Terminamos de comer y vamos a seguir trabajando.

Termina el día y me voy a casa, mi amigo aun no ha llegado saco a mi perro, y cuando subo me preparo la cena, un simple bocadillo no soy mucho de cocinar. Me pongo un partido de futbol que están echando y me quedo ahí un rato, hasta que oigo llegar a Iván y viene acompañado.

-Hombreee –escucho a Víctor decir-

_Ey tío, ¿Cómo tu por aquí? –le digo saludándole-

-Mañana no tengo examen, y el que me queda ya lo tengo preparado –me dice- así puedo hacer una visita a mis colegas –ríe-

– Anda ven aquí –le digo para que se siente mientras Iván va a por algo para beber-

– Ya me ha contado Iván que tenemos sitio y que fue idea tuya, no me lo creo –me dice riendo- es perfecto.

– Ya está confirmado ¿o qué? –le pregunto sonriendo-

-Pues claro, mi padre nunca dice que no a la mayoría de cosas- dice Iván sentándose con nosotros- Le he dicho que no somos muchos, que somos responsable, y todo ese rollo y no ha podido decir que no –nos reímos los tres-

– Pues ala, eso si tengo que invitar a las chicas y a su amigo – dice Víctor- Y bueno podemos invitar a algunos conocidos más ¿no? –pregunta mirando a Iván-

– Claro que si tío, pero no te pases –le dice él- Vosotros encargaros de la gente, bueno y tú Izan de la música y me la metes en un pen.

-Venga vale –le dice entusiasmado- tu mandas, Víctor tu de la gente yo de la música –le digo riéndome-

– Eso está hecho, prometo no pasarme – nos dice sonriendo-

Nos quedamos hablando de la fiesta, y temas diversos, hasta que se hace un poco tarde y Víctor decide irse y nosotros nos vamos a dormir cada uno a su habitación. Antes me doy una buena ducha para relajarme, y cuando ya me meto a la cama sonrío pensando que voy a volver a ver a esa chica que últimamente está en mis pensamientos sin quererlo, aunque espero que no sea para siempre, no quiero volver a pasarlo mal por una chica.

Pasan dos días, en los que no ocurre nada del otro mundo, voy del trabajo a casa y de casa al trabajo, salgo a sacar a Charly corro un rato, y poco más. Pero mejor así no quiero más acontecimientos inesperados, o por lo menos malos.

Llega el viernes, y decido que tengo que ir a ver a mi hermano, no sé si decírselo a Jorge, pero le asegure que le avisaría, asique eso hago, se lo digo ese mismo día en el trabajo, mientras comemos. Él me dice que si, aunque me intenta convencer de que no vaya, pero yo no le hago caso, tengo que ir. Además, tengo que coger mis cosas, porque no creo que mis padres quieran que vuelva, y sinceramente no me apetece, solo volvería por mi hermano, pero sé que a Aarón le cuidan bien, así que realmente no tengo motivos, y viviendo con Iván estoy bien.

Cuando acabamos de trabajar, vamos a sacar primero a Charly mi amigo y yo, y después vamos a casa de mis padres con el coche de Jorge, estoy un poco nervioso, no sé cómo será la situación, ni siquiera me la he imaginado, ni quiero. Deseo que mis padres no estén, pero con la maña suerte que tengo seguro que allí me los encontraré.

– ¿Estás seguro?-me pregunta Jorge nervioso dentro del coche-

– Si tranquilo –le digo abriendo ya la puerta- quédate aquí.

– Vale cualquier cosa me avisas –me dice y salgo del coche para entrar en casa-

Cuando entro y cierro la puerta tras de mí, no veo ni escucho nada, no sé si hay alguien, pero me dirijo a mi habitación, esta como la dejé.

Me dirijo a la habitación de mi hermano, entro y me encuentro con la cara de mi madre sorprendida y a Aarón en la cama sentado. Ella esta de rodillas frente a él, y se levanta cuando me ve, no sé muy bien cómo interpretar su cara, pero cuando viene hacia mi veo que Aarón se levanta corriendo y me abraza.

– Izan por fin – me dice-

– Hola enano –le contesto abrazándole- ¿cómo estás?

– Bien –me dice sonriendo- podríamos jugar un poco a la Play.

– No hijo, no se puede quedar –contesta mi madre-

– Pero ¿por qué? –dice apenado-

– Porque no y punto –dice ella- os dejo solo unos minutos y te vas –me dice mirándome y sale de la habitación-

Me quedo con mi hermano un rato, le mando un Whattsap a Jorge diciéndole que todo bien que en un rato salgo. Me despido de mi hermano cuando ya veo que ha pasado tiempo, me da pena dejarle allí solo pero poco puedo hacer. Cuando voy a irme veo a mi madre.

– Voy a avisar a un amigo para que me ayude a coger mis cosas – le digo y salgo sin que me conteste-

Aviso a Jorge y entra conmigo, mi madre ya no está ahí, entramos en mi habitación y empiezo a coger mis cosas y las vamos cargando en el coche. Cuando ya tenemos todo miro mi habitación, es lo que más extraño de esta casa a parte de mi hermano.

Ya en el coche nos vamos a casa de Iván y cuando llegamos subimos las cosas, una vez que ya está todo le digo a mi amigo que se quede a cenar, es viernes y mañana no trabajamos por suerte.

Cuando ya nos hemos cenado las pizzas que hemos pedido y hemos visto una película, mi amigo se va a su casa. Pero hablamos todos por el grupo para dejar planeado lo de mañana, ya está casi listo solo queda que llegue el momento.

No sé en qué momento me da por meterme en mi Instagram abandonado, será por el aburrimiento o yo que sé. Entonces mientras estoy cotilleando a la gente me sale una sugerencia de seguimiento, me meto y veo que lo tiene privado, pero por el nombre y la foto de perfil sé que es ella, y le doy a seguir sin pensarlo. Después con mi música puesta me meto en la cama y me quedo dormido del cansancio.

Al día siguiente me despierto como nuevo, no sentí ni a Iván llegar anoche y me extraña que Charly ni haya venido. Me levanto y voy a buscarle cuando me doy cuenta que no está, ni tampoco mi amigo, me rio yo solo pensando que le ha tenido que sacar y me preparo un café mientras tanto.

– Ala machote ya esta –oigo que dice mi amigo-

– ¿Qué ven mis ojos? Tú sacándole de paseo –le digo riendo-

– Al final me quiere más a mí –me dice-

– Si seguro – le contesto mirando el móvil y veo que tengo una notificación de Instagram-

Es ella que me ha aceptado, no me acordaba la verdad, pero sonrío y me meto a cotillear. No se sube muchas fotos, la última es de hace una semana con sus amigos, me fijo en ella sale sonriendo, con ese vestido rojo de esa noche, la verdad que es guapa, me llama bastante la atención.

– Tío y esa sonrisa de tonto –me dice Iván con guasa-

– Nada mirando tonterías ya sabes –le contesto y veo que se acerca-

– Enséñamelo hombre –me dice intentando quitarme el móvil pero no lo consigue- Bueno te dejo porque me tengo que ir al bar –me dice riéndose-

Estoy pensando si hablarlo o no, pero decido salir de la aplicación e irme a correr un rato, me viene bien. Esta vez no me llevo a Charly ya le ha sacado mi amigo y le dejo descansando en casa, me despido de él y le digo a mi amigo que luego nos vemos.

Bajo las escaleras y tiro calle adelante corriendo, con mi música como siempre, estoy cambiando de calle cuando veo al tipo que era novio de Helena, me quedo en un lado quieto, no está solo con él hay una chica, me fijo bien por saber si es ella, pero no, está tiene el pelo claro. Entonces veo que están muy agarrados y que se besan, y solo se me pasa por la cabeza lo cabrón que es este tío, paso de él y me voy por otra calle no quiero ni verle de cerca, porque si no se va a llevar otra o más de una y paso.

Llega la hora de prepararme, no me complico como siempre, pantalón vaquero negro, y esta vez me pongo camiseta blanca, normalmente en las fiesta voy de negro entero pero hoy me apetece cambiar. Me echo mi perfume, y voy directo al bar donde hemos quedado, Iván se cambia allí directamente o eso me ha dicho.

Llego allí y ya están Víctor y Diego junto con Iván y alguna que otra persona, me fijo bien y me doy cuenta que falta mi colega Jorge y las chicas aun no están, me sirvo una copa para ir calentando. El ambiente está bastante bien, ya han puesto música de mi pen, y han puesto unas luces que no sé de donde habrán salido pero que han quedado perfectas para la ocasión.

Estoy ahí en la barra hablando con los colegas, y siento que alguien tiene puesta la mirada en mí, me doy la vuelta y ahí está con una falda negra de cuero en realidad va toda de negro, el pelo largo y suelto y una sonrisa en la cara que me ha gustado ver. Me mira y la sonrío, viene con sus amigas la rubia que lleva unos pantalones cortos rojos, y Bárbara que también va casi de negro quitando la camiseta.

– Hola chicos –dice su amiga Bárbara la primera y luego las otras dos –

– Ey –dice Diego – ¿Queréis algo?

– Pues claro que quieren – dice Víctor-Hola guapas –las saluda y las da dos besos-

-Hola –las saludo y las guiño un ojo, aunque realmente a quien me quedo mirando es a Helena-

Mi amigo las sirve las copas, y al rato aparece Jorge y se une al grupo, nos echamos unas risas y las chicas se van a bailar. Yo me quedo con estos hablando y de vez en cuando mirando hacia donde esta ella, veo que se abre la puerta y entra el amigo de ellas el tal José, que ya no me cae demasiado bien y su otra amiga la del pelo rosa, es bastante bajita ahora que me doy cuenta, vienen y piden algo de beber mientras nos saludan. Elsa se llama ella, es maja me cae bien, hablamos un rato y luego se van donde las demás.

Voy al baño, ya no aguanto más estoy bebiendo a tope aunque tengo aguante, pero ya me va afectando. Cuando salgo del baño decido salir a fumar, no he salido apenas, estaba a gusto con estos y observándola, no voy a mentir.

Estoy encendiéndome el cigarro cuando veo que  un poco más alejados , donde reconozco la moto de Víctor hay dos liándose, no me lo puedo creer, miro bien y es mi colega sentado en la moto y  reconozco a la chica por la ropa, sonrío porque lo veía venir. Me lo termino de fumar y paso adentro, decidido a hablar con ella, o a intentarlo al menos.

novela romantica gratis
novela romantica gratis

Mi mayor descubrimiento, eres tú.

Un día tuve un sueño, donde veía mi vida llena de cosas bonitas. Recuerdo que en ese sueño estabas tú, aun no te conocía, no sabía quién eras, pero allí sí, te vi y supe que eras tú la persona que estaba buscando. Yo caminaba por una calle, era primavera y había flores y niños jugando por allí, pase por un parque precioso y grande, muy grande. Pero aun así, entre la multitud te encontré, estabas sentado en un banco, y me sorprendió ver que estabas solo, espere un rato pues seguro que habías quedado, pero no.

Me acerque tímidamente y me senté a tú lado, me miraste y vi tus ojos, me llamaron mucho la atención y me quede mirándolos, hasta que me percaté de que me estabas hablado, me saludaste y yo también a ti, y te pregunte si molestaba. Tú sonreíste, de una forma que me hizo sonreír a mí también y me contestaste que no, que no me preocupara. Empezamos a hablar, me dijiste que estabas solo, disfrutabas en algunos momentos estando contigo mismo, y yo te conteste que a mí también me gustaba a veces estar sola y que había salido a tomar el aire, te comente que el parque estaba muy bonito en aquella estación.

Tú volviste a sonreír y te levantaste, pensé que te irías así sin más, me extraño, pero al segundo viniste y me diste una flor, era una margarita, me gustó mucho tú detalle y sonreí dándote las gracias. Seguimos hablando entre risas, y cuando me di cuenta ya era tarde, pero estaba tan a gusto que me daba pena irme de allí, pues pensé que ya no te volvería a ver.

Mi sorpresa fue que me acompañaste a mi casa, y me dijiste que te había gustado estar conmigo, yo te dije que me encantaría volver a verte, y sin pensártelo me dijiste que mañana fuera al mismo sitio a la misma hora, y yo contenta por ello conteste que sí.

Así fue mi sueño, termino en ese instante, no supe que hubiera ocurrido al día siguiente, me imaginé en mi cabeza que nos vimos, y surgió algo bonito entre nosotros. Pero lo mejor fue que más adelante llegaste a mi vida en mi realidad, y la llenaste de felicidad. Debemos pensar que a veces los sueños se hacen realidad, que pueden tardar pero llegan y se convierten en algo especial.

relato corto amor
relato corto amor