Capítulo 22 – Izan

Llego a casa después de pasar parte de la noche con el coche, y además coincidir con Katherine en la carretera donde solemos hacer las carreras. La chica es maja, y por lo que he visto entiende de coches y de ese mundo.

No me esperaba que estuviera allí la verdad, pero tampoco me molestó mucho, simplemente se interesó un poco en mí. Apenas hable con ella, eso sí me dio su número, pero yo lo único que quería era coger el coche, y además tampoco me quería fiar mucho de ella.

Me meto en la cama y me duermo enseguida, me ha venido bien coger el coche y despejar un poco la cabeza, no sé lo que me espera lo que si sé es que mientras este dentro de las carreras, lo voy a disfrutar.

-Eh tú –me despierto sobresaltado y veo que es Iván.

-Me quieres matar tío.

-Tú sí que me vas a matar –me dice- Levántate anda. Mientras saco a Charly, y luego me cuentas que hiciste anoche.

Me levanto sin muchas ganas, me acosté tarde y aunque he dormido bien ha sido poco. Pero una ducha y un café lo arregla todo, menos mal que hoy tengo día libre, lo agradezco.

Estoy tomándome el café mientras miro el grupo, no me acordaba que hoy íbamos a salir de fiesta. Tengo pocas ganas, pero no voy a negar que me vendrá bien despejarme, además mis amigos se van a ir de vacaciones, me dará algo de tiempo para intentar solucionar la mierda en la que me estoy metiendo por culpa de Cristian.

Escucho la puerta y mi perro viene corriendo para que le ponga de comer, no sin antes beber agua. Hace un calor insoportable, el verano está bien a ratos, aunque yo prefiero el invierno sin duda. Le pongo de comer a Charly y después voy al salón donde está mi amigo, sé que está esperando una explicación.

-Bueno me vas a contar que pasó –me dice.

-Cogí el coche un rato, cuando se fueron estos.

-Podrías avisar o responder a los mensajes –me dice mosqueado- Joder Izan, con todo esto me tenías nervioso.

-Lo sé tío, lo siento, no lo pensé. Pero tienes razón. –le contesto- ¿Y a ti qué?

-Nada, vino la chica esa que te dije, y se me pasó un poco –me dice- Luego llegué y no te vi.

-¿Y qué te mola?

-La estoy conociendo –me dice, pero sé que le gusta al menos un poco, sino no dedicaría tiempo en ella.

-Bueno ya me contarás –le digo guiñándole un ojo.

-Oye hay que ir a pillar algo luego, tenemos la nevera un poco pobre –me dice- Si no te importa, yo me voy a currar ahora.

-Vale luego voy.

Hablo un rato con mi hermano, ya no lo tienen tan controlado por suerte y hablamos a veces. Sobre todo me interesa que este bien, él me cuenta sus movidas con el instituto, me cuenta cosas de videojuegos y le prometo que sacare un rato para jugar con él. No menciona mucho a nuestros padres, sabe que no es mi tema de conversación preferido.

Cuando cuelgo y como algo de lo que queda en casa, que no es mucho. Me echo un rato en la cama con la música y miro el móvil. Estoy tentado a escribirla o mirar su Instagram, pero simplemente miro su foto de perfil y cierro los ojos, pienso en cuando la conocí, en los momentos que viví con ella. Y me duele, pensar que ya no volverán, que no podré verla sonreír, acariciar su piel, cogerla de la mano, besarla…

Me quedo medio dormido pensando en ella, cuando me despierto ha pasado casi una hora. Decido levantarme para irme a comprar al súper, así dejaré de darle vueltas a la cabeza, y de pensar en ella.

No me gusta hacer la compra, normalmente se encarga Iván, yo pocas veces. Me pone nervioso, sobre todo cuando tengo que esperar en la caja, eso sí que no lo soporto. Y ya cuando no encuentras lo que estás buscando, eso es lo mejor dar vueltas buscando una lata de sardinas, vamos que no me gusta ir al súper.

Lo que yo no sabía era que me iba a topar con una sorpresa, justo cuando había encontrado lo que buscaba me doy cuenta que en ese mismo pasillo hay una chica, y una cualquiera sino ella. La miro un poco de reojo, porque parece que ella no se ha dado cuenta, pero cuando ya está a mi lado me mira y se da cuenta.

-Hola –la digo.

-Hola, no te había visto.

-Yo tampoco hasta ahora –miento.

-Qué casualidad.

-Pues sí –digo sonriendo.

-Bueno, será mejor que me vaya a terminar de comprar.

-Claro, yo también.

-Si, además mejor que no nos vean ¿no?

-Sí, mejor –la digo sin poder dejar de mirarla.

-Adiós Izan.

-Que te vaya bien Helena –consigo decir.

Y veo como se aleja, mientras se me mueve algo por dentro como si sintiera que se me escapa la felicidad, no sé algo que nunca antes he sentido. Y no voy a negar que si me he enamorado, una vez y me salió mal, pero esto es diferente es más intenso. Siento que no puedo dejarla escapar, pero debo dejarla ir, ese es mi debate interno.

Termino de coger lo que me falta, y me dirijo a las cajas que están llenas como siempre, con esas colas. No entiendo cómo puede haber gente siempre, sea la hora que sea hay gente, o es que tengo mala suerte, que también puede ser.

Veo su largo pelo negro, que me gusta desde que la vi por primera vez, lo tiene bonito. Está hablando con su amiga, y escucho que se ríe y hablan de un cumpleaños. Pero luego me ve Sofía y se callan, y Helena se gira y me ve, pone cara de sorpresa o de otra vez tú y yo la sonrío, ella se gira.

Salgo del súper, no me la vuelvo a cruzar aunque hubiera estado gracioso, para mí por lo menos, a ella no creo que le hiciera gracia sé que está enfadada conmigo. Y es normal, no sabe realmente lo que está pasando en mi vida, y es mejor así. En ese instante llegando a casa me llega un mensaje de Cristian.

Mañana te veo. A las once de la noche donde siempre, tengo trabajo para ti.

Puedo imaginarme el trabajo, no le contesto porque sé que no espera respuesta, solo quiere que vaya y ya está. No me apetece hacerle trabajitos a este tío, pero tampoco me queda otra, este lio es mío. Dejo de darle vueltas al tema en cuanto entro al piso y Charly viene a saludarme, toca paseo, dejo la compra y salimos.

Damos un buen paseo y después me paso por el bar, el padre de Iván adora a mi perro. En cuento llegamos me siento en una mesa que hay vacía fuera, y al poco tiempo sale Iván que saluda primero a Charly y luego a mí, vamos que le ha cogido cariño. Me ofrece un refresco que agradezco y agua para mi perro, al rato sale su padre.

-Hombre hijo hoy vienes acompañado –me dice sonriendo- Toma te he traído agua que hace calor –dice dejándole un cuenco- a ti tu refresco.

-Gracias –le digo sonriendo- ¿Qué tal mucho lio?

-Bueno normal, luego vendrá más gente seguro, hace mucho calor.

-Sí que hace calor, sí.

-Me ha dicho Iván que hoy vais de fiesta –se ríe- hacéis bien, divertíos.

-A veces no viene mal –le digo.

-Bueno entro ya, ahora le digo a Iván que salga un rato.

-Vale –le digo guiñándole un ojo.

Cuando sale mi amigo hablamos un rato, y le aviso del mensaje de Cristian. No le quiero mosquear más, no me importa que él lo sepa. Después de decirme que tenga cuidado y que si puede me acompaña, cambiamos de tema y me dice que saldrá antes del trabajo para ir a la fiesta. Le ha dicho a los chicos de cenar en casa algo y luego irnos, yo le digo que vale y antes de irme quedamos en que viene para cenar.

Me doy otra ducha y me cambio de ropa, después coloco lo que falta del súper, y como tengo tiempo decido jugar un poco con mi hermano en el ordenador, sé que le hace ilusión y a mí me gusta jugar.

Se me pasa el tiempo volando y cuando me doy cuenta ya me tengo que arreglar, o vestir decente para luego ir al garito ese del que nos ha hablado Jorge, según dice su hermana esta increíble, ya veremos.

Cuando llega mi amigo se arregla mientras yo espero a los chicos, que no tardan en llamar al timbre. Nos saludamos y decidimos pedir pizza, como siempre. Mientras saco unas cervezas, y nos sentamos en el sofá.

-Brindemos por nosotros –dice Víctor levantando la cerveza y los demás le seguimos riéndonos.

-Estas fatal, tío –le dice Iván.

-Opino lo mismo –le digo riéndome.

-Bueno no todos somos perfectos –dice Víctor riéndose.

-Hoy toca pasarlo bien –dice Iván mirándonos.

-Eso no se duda –dice Jorge al fin metiéndose en la conversación.

Al rato llega la cena, mientras cenamos pizza empezamos a contar anécdotas nuestras, recordando momentos. Me gusta hablar de lo que hemos vivido juntos, de todo lo que hemos pasado, de los buenos momentos, realmente sé que pase lo que pase los tendré a ellos.

Seguimos bebiendo cervezas, hasta que llega un momento en el que Iván saca una botella de chupitos y nos ponemos a ello. Ya estamos un poco achispados, pero aun así tenemos aguante. Jorge se va al baño a mear porque ya no podía aguantar más, y no le culpo, demasiado líquido y demasiadas risas.

-El domingo me voy de vacaciones –dice Víctor- Y no me voy solo.

-¿Te vas con tu chica? –le pregunto.

-Que va, ojalá –dice él- tengo que hablar con ella antes de irme.

-¿Entonces? –pregunta Iván.

-Con el colega que está en el baño.

-¿Con Jorge? –pregunto sorprendido, no por nada sino porque ni me lo había comentado.

-Si tío –dice- Y lo mejor es que nos vamos donde esta Diego.

-Tú deja de dar envidia –dice Iván riéndose.

Me quedo decepcionado, no porque se vayan de vacaciones juntos, sino porque Jorge me lo contaba todo o casi todo. Pero quizá me lo contará luego, aún quedaba noche tampoco me voy a enfadar. En el fondo me dan envidia, pero de la buena, porque yo no puedo disfrutar con mis amigos por ahí perdido o con ella.

Recogemos un poco antes de irnos, a trompicones porque estamos perjudicados por la bebida, sobre todo los chupitos. Nos acabamos la botella entre los cuatro, que nos hace a todos estar más sueltos, más relajados, incluido Jorge. Y no voy a negar que parezca como antes, como si Cristian no hubiera aparecido en mi vida, antes de conocer a Helena, cuando solo pensaba en salir con los colegas y si se daba liarme con alguna, pero sin compromisos. La realidad es que todo ha cambiado, pero esta noche voy a hacer como si todo fuera como antes.

Llegamos al garito, el nombre es conocido por aquí, se llama The Daemon. Si un nombre peculiar, conozco el local pero no he entrado nunca, al menos no que yo recuerde. Pero me da igual el sitio con tal de pasarlo bien, y además con suerte no vendrá nadie que conozca, o eso espero.

En la barra nos atiende una chica llena de tatuajes, es guapa es lo primero que pienso, le pedimos las consumiciones y Jorge le guiña un ojo, como se nota que esta bebido. Después nos vamos a unos sillones que hay en un lateral del local y nos sentamos mientras bebemos, intentamos hablar por encima de la música y nos reímos mucho. Observo de vez en cuando a la gente que entra, pero no parece que conozca a nadie, sí que me suenan algunos, pero nada más.

-Va a venir tú hermana o qué –dice Iván mirando a Jorge.

-No sé, me dijo que quizás se pasaba, pero no estoy seguro.

-Debería venir, si la conocen puede que nos inviten a copas gratis –se ríe Iván.

-Bueno si es por eso la digo que venga –dice Jorge riéndose.

-¿Por qué sino?

-Ya pensaba que te interesaba ella –contesta Jorge y nos reímos todos.

-Que va tío –dice Iván- Ya tengo a una en mente, y no es tú hermanita, aunque es guapa ya sabes.

-¿Una en mente? –se interesa Víctor.

-Sí, le visita en el bar –contesto yo.

-Bueno si avanza ya os la presentaré, de momento la estoy conociendo –dice Iván con una sonrisa.

-Brindemos por ello –dice mi amigo Víctor y levantamos las copas para brindar.

Al rato veo que Víctor no deja de mirar el móvil y escribir, pienso que es su chica claro, le veo sonreír y pienso que ya lo han arreglado y están bien. Se lo merece, la verdad, después de lo que pasó con su ex le toca ser feliz y sé que la amiga de Helena le quiere.

Bebo tanto que tengo que ir al baño, cuando entro veo que es la mayoría negro como todo el local. Me gusta, esta chulo pienso mientras me lavo la cara y me miro en el espejo. Después salgo y busco con la mirada a los chicos, los veo donde siempre aunque falta Víctor. Pero no le doy importancia y me termino mi copa mientras mis amigos hablan de algo que no escucho bien, me dicen algo y me señalan hacía otro lado del local, yo miro a la barra que está en el otro lado pero no veo bien y me levanto del asiento, y mis ojos se encuentran con ella.

-¿Y Víctor?

-Esta con Bárbara, han coincidido y ha ido a saludar a los demás –contesta Iván.

-¿Deberíamos ir?

-Jorge, creo que no es buena idea –le contesto.

-Yo me quedo con Izan, tú ve si quieres.

-Si no os importa voy a saludar al menos –dice Jorge. levantándose- No tardo.

-Este lo ha hecho aposta.

-¡Eh tío! no te enfades –me dice Iván.

-Podría habérmelo dicho.

-Piensa que si te lo hubiera dicho, no hubieras venido.

-Pero esa es mi decisión.

-Él no sabe ni la mitad que yo, no le culpes.

-Tengo que ir a por otra copa –le digo a Iván antes de levantarme- Suerte que hay dos barras.

-Tráeme otra.

Estoy en la barra apunto de pedir cuando viene Jorge por detrás, me asusto porque no me lo esperaba. Se pide otra copa para él y hablamos un poco con la camarera, que parece ser que le hemos caído bien, sobre todo Jorge que no para de hablarla. Le doy con el codo para irnos, estamos ya llegando a los sillones cuando me para antes de llegar.

-Tío, tienes razón no quiero malos rollos contigo, pero necesito que me seas totalmente sincero –me dice.

-Ya te lo he dicho, no pasa nada, ahora disfruta de esta noche y después de esas vacaciones merecidas –le digo, no se queda muy convencido.

-No estás metido en nada raro ¿eh?

-Solo unas carreras, pero nada que pueda preocuparte –le digo intentando zanjar el tema.

-Quiero ir a verte, a esas carreras –me dice- ¿Dónde son? ¿Lo sabe Iván?

-No sabe nada, mantente al margen es lo mejor –le contesto y empiezo a andar, pero me paro y le miro- Gracias por contarme que te vas con Víctor –y comiendo a andar de nuevo sin dejarle contestar.

-Ya era hora –dice Iván en cuanto nos sentamos.

-Esta esto lleno de gente.

-Sí y cada vez más –nos mira Iván y se para en Jorge- ¿Qué tal con las chicas?

-Bien, parece que se lo están pasando de vicio, y Víctor mejor aún –contesta y da un buen trago a su copa.

La cosa vuelve a estar tensa, entre mi amigo y yo, Iván se da cuenta que pasa algo e intenta animar el ambiente. Nos mantenemos en nuestro sitio hasta que viene Víctor y nos pide perdón por tardar, y nos cuenta que ha hablado con Bárbara y está todo solucionado, solo hay que verle la cara para saberlo. Pero no se me olvida que después tengo que hablar con él.

Me levanto con la intención de ir a por otra copa, pero mis ojos se encuentran con otra persona en el camino, una persona que menos esperaba en ese momento y por suerte no parece que me haya visto. Solo espero que siga así y no se dé cuenta de mí, o que por lo menos si me ve no intente joderme lo que me queda de noche, aunque sé que es complicado. Tengo que desviarme e irme a la otra barra, donde están Helena y sus amigas.

Parece que la cosa va bien, me atiende un chico y me sirve la copa, pero cuando me giro para irme me choco con una persona, voy a protestar cuando me doy cuenta de quién se trata y no me salen las palabras y me quedo parado, aunque sé que debería irme sin más.

-Perdón –me dice mirándome.

-No pasa nada –consigo decir sin apartar la mirada de su cara.

-Vale –me dice- Pero oye ¿estás bien?

-Sí Helena, estoy bien –le digo intentando ser cortante- De fiesta con mis amigos, como tú.

-Si claro –me dice ella sin más- Pues pásalo bien.

-Eso hago.

-No hace falta que seas tan borde conmigo –me suelta.

-Soy como tengo que ser, tú limítate a pasar de mí y divertirte –la suelto y me intento ir, pero ella me corta el paso.

-No voy a dejar que te vayas dejándome con la palabra en la boca –me contesta- No sé qué te pasa, pero has cambiado y es por algo. Te estoy dando una oportunidad para que te expliques, no me creo eso de que todo está bien pero mejor tomar precaución o el típico es que yo soy de líos. ¿Acaso era todo mentira?

-Joder Helena, estoy terminando de solucionar todo, no pasa nada. No era mentira y lo sabes, eso no lo dudes. Pero lo nuestro no puede seguir, no por ahora. Y no quiero que me esperes, porque te mereces ser feliz. –la cojo de la mano- Lo mejor para todos, es que hagas tú vida, aunque duela. Y si soy más de líos, no me gustan las relaciones pero eso ya te lo dije. –la suelto la mano y la digo- Por favor, hazme caso.

-No me lo pidas dos veces, porque ya sí que se acabó. –me dice ella- Que te vaya bien.

Y me deja allí plantado con la copa en la mano y los hielos derritiéndose, cuando reacciono pienso que deberían darme el premio al mejor pringado y al mejor actor. La realidad es que me hubiera ido con ella en ese mismo instante, lejos de aquí y de todos.

Izan fiesta
Capítulo 22

Capítulo 16 – Izan

Después de pasar unos días sin señales de Cristian, parecía que mi vida era normal, pero tenía la sensación de que pronto me llamaría. Estaba pensando en ella como siempre, últimamente no sé qué me pasaba, pero se me venía a la cabeza ese momento en el que la vi por última vez.

Al poco rato una llamada me despierta de mis pensamientos, cojo el móvil y veo un número que ya me resulta familiar, es él. Me debato entre descolgar o dejarlo sonar, no me apetece tener que hablar con Cristian, nunca me ha gustado pero en este momento menos.

Como veo que no para de insistir lo cojo, puede ser algo importante me digo, aunque viniendo de él será una mierda como todo lo que él hace.

-Hola- le contesto sin más.

-Hombre ya era hora –me dice un poco cabreado.

-Dime que quieres –le contesto con poca paciencia y humor.

-Relájate que tengo buenas noticias –me dice y me imagino una sonrisa burlona en su cara.

-Cuales son si pueden saberse –le digo intentando zanjar la conversación.

-Deberías estar emocionado, ya tengo tu coche, he hablado con un conocido y te lo vende por poca pasta –me contesta.

-Bien, ¿y cuánto es poca pasta para ti? –le pregunto.

-No te adelantes, primero quiero que lo veas y si te gusta, pues hablamos del precio, quizá te puedo ayudar con eso del dinero –me dice.

-Está bien, aunque no quiero favores –le digo secamente.

-Tranquilo, te noto tenso –se ríe- luego te mando un mensaje con el lugar y la hora –y me cuelga, así es él-

Después de hablar con Cristian se me pone un dolor de cabeza insoportable, intento dormir un rato, y lo consigo pero tengo un sueño y me despierto sobresaltado. Miro el reloj y me doy cuenta que he dormido dos horas, no está mal me digo.

Me doy una ducha rápida, me visto para ir a trabajar y antes de salir me tomo un café solo con hielo. Hoy estoy de tarde y aunque no me gusta, por lo menos no tengo que ver a Jorge y tener que mentirle a la cara.

Salgo por la puerta del portal y me cruzo con Iván, vamos tan acelerados que nos chocamos, joder pienso para mí. Mientras que veo que coge el móvil del suelo y me mira, entonces cambia nuestra expresión y nos reímos como dos idiotas.

-Joder tío menos mal que eras tú, ya iba a pegarte –me dice riéndose.

-Yo estaba pensando lo mismo –me rio.

-¿Vas a currar? –me pregunta.

-Si hoy me toca turno de tarde, me lo dijeron ayer –le digo.

-Vale, luego te veo –me dice y me da en la espalda mientras que entra en el portal.

-Adiós – le contesto y me voy.

El día se hace eterno, estoy solo en el almacén y diría que hasta me gustaría que estuviera Jorge, aunque sea para discutir. Me pongo mis cascos con mi música para que se me haga más ameno, estoy a lo mío hasta que alguien me da en la espalda y me giro sobresaltado, por poco muero de un infarto.

-¡Que cojones! –grito-

-Tranquilo tío, solo soy yo –me dice Jorge.

-Joder tan más tacto la próxima vez, por poco no muero –le digo cabreado.

-No sabía que tenías la música –me dice casi riéndose.

-¿Qué haces aquí? –le pregunto sorprendido.

-Solo he venido a por unas cosas que me he dejado esta mañana, y ya pues me he pasado a saludar.

-Ah vale, pues hola –le digo reprimiendo una risa.

-¿Divertida la tarde? –me contesta burlón.

-Si puf hacía tiempo que no me divertía así –le digo- Hasta te echaba en falta para meterme contigo.

-Ya decía yo –se ríe-  Bueno te dejo con tu diversión que tengo prisa ¿luego quieres tomar algo?

-Pues no sé si podre, luego te digo –le contesto y justo en ese momento me llega un mensaje.

-Vale, estaría bien –me guiña un ojo- Adiós y diviértete –se ríe mientras sube la escalera.

-Gracias por los ánimos –le contesto.

El mensaje de Cristian era claro, a las 23 horas donde siempre, con un no me falles es una buena oportunidad. Y claro no me podía negar, ya no podía aunque quisiera… Bueno podía, pero no debería, y como yo cumplo con el deber me toca ir, y también sé que no había empezado lo bueno, pero que está a punto de empezar y me volvió el dolor de cabeza, así de golpe.

Para cuando llega la hora de salir del trabajo ya le he contestado a Jorge, diciéndole que no puedo ir que me ha surgido un imprevisto. Me sabe mal mentirles, pero tengo que hacerlo no quiero involucrar a nadie más, ya tengo bastante con Iván.  Y mientras que hago tiempo para ir al lugar donde he quedado, le mando un mensaje a este último para decirle que volveré tarde y la razón.

Para mi sorpresa cuando llego dos minutos antes, no hay nadie, miro a mi alrededor pero ni rastro. Me enciendo un cigarrillo y me poyo en esa vieja pared, intento no pensar y relajarme, pero escucho unas pisadas y me giro, para mi sorpresa no era Cristian, sino una persona que no esperaba que viniera, sino no le hubiese contado nada antes de venir, se lo dije bien claro en ese mensaje, joder pensé, joder y vaya mierda.

-Que haces aquí –le digo más alto de lo que pensaba.

-Enserio pensabas que te iba a dejar solo con esto tío –me gruñe Iván.

-Joder, te dije que de momento te mantuvieras al margen-le digo  cabreado.

-Estoy contigo y punto –me contesta y no dio tiempo  a seguir discutiendo pues ya estaban allí.

Nos miraran, sobre todo a Iván que no se lo esperaban, ni siquiera yo lo esperaba y ahí estaba conmigo, metiéndose en esta mierda, otra vez como en el pasado. Yo no quería esto para él, ahora no sabía muy bien si me arrepentía o se lo agradecía. Me sentía mejor con mi amigo está claro, pero por otro lado, no le quería allí con esta gente, con toda la mierda que se nos empezaba a echar encima.

Avanzan decididos hacia nosotros, con sonrisas burlonas, ambos tanto Cristian como el otro que no sabía ni como se llamaba, pero tenía malas pintas, eso sí, era un pintas de mucho cuidado, más que el otro.

Mi amigo y yo nos mantenemos firmes, sin movernos, esperando que ellos inicien la charla, lo que si me mantenía seguro es que Iván no la cagaría, conocía estos mundos, tanto como yo y sé que era listo muy listo.

-Pero bueno, que tenemos aquí –se ríe Cristian- Esto sí que no me lo esperaba- dice refiriéndose a mi amigo porque ya lo conoce, como a mí.

-Hola –dice mi amigo.

-Hola Iván, esto sí que me ha puesto nervioso –dice con una sonrisa- Pero nervios de los buenos, esos que te recuerdan a los viejos tiempos, a los buenos, no los malos.

-Solo ha venido a acompañarme –le digo- Vamos al grano ¿no?

-Tú siempre con prisas Izan –me contesta- Aquí mando yo, ya lo sabes, primero os presento a Ricky –nos dice mirándole- nos va a enseñar el coche y hablaremos de lo que conlleva ya sabes.

-Si claro –le saludo con la cabeza al tal Ricky y mi amigo se le queda mirando.

-Seguidme entonces –dice el tipo y empieza a andar,  todos le seguimos.

Nos guía por unos callejones oscuros, apenas están alumbrados, el olor es malo y tiene todo muy mala pinta, pero esto yo ya lo conozco, aunque he estado intentando olvidarlo. Hubo una época en la que me olvidé, pero ahí estaba de nuevo por esos lares. Andamos un rato sin mediar palabra, yo lo agradecí, me encuentro bastante tenso y cabreado.

El tipo se detiene en una fachada que parece un taller, pero abandonado, o eso pienso yo, nos empieza a contar que se dedica a arreglar coches, o a lo que le pidieran referente  con estos, , mientras nos habla del coche que me quiere vender nos adentramos en su supuesto taller. Allí hay mucha mierda, aparte de herramientas, maquinas, piezas de coches, de todo un poco a decir verdad. Y enfrente lo que parece un coche tapado con una lona negra, y estoy impaciente por verlo, lo vendía bien el tío pero yo quería verlo, me encantan los coches y hacía mucho de todo esto, de estas mariposas en el estómago pensando en yo conduciendo un coche así a todo trapo, sin importar nada solo la velocidad.

-Tienes ganas eh –me dice Cristian sacándome de mis pensamientos.

-No lo puedo negar –le contesto.

-Vamos Ricky no esperemos más –le dice.

En cuanto le quito la lona y lo veo,  lo revivo todo, recordó lo que era conducir en un coche así, un coche de verdad, y este coche que mis ojos están viendo, me gusta y mucho. Mientras que termina de destaparlo y me invita a acercarme me va contando cosas sobre el coche, pero yo ya se mucho sobre coches, me encanta mirar coches y fantasear que me pierdo con ellos por la carretera.

Este coche un BMW M3 e46 de color negro, antes de que me lo diga yo ya lo se, como también se que iba a costar una pasta y que no puedo pagarlo, pero me dejo llevar y me monto y mi amigo también, y los dos disfrutamos. En estos momentos estoy relajado, parecemos los cuatro colegas de toda la vida hablando del coche, flipándo con esta máquina, hasta que la realidad me alcanzó.

-Ya veo que te gusta, lo sabía te conozco bien –me dice Cristian mirándome mientras me bajo del coche.

-Si me gusta, pero no puedo pagarlo –le contesto.

-No corras tanto, relájate, te he visto disfrutar y sé que esto es lo tuyo –me dice él.

-¿Cuánto pides por él? –pregunta Iván al otro-

-Pues unos 20.000€… -nos dice- Haciendo precio, porque venís con él –señala a Cristian.

-No puedo pagarlo –le digo a Cristian.

-No te preocupes te dije que te iba a ayudar, tu solo escucha mi oferta –me contesta.

-Te escucho –pero sé que sus ofertas tenían doble cara.

-Ven vamos a un sitio más privado, solo tú y yo –me dice mientras abre una puerta y le sigo.

-No tardo –le digo a Iván y entro en una especie de oficina por decirlo de alguna manera.

Se sienta en un sillón que hay detrás de la una mesa, y yo ocupo una silla que hay enfrente, miro a mi alrededor y solo hay papeles descolocados, una pequeña nevera y muchas cajas por estanterías, además de una televisión un poco vieja junto a una radio. Nos miramos mutuamente y espero que empiece a hablar, pero antes me ofrece un cigarro y lo cojo.

-Bueno Izan, como ya nos conocemos hace mucho tiempo –me mira y me tiende un mechero- Ya sé que ha pasado tiempo, y que incluso me dirás que has cambiado, blablablá… Lo que te voy a ofrecer quizá no te guste, pero no te va a quedar otra, a no ser que encuentres otro coche más barato y que sea como este –hace una pausa mientras fuma-  Pero ya te adelanto yo que no lo vas a encontrar.

-Ve al grano por favor, no quiero perder  más el tiempo –le digo manteniéndole la mirada.

-Está bien, ya sé que eres de esos… -sonríe- Solo tienes que hacerme favores, y a cambio te pago ¿7000€ o 10.000€? Lo que mejor te venga, eso lo decides tú, pero cuanto mayor sea la deuda más favores, ya sabes.

-Entiendo, y ¿qué tipo de favores? –le digo serio.

-Por ejemplo tendrás que pasar hierva, sería uno de esos favores, bueno cosas así ya sabes, lo de siempre –me dice sonriendo.

-Sabes que yo ya no me dedico a hacer todas esas cosas –le digo cabreado.

-Ya bueno, pero las cosas pueden cambiar ¿no? –Me dice poniéndose más serio- Esa chica, ¿cómo se llama? bueno tú ya lo sabes –se ríe- Y me gusta, es guapa y parece lista…

-Vale ya, ella no tiene que ver en nada de esto, ni siquiera sé nada de ella –le digo cabreándome más.

-Si quieres yo te puedo informar, tengo buenos contactos –me dice sonriendo.

-Déjala, no tiene nada que ver con esto, estoy haciendo lo que me dices –le grito.

-Baja el tono, si quieres que todo vaya bien solo tienes que aceptar lo que te ofrezco, así de fácil –me dice más serio- te dejo que te lo pienses, en unos días te llamo y quiero una respuesta, y ya sabes cuál es.

Me levanto cabreado y salgo de aquel despacho de mierda, cojo a Iván del brazo y salimos de allí, no me despido ni del otro tío, pero me da igual. Le digo a mi amigo que en casa hablamos, y caminamos juntos pero en silencio cada uno con sus pensamientos. Mi único pensamiento es ella, y la única realidad es que no está a salvo no por ahora. Me entra miedo, rabia y ganas de partirle la cara, sobretodo lo último, pero sé muy bien que ni eso le detendrá.

Entramos en casa y lo primero que hago es decirle a Iván que me doy una ducha y hablábamos, él me dice que vale que mientras prepara algo de cena. Y eso hago, me quito la ropa y me meto en la ducha, no hago otra cosa que darle vueltas a la cabeza, intentando buscar una solución, otra que no sea la que me propone. Porque tengo claro no quiero todo eso, pero me ha tocado. Aunque no se exactamente el motivo, para él he sido importante en el pasado y le dejé con todas sus mierdas.

Ya en el sofá el cenando miro a mi amigo, porque no tengo ni hambre bebo un trago de cerveza, mientras pensó como empezar con todo esto, mi amigo me deja espacio para que le cuente cuando quiera, me conoce y se lo agradezco. Estoy tan cabreado que no se ni lo que saldría por mi boca, respiro y empiezo a contarle lo que he estado hablado con Cristian.

-No lo harás ¿verdad? –me dice Iván mirándome serio.

-No me quedan muchas opciones, sino ¿qué hago tío?

-Decirle que no, intentaremos pagarlo o buscar otro coche, te ha dado días ¿no? –me dice dejando la cena de lado.

-Sí, no sé cuántos pero sí… -le contesto- No quería meterte en esto.

-Pero aquí estamos, no pasa nada, lo conseguiremos –me dice intentando convencerme de que todo irá bien.

-Gracias, pero si no lo conseguimos no me queda otra y lo sabes –le digo serio.

-Lo haremos como sea, pero no te quiero en esa mierda, bastante son las carreras… No te dejes arrastrar más –me dice mirándome-.

-No quiero que os pase nada, a nadie –le digo preocupado.

-Ni a ella ¿verdad?

-Tampoco –le contesto con preocupación.

-Te importa y él está jugando con eso…

Me llega un mensaje de Víctor en el grupo que tenemos, nos dice que le ha contado Bárbara que ya están con su amiga Sofía, y que el asunto esta feo.  Pero que  parece ser cosa de su padre. Por una parte me siento aliviado de que no sea Cristian, que no sea por mi culpa, pero por otro me da pena la situación. Yo he pasado cosas y me puedo hacer una idea.

Llega otro mensaje en el grupo otra vez es Víctor diciendo que mañana quedamos y nos cuenta bien, que la cosa esta jodida. Diego es el primero en contestar, diciendo que vale que así se despide de ellos ya que se va de vacaciones. Jorge dice que perfecto e Iván, y yo les contesto que como quieran.

Se me pasa por la cabeza mandar un mensaje a Helena, para preguntarla como esta. Pero me paro a pensar y decido no hacerlo. De todas formas mañana me enteraré seguramente y debo alejarme. Saco a mi perro a la calle, el pobre debe odiarme a veces, seguramente yo también lo haría. Damos una vuelta que me viene bastante bien y Charly parece contento, después de un buen rato andando sin rumbo fijo decido volver a casa.

Cuando llego me voy a la cama, pensando que no podré dormir en toda la noche, pero al final me duermo. Me cuesta pero intento pensar en cosas buenas, aunque no tengo muchas. Pienso en los buenos momentos con los chicos, pienso en mi hermano, y cuando la conocí. Ese recuerdo que guardo en lo más profundo, y al poco rato me duermo pensando en ella.

Cap16 chico blanco y negro

Capítulo 14 – Izan

Aquí le tengo delante de mí con una navaja amenazándome y yo quieto esperando una respuesta por su parte, un poco acojonado pero con ganas de que hable de una vez. Me mira con una sonrisa burlona, intentando intimidarme con una navaja en la mano y con otra escondiendo algo, que al final puedo distinguir como un puño americano.

-Visto lo visto, porque lo he visto –me dice- estas saliendo con esa chica, si la preciosidad del cabello negro.

-No estoy saliendo con nadie, es solo un lio –le contesto asqueado-

-Ya claro, ¿me lo tengo que creer? –se ríe-

-Deberías porque es la única realidad, y ahora dime qué quieres –le contesto intentando terminar lo antes posible con esta conversación –

-Como ya sabes hacemos carreras con coches, ¿lo sabes no? –hace una pausa y continua hablando sin dejarme contestar- si, como los viejos tiempo. Me acuerdo cuando éramos colegas lo mucho que te gustaba. –me dice sin dejar de mirarme-

-Ya no me va –le contesto-

-Pues el trato va así –me dice-

-¿Y si me niego? –le reto-

-Es así de simple, o vuelves conmigo o habrá consecuencias –me dice serio- ya me conoces.

-No toques a los míos –le digo cabreado-

-Pues cumple con el trato –me contesta- mañana a esta hora en este lugar quiero una respuesta y no intentes jugármela, sabes que voy a ganar.

Tardo en irme a casa, doy vueltas y vueltas pero por más que pienso no me queda otra. Tengo que aceptar lo que me pide, sino se que es capaz de lo que sea solo para joderme, le conozco muy bien. Por desgracia fuimos colegas hace un tiempo, pero acabo mal y ahora tener que volver con él me jode, pero más me jodería que tocara a alguno de los míos, eso sí que no lo voy a permitir.

Lo primero que hago es informar a los chicos de lo que ha sucedido y sacarlos de dudas de quien es el desgraciado. Estamos en casa todos, Víctor, Diego, Jorge, Iván y yo. Hablamos todos, me dicen que no lo haga que me ayudaran que hay que pensar algo, pero saben que con él no se juega, no es trigo limpio.

-Joder tío, vaya mierda –suelta Víctor-

-No pasa nada, acepto hago lo que sea y quedo en paz con él –les digo-

-Sabes que no será tan sencillo, tú le conoces mejor que nosotros –me dice Jorge-

-Lo sé, pero es lo único que puedo hacer ahora mismo –le contesto-

-Mira que acepte y vemos que va pasando, Izan sabe moverse por ese mundo no es la primera vez –dice Iván- además si hace falta voy contigo-

-Gracias tío pero tranquilo de momento con que me meta yo es suficiente –contesto-

-Vamos y le damos una paliza y listo, joder –dice Diego cabreado-

-No, eso hizo y mira como están las cosas –contesta Víctor por mi-

-Ya esta chicos, así quedamos y os mantengo informados –les digo convencido-

-Está bien, pero nos informas de todo cualquier cosa ya sabes –dice Jorge-

-Si tranquilo –le confirmo-

Nos tomamos unas cervezas más, y luego se van todos dejándonos solos a Iván y a mí. Mi colega se queda en el salón, pero yo cansado me voy a mi habitación. Le mando un mensaje a Helena, la digo que es quien creía y que no podemos vernos, por el momento lo mejor es que estemos alejados. Ella no hace más que preguntarme, pero incapaz de contarle la verdad le contesto que estoy bien y que si pasa algo la informaré.

Al día siguiente tengo más claro en la mierda que me estoy metiendo, es como volver al pasado, huir de la policía meterme en líos, peleas, la misma mierda. Me estoy fumando un cigarro cuando me suena el móvil, miro la pantalla y es un número desconocido.

-Quien es –contesto cuando descuelgo-

-Hola Izan –me contesta una voz que reconozco-

-¿Qué quieres ahora? –le digo-

-No puedo verte luego, me han surgido unas cosas –me contesta-

-Si tienes cosas más importantes podemos dejar este asunto –le digo-

-No tendrás esa suerte viejo amigo –se rie- lo zanjamos ahora. Dame una respuesta y ya esta, es sencillo. ¿Aceptas venir conmigo?

-Acepto –suspiro- no me queda otra.

-Perfecto, espero que te animes, ya sabes que te lo vas a pasar muy bien –me contesta-

-Lo que digas –contesto-

-Lo primero que vas a hacer, esta noche te reúnes conmigo en el lugar de siempre. Quiero decir, donde siempre quedábamos ¿recuerdas?-

-Si –le digo mientras me vienen recuerdos a mi cabeza-

– A las 23 horas te espero, no me falles –me dice y cuelga-

Cabreado le doy una patada a lo primero que pillo, y hago que la silla se estampe contra el suelo.  Armo tal jaleo que mi amigo Iván sale asustado de su habitación, y entonces me doy cuenta de que no estaba solo. Me abraza porque siento destrozado, porque sé lo que me espera a partir de ahora, y también que me tengo que distanciar de personas que no quiero y en concreto de ella.

Me paso el día trabajando e intentando no pensar en lo que me espera por la noche, me pongo música mientras estoy en el almacén, estoy tan en mi mundo que no me entero de que se acerca Jorge hasta que me da en el brazo y por poco me mata del susto.

-Tío quieres matarme eh –le digo-

-Casi –me dice riendo-

-¿Qué pasa?- le pregunto-

-Nada que ya es casi la hora de cerrar, ¿te queda mucho? –me dice él-

-No ya estoy terminando, pero no me esperes que tengo plan –le digo-

-¿Se puede saber el plan? –se me queda mirando-

-No se puede –le contesto-

-Anda ya –me dice y le suena el móvil- espera un momento

Se aparta para hablar por teléfono mientras yo sigo colocando unas cosas, cuando cuelga me dice que es su hermana que le necesita para algo, y le digo que se vaya que termino y cierro. Y eso hago cierro, y después me dirijo al sitio donde he quedado con Cristian, me pilla un poco retirado por lo que voy bien de tiempo.  Me meto por unas calles estrechas para llegar mejor a mi destino, con mi música a tope para no pensar mucho y en un rato me planto allí.

Desde el principio de la calle veo a tres personas,  según me voy acercando distingo a Cristian y a dos chicos más que también conozco. Están hablando entre ellos pero desde aquí no les puedo oír bien, pero se ríen mucho. Cuando ya estoy casi donde ellos me ve uno de los chicos que si no recuerdo mal se llama Germán y esté enseguida avisa a los otros, me miran y una sonrisa se les dibuja en la cara, todo lo contrario a mí.

-Hombre mirar a quien tenemos aquí –dice Cristian entusiasmado-

-Pensábamos que estaba de coña –dice Germán dirigiéndose a mi-

-Aquí estoy –digo secamente-

-Y nos alegramos de ello –dice Cristian-

-¿Qué quieres? –le digo-

-Nada amigo, charlar un rato ya que tenemos un asunto importante que comentarte-contesta Cristian-

-Dime de qué se trata –le digo-

-Venga Matías te concedo el honor- dice mirando a su amigo-

-Resulta que en unas semanas empieza una apuesta grande, y seguro que estas interesado –me mira este- se que te gustan los coches, y esta por medio una carrera.

-¿Y yo qué gano con eso? –miro a Cristian-

-Es muy simple, tú haces lo que te digo y nadie sufrirá ningún daño –me dice-

-Y me tengo que fiar ¿no? –le digo-

-Deberías, ya te lo aseguro. Solo quiero tenerte de vuelta una temporada, eres muy bueno conduciendo y sé que no te viene mal el dinero –me dice-

-¿Me quedaría parte de la pasta si gano? –le digo-

-Ten por seguro que no te irás con las manos vacías –me contesta- te veo dudoso, pero no importa te doy unos días, aunque te conviene hacerme caso ¿o quieres sabes lo que puede pasar?

-Tranquilo,  lo haré no tienes que hacer nada –le digo conteniéndome-

-Así me gusta, como en los viejos tiempos, juntos –me dice y se ríe-

Me explica un poco donde va a ser, también me comenta que me conseguirá un coche que me puede interesar, además no para de decirme que me estará vigilando de cerca, que no me ande con tonterías. Yo intento mantener la calma, empieza a hablar del día que le di la paliza, y se ríe como un enfermo, si no le conociera me daría hasta miedo. Los otros dos le siguen el juego, todo va medianamente bien hasta que empieza a hablar de ella y eso ya me pone en alerta. Le aseguro que es una chica más, que ya sabe que ahora solo busco rollos y no me interesan las relaciones, intento hacer que se olvide del tema y por ahora parece que lo deja a un lado.

No me hace gracia meterme en lio, pero no ha sido tan malo como pensaba, aunque puede que este sea el principio y aun queden cosas peores que aguantar, con Cristian nunca se sabe. La situación para mí ha sido incomoda, casi que se estaban riendo de mi en mi cara, sobre todo cuando han nombrado a Helena, pero he aguantado como he podido para no perder la poca calma que me queda.

Al llegar a casa veo que Iván ya ha llegado, no me había dado cuenta de lo tarde que era, después del mal rato me he ido a dar una vuelta. Me cojo una cerveza y me siento en el sofá a su lado, creo que lo mejor que puedo hacer es contarle que he visto a Cristian y todo lo más. Una vez que he acabado de hablar el suspira y me mira, sabe en lo que me estoy metiendo, pero también sabe que no me queda otra.

-Me tienes aquí, si necesitas ayuda –me dice-

-Gracias tío –le contesto-

Me levanto algo mejor, el cansancio acumulado ha hecho que duerma mejor pero aun así no ha sido suficiente. Saco a Charly antes de ir a trabajar, hoy mi amigo va más tarde y le dejo que descansé. Después de tomarme mi café, ducharme y prepararme para irme a trabajar, veo un mensaje de Helena pero lo ignoro, contra menos contacto mejor me digo a mi mismo.

Paso la mañana como siempre en el almacén, hasta que viene Jorge y me invita a desayunar, me sonsaca un poco lo que hice anoche, pero le oculte detalles que es mejor que no sepa, bastante que lo sabe Iván y el motivo es simple, él ha estado en ese ambiente.

Jorge se cabrea un poco por no habérselo contado, me dice que ya no le cuento las cosas, que no quiere que acabe como en el pasado y que me puede ayudar, es un cabezota y no quiere entrar en razón. Pero consigo cambiar de tema y hablamos de otras cosas, como que ayer su hermana se quedo tirada con el coche y por eso tuvo que ir él, se ríe contándomelo y al final con la tontería me contagia la risa, es de agradecer los momentos así y más con lo que se me viene encima. Me pregunta por Helena, pero le desvió un poco el tema no me apetece hablar de ella, y le digo que lo mejor es que se quede así.

Termino mi jornada, pero antes veo unos mensajes de Víctor diciéndome que ha estado con las chicas y que tiene que contarme una cosa, que le avise y viene a casa. Voy a contestarle que vaya en un rato pero no me da tiempo, se enciende mi pantalla y veo una llamada de Cristian.

-¿Qué pasa? –le digo al descolgar-

-Ni un ¿Hola? Que mala educación amigo-me dice y se rie-

-Hola –le digo seco-

-Así mejor, mira te voy a pasar unos datos con el coche que te comente y el tipo que lo vende, si te interesa solo tienes que decirle que vas de mi parte y no tendrás problema –me dice-

-Vale lo miraré –le contesto-

-Un gracias estaría bien, pero a ti te lo perdono. Ahora lo tendrás –me dice y me cuelga-

Veo que me ha mandado los datos, luego lo miraré tranquilamente, cuando voy a contestar a Víctor veo que he recibido otros mensajes de Helena, los leo parece preocupada, pero puedo imaginarme que de eso me querrá hablar mi amigo y cierro el chat.

Llaman al timbre, abro la puerta a Víctor que ha llegado antes de lo que esperaba y con Diego, parece agobiado por su cara. Les digo que se sienten mientras saco unas cervezas, una vez estamos todos acoplados en los sofás y con nuestras respectivas cervezas Víctor comienza a hablar, nos cuenta que una de las amigas de las chicas ha desaparecido, no da señales de vida.

Sus amigos están muy preocupados, vieron póliza y una ambulancia en su casa y el padre no les dice nada. Me preguntan si puede ser que esté relacionado con Cristian, pero si me pongo a pensar por un lado diría que no pero por otro podría ser, ya que con este tío nunca se sabe. Nos ponemos a divagar, cada uno dando nuestra opinión y yo les cuento el encuentro con Cristian pero sin detalles, les prometo que intentare averiguar si tiene que ver con el lo de Sofía.

Estamos un buen rato hablando, a nosotros también nos preocupa lo que está pasando con la chica, y yo me pongo a pensar que quizá Helena se ha querido poner en contacto conmigo por esto mismo, debe de estar muy nerviosa. Pero es mejor así, no quiero que Cristian tenga su nombre en la boca, tengo que hacer que se olvide de ella y los demás. Entre cerveza y cerveza, pedimos la cena todos pensamos que unas pizzas están bien, de vez en cuando veo a Víctor hablar por el móvil, le tengo a mi lado y puedo ver que se trata de Bárbara. Le veo tan ilusionado y contento, que a veces me da envidia pero de la buena, la verdad que me alegro mucho por él.

Llaman a la puerta, Iván convencido de que es la pizza abre la puerta pero cuando voy a ir a ayudarlo veo que se trata de Bárbara y Helena. Sorprendido tanto como mi amigo o más, no sé cómo reaccionar, por un lado me alegro mucho de verla pero por otro no tanto. Pensar que puede que las hayan seguido, o que las pasé algo por venir aquí donde yo vivo, por juntarse conmigo, me pone malo. Y como soy así de impulsivo, cuando están ya dentro y Víctor viene a saludar a su novia, cojo a Helena del brazo para apartarla un poco.

-¿Qué haces aquí? –la digo-

-He venido para acompañar a mi amiga –me dice sorprendida por mi reacción-

-Te dije que no podemos vernos, y va muy enserio –la digo un poco brusco-

-No pasa nada, no he venido a verte he venido con mi amiga porque está aquí su novio, que por casualidad también es tu amigo –me dice ella un poco cabreada-

-Me da igual, es peligroso ya te lo dije –le digo seco y me voy donde están los demás-

-¿Qué pasa las has invitado? –le digo a Víctor que está solo en la cocina-

-No, solo le comenté que estaba en tu casa hablando del tema, ha venido porque estaba preocupada y eso-me contesta-

-Pues no me hace gracia –le digo-

-¿Pero qué te pasa tío? No te pongas así –me dice él-

-¿Y tú tan tranquilo? –le digo y me voy al salón-

Me quedo de pie escuchando la conversación, las chicas están explicando más detalladamente lo que ha pasado con su amiga y siguen sin saber nada más. Me fijo bien en Helena, tiene mala cara se la nota cansada y preocupada, en ese instante la abrazaría pero no, me mantengo donde estoy y Víctor se sienta con los demás.

Al final llega la cena y cenamos todos, pero Diego se va porque tiene prisa. Yo no puedo apartar la vista de ella, aunque lo intento pero su manera de hablar y sus gestos me llaman la atención constantemente. Pasa un rato e Iván se va a dormir, mañana madruga y está cansado, nos quedamos los cuatro y mientras hablamos no sé cómo me lían que acabo ofreciéndome a acompañar a Helena a casa, no debería se que no pero no voy a dejar que se vaya sola, y los otros dos se que tienen sus planes.

Llegamos casi a su casa, no hablamos demasiado solo el tema de su amiga, pero poco más, es mejor así aunque yo no paro de pensar en las otras veces. Esos recuerdos que tengo con ella los revivo cada día, estoy jodido porque me tiene pillado pero esto no puede ser, no en esta situación. Cuando estamos en su puerta me ofrece pasar a su entrada, me dice que así no corremos peligro de que nos vean en la calle, pero seguro que ya nos han visto, o espero que con suerte no, aun así entro.

-Helena sabes que posiblemente nos hayan visto-la digo-

-Pero puede que no –me contesta ella-

-Bueno ahora descansa, debes de estar agotada –la digo mirándola-

-Si la verdad no duermo bien, y hoy será igual –me dice agachando la cabeza-

-Eh, mírame, todo esto pasará. Seguro que tu amiga está bien –la digo mientras veo que se le escapan lágrimas-

-No puedo parar de pensar cosas malas -me dice secándose las lágrimas-

-Intenta pensar cosas alegres y bonitas, seguro que tienes –la digo intentando animarla y ella me abraza sin yo esperarlo-

-Gracias por acompañarme –me dice mientras se separa-

-No las des, ahora intenta dormir yo me voy –le digo un poco nervioso-

-Si sabes algo por favor dímelo –me dice-

-Si no te lo digo yo, te lo dirá otra persona, pero sí tranquila –la contesto-

-¿Por qué me evitas? –me pregunta mirándome seria-

-Porque es mejor así, ya te lo dije-la contesto-

-¿Es por todo esto o por algo más? –me pregunta-

-Por esto ya lo sabes –la digo-

-Pues parece como si no sintieras lo mismo ya, no sé estas raro –me dice ella-

-No es eso, pero es mejor así, yo no soy de tener novia –la digo mientras me arrepiento al momento, pero me repito que es lo mejor-

-Ya, claro –me dice ella enfadada-

-Hazme caso, es mejor así. No te pido que me olvides, o qué olvides lo vivido porque yo no lo haré, pero haz tu vida porque no te voy a pedir que me esperes, no te lo mereces –la digo mientras me quemo por dentro-

-Vale no te voy a insistir, como quieras pero no me parece justo –me contesta-

-La vida no es justa Helena, cuídate y cualquier cosa nos avisas –la digo y me doy la vuelta para irme, mientras escucho su adiós-

Cuando salgo a la calle después de dejar allí en su casa, siento un nudo en el pecho, en el fondo no quería decirla eso, pero sabía que tenía que hacerlo y no hay vuelta atrás. Siento como que la he perdido, pero se merece vivir su vida no puedo pedirla que me espere, no la puedo prometer que estaremos juntos pronto, no quiero engañarla de esa forma, haciéndola falsas ilusiones. Es mejor así, cada uno por su lado haciendo su vida, seguro que sin mí y si mis movidas esta mejor, solo quiero apartarla de toda esta mierda y la mejor manera es alejándola de mi.

Capítulo 13 – Helena

Al día siguiente me despierto confusa, toda esta situación me tiene un poco loca. Me doy una ducha y después decido vestirme y bajar a desayunar. Me estoy tomando el café y entran mis padres, por las caras que tienen seguramente me van a decir algo importante.

-Hola hija –me saluda mi padre y se sienta conmigo en la mesa-

-Hola papá –le digo- ¿Pasa algo?

-Nada, ¿qué va a pasar? –dice él contento- bueno, te quería decir algo pero no es nada malo.

-Claro hija, seguro que te alegrará –me dice mi padre y se acerca a darme un beso-

-¿Qué es? –les pregunto curiosa-

-Pues mira, tengo un conocido que tiene un negocio, he contactado con él porque me he enterado que buscaba a alguien para su oficina y he pensado que porque no tú –me mira- solo si te parece bien, así puedes hacer las practicas y seguro que te paga.

-¿Enserio? –le digo entusiasmada- me parece genial, bueno me gustaría saber más detalles de su empresa y eso.

-Claro que sí, yo te contaré un poco pero si quieres le digo que te coja una cita y él te explique bien de qué va, sin compromiso –me contesta sonriendo-

-Vale perfecto –le digo y le abrazo-

-Bueno luego seguimos hablando del tema, que ahora tengo que irme a trabajar-me da un beso y mi madre también me abraza contenta-

-Luego nos vemos hija –me dice mi madre-

-Hasta luego –les digo y se van-

Me hace mucha ilusión poder hacer algo que me gusta y he estudiado, la verdad es una gran oportunidad. Estoy contenta, por fin una buena noticia que hace que se me olvide un poco el resto. Me acuerdo que he quedado con las chicas y José, ya voy tarde como siempre, hemos quedado en casa de Elsa, hoy libra y nos ha dicho que aremos algo de comer en su casa.

Me despido de mis gatitos a los que adoro y salgo por la puerta de mi casa, hoy hace un día caluroso, es normal ya va a llegar julio y por mi encantada, me encanta el calorcito, el verano. Estoy de camino a casa de mi amiga, pues hemos quedado allí todos, y aunque Bárbara y yo vivimos cerca, está tenía primero otras cosas que hacer y me ha dicho que fuera yendo para allá. Sofía me ha dicho que igual también se retrasaba, asuntos familiares, y eso no me ha dado buena espina pero bueno.

Vuelvo a sentir una sensación extraña, como que alguien me sigue, no sé si ya es cosa mía, obsesión o qué. Sigo andando, un poco más rápido ya que no me fio, aunque pensaba que sería Oscar y no le creo mucho, pero no se sabe quién es. Me empiezo a poner nerviosa, siento pasos avanzando detrás de mí, pero cuando veo que esta José un poco más adelante me  siento mejor  y le llamo.

-José-le grito y el me mira y me sonríe-

-Helena –me saluda y yo le alcanzo-

-Pero que guapo estas –le digo y me rio-

-Pues como siempre – sonríe- pero no hables que tú estás preciosa.

-Si bueno –rio- has sido mi salvación.

-¿Tú salvación? –me mira extrañado-

-Sí,  ahora te cuento en casa de Elsa.

Estamos en casa de Elsa ya todos menos Sofía, nos preocupamos todos un poco, no ha vuelto a decir nada de su padre así para preocupar, pero no nos fiamos ni un pelo. Les cuento lo que me ha pasado en el camino y José dice que cuando se ha girado para verme, ha visto a alguien meterse por otra calle, pero que no lo ha reconocido.

-¿Crees que te seguía? –me pregunta Elsa-

-No sé, pero con todo esto que está pasando, puede –la digo-

-Chicas voy a llamar a Sofía –dice José-

-Cuando venga os cuento todo, pero ayer se presento Oscar en mi casa –las digo-

-¿Cómo? Ese desgraciado se presentó en tu casa, no me lo creo – dice mi amiga Bárbara cabreada-

-¿Paso algo? –pregunta Elsa-

-Ahora os cuento, pero se ha ido –las contesto-

Se acerca José a nosotras y nos dice que ya está llegando, que ha tenido movida en su casa y no ha podido salir antes. Ya nos extrañaba que no se la liaran, había tenido unos días buenos o mejores, pero poco dura.

En cuanto se une Sofía les cuento  junto a Bárbara lo que ha pasado, se quedan flipando y más cuando les decimos que ellos también salían en las fotos. Después les cuento lo de Oscar y ya empezamos a divagar,  pensando quien puede ser, unos que si Oscar no tiene cojones que eso le queda grande o que si se ha liado con otra pero no que llegue a tanto, otros que quien sabe que nos esperábamos otra cosa y puede llegar a ser una mala persona de verdad.

Nos tiramos un rato así hasta que ya les cuento lo de mis prácticas para calmar el ambiente, todos se alegran pero les digo que aun tengo que hablar con el hombre y ya les contaré que pasa. Aun así lo celebramos, porque todo hay que celebrarlo y preparamos pasta para comer, que a todos nos encanta.

-Bueno y tú Sofía –dice Bárbara- ¿Qué ha pasado?

-Puf chicos lo de siempre, ya sabéis –nos contesta-

-Queremos que nos cuentes, estamos aquí contigo –le dice Elsa-

-Claro que si, nos contamos todo recuérdalo –la digo-

-Todo, todo –dice José mirando a Bárbara y levantando las cejar, haciéndonos reír-

-Bueno primero ella, luego ya os cuento yo –dice mi amiga sonriendo-

-Vale chicos, me sabe mal estropear el día de verdad –nos dice-

-Cuéntanos –la digo-

-Otra vez mi padre ha pegado a mi madre, han tenido una bronca grande, me he asustado un poco y he bajado a ver qué pasaba, no me ha gustado como la miraba ni la hablaba, pero ella no quiere hacer nada, dice que contra él tiene las de perder y que si no, no tendrá nada y luego estoy yo… -se derrumba y se le escapan las lágrimas- no me quiere dejar con él, y dice que seguro que gana –la abrazamos-

-Siempre te puedes venir aquí ya eres mayor, además puedes elegir –la dice Elsa-

-Ya pero la chantajea –nos dice Sofía asustada-

-Deberías salir de allí, y si tu madre no quiere hacer nada es cosa suya –le dice Bárbara-

-Tiene razón, así puede que tú madre lo vea de otra manera –la digo-

-Puede ser, no quiere molestar –dice mirando a Elsa-

-No molestas tonta –la dice ella-

-Señorita, haz las maletas que nos vamos de mudanza –dice José y la abraza- no puedes estar más en esa casa.

-Lo malo que no tengo como pagarte –dice Sofía preocupada-

-Ya nos arreglaremos, te puedo conseguir algo o puedes buscar de lo que has estudiado –contesta Elsa-

-Hablaré con mis padres –la digo-

-Y yo con los míos –dice Bárbara-

-A mi no me hagáis hablar con ellos –contesta José y le miramos- bueno si os ponéis así, vale.

Pasamos allí la tarde, nos ponemos películas con palomitas, Bárbara nos cuenta su historia con Víctor, y me doy cuenta que no le he contestado. Cojo el móvil un momento y le escribo le digo que vale pero que si se algo más o ha pasado algo. Me contesta con un cuando nos veamos te cuento, que me preocupe y que tenga cuidado. Y le contesto enseguida con un vale que me avise y nos vemos. Me vuelve a contestar con un te avisaré en cuanto pueda.

Se hace tarde y decidimos irnos cada uno a su casa, yo como siempre me voy con Bárbara mientras que Sofía y José se van por su lado después de despedirnos. Hemos dejado descansar a nuestra amiga Elsa, mañana ya trabaja y hemos estado toda la tarde en su casa. Estoy andando con mi amiga por las calles, ya casi es de noche y empieza a oscurecer, y me da un poco de mal rollo con lo que está pasando. Acelero el paso y mi amiga me sigue el ritmo, aunque protestando un poco pero lo entiende.

Cuando llego a casa es como que me siento a salvo, por decirlo de alguna manera, no sé cómo expresar lo que siento porque es una sensación extraña. Me pongo a leer un rato intentando desconectar hasta que me llaman mis padres para cenar, con ellos tengo que disimular por nada del mundo se me ocurriría contarles nada, y me cuesta cada día un poco más. Hablamos de las prácticas que tengo la entrevista en unos días, me dicen que este tranquila y que todo saldrá bien, que no tengo porque preocuparme, disfruto del momento con mis padres y me siento a salvo de todo.

Estoy ya en la cama con mi diario, escribir me ayuda mucho y siempre que puedo suelo hacerlo. Me interrumpe el sonido del móvil es un mensaje de Izan, me dice que  mañana tiene el día libre y si quiero podemos vernos por la tarde. Pero cuando voy a contestar me entra una llamada, es mi amiga Bárbara.

-¿Qué pasa petarda? –la digo cuando se lo cojo-

-Nada que no puedo dormir –me dice-

-¿Por qué? –la digo aunque me imagino la respuesta-

-Por todo esto, estoy un poco ya cansada y asustada –me contesta-

-Ya, a mi me pasa igual esto ya es demasiado extraño –la digo-

-Pues sí, me da miedo que pase algo grave no sé –dice ella-

-Puede que solo se quede en un susto, o eso espero ¿sabes algo más? –la pregunto por si Víctor la ha comentado algo nuevo-

-Que va, estoy igual –suspira-

-Bueno, seguro que descubrimos quien es y acaba esta mierda –la digo intentando tranquilizarla-

-Seguro que al final acaba en nada, somos unas paranoicas ¿no? –me dice-

-Mira intento pensar que no llegará a más, pero me asusta tanto como a ti, espero que seamos unas paranoicas – rio y ella rie conmigo-

-Tía te quiero y perdona por llamarte a estas horas –me dice-

-No digas tonterías, sabes que aquí estoy para lo que necesites cuando necesites, y yo también te quiero –la digo- ahora descansa y cuídate mañana hablamos.

-Hasta mañana y gracias amiga, descansa tú también y ten cuidado – nos despedimos y colgamos-

Dejo el móvil y cojo un libro, ya que me relaja bastante leer antes de dormir. Cuando ya pasa un buen rato me quedo dormida con el libro y el mensaje sin contestar, pero no tardo en tener pesadillas con un chico encapuchado siguiéndome y yo corro y corro hasta que me coge y descubro que es Izan. Me despierto asustada y luego me cuesta volver a coger el sueño, lo consigo pero vuelvo a tener pesadillas.

Después de pasar una noche horrible me levanto y me doy una ducha, me visto y bajo a desayunar y a jugar un rato con Sal y Pimienta eso hace que sonría. Cuando vuelvo a mi habitación a por el móvil me doy cuenta que no contesté a Izan, y es lo primero que hago. Le digo que vale que nos vemos esta tarde en el mismo local del otro día, y me contesta enseguida que mejor viene a buscarme yo le digo que no que no hace falta pero insiste tanto que al final le tengo que decir que sí.

Me pone nerviosa quedar con él, pero me gusta a partes iguales no sé lo que siento pero estoy tan a gusto cuando estoy con él que se me olvida un poco que acabo de salir de una relación, pero esto no tiene porque ser una relación seria ¿no? o bueno quizás si pero no tiene porque ser inmediato me digo a mi misma, aunque en el fondo sé que me estoy pillando. Me pongo algo sencillo,unos pantalones cortos vaqueros y un top, me miro en el espejo y decido recogerme el pelo con una coleta, me estoy retocando cuando me llega un mensaje de que ya está allí.

Salgo de casa y cuando me ve nos sonreímos, voy hacía él  y nos quedamos los dos parados sin saber cómo nos saludamos, le doy una abrazo y él me lo devuelve. Y ese abrazo me sabe a gloria al igual que el olor que desprende.

-Hola- le digo-

-Hola –me dice- ¿qué tal?

-Pues bueno, bien y mal –le contesto- ¿y tú? Vaya ojeras llevas…

-No he dormido bien, ¿me vas a explicar ese bien y mal? –la me dice mirándome-

-Si claro, cuando te invite a un café en nuestro bar preferido –le contesto y comienzo a andar-

Veo que me sigue y nos dirigimos al local del otro día, le comento que me gusto mucho el sitio y todo lo que tenían para tomar. Hablamos sobre el tema de los batidos, de los cafés y cuando me doy cuenta a hemos llegado.

Nos sentamos en la mesa del otro día, y él pide un café solo con hielo yo me pido otro pero capuchino, y para comer esta vez elijo yo. Voy a la barra y le dejo en la mesa, pues hoy quiero invitar yo y aunque se pone cabezota al final me da la razón. Cuando llego para pedir y veo la tarta de queso que tienen allí no me puedo resistir y pido un trozo para compartir, el hombre tan amable que me atiende, me sirve los cafés y el trozo de tarta en una bandeja y me dirijo a la mesa.

-Aquí tienes tú café y nuestra tarta de queso –le digo sonriendo-

-Que buena pinta tiene –me dice-

-Si la he visto y no me he podido resistir – dice ella-

-Pruébala y me cuentas –me dice sonriendo-

-Venga vale –cojo un trozo y lo pruebo- esta increíble.

-Vamos a ver si esta tan increíble –coge otro trozo y lo prueba- tienes razón –nos reímos-

-Bueno que me tienes que contar –le digo-

-No sabemos quien es, pero he pensado que para quitar sospechosos podría hablar con Oscar –me dice –

-Pues creo que no, porque se ha vuelto a Londres –le contesto-

-¿Cuándo? –me pregunta-

-Ayer, bueno vino el otro día a mi casa, el día que paso eso –le digo – por la noche, le dije bueno de todo la verdad, que me dejara en paz, le referí lo de que me seguía pero él lo negaba.

-¿Y le crees? –me pregunta-

-No sé, porque ayer sentí que me seguían otra vez y supuestamente ya no está aquí, y además la foto donde él salía –le digo un poco confusa-

-Joder, cuando te pase eso llámame –me dice y suspira- si no es él, creo que puede ser otra persona, pero si es quien pienso es peligroso.

-Tranquilo vi a José y no pasó nada –le digo – ¿Quién crees?

-El tío que pego a mi hermano, con quien me viste pegarme esa noche –me dice agachando la cabeza-

-Pero ¿por qué? –le pregunto nerviosa-

-No sé Helena, por venganza puede ser –me dice y se le ve preocupado- pero no es seguro, aunque cada día que pasa pienso que es él.

-¿Y qué hacemos? –le digo mirándole-

-No sé, solo quiero que no te pase nada, ni a ti ni a los demás –me dice- intenta no salir sola, no estar por ahí sola.

-Puf lo intentaré –le contesto-

-De verdad –me coge la mano- hazme caso, y deberíamos no vernos mucho, puede que si no me ven con nadie, os dejen en paz.

-Y tú ¿qué pasa contigo?-le pregunto más nerviosa-

-Yo estaré bien, no te preocupes –me dice mientras le acaricia la mano- intentaré solucionar esto.

Salimos de allí y para cambiar de tema le cuento que puede que haya conseguido unas prácticas en una empresa, que me lo ha comentado mi padre y que en unos días tengo la entrevista, me felicita y me dice que seguro que me va bien, yo le contesto ilusionada aunque por dentro tengo un nudo en el estómago.

-Bueno señorita, hazme caso en lo que te he dicho y cualquier cosa me dices –me dice cuando llegamos a mi casa-

-Sí señor, no te preocupes y lo mismo te digo –le digo acercándome a él- yo tampoco quiero que te pase nada a ti.

-Por mí no te preocupes –me dice y me abraza-

Nos quedamos lo que parece unos segundos abrazados hasta que nos separamos y me besa, es un beso corto, o por lo menos a mi me ha sabido a poco, pero me gusta. Y cuando nos separamos y se va siento que vuelve el nudo y que no podré verle, o por lo menos no hasta que sepamos qué pasa.

Hablo con mis amigos por video llamada contándoles un poco la situación y me doy cuenta que todos estamos bastante preocupados, aunque Sofía no ha dado señales en todo el día y no sé qué pre asusta más. Decidimos dejar pasar este día y si mañana no contesta ir a buscarla, no sabemos hasta dónde puede llegar su padre y tenemos miedo de que le haga algo a ella.

Esa noche no es mejor que la anterior, y menos cuando descubro que nuestra amiga sigue igual sin contestar. Me levanto y quedo con mis amigos para ir a buscar a Sofía, me reúno con Bárbara que vive cerca de mi casa y vamos las dos lo más deprima que podemos hacia allí.

José y Elsa ya están esperando, veo que esta última está con el móvil e imaginamos que intenta hablar con ella por última vez pero nada, no hay manera. Decididos llamamos a la casa pero nadie nos abre, esperamos un rato y nada. Preocupados damos una vuelta sin rumbo pensando que hacer, pero ni coge el móvil ni contesta los mensajes ni nada.

Volvemos a casa de Sofía para ver si conseguimos que nos abra alguien, cuando vamos a llamar vemos que la puerta se abre y salen policías y el padre de nuestra amiga. Nos quedamos allí sin saber qué hacer, cuando nos reconoce el señor Ignacio nos dice que no podemos estar ahí y los policías también nos dicen lo mismo. Le preguntamos por nuestra amiga, pero solo nos dice que no es momento,  que ya tendremos noticias que nos vayamos y no nos preocupemos.

Pero como no nos vamos a preocupar, si no sabemos nada de ella desde hace día y medio y vemos este panorama. José le insiste pero por desgracia no consigue nada, nos vamos de la puerta pero no muy lejos, cuando estamos pensando en irnos vemos venir una ambulancia que se estaciona en la casa de nuestra amiga. Nos miramos entre nosotros y sabemos que ha pasado algo grave, pero ¿será a Sofía?

Cap13 chica con gato

Capítulo 12 – Izan

-¿Qué pasa? –cojo el móvil de sus manos, lo primero que veo son fotos, de ahora nuestras, en la cafetería, de ella en varios sitios, y mías. No me lo creo que cojones es esto, no entiendo nada, alguien nos está espiando. Pero ¿quién? Me pongo a mirar más el móvil.

-¿Por qué tiene fotos nuestras? –pregunta-

-Nos ha estado siguiendo, seguro que es la persona que vi anoche –le digo preocupado y cabreado a partes iguales- espera también hay fotos de mis amigos, tus amigos…

-No puede ser, déjame verlo –me dice cogiendo el móvil- sale también Oscar, no es él entonces.

-Pero voy a descubrirlo, estate segura –le digo y miro el móvil otra vez esperando encontrar algo más, tenemos que irnos- Vamos

Comienzo a andar y ella me sigue, estoy muy cabreado y cuando estoy así prefiero no hablar. Me guardo él móvil y decido llamar a Víctor, puede que él encuentre algo, quedo en una hora en mi casa, y de digo a Helena que viene también Bárbara. Vamos los dos callados en el camino, no decimos nada solo observamos las calles, las personas. Me da rabia que estemos así, que haya acabado así la tarde, con lo bien que estábamos, pero ahora solo pienso en el desgraciado que nos está espiando.

Llegamos y subimos las escaleras, veo que ella me sigue, sin decir nada. Abro la puerta de casa y viene Charly corriendo a saludar, le hago un par de cosas y entro, veo que el perro va con Helena y ella le acaricia encantada, mientras que mi perro le da lametones, consigo sonreír. Pero se me quita la sonrisa en cuanto sale Iván de la habitación.

-Hombre hola –nos saluda- no os esperaba.

-Un imprevisto, ahora vienen Víctor y Bárbara –le digo serio- tenemos que mirar una cosa, ahora cuando venga te cuento.

-Vale, pero ¿ha pasado algo? –nos mira-

-Sí, bueno tranquilo, ahora te cuento –le digo- voy un momento al baño.

Entro en el baño, tengo demasiado cabreo y rabia acumulada, no sé cómo manejar esto, no sé por dónde empezar, saber que alguien nos sigue, nos hace fotos, no entiendo. No estoy preocupado por mí, sino por ella y nuestros amigos. Me lavo la cara y me mojo la cabeza, necesito aclararme un poco, necesito intentar calmarme.

Cuando salgo del baño veo a Helena sentada en el sofá, está mirándolo todo curiosa, y sonrío un poco, ella me mira y me acerco al sofá. Me siento a su lado sin decir nada, ella tampoco lo hace, pongo mi mano en su pierna.

-Lo siento –le digo- estoy preocupado por esto, y cabreado por no pillar a ese idiota.

-No pasa nada, lo pillaremos –me dice con intención de calmarme y acaricia mi mano, yo la miro y le doy un beso en la frente-

Suena el timbre y sale Iván a abrir la puerta, son Víctor y Bárbara,  me levanto y esta última va donde esta Helena. Hablo con Víctor y le doy las gracias, le resumo muy resumido lo que ha pasado, tan resumido es que no entiende nada, entonces le digo que vayamos al sofá y hablamos más tranquilos.

-No entiendo, pero ¿esto ya os ha pasado? –nos mira Víctor a Helena y su amiga-

-Sí, pero no le dimos importancia –contesta Bárbara-

-Hasta que anoche si me asuste –dice Helena y les cuenta lo que pasó,  que yo ya me sé-

-Me lo contó a mí, yo ya empecé a preocuparme –continuo yo- pero no pensé que iba a llegar a esto –les enseño el móvil con las fotos, donde salimos todos, Helena, sus amigos, mis amigos y yo-

-Pero a mí también me han vigilado –dice Iván sin creerlo- y a los chicos.

-Eso parece –dice Helena-

-¿Y qué quieres que haga con esto? –le dice Víctor descolocado-

-Intentar averiguar quién es, o de quien es el móvil, no sé si podrás hacer algo –le digo un poco desesperado-

-Oye, no quiero asustarte pero también sale tú hermano –dice Iván-

-Dámelo –le ordeno y le cojo el móvil-

Miro el móvil y efectivamente, también sale mi hermano, joder porque esto. Me levanto del sofá y cojo mi móvil, tengo que averiguar que Aarón está bien, pero no me lo coge nadie. Salgo de la casa sin decir nada, bajo las escaleras lo más rápido que puedo con intención de ir a casa de mis padres, pero siento que alguien viene detrás y cuando ya estoy en la calle me agarra, es Víctor.

-Tío para –me dice-

-No puedo tengo que comprobar que está bien –le digo nervioso-

-Seguro que está bien, piénsalo fríamente, todos estamos bien –me dice intentando tranquilizarme-

-Joder, no sé –le digo- ¿Qué hago?

-Primero tranquilízate, y luego pensamos algo –me dice y me ofrece un cigarro- yo miraré el móvil, a ver si veo algo más.

-Gracias –le digo y nos fumamos el cigarro en silencio-

Entramos en casa, mi amigo sigue intentando tranquilizarme, las chicas se levantan y vienen hacía nosotros, y yo me meto en mi cuarto. Les escucho hablar algo, pero necesito estar un rato solo, necesito pensar y tranquilizarme un poco.

Llaman a la puerta y no levanto la cabeza, estoy sentado en la cama, y siento que alguien se sienta a mi lado, sé que es ella por su olor y la miro. Está asustada lo sé,  pero no sé qué hacer, lo único que quiero es encontrar al tío y matarle. Me abraza sin pedírselo, y me doy cuenta que lo necesitaba, la abrazo yo también y así nos quedamos un rato, ojalá toda la vida.

-¿Necesitas algo?-me dice-

-Si encontrar a ese gilipollas-le contesto-

-Lo encontraremos, pero cálmate por favor –me mira preocupada-

-Lo intento de verdad –le digo y alguien entra interrumpiéndonos-

-Siento interrumpir, pero nosotros nos vamos –dice mi amigo-

-¿Te vienes Helena? –le pregunta Bárbara-

-¿Estarás bien? –me mira Helena con preocupación-

-Si no te preocupes, vete y descansa –le digo, se que lo necesita, lo necesitamos los dos-

Siento que se cierra la puerta y me quedo ahí en la cama tumbado, me pongo a pensar y pensar sin parar, quien podría ser. Pero no sé, si fuera el ex de Helena, porque nos espía a todos y también sale en las fotos, no tiene sentido que sea él. Pero quien cojones es, solo pienso y pienso en los últimos días, semanas, y se me viene alguien a la cabeza, pero no puede ser.

Sigo pensando en esa persona, y cada vez me parece más claro, seguro que busca venganza por lo que pasó, entonces ahora sí que me preocupo, no es cualquiera le conozco bien y es capaz de cualquier cosa, esto seguro que solo ha sido una llamada de atención, incluso ha mandando a alguien a espiarnos.

Pasan las horas y yo sigo dándole vueltas a la cabeza, tendré que hablar con él, pero primero quiero esperar que Víctor mire bien el móvil, pero antes debo avisar a Helena. Le escribo un mensaje con un simple tenemos que hablar.

Es lunes y tengo que ir a trabajar, me levanto pensando en el mismo tema, aun sigo pensando que hacer. Bueno en realidad lo tengo claro, ir a verle aunque tenga que partirle la cara, pero no quiero precipitarme, no cuando está involucrada mi gente.

Una buena ducha me deja nuevo, me visto y me tomo mi café, después saco  Charly un rato. Cuando ya veo que ha sido suficiente paseo, subo a casa de nuevo y miro el móvil antes de irme a trabajar, ningún mensaje de Helena, ni de mi amigo.

En el trabajo coincido con Jorge como siempre para comer, le cuento lo que pasa me lo ha notado, es mi colega y no podía ocultárselo. Me dice que tenga cuidado y que contemos con él para lo que haga falta. Terminamos de comer y quedamos en que luego nos vemos cuando salgamos, así hablamos más y me despejo la cabeza.

Estamos Jorge, Iván y yo en nuestra casa, porque ya la siento mía y eso que llevo poco aquí. Les cuento lo que pienso, y ellos me dicen que puede ser pero aun no se sabe seguro, que sea paciente.

-Espera que nos diga algo Víctor al menos –me dice Iván-

-Haznos caso Izan, es lo mejor ¿y si es el ex de Helena? –dice Jorge-

-No sé tío, no creo… -digo pensativo- bueno la verdad no lo sé, sale en las fotos, pero  si es quien yo pienso, tengo un problema y además bien gordo.

-Lo solucionaremos –dice Jorge e Iván asiente-

-Gracias chicos –les digo y veo que suena mi móvil-

Lo cojo es Víctor, me dice que quiere verme y le digo que venga a casa, le pregunto si ha encontrado algo y me comenta que poca cosa pero que quiere enseñármelo. Yo me levanto y me dirijo a la terraza, necesito respirar, en realidad no respiro tranquilo desde esta pesadilla. Bueno en realidad, desde que nos cruzamos con él, desde esa maldita noche, aunque si pienso bien, si yo no lo hubiera conocido antes, quizá no se hubiera acercado a mis amigos, mi familia.

-Eh, ¿estás bien? –dice Jorge ofreciéndome una cerveza y a cojo-

-Gracias, es que todo esto me tiene en vilo –le contesto-

-Lo sé, pero para eso están los colegas, no estás solo –dice él-

-No quiero que os pase nada, en serio –le digo-

-Tranquilo no te pongas melancólico que no pasará nada –y me da una palmada en el hombro- entremos.

Esperamos a Víctor me ha dicho que tardaba un rato, mientras mi amigo Iván se ha ofrecido a sacar un rato a Charly, le ha cogido mucho cariño y ahora hasta le entusiasma sacarlo, bueno por la mañana no mucho, pero eso nos pasa a todos.

Estoy con mis pensamientos cuando miro el móvil, es de ella me dice que vale pero que si se algo más o ha pasado algo. Le contesto con un cuando nos veamos te cuento, que no se preocupe pero que tenga cuidado. Y me contesta rápidamente con un vale que la avise y nos vemos. Yo la vuelvo a contestar con un te avisaré en cuanto pueda.

-Hola ya estamos aquí, mirar a quien me he encontrado –entra Iván y mi perro-

-Hola chavales –saluda Víctor- perdón por tardar

-Hola tío, no pasa nada –le saludo y seguidamente Jorge-

-Señores voy a por algo de beber –dice Iván y trae una cerveza para cada uno-

-¿Qué has visto? –le pregunto directamente-

-He mirado todas las fotos, todos los archivos, y lo único que encontré fue una foto de unos coches y un video –saca el móvil y nos lo enseña- estaban en una carpeta oculta.

-A ver –cojo el móvil y miro bien la foto- no sé de quién son estos coches

-No se puede averiguar mucho más, las matriculas ni se ven –dice Víctor-

-Joder, estamos igual –le digo- se me ha ocurrido alguien –miro a mi amigo Víctor-

-Pero no sabemos si es seguro –puntualiza Jorge-

-¿Quién? –pregunta un impaciente Víctor-

-Puede ser Cristian, y te digo que si es él es más peligroso de lo que creemos –suspiro- yo le conozco bien, se lo que es capaz de hacer. Si lo está haciendo por venganza, por mí por lo de esa noche, lo de mi hermano puede ser una broma comparado con lo que es capaz, os lo aseguro.

-Pero puede ser que sea otra persona, incluso el ex de Helena –dice Iván- no te desesperes tan pronto, hay que investigar bien.

-Me desespero porque no hay tiempo, estoy por hablar con él –les digo-

-¿Con quién? Espero que sea con el tal Oscar, porque con el otro ni de coña, no sin saber que es él –dice Jorge preocupado-

-Es verdad, habla primero con Oscar, así te quitas de dudas –dice Víctor-

-No creo que me diga que fue él, así de primeras, pero puedo intentarlo –les digo-

-Podemos amenazarle –dice Iván casi riéndose- perdón es que ya me estoy metiendo en el papel.

-Tío esto no es de risa –le doy un codazo- bueno primero creo que voy a decírselo a Helena, para que lo sepa. Pero estoy convencido de que no creo que sea él o por lo menos el solo, ya que sale en una foto.

-¿Qué pasa ahora estáis saliendo? –dice Iván-

-Uy, que se nos ha enamorado el niño –dice Víctor y se ríen todos-

-Anda callaros, que no estoy enamorado ni mierdas –les contesto molesto- solo que es su ex para que lo sepa y ya está.

Pasamos un rato con bromas y eso hace que se me olvide un poco la situación, estos chicos son incansables. Cuando ya se hace un poco tarde después de cenar algo, se van Víctor y Jorge a sus casas, mientras que nosotros nos quedamos un rato más en el salón viendo una película, hasta que me entra el sueño y me voy a la habitación.

Me dejo caer en la cama, estoy agotado y últimamente no duermo muy bien, cojo el móvil y escribo a Helena, la digo que mañana tengo el día libre y si quiere podemos vernos por la tarde. Me pongo la música como siempre, y antes de leer la respuesta de ella me quedo dormido, y esa noche tengo pesadillas.

Después de sacar a mi perro y correr un rato, llego a casa me ducho y me tomo el segundo café de la mañana. Veo que aun no tengo respuesta de Helena, pero tengo que hablar para contarle lo de su ex y para saber que está bien, no sé qué me pasa pero tengo ganas de verla en general aunque no quiera admitirlo. No entraba en mis planes pillarme por nadie, y como mis sospechas sean ciertas más me vale olvidarme.

Me pongo a mirar de nuevo la foto de los coches, intento pensar y recordar si los he visto si me suenan, pero nada. En ese momento veo que me ha contestado, me dice que vale que nos vemos esta tarde en el mismo local del otro día, yo la contesto que mejor voy a buscarla y aunque al principio se niega, al final consigo que me diga que sí.

-Me voy tío-le digo a Iván que está en el sofá-

-¿Dónde vas niño? –me dice con una sonrisa-

-He quedado con Helena –le digo- no quiero comentarios –y oigo que se ríe mientras salgo de casa-

Llego a su casa y cuando la aviso que ya estoy sale, hoy lleva unos pantalones cortos vaqueros y un top negro, esta guapa con su pelo recogido en una coleta. Me sonríe y viene hacía mi, nos quedamos los dos parados sin saber cómo nos saludamos, y me abraza, nos abramos los dos. Lo que me llena esa abrazo no lo sabe nadie, ni ella misma, me siento completo, me siento bien.

-Hola- me dice-

-Hola –la digo- ¿qué tal?

-Pues bueno, bien y mal –me contesta- ¿y tú? Vaya ojeras llevas…

-No he dormido bien, ¿me vas a explicar ese bien y mal? –la digo mirándola-

-Si claro, cuando te invite a un café en nuestro bar preferido -me dice y empieza a andar-

La sigo y nos dirigimos al local del otro día, me dice que le gusto mucho tanto el sitio en si como las cosas que tenían para tomar. Hablamos sobre el tema de los batidos, de los cafés y cuando queremos darnos cuenta estamos allí, y ya sabemos lo que vamos a tomar.

Nos sentamos en la mesa del otro día, y yo me pido un café lo necesito y ella pide otro pero en vez de solo con hielo, lo pide capuchino, y para comer esta vez dice que le toca elegir a ella. Va a la barra y me deja en la mesa, dice que hoy le toca a ella y a mí no me importa, además es un poco cabezota.

-Aquí tienes tú café y nuestra tarta de queso –dice sonriendo-

-Que buena pinta tiene –la digo-

-Si la he visto y no me he podido resistir – dice ella-

-Pruébala y me cuentas –le digo sonriendo-

-Venga vale –coge un trozo y se lo mete a la boca- esta increíble.

-Vamos a ver si esta tan increíble –cojo otro trozo y lo pruebo- tienes razón –nos reímos-

-Bueno que me tienes que contar –me dice-

-No sabemos quien es, pero he pensado que para quitar sospechosos podría hablar con Oscar –la digo-

-Pues creo que no, porque se ha vuelto a Londres –me dice y me sorprendo-

-¿Cuándo? –le pregunto-

-Ayer, bueno vino el otro día a mi casa, el día que paso eso –me dice- por la noche, le dije bueno de todo la verdad, que me dejara en paz, le referí lo de que me seguía pero él lo negaba.

-¿Y le crees? –la pregunto con curiosidad-

-No sé, porque ayer sentí que me seguían otra vez y supuestamente ya no está aquí, y además la foto donde él salia –me dice confusa-

-Joder, cuando te pase eso llámame –le digo- si no es él, creo que puede ser otra persona, pero si es quien pienso es peligroso.

-Tranquilo vi a José y no pasó nada –me dice – ¿Quién crees?

-El tío que pego a mi hermano, con quien me viste pegarme esa noche –le digo agachando la cabeza-

-Pero ¿por qué? –me dice-

-No sé Helena, por venganza puede ser –le digo preocupado- pero no es seguro, aunque cada día que pasa pienso que es él.

-¿Y qué hacemos? –me dice mirándome-

-No sé, solo quiero que no te pase nada, ni a ti ni a los demás –le digo- intenta no salir sola, no estar por ahí sola.

-Puf lo intentaré –me dice-

-De verdad –la cojo la mano- hazme caso, y deberíamos no vernos mucho, puede que si no me ven con nadie, os dejen en paz.

-Y tú ¿qué pasa contigo?-me pregunta nerviosa-

-Yo estaré bien, no te preocupes –le digo mientras le acaricia la mano- intentaré solucionar esto.

Salimos de allí y me cuenta que cree que ha conseguido unas prácticas en una empresa, que se lo ha comentado su padre, yo la felicito se la ve ilusionada. Me encanta verla así contenta y habladora, yo la escucho y la observo hasta que llegamos a su casa.

-Bueno señorita, hazme caso en lo que te he dicho y cualquier cosa me dices –la digo-

-Sí señor, no te preocupes y lo mismo te digo –me dice y se acerca a mi- yo tampoco quiero que te pase nada a ti.

-Por mí no te preocupes –la digo y la abrazo-

Nos quedamos unos segundos abrazados hasta que nos separamos y la beso, no debería no aquí en medio sabiendo que los pueden ver, pero tenía muchas ganas. Es un beso corto, pero me conformo lo mejor es que no nos vean juntos, será lo mejor.

Estoy dando un paseo solo, cuando me doy cuenta que alguien va detrás de mí, pero me alegro espero que sea la persona que estamos buscando necesito saberlo. Me meto en el próximo callejón que veo para ver si me sigue, y así es alguien va detrás. No me da tiempo a girarme pues me sujeta y me pone una navaja en el cuello.

-Quien coño eres –le digo-

-Sabes quién soy ¿verdad? –me dice y reconozco su voz-

-Sí, ahora si- le contesto-

-Pues te voy a explicar lo que tienes que hacer para conseguir que no te mate ¿o quieres morir? –me dice-

-¿Qué quieres? –le digo cabreado-

-Quiero muchas cosas, entre ellas que me hagas un pequeño favor –me dice riéndose-

-Habla –le digo, me suelta y me giro para mirarle a la cara-

Cap12 chico anillo

Capítulo 11 – Helena

Después del susto de anoche no he podido dormir muy bien, me he despertado esta mañana un poco echa mierda, pero tengo que ir a comer donde mi abuela y no me puedo quedar mucho más en la cama. Me doy una buena ducha, pues la necesito, y la verdad me relaja bastante. Intento pensar en la buena noche que pasé, en los buenos momentos con mis amigos, con ellos, con Izan. Y consigo sonreír, se me olvida un poco la preocupación, y pienso en que se preocupa por mí y en su sonrisa, su manera de andar, sus manos, sus tatuajes, su mirada. Estoy fantaseando recordando momentos de ayer cuando escucho mi móvil sonar, y recuerdo que Bárbara se fue con Víctor, hacen buena pareja la verdad.

Dejo que suene, y termino de ducharme, cuando salgo y miro el móvil, es una llamada de mi amiga y veo un mensaje de Izan, no me acordaba le escribí diciéndole que estaba asustada, y me viene otra vez ese recuerdo. Lo primero que hago es contestarle, le digo que cuando quiera hablamos. Mientras me termino de secar el cuerpo y echarme crema, llamo a Bárbara, entiendo que querrá hablar conmigo y no voy a negar que yo también.

-Hola guapa-me saluda contenta-

-Hola motera –rio-

-Que zorri eres-ríe- ¿Qué tal todo?

-Pues bien, aunque no creo que mejor que tú –la contesto-

-No sé yo, te veía muy bien acompañada- me dice ella-

-No me puedo quejar la verdad –la digo- ¿Todo bien?

-Si tía, muy bien –me dice- Ya hablaremos mejor en persona, pero bien –me dice contenta, se le nota-

-Te noto la felicidad hasta por teléfono – rio- Pero me alegro, en cuanto nos vemos me cuentas todo.

-Eso no lo dudes, y tú a mi también eh –me dice-

-Que si tonta –la contesto, escucho a mi madre que ya me está llamando- Oye te dejo y hablamos luego, me tengo que ir a comer donde mi abuela y mi madre ya me está metiendo prisas.

-Vale, que comas bien, aunque con esas comida de tu abuela no lo dudo –ríe- bueno luego hablamos, además mira el grupo con estos,  porque José no se acuerda ni como llego a casa – ríe y me rio con ella-

-No me extraña, llevaba una… Ahora lo miro-la digo- un beso amiga

-Otro para ti –me dice y colgamos-

Cuando he colgado, me pongo a peinarme y pienso que ponerme, estoy mirando la ropa y veo un mensaje de Izan, me dice que nos veamos esta tarde y así hablamos tranquilos, no lo pienso le digo que vale que como con mi abuela pero luego nos vemos. Le digo que elija el sitio, y ahora sí que me pongo algo pensando en la cita de esta tarde, un vestido rojo de vuelo por encima de las rodillas, me maquillo pero poco, que se vea natural.

Estoy en la cocina tomándome un café y jugando con mis gatos, y siento el móvil sonar de nuevo, me indica el lugar y la hora, le contesto que vale. Me meto en el grupo de mis amigos, aunque hay demasiados mensajes, leo por encima José está fatal, dice que tiene mucha resaca y se acuerda hasta una parte de la noche, me rio sola leyendo los mensajes, también hablamos que tenemos que quedar todos para hablar y contarnos cosas, yo contesto que si, me encanta quedar con mis amigos.

-Hola hija –me saluda mi padre- que guapa te has puesto-me da dos besos-

-Hola papá, tú que me ves con buenos ojos-le digo sonriendo y sonríe-

-Vamos ¿estas hija?-entra mi madre agobiada, siempre se agobia por todo- Pero que guapa estas –me dice cuando me ve y sonríe-

-Como tú mamá –la digo sonriendo-

-Será eso –dice ella-

-Las dos mujeres más guapas –dice mi padre contento- Venga vamos que a tú madre la da algo-

Nos vamos los tres juntos a casa de mi abuela, no está muy lejos de la nuestra pero solemos ir en coche para llegar más rápido.Llegamos y mi abuela como siempre tan alegre y contenta, la abrazo y me siento por su cuarto de estar. Ella y mi madre se van a la cocina a terminar de preparar y yo me quedo sentada, hay una película puesta mi padre está viéndola y yo la verdad que estoy más con mis pensamientos que haciendo caso a la película.

Cuando terminamos de comer, de tomar café con un surtido de dulces que saca mi abuela, y de hablar, hablar mucho. Mi abuela está muy contenta por mí y yo la verdad que también, y feliz por estar allí en ese momento con mi familia. Miro la hora y me despido de mi abuela y mis padres, ya tengo que irme, estoy un poco nerviosa no lo voy a negar. Sé dónde está el sitio que me ha dicho, me pilla a un paseo y prefiero salir con tiempo.

Estoy ya allí me quedo fuera a esperar y miro por la cristalera, me gusta ese sitio parece acogedor, no he entrado nunca la verdad. Siento a alguien a mi lado y me giro para ver, es él que ya está a mi lado, le mirocon sorpresa, no me había dado cuenta, sonreímos los dos y nos damos dos besos

– Hola –le digo-

– Hola ¿Qué tal estas? –me contesta-

– Bien, bueno un poco más tranquila –le contesto nerviosa-

– Venga entramos y me cuentas –me dice abriendo la puerta del bar, paso y entramos dentro-

Nos dirigimos a una mesa del fondo que está justo en la cristalera, nos sentamos y empezamos a mirar la carta, veo que tienen muchos tipos de cafés y refrescos, también tienen para elegir comida. Miramos que vamos a tomar, yo no sé qué elegir, hay unos batidos que tienen muy buena pinta.

-¿No te decides? –me dice mirándome-

-No, estoy entre dos, ¿tú ya sabes lo que vas a tomar? –le contesto-

-A ver déjame, ¿cuáles son? –me digo mirando la carta y le señalo un batido de chocolate con avellana y otro de vainilla con nata- Mira yo me pido el de vainilla y tú el otro –lemiro sorprendida, seguro que lo hace por mí- Hazme caso –me guiña un ojo-

-Está bien –respondo – Y de comer nada, de momento no tengo hambre.

-Vale pues ya está, voy a pedirlo dame un momento –me dice levantándose y se va a la barra-

Yo le observo, lleva unos pantalones negros no son los de anoche pero también son negros, y otra camiseta blanca, ya he pillado que sus colores son blanco y negro, sonrío y le veo venir con una bandeja, la verdad le queda muy bien la ropa que viste y el pelo, ese pelo oscuro, estoy embobada mirándole cuando pone la bandeja en la mesa.

-Ya estoy aquí –deja la bandeja, reparte los batidos y deja el bizcocho en medio- Esto para los dos, ¿te apetece? Mira que buena pinta tiene.

-Puf no hace falta decirlo –le digo relamiéndome – Todo tiene buena pinta –sonrío-

-Pues vamos a ver si esta igual de sabor –dice y empieza a beber de su batido – increíble, nunca he tomado uno igual.

-Tienes razón está de vicio –le digo probando el mío- ¿Quieres probar?

-Venga vale, pero tú pruebas también el mío –me lo ofrece y nos intercambiamos los batidos para probarlos- este también esta increíble.

-Y este, no entiendo como no he venido antes aquí – le digo y reímos-

-Es pecado –dice riendo y nos devolvemos los batidos- Ahora el bizcocho, prueba tú primero y me dices –me dice mirándome-

-Está bien –cojo un trozo y me lo meto a la boca, esta increíble de bueno-

-No digas nada, por tu cara puedo apreciar que te ha gustado –me dice sonriendo y coge un trozo con el otro tenedor-

-A ti también te gusta eh –digo y sonrío-

-Está muy bueno, pero ahora cuéntame que te pasó ayer – me dice y cambio me acuerdo entonces de ese momento y empiezo a contarle lo que me pasó-

-Cuando ya llegaba a casa, nada más pasar la esquina empecé a sentir otra vez como que alguien me seguía, intente no darle importancia, pero esta vez era diferente. Había alguien detrás, escuche pasos, una risa, vi a alguien aunque no pude apreciar quien era, pues estaba oscuro. Fui rápido hasta mi casa, estaba asustada la verdad. No pasó nada, quizá fue una broma pero no me gustó nada. –hago una pausa y le mira-  ¿Tú crees que es mi ex?

-No sé, pero puede ser. Fue mi culpa, te deje irte sola a casa, sé que era poco tramo pero mira, a lo mejor si hubiera ido contigo… no sé –se queda pensativo – Te voy a contar algo, pero no me tomes por loco. Al rato volví a dónde vives, no me quedé tranquilo y quería ver si había alguien. Cuando llegué a tu calle, vi a alguien agachado detrás de un coche, pero cuando me acerque se salió corriendo. Yo le perseguí pero iba bebido, y el corría muy rápido, no le cogí ni se quién es. Pero había alguien Helena, y ya no sé si es broma o no, pero no me gusta nada.

-¿Enserio viniste? –le pregunto sorprendida-

-Sí –sonríe-

-Gracias –le devuelvo la sonrisa- No sé qué hacer.

-No te preocupes pensaremos algo –me dice y me coge la mano, ese detalle me gusta-Sabes que lo que necesites aquí estoy.

-Gracias de verdad –le digo-

-Venga termínatelo que te voy a llevar a otro sitio –me guiña un ojo-

Cuando ya nos hemos acabado lo que quedaba, salimos de allí, no sé dónde me quiere llevar, me ha dicho que es un sitio que le gusta y que seguro me gustará a mí. Aunque la verdad, me da igual donde me lleve, me siento muy a gusto con él, más de lo que esperaba. Recuerdo el primer día que le vi, pensé que sería el típico borde chulo, y bueno al principio seguí creyéndolo por la manera que tenia de hablarnos y demás, pero me voy dando cuenta que no es así para nada, es un chico protector, que le gusta la música, estar con sus amigos y evadirse del mundo.

Llegamos a una entrada y yo sonrío, veo todas las  flores y los árboles, me parece un lugar precioso, no hay mucha gente. Vamos paseando por un camino por donde él me lleva, y me va contando que a veces suele ir allí, se tumba en el césped y sepone música, como no. Me gusta este lugar, estoy contenta la verdad, miro todo con emoción, hay unas flores muy bonitas y muchas plantas, también encontramos una ardilla pero se va enseguida asustada.

-Me encanta este sitio –le digo sonriendo-

-Normal, no es mucha cosa pero como que te relaja ver un poco de naturaleza –me dice-

-Si la verdad que sí, ¿vamos allí?-le señalo un banco que veo debajo de un enorme árbol que tiene flores-

-Venga vamos antes de que nos lo quiten – y según lo dice echa a correr y yo tras él riéndonos-

-Es precioso –ledigo mirando nuestro al rededor- ¿cómo lo descubriste?

-Suelo salir a correr o sacar a mi perro, un día empezamos a correr y me llamo la atención, entre y desde entonces vengo mucho aquí a Charly también me gusta –se rio-

-No me extraña –rio- A ver si me lo presentas algún día.

-¿A mi perro? No porque si no me dejaras de lado y le preferirás a él como compañía, suele pasar –se ríe y yo también-

Me habla de su perro Charly y yo le escucho, me gusta saber un poco más de él, quedamos en que me lo presentará, le confieso que me gustan mucho los animales, y que tengo dos gatos. Le hablo de mi abuela, de todo lo que la quiero, lo que me gusta ir a verla, los ratos que paso con ella y todo lo que hace por mí. Mientras que estoy hablando el solo me mira y sonríe, sin querer le rozo y le toco, pero no parece importarle.

 Paro de hablar pues no quiero aburrirle ni nada, estoy pensando en lo cómoda que me siento y nos quedamos mirándonos, él se acerca más a mí y me recoge un mechón de pelo detrás de la oreja, esta tan cerca de mi cara que puedo sentir su respiración. Nos acercamos los dos por inercia y nuestros labios se rozan, y me besa un beso breve pero bonito. Entonces él se va a separar, pero yo le cojo la cara y le beso, este beso dura más, sabe a él.

-Me encantan tus ojos –le digo sin pensar-

-A mi tú sonrisa –me dice y sonreímos-

-Ahí está esa sonrisa –me dicemientras me mira y rio-

-La tuya tampoco está nada mal –ledigo y le saco la lengua-

-Mejor guarda esa lengua –me dice riéndose-

-Si no ¿qué? –le digo picándole-

-Mejor no lo quieras saber –me dice siguiéndome el juego y de repente escuchamos un ruido detrás del árbol, Izan se levanta-

Nos miramos, pues lo hemos escuchado los dos, era como si alguien se hubiera caído, no sé. Veo que va a ver qué pasa, y me levanto, en ese momento una persona sale corriendo y veo a Izan ir tras él. Miro detrás del árbol hay algo en el suelo, lo cojo y es un móvil. Veo que esta desbloqueado, me meto porque le curiosidad me puede y me meto en galería, para intentar saber quién es. Y lo que veo no es lo que me esperaba, voy pasando fotos y cada vez me sorprende más y a la vez me asusta. Llega Izan sofocado, por lo que intuyo no ha conseguido alcanzarle, me mira y le enseño el móvil.

-No es posible –le digo-

-¿Qué pasa? –dice el cogiendo el móvil, y su cara cambia en segundos-

-¿Por qué tiene fotos nuestras? –consigo preguntar-

-Nos ha estado siguiendo, seguro que es la persona que vi anoche –me dice preocupado y cabreado a partes iguales- espera también hay fotos de mis amigos, tus amigos…

-No puede ser, déjame verlo –le digo cogiendo el móvil- sale también Oscar, no es él entonces.

-Pero voy a descubrirlo, estate segura –me dice y se pone a mirar el móvil por si encuentra algo más- Vamos.

Comienza a andar y le sigo, esta cabreado lo sé, salimos del parque mirando un poco a todas partes, pero no vemos nada sospechoso. Se queda con él móvil, dice que su amigo Víctor que estudia informática puede que averigüé algo más. Le llama y queda con él en casa en una hora, me dice que esta con Bárbara y que nos juntamos allí todos. Esta distante pero sé que es por la rabia y preocupación que tiene, o eso espero habíamos pasado una tarde increíble, pero se ha convertido esto.

Llegamos los dos en silencio, y subimos las escaleras yo le sigo pues no sé ni en que piso vive ni nada, nunca he estado aquí lógicamente. Abre la puerta de casa y lo primero que veo es un perro que viene corriendo hacia nosotros, Izan le saluda con rapidez y viene a mí, le acaricio y el perro encantando me huele me da lametones y me saca una sonrisa. Veo a Izan de pie mirándonos y me parece ver que también sonríe, al momento sale alguien de una habitación, es su amigo Iván.

-Hombre hola –nos saluda- no os esperaba.

-Un imprevisto, ahora vienen Víctor y Bárbara –le dice- tenemos que mirar una cosa, ahora cuando venga te cuento.

-Vale, pero ¿ha pasado algo? –nos mira-

-Sí, bueno tranquilo ahora te cuento –le dice Izan- voy un momento al baño.

-Bueno ya veo que a Charly le has gustado –me dice-

-Si eso parece –le digo- me gustan los animales la verdad.

-Pues ala ya tienes perro para rato –me dice riendo- ¿Quieres algo?

-Agua por favor –le digo, tengo la boca un poco seca y se me ha hecho un nudo en el estómago con todo esto, quien querrá saber de nuestra vida o que querrán de nosotros-

-Toma –me tiende el vaso y lo cojo- siéntate y ponte cómoda.

-Gracias –le digo y me voy al sofá-

La casa no es muy grande pero tampoco pequeña, tiene el salón con dos sofás de tres plazas cada uno, la cocina americana y por lo que puedo intuir un baño y dos habitaciones, también veo una terraza. Estoy mirando la casa cuando veo a Izan salir del baño, se ha mojado el pelo y está nervioso, lo noto. Me mira y viene al sofá, se sienta a mi lado sin decir nada y pone su mano en mi pierna.

-Lo siento –me dice- estoy preocupado por esto, y cabreado por no pillar a ese idiota.

-No pasa nada, lo pillaremos –le digo para calmarle y le acaricio la mano, el me mira y me da un beso en la frente-

Suena el timbre y sale Iván a abrir la puerta, son Víctor y mi amiga, vienen muy juntos y con cara de preocupación podríamos decir. Cuando mi amiga me ve viene hacia mí y yo la sonrío para que no se preocupe, nos abrazamos. Ellos se ponen a hablar, y yo le digo a Bárbara que no se preocupe que ahora se lo contamos, que estoy bien. Nos sentamos en los sofás todos y Izan empieza a contarles un poco lo que ha pasado, resumido eso sí.

-No entiendo, pero ¿esto ya os ha pasado? –nos mira Víctor a mi amiga y a mi-

-Sí, pero no le dimos importancia –contesta mi amiga por mi-

-Hasta que anoche si me asuste –les digo y les cuento lo que pasó, la cara de mi amiga es un poema-

-Me lo contó a mí, yo ya empecé a preocuparme –continua Izan- pero no pensé que iba a llegar a esto –les enseña el móvil con las fotos, donde salmos Izan, sus amigos, mis amigos y yo-

-Pero a mí también me han vigilado –dice Iván sin creerlo- y a los chicos.

-Eso parece –digo yo-

-¿Y qué quieres que haga con esto? –le dice Víctor descolocado-

-Intentar averiguar quién es, o de quien es el móvil, no sé si podrás hacer algo –le dice Izan desesperado-

-Oye, no quiero asustarte pero también sale tú hermano –dice Iván-

-Dámelo –le ordena Izan y su amigo le da el móvil-

Todos le miramos, la cara de cabreo de Izan va en aumento, se levanta del sofá y coge su móvil, está llamando a alguien, supongo que será a su hermano pero no se lo coge. Este sale por la puerta sin decir nada y dejando el móvil allí, Víctor sale detrás de él embalado y los demás nos quedamos sin saber qué hacer.

-Chicas quedaos aquí –nos dice Iván- yo tengo que irme a trabajar, pero ahora vendrán estos no os preocupéis.

-Vale –dice mi amiga y yo asiento, este se va y nos quedamos ahí las dos sin saber que hacer-

-Madre mía, estoy alucinando –dice mi amiga-

-Lo sé, yo también- en ese momento viene el perro de Izan y empieza a lamernos-

-Que simpático –dice Bárbara- ¿de quién es?

-De Izan –la digo y nos quedamos haciendo cosas al perro y le cuento más detalles a mi amiga-

Al rato vienen los dos, Izan un poco más tranquilo pero con cara de cabreo y su amigo intentando calmarle, nos levantamos y hablamos con Víctor. Mientras que Izan se ha metido en su cuarto, su amigo nos explica que iba a casa de sus padres a ver si su hermano está bien, pero le ha conseguido convencer de que no pasa nada, que todos estamos bien.

Llamo a la puerta del cuarto de Izan y paso, está sentado con la cabeza agachada entre las manos, me siento a su lado y me mira. Puedo ver una mezcla entre cabreo, rabia y miedo. Le abrazo sin pensármelo y el me abraza también, se que lo necesita y nos quedamos así un rato.

-¿Necesitas algo?-le digo-

-Si encontrar a ese gilipollas -me contesta-

-Lo encontraremos, pero cálmate por favor –le miro preocupada-

-Lo intento de verdad –me dice y alguien entra interrumpiéndonos-

-Siento interrumpir, pero nosotros nos vamos –dice su amigo-

-¿Te vienes Helena? –me pregunta mi amiga-

-¿Estarás bien? –miro a Izan, quiero darle espacio y tiempo-

-Si no te preocupes, vete y descansa –me dice-

Nos levantamos y voy a salir del cuarto cuando me coge del brazo, me mira a los ojos y me abraza de nuevo, mientras me susurra al oído que por favor tenga cuidado y que intente no ir sola a ningún lado. Yo le digo que lo tendré y que no se preocupe. Nos miramos y nos damos un breve beso de despedida, entonces me dirijo al salón y me voy con mi amiga y Víctor.

Estoy en mi habitación,  pensando cómo gestionar lo que nos está pasando, ninguno sabemos quién puede ser y tampoco entendemos el motivo. Escucho que mi madre me llama para que baje, y voy hacía allí. Y mi sorpresa es que tengo delante de mí a Oscar, mis padres nos dejan solos y se van al salón, yo me quedo ahí delante de él con la rabia contenida.

-Hola Helena-me dice-

-¿Qué cojones haces aquí? –le digo- ¿Tienes algo que ver?

-¿De qué me hablas? –me mira extrañado-

-Seguro que si ¿verdad? –le digo con rabia-

-Pero que me estas contando –me dice mirándome, y yo me acerco a él y le golpeo el pecho-

-Lo sabes bien, y es solo para joderme –le digo enfadada- me das asco.

-No entiendo qué coño te pasa Helena, pero yo no te he seguido –me dice alzando la voz-

-¿Y qué haces aquí? Vete con tú puta –le digo con rabia- y no vuelvas.

-He venido a despedirme, me voy mañana –me dice-

-Pues adiós –le contesto- no hacía falta que vinieras.

-Quería disculparme por lo que ha pasado –me dice- yo te quiero Helena, ya no estoy con ella.

-No te creo nada –le digo y le empujo- vete.

-Sabes que no voy a parar hasta que volvamos –se acerca- te demostraré que te quiero.

-No quiero que me demuestres nada, la cagaste y no hay vuelta atrás –le digo y le señalo la puerta- adiós Oscar.

-Está bien me voy, pero recuerda que volveremos –me dice y se va-

Subo a mi habitación y empiezo a lanzar cojines por mi habitación de la rabia, he pagado todo con él pero se lo merece. Me quedo tumbada en la cama y consigo relajarme un poco. Escribo en el grupo de mis amigos y les digo que mañana tenemos que vernos, es una urgencia. Todos contestan que vale, y mañana nos veremos en casa de Elsa. Cuando voy a dejar el móvil, veo un mensaje de Izan, simplemente me pone: tenemos que hablar. Pero solo con esas palabras ya me da mala espina.

Capítulo 10 – Izan

Y cuando estoy apunto de entrar me choco con alguien y ahí está ella, me sonríe cuando me ve, es como si estuviéramos conectados, pienso en ella y aquí la tengo. Parece que hoy la suerte me sonríe, no está nada mal la noche, entretenida y tranquila o por lo menos de momento, y yo contento la verdad.

-Hola –me dice-

-Hola otra vez –sonrío- ¿Vas a salir? – asiente y salimos los dos a la calle, cojo un cigarro y me pongo a fumar-

-Oye sabes que fumar es malo –me dice-

-Bueno de algo hay que morir ¿no? –la digo- Eso suele decir la gente –río-

-Eso no hace gracia –me dice- además está muy dicho, búscate otra frase

-Debería –sonrío más de la cuenta por culpa del alcohol- ¿Ya te has cansado de bailar?

-Un poco, necesitaba aire y no encuentro a mi amiga Bárbara –me dice y me entra un poco de risa- ¿Qué te hace gracia?

-Nada, nada – le digo sonriendo ya que yo se con quien esta- que tu amiga seguro que se lo está pasando muy bien.

-Oye ¿qué pasa? –me pregunta sin entender muy bien por donde voy-

-Nada tranquila, creo que esta con Víctor,  tampoco lo encuentro  -le digo haciendo como que no estoy muy seguro-

-Bueno en ese caso estoy tranquila – se ríe y yo me rio con ella –

Nos quedamos los dos en silencio, ella mirando el cielo con una sonrisa, y yo la imito y miro el cielo, los dos sin decir nada. Me gusta estar así tranquilo, y no me incomoda la situación, al contrario me gusta, me siento relajado.

– ¿Cómo está tu hermano? –me pregunta ella de repente, y veo que me mira-

– Bien está bien –le digo un poco sorprendido- Gracias

– No sé porque me las das, pero no hace falta–me dice-

– Por preguntar-le digo mirándola- ¿Y tú como estas? –la pregunto en general porque no quiero meterme mucho en su vida personal, y preguntar por ese tío que estaba con ella-

– Bien ahora mismo, bien –sonríe- ¿Y tú?

– Ahora bien –sonrío- ¿Has vuelto a verle? –la pregunto sin pensarlo-

– No –me contesta de inmediato – Y prefiero no hacerlo –la miro para decirla algo, pero alguien sale del bar en ese momento-

– Holaaa –dice su amigo y parece bastante bebido –

– Si que lo estas celebrando bien eh –le dice ella riéndose-

– Estoy en mi mejor momento –dice él riéndose también- Vamos a bailar – y la coge para bailar, que oportuno es siempre él-

– Venga ya José –le para Helena riéndose y parece que él se da cuenta que estoy aquí, no me había ni mirado ni dirigido la palabra, tampoco me importa y además esta borracho –

– Anda si esta aquí nuestro amigo de los tatuajes –se acerca y me da en el hombro- ¿Todo bien?

– Perfectamente – le contesto- Bueno yo entro ya

– Oye ¿no habré interrumpido algo? – dice José-

No contestamos ninguno de los dos porque en ese momento escuchamos el ruido de una moto aproximándose a nosotros, antes de que se pare ya sé quién es,  puedo ver la cara de sorpresa de Helena.

– ¿Nos estabais esperando? –dice Víctor con su gracia-

– Si a vosotros – le contesto dándole de broma en la cara mientras me rio-

–  Me lo esperaba –me contesta riendo- ¿Qué tal por aquí tío? – nos quedamos los dos hablando un poco apartados-

– Bien muy bien, pero no mejor que tú ¿no? –le digo de broma, mirando de reojo donde estas las chicas-

– Anda cabrón, tampoco estás tú mal acompañado eh – me contesta guasón-

– Todo bien, hasta que llega alguien y me corta el rollo- le digo señalándole con la cabeza a donde esta José-

– Bueno siempre hay alguien, por eso me la he llevado yo – sonríe-

– Me la apunto para la próxima –sonrío y miramos donde están las chicas, y no sabemos porque pero vemos que se están abrazando los tres-

-No quiero interrumpir –dice Víctor mientras nos acercamos más a ellos- ¿Todo bien?

– Si todo bien-dice Helena le guiño un ojo-

-Pues vamos chica mala – dice mi amigo mirando a Bárbara ella le pega de broma-

-Calla motero que eres un prisas – dice ella y me mira- Tú amigo espero que cuide de mis chicas –dice refiriéndose a mi-

-¿Te refieres a mi? –le contesto- Están en buenas manos – le guiño el ojo-

-Espero que no me hagas entrar a hablar con los demás –me contesta Bárbara-

-Tranquila que yo creo que estamos todos igual –río- O quizá mejor que tú amigo –señala a José que está apoyado en Helena –

-Cuidadito conmigo que estoy lo mejor que puedo – dice José y no nos queda otra que reinos-

– Os podéis ir ya –les digo mientras terminan de despedirse-

– Pasarlo bien y no bebáis mucho – dice Víctor montándose en la moto-

Bárbara se sube en la moto y se colocan el casco, se agarra a Víctor y  este arranca la moto y me fijo en Helena contesta despedirse mientras se van calle abajo, y ahí nos quedamos viendo la moto desaparecer, o yo mejor dicho viéndola a ella feliz.

– Bueno pues ya se han ido –dice ella- 

– Si –la digo y me doy cuenta que su amigo ya no está- Venga vamos dentro que te invito a otra – le digo aprovechando que estamos otra vez solos–

-Vale –me sonríe y entramos-

Una vez dentro me dirijo a la barra donde hay un hueco libre, hay bastante gente. Me aseguro que Helena esta a mi lado, y cuando estoy ya a punto de pedir me doy cuenta de que no se lo que bebe Helena, y me giro para preguntarla.

– ¿Qué quieres? –la miro-

-Emmm… Quiero Ron con Coca-Cola – me contesta y pido para ella el Ron y para mi Whisky-

– ¿Te gusta la música? –la pregunto mientras suena No Promises de Demi Lobato –

– ¿La que suena ahora mismo? –me pegunta – Si me gusta –sonríe-

– No es por tirarme flores pero yo soy el dj –la digo sonriendo-

– Tienes buen gusto no lo voy a negar – sonríeveo que nos traen las copas-

– Me lo dicen mucho – digo riendo- ¿Qué música te gusta?

– Pues de todo un poco, depende el momento –me dice ella- ¿A ti?

– A mi sobretodo música electrónica y Rock –le digo con entusiasmo-

– ¿Y que más te gusta a parte de la música? –me pregunta con curiosidad-

– Salir a correr, los coches, los tatuajes aunque es obvio ¿no?–me río- ¿Y a ti?

– A mi leer, ver películas  y quedar con las chicas –me contesto- Aunque luego me dejen tirada, es broma –ríe-

– Luego te acompaño yo, no te preocupes – la digo, no pienso dejar que se vaya sola a casa-

– No lo he dicho por eso –me dice- no pasa nada

– Ya, pero yo quiero acompañarte hay mucho loco suelto – la contesto-

– Ni que lo digas, últimamente siento como que me siguen o no sé –me contesta ella  y me empieza a contarque a veces, tiene ese presentimiento, como que alguien la sigue – seguro que son cosas mías – dice no muy convencida- no sé, pero ya son varias veces…

– Y si fuera así, ¿Quién crees que pudiera seguirte? –la contesto, mientras pienso en su ex-

-No sé, alguna vez he pensado en Oscar, pero no he visto a nadie –me contesta-

– No es ninguna tontería, ten cuidado porque puede ser –la digo ya que no me parece una tontería, más bien me preocupa- no le conozco pero el otro día no me gusto nada –la miro-

– Ya, a mí tampoco me gusto, sinceramente nunca me había pasado nada parecido con él, es como si no le conociera –medice- se que esta con esa chica, los vi en la calle liándose. Pero no quiero volver a verle, no puedo ni quiero tenerle en frente.

– No te preocupes, hacemos una cosa yo te acompaño luego y te voy a dar mi número por si necesitas llamarme o algo en algún momento, no importa la hora ni nada, si necesitas cualquier cosa llámame –la digo y ella asiente,me da el móvil y apunto mi número-

-Gracias –me dice sonriendo-

-No las des –la guiña un ojo y sonrío-

Estamos un buen rato más en el bar, hablamos de nosotros y consigo conocerla un poco más,  luego más tarde nos juntamos con el resto, y cuando vemos que ya es tarde decidimos irnos. Los amigos de Helena se van a casa y algunos de mis amigos se van y otros se quedan un poco más. Yo me voy con ella con Helena, como ya la dije la voy a acompañar, ni loco la dejo que se vaya sola, y menos después de lo que me ha contado.

Vamos de camino los dos hablando sin parar, seguro que tiene culpa las copas, y que estamos como dos los dos. Cuando ya estamos llegando me dice que quiere ir sola ya que queda un tramo corto y que a mí me queda un camino para llegar a mi casa. Le he contado que vivo con mi amigo, y ella me preguntó el motivo, la digo que estoy mejor con él ya que he tenido movida con mis padres.

-¿Segura? No me importa acompañarte más –la digo no muy convencido de dejarla sola-

– Segurísima –me contesta – Muchas gracias por acompañarme y por la noche, me lo he pasado muy bien –me dice con una sonrisa-

– Y yo, gracias a ti también por alegrarme la noche –la digo- Y cualquier cosa tienes mi número, para lo que quieras.

-¿Para lo qué quiera? No sabes lo que has dicho –dice riéndose-

-Miedo me das, pero ya no hay vuelta atrás – me rio siguiéndola el juego-

– Bueno ten cuidado –me dice y se acerca a mí-

-Y tú, avísame cuando llegues- la abraza y la doy dos besos-

-Está bien te escribo –me dice- Adiós, buenas noches –se despide de mi-

-Adiós, ten cuidado y descansa anda –la guiña un ojo y me quedo donde estoy mirándola mientras se va, hasta que ya veo que llega a la esquina y decido irme-

Voy por las calles contento, la noche ha estado bien, tranquila bebiendo con mis colegas, y por supuesto con ella. He podido conocerla un poco más, apenas sabía de ella pero he descubierto que me gusta como es, más de lo que había imaginado. Aparte de ser guapa, y de su bonita sonrisa, también he podido darme cuenta de sus gestos cuando habla, de su manera de reír. No hemos llegado a hablar de más, pero me he sentido muy a gusto, y por el momento no busco nada más, aunque tengo que admitir que me atrae bastante.

No me voy tranquilo, tenía que haberla dejado en la puerta de su casa, eso de que alguien la siga no me gusta nada, podría ser ese tío, Oscar creo que se llama, pero ¿y si es otra persona? No lo pienso más y me doy la vuelta, debería de haberme ido, seguido mi camino, pero no, me volví y fui en dirección por donde había venido.

En el camino no vi nada raro, simplemente me estaba arrepintiendo por ser tan tonto, claro que ella estaría bien y en su casa, pero no iba a quedarme tranquilo lo sabía. Cuando ya estoy llegando a su casa me parece ver a alguien detrás de un coche, me acerco para ver bien y a la que me estoy aproximando veo que ese alguien sale corriendo. Le sigo, no sé porque la verdad, pero le persigo, hasta que ya no puedo más, voy bebido y esa persona corre muy rápido, no sé quien será pero no me da buena espina.

Lo primero que hago mientras me voy a mi casa, es coger el móvil para escribir a Helena, pero cuando lo cojo veo que no tiene batería. Ando lo más deprisa que puedo para llegar lo antes posible y ver si ella está bien. Subo hasta los escalones de dos en dos o tres, ya no lo sé, casi me caigo y todo. Y mi sorpresa es cuando entro y veo que hay alguien tirado en el sofá, me acerco y es Jorge, madre mía sí que hemos pillado una buena.

Estoy en mi cuarto y pongo a cargar el móvil, me voy quitando la ropa y me pongo cómodo, cuando consigo que se encienda veo que tengo un mensaje de Helena, me dice que ha llegado bien, pero que está nerviosa pues alguien le ha seguido y esta vez no cree que hayan sido imaginaciones suyas, no ha reconocido la persona, pero escuchó una risa y sus paso, además que vio a alguien detrás de ella. Me desea buenas noches y que le avise cuando llegue. La contesto y la digo que yo también he llegado, que duerma bien y que mañana hablamos, ahora sí que me preocupa este tema, yo también vi a alguien en su calle.

Me despierto con un dolor de cabeza terrible, Charly en mi cama lamiendo mi cara y yo acordándome de que debería beber menos. Salgo de la cama y voy al baño, antes de nada necesito una merecida ducha, doy asco literalmente. En cuanto salgo y me visto, salgo de mi cuarto y veo que mi amigo Jorge ya no está, seguro que mi perro le ha despertado y me rio para mis adentros. Cojo la correa y saco a Charly a la calle, aprovecho y me despejo un poco, por inercia paso por la calle de Helena, y veo que no hay nadie.

Llegamos a casa y me tomo un café y algo para la cabeza, mientras me vibra el móvil, es ella contestándome, me dice que vale que hablamos sin problema. La escribo sin pensar y la digo que podríamos vernos esta tarde y tomar algo tranquilos, así me puede contar lo que pasó mejor.

– Ey –escucho que me dice Iván, le miro y se nota que se acaba de despertar-

-Hola tío, ¿hoy curras? –le contesto-

– No hoy no me toca, pero tengo que hacer algunas cosas –me dice mientras va al baño-

Yo sigo a lo mío, me tomo el café mientras veo la televisión, no echan nada especial, tampoco espero mucho son las 11.30 de la mañana. Pongo un canal de una serie policiaca, tipo CSI y la veo un rato. En la pantalla de mi móvil veo que me ha vuelto a contestar, lo cojo y lo leo, me dice que vale que luego nos vemos, y le diga el sitio. La contesto y la digo un sitio que conozco que es tranquilo, y que paso a buscarla a eso de las seis. Me contesta rápido, estáconforme y me dice que luego hablamos, se va a comer donde su abuela.  La digo que disfrute, que luego la veo y hablamos.

Después de comer y sacar a Charly a la calle, me doy una buena ducha. Me pongo unos vaqueros negros, y una camiseta blanca básica, siempre visto igual, del negro y blanco no paso. Me peino, me pongo un poco de perfume cojo unas cuantas cosas y me voy.

Estoy de camino con mi música puesta, cuando ya estoy llegando a la cafetería donde he quedado con ella, la veo que está allí acaba de llegar y aligero el paso.Está mirando por la cristalera del local desde fuera, veo que lleva un vestido rojo de flores pequeñas, es un poco corto pero no demasiado, por encima de las rodillas. Esta guapa con su pelo suelto, lo tiene bastante largo y bonito. Me pongo a su lado y me mira sorprendida, sonreímos los dos y nos damos dos besos

– Hola –me dice-

– Hola ¿Qué tal estas? –la contesto-

– Bien, bueno un poco más tranquila –me contesta ella-

– Venga entramos y me cuentas –le digo abriendo la puerta del bar para que pase y ella entra dentro-

Nos dirigimos a una mesa del fondo que está justo en la cristalera, nos sentamos y empezamos a mirar la carta, tienen muchos tipos de cafés y refrescos, también tienen para elegir comida. Estamos mirando que vamos a tomar, aunque yo seguramente me come una cerveza, pero veo que ella está un poco indecisa, está en la sección de los batidos.

-¿No te decides? –la digo mirándola-

-No, estoy entre dos, ¿tú ya sabes lo que vas a tomar? –me contesta-

-A ver déjame, ¿cuáles son? –la digo mirando la carta y ella me señala un batido de chocolate con avellana y otro de vainilla con nata- Mira yo me pido el de vainilla y tú el otro –me mira con sorpresa- Hazme caso –la guiño un ojo-

-Está bien –responde al fin- Y de comer nada, de momento no tengo hambre.

-Vale pues ya está, voy a pedirlo dame un momento –la digo levantándome y me dirijo a la barra-

No hay nadie esperando, por lo que me atienden enseguida y pido los batidos, y aunque no ha querido nada para comer pido un trozo de bizcocho que hay de limón para compartir, me lo sirven en una bandeja, pago y voy a la mesa.

Ya estoy aquí –dejo la bandeja, reparto los batidos y dejo el bizcocho en medio- Esto para los dos, ¿te apetece? Mira que buena pinta tiene

-Puf no hace falta decirlo –dice y se relame el labio- Todo tiene buena pinta –sonríe-

-Pues vamos a ver si esta igual de sabor –digo y pruebo el batido – increíble, nunca he tomado uno igual

-Tienes razón está de vicio –dice cuando prueba el suyo- ¿Quieres probar?

-Venga vale, pero tú pruebas también el mío –se lo ofrezco y nos intercambiamos los batidos para probarlos- este también esta increíble

-Y este, no entiendo como no he venido antes aquí – me dice y se ríe-

-Es pecado –rio y nos devolvemos nuestros batidos- Ahora el bizcocho, prueba tú primero y me dices –la digo mirándola-

-Está bien –coge un trozo con el tenedor y se lo mete a la boca-

-No digas nada, por tu cara puedo apreciar que te ha gustado –la digo sonriendo y cojo un trozo con el otro tenedor-

-A ti también te gusta eh –dice y sonríe-

-Está muy bueno, pero ahora cuéntame que te pasó ayer – la digo y cambia un poco su expresión-

-Cuando ya llegaba a casa, nada más pasar la esquina empecé a sentir otra vez como que alguien me seguía, intente no darle importancia, pero esta vez era diferente. Había alguien detrás, escuche pasos, una risa, vi a alguien aunque no pude apreciar quien era, pues estaba oscuro. Fui rápido hasta mi casa, estaba asustada la verdad. No pasó nada, quizá fue una broma pero no me gustó nada. –hace una pausa y me mira-  ¿Tú crees que es mi ex?

-No sé, pero puede ser. Fue mi culpa, te deje irte sola a casa, se que era poco tramo pero mira, a lo mejor si hubiera ido contigo… no sé –me quede pensativo – Te voy a contar algo, pero no me tomes por loco. AL rato volví a dónde vives, no me quedé tranquilo y quería ver si había alguien. Cuando llegué a tu calle, vi a alguien agachado detrás de un coche, pero cuando me acerque salió corriendo. Yo le perseguí pero iba bebido, y el corría muy rápido, no le cogí ni se quién es. Pero había alguien Helena, y ya no sé si es broma o no, pero no me gusta nada.

-¿Enserio viniste? –me pregunta sorprendida-

-Sí –sonrío-

-Gracias –me devuelve la sonrisa- No sé qué hacer.

-No te preocupes pensaremos algo –la digo y la cojo la mano para tranquilizarla-Sabes que lo que necesites aquí estoy.

-Gracias de verdad –me dice ella-

-Venga termínatelo que te voy a llevar a otro sitio –la guiño un ojo-

Cuando ya nos hemos acabado lo que quedaba, nos vamos de allí, quiero llevarla a un sitio que me gusta y me relaja mucho, siempre que puedo voy alguna vez solo o con mi perro, a pocas personas he llevado allí. Es un parque no muy grande pero si lo bastante para pasear o sentarte y poder ver arboles altos, pájaros, el cielo.

Llegamos a la entrada y ella ya tiene una sonrisa en la cara, hay flores y muchos árboles, no hay mucha gente. Vamos paseando por un camino que hay, la voy contando que a veces voy allí, me tumbo en el césped y me pongo música. Se la ve entusiasmada y feliz, vemos las flores que hay y hasta encontramos una ardilla pero se va enseguida.

-Me encanta este sitio –me dice sonriendo-

-Normal, no es mucha cosa pero como que te relaja ver un poco de naturaleza –la digo-

-Si la verdad que sí, ¿vamos allí?-me señala un banco que hay debajo de un enorme árbol con flores-

-Venga vamos antes de que nos lo quiten – y nos podemos a correr hasta el banco entre risas-

-Es precioso –me dice mirando todo- ¿cómo lo descubriste?

-Suelo salir a correr o sacar a mi perro, un día empezamos a correr y me llamo la atención, entre y desde entonces vengo mucho aquí a Charly también me gusta –me rio-

-No me extraña –ríe ella también- A ver si me lo presentas algún día

-¿A mi perro? No porque si no me dejaras de lado y le preferirás a él como compañía, suele pasar –me rio y ella se ríe también-

La hablo un poco de Charly y ella me escucha, quedamos en que se lo presentaré, dice que le gustan mucho los animales y que tiene dos gatos. Después empieza a hablarme de su abuela, lo hace con tanto cariño que se nota que la quiere, ojalá mis abuelos estuvieran aquí. La observo como gesticula, su manera de hablar, su sonrisa, todo su entusiasmo, me quedo embobado. Esta tan contenta que se acerca más a mí y empieza a tocarme sin querer, pequeños gestos como cogerme el brazo, darme en el hombro. Y yo sonrío como un tonto, no sé qué me pasa, bueno si lo sé, estoy muy cómodo con ella y me atrae, no voy a negarlo.

No quiero cagarla, pero en el momento que ella se queda callada y nos miramos los dos, veo que es mi oportunidad, me apetece mucho y empiezo a acercarme a ella, estoy a unos escasos centímetros de su cara, la recojo detrás de la oreja el mechón de pelo que le cae a la cara, la acaricio la cara y después los dos acercamos nuestras bocas, hasta que surge un beso, bonito y breve. Cuando creo que la he cagado y me voy a apartar para disculparme, ella coge mi cara para acercarse de nuevo y me besa, pero este beso dura más, es suave, como ella.

-Me encantan tus ojos –me dice cuando ya nos hemos separado un poco-

-A mi tú sonrisa –la digo sin pensar y sonreímos-

-Ahí esta esa sonrisa –digo mirándola y ella se ríe-

-La tuya tampoco está nada mal –me dice y me saca la lengua-

-Mejor guarda esa lengua –la digo riendo-

-Si no ¿qué? –me reta ella-

-Mejor no lo quieras saber –la sigo el juego y de repente escucho un ruido detrás del árbol, me levanto-

Helena me mira, se ve que también lo ha escuchado, ahora no se escucha nada. Voy a ir a ver si hay alguien detrás y veo a una persona salir corriendo en sentido contrario. Me voy detrás corriendo, pero con tanto árbol le pierdo, no lo encuentro y me vuelvo rápido no quiero dejarla sola allí. Cuando llego a nuestro sitio veo que está levantada, no me gusta nada su cara, tiene un móvil en las manos y me mira.

-No es posible –es lo único que me dice-

Capítulo 9 – Helena

Después de pasar  la noche con mis amigas Bárbara y Sofía, le cuento a esta última lo que me ha pasado con Oscar incluido lo de Izan y demás, ella se queda flipando y por un momento deja de pensar en sus problemas. Además hablamos de lo que hemos visto hace poco en la calle, bueno de a quien hemos visto, a él y Claudia besándose ahí en medio, sin más.

A la mañana siguiente tenemos examen, nos vamos a la uni primero a repasar y luego a acabar con nuestro penúltimo examen. Salimos bastante contentas, no ha ido mal, y vamos a la cafetería de enfrente, nos ha escrito José que esta con Elsa y Sofía.

Entramos y nos sentamos con ellos, nos ponemos al día y les cuento lo mío con Oscar, como es de esperar flipan igual que todos, y le ponen a parir. Después comenzamos a hablar de otras cosas, y Sofía decide contarles a José y Elsa lo que le pasó.

– Vete de ahí Sofi –le dice José-

– No es tan fácil –suspira ella- No sé que voy a hacer, intentaré evitarle.

– De momento es lo mejor –la digo- Encontraremos una solución.

– Pensaremos que hacer en cuanto acaben los exámenes –dice Bárbara- Y sino como dice José te vas, y nosotros te acogemos.

– Ojalá chicos, muchas gracias –dice ella- Espero arreglarlo de alguna forma, sino ya veremos.

– Sino, te vienes conmigo –interviene Elsa- Tengo sitio –la sonríe-

– Ala, pan B solucionado –dice Bárbara entusiasmada y todos reímos-

Salgo de allí y me voy a casa, dejo allí a mis amigos, yo tengo cosas que hacer, como estudiar y echarme un rato, no he dormido muy bien y lo necesito. Voy caminando por la calle tranquilamente, pensando en lo que tengo que hacer, se me han olvidado los cascos por lo que no me pongo la música. Estoy ya casi llegando, me giro porque tengo la sensación desde hace un rato de que me siguen, siento como que viene alguien detrás una sensación extraña, pero no veo nadie puede que sea cosa mía del cansancio.

El resto del día después de echarme un rato me quedo estudiando, me cuesta un poco concentrarme, tengo muchas cosas en mi cabeza, entre ellas ese chico que ha entrado en mi vida, aunque poco se de él pero me llama mucho la atención, como me protegió el otro día, la manera de mirarme. Debería estar jodida por lo que ha sucedido con Oscar,  aunque estoy mal el odio que tengo hacía él ahora mismo es más grande, junto con la rabia.

Pasan los días sin novedades, estudiar ha sido mi prioridad, estudiar en casa y con mis amigos, como siempre. Si que algún día he tenido la sensación de que alguien iba detrás de mí, pero luego no he visto a nadie. No me gusta nada, pero tampoco me quiero poner paranoica, por lo que no he dicho nada, solo se lo comente un día a Bárbara y tampoco le dio importancia.

No he vuelto a ver ni a Oscar ni a Izan, tampoco he tenido ocasión pero siempre que estábamos en la cafetería de la uni miraba por la ventana, y yo se que en el fondo esperaba que apareciera por la puerta, pero no he dicho nada.

Llega el viernes y como no él último examen, estoy nerviosa y contenta a la vez, hemos quedado con los demás para comer después y ya estoy deseando que pasé el tiempo. Cuando salimos del examen miro a mi amiga y veo que esta sonriendo, y me doy cuenta entonces que ya hemos acabado.

Llegamos al restaurante donde hemos quedado y vemos que José y Elsa ya están allí, y justo cuando vamos a la mesa por detrás siento que alguien me coge y en ese momento casi me da un infarto.

-Chicas-nos dice Sofía de repente y a mi se me cambia la cara-

-Que susto joder-la digo con la mano en el pecho-

-Lo siento, es que os vi vine corriendo-nos dice-

-Venga vamos a la mesa –dice Bárbara y nos sentamos con los demás-

-Hola guapas –dice José sonriendo- Ya libres de exámenes –dice contento-

-Si por fin –decimos Elsa y yo a la vez y nos reímos-

-¿Qué tal todo? –nos pregunta Elsa- ¿Ya tenemos sitio para mañana? –refiriéndose a la supuesta fiestas de Víctor y compañía-

-Si claro, en el bar de un amigo –contesta Bárbara- me dijo que sin problemas y me paso la dirección –dice sonriente-

-Uy uy, ¿Y Víctor qué? –pregunta José- A mí me cae bien, es buen tío.

-Si es majo la verdad –digo yo-

-La verdad que mira últimamente estamos hablando más, pero vamos no sé… –dice Bárbara- Lo que sea será –sonríe-

-Haces bien, lo que surja –dice Elsa-

Hablamos del sábado, no paramos de hablar emocionados por todo, contentos porque hemos acabado una etapa y empezamos otra nueva, brindamos por nosotros, por seguir juntos y por qué queda por venir. Y cuando ya nos dan las tantas después de comer, del postre, nos venimos arriba y pedimos una botella de chupitos, y así hasta que ya nos damos cuenta que tenemos que irnos o si no nos echaran, y salimos de allí.

Pero no acaba ahí vamos a casa de Elsa y allí seguimos la celebración, bebiendo, hablando, jugando, lo que se nos ocurre en el momento. Yo me lo paso tan bien que creo que es de los días más felices de mi vida, con mis amigos esos que están ahí siempre en las malas y las buenas, todos hemos conseguido sacar él curso, acabar la uni y estoy muy orgullosa.

Me despierto desorientada, no sé donde estoy pero cuando abro bien los ojos me acuerdo del día de ayer, y que nos quedamos aquí dormidos en casa de Elsa y que me duele un poco la cabeza, normal con lo que nos metimos para el cuerpo. Nos suele pasar mucho, pero ella está encantada de que nos quedemos, siempre lo ha dicho. Cojo mi móvil y veo una petición de amistad, anoche ni lo use. Me sorprendo cuando veo que es de un chico que se llama Izan, pues solo pienso en un chico con ese nombre, entro en su perfil y efectivamente es él, aunque no sube muchas fotos por lo que puedo observar, pero justamente hay una que me encanta. Le acepto, claro como no y también le sigo de vuelta, entro de nuevo para mirar su perfil, vamos para cotillear.

-Buenos días –me dice Bárbara bostezando-

-Buenos días marmota –le contesto –

-¿Qué miras tanto en el móvil?-me dice acercándose-

-Ah nada, solo… -me quedo pensativa pero al final se lo digo- que me ha seguido Izan.

-Anda ya, ¿enserio? –dice sonriendo-  Déjame verlo.

-Mira –le enseño el móvil y ella sonríe-

-Es guapo eh –me dice riéndose y la doy un codazo-

-Calla –la digo riéndome- si es guapo.

Nos quedamos ahí riéndonos y luego se unen los demás, desayunamos yo mi café como siempre, sino no soy persona y unas tostadas que nos hace José, luego cuando ya hemos recogido un poco la casa decidimos que ya nos vamos la nuestra, Elsa se tiene que ir a trabajar.

Como donde mi abuela con mis padres, ella es encantadora y la única de mis abuelos que siguen vivos, la quiero mucho siempre me dice que vaya allí que le gusta verme, la cuento mis cosas y ella siempre me escucha, y yo la pido que me cuente también ella sus cosas. Incluso me cuenta cosas de su vida, y yo me quedo escuchando, desde que era pequeña ha sido así, me leía siempre cuentos, o se los inventaba, se le da bien la imaginación, por ella es por quien me aficione a la lectura y la verdad que se lo agradezco, porque ahora me encanta.

-Mi niña, tú puedes hacer lo que te propongas en la vida – me dice mi abuela sonriendo- eres muy especial, ya lo sabes –y yo sonrió y la abrazo-

-Gracias abuela, eres la mejor-la digo- y la comida muy rica, ahora que tendré más tiempo vendré más  a verte.

-No te preocupes hija, que yo se que tenéis cosas que hacer –dice ella con una sonrisa- ven cuando tú puedas, que yo estoy encantada.

Mis padres se van porque tienen cosas que hacer, y yo me quedo un rato más allí con mi abuela quiero aprovechar el tiempo con ella, me da lástima cómo pasa el tiempo y ver que se hace mayor, me da pena no poder estar tanto tiempo con ella. Ponemos una película, y al final me quedo dormida en el sofá.

Ya ha llegado la hora de prepararse para la fiesta, estoy con Bárbara y Sofía que últimamente está más con nosotras por el panorama de su casa.  Después de cenar nos decidimos a mirar que nos ponemos, esta vez me apetece ir de negro, me decido por una falda de cuero negra, y una camiseta también negra. Mi amiga Bárbara también se decide por unos pantalones cortos negros y una camiseta blanca, y Sofía va de rojo con pantalones cortos. Las tres nos maquillamos, nos dejamos el pelo suelto y un rato después estamos listas para irnos.

Esta vez vamos nosotras tres antes que José y Elsa, como ella ha tenido que trabajar hoy tiene que ir a prepararse y todo,  mi amigo la acompaña para que no vaya sola. Vamos por la calle contentas, riéndonos haciendo el tonto, nos hacemos alguna foto.

-¿Os imagináis que aparece Oscar? –dice Bárbara- esta vez le pego yo –y nos reímos todas-

-Calle que sigo cabreada, bueno no es la palabra pero ya entiendes –la digo- no me apetece verlo ni hoy ni nunca, la verdad.

-Suerte que no haya querido ponerse en contacto contigo –dice Sofía-

-Mejor así, sabe lo que hay –dice Bárbara-

-Mirar chicas –señalo el local- es ahí.

-Vamos que ya está aquí la fiesta – dice Bárbara contenta y vamos hacía allí-

En cuanto entramos veo que hay ya gente, más de la que pensaba pero está bien, veo que hay luces y hay buen ambiente. De camino a la barra veo que están los chicos, y me quedo mirando al que está de espaldas, por lo que puedo intuir por los tatuajes es Izan.  El se gira y se me queda mirando, y nos sonreímos.

– Hola chicos –dice mi amiga Bárbara y luego Sofía y yo a la vez –

– Ey –dice Diego – ¿Queréis algo?

– Pues claro que quieren – dice Víctor-Hola guapas –nos saluda y nos da dos besos-

-Hola –nos saluda Izan y nos guiña un ojo, aunque veo que se queda mirándome-

Iván nos sirve las copas, y al rato aparece su amigo Jorge y se une al grupo, nos echamos unas risas todos y  luego decidimos irnos a bailar mis amigas y yo. Los chicos se quedan hablando, y nosotras lo damos todo bailando, me siento bastante bien y de momento va bien la noche, a veces miro hacia la barra pero sé que lo hago solo para ver si me mira, y para verle.

Al rato aparece José y Elsa, vemos que están en la barra con los chicos y luego vienen con nosotros a bailar, me dejo llevar, disfruto de la música que no es mala y del momento. Bailamos y bebemos, nos dispersamos un poco, me quedo con José y Sofía, Elsa y Bárbara desaparecen.

-Chicos salgo un momento que me dé el aire, así también veo donde están las chicas- les digo a mis amigos-

-Vale aquí estaremos –me dice Sofía y José asiente-

Al irme veo a Elsa en la barra hablando con alguno de los chicos, pero no está Bárbara, decido salir a la calle pues también necesito que me dé el aire. Cuando estoy a punto de salir me choco con alguien, levanto la cabeza y es Izan, me mira y sonríe.

-Hola –le digo-

-Hola otra vez –sonríe- ¿Vas a salir?– asiento y salimos los dos a la calle, se saca un cigarro y se pone a fumar-

-Oye sabes que fumar es malo –le digo-

-Bueno de algo hay que morir ¿no? –me dice- Eso suele decir la gente –ríe-

-Eso no hace gracia –le digo- además está muy dicho, búscate otra frase.

-Debería –sonríe- ¿Ya te has cansado de bailar? –me dice-

-Un poco, necesitaba aire y no encuentro a mi amiga Bárbara –le digo y él se ríe un poco- ¿Qué te hace gracia?

-Nada, nada –me dice sonriendo- que tu amiga seguro que se lo está pasando muy bien.

-Oye ¿qué pasa?-le digo sin entender lo que me dice-

-Nada tranquila, creo que esta con Víctor – me dice- tampoco lo encuentro

-Bueno en ese caso estoy tranquila – rio y él se ríe conmigo, me puedo imaginar que hacen esos dos-

Me quedo mirando al cielo, a su lado apoyada en la pared, me siento contenta un poco bebida pero bien, siento que me está mirando, pero ninguno de los dos decimos nada más. Al final me atrevo a hablar, no me incomoda estar así con él, pero se me viene a la cabeza lo que paso con su hermano.

– ¿Cómo está tu hermano? –le digo mirándole-

– Bien, está bien –me dice sorprendido- Gracias.

– No sé porque me las das, pero no hace falta–le digo-

– Por preguntar-me dice mirándome- ¿Y tú como estas?

– Bien ahora mismo, bien –sonrió- ¿Y tú?

– Ahora bien –sonríe- ¿Has vuelto a verle?

– No –le digo sin pensar, se a quien se refiere- Y prefiero no hacerlo –me mira y va a decirme algo más cuando escucho una voz que viene de dentro-

– Holaaa –dice José bastante bebido –

– Si que lo estas celebrando bien eh –le digo riéndome-

– Estoy en mi mejor momento –me dice riéndose- Vamos a bailar – y me coge para bailar y le sigo un poco el juego-

– Venga ya José –le paro riéndome y se da cuenta quien está conmigo-

– Anda si esta aquí nuestro amigo de los tatuajes –le da en el hombro- ¿Todo bien?

– Perfectamente – le contesta Izan- Bueno yo entro ya.

– Oye ¿no habré interrumpido algo? – le dice José-

No contestamos porque justo escuchamos el ruido de una moto aproximándose a nosotros, y cuando se para y veo quien va en ella me quedo sorprendida. No porque no me lo esperara sino que viéndolos ahora hacen una pareja increíble, y no me había dado cuenta antes.

– ¿Nos estabais esperando? –dice Víctor con gracia-

– Si claro, a vosotros – le contesta Izan dándole de broma en la cara mientras se ríe-

– Oye Helena –dice Bárbara mirándome- ¿Te importa si me voy con él?

-¿Enserio me lo estas preguntando? –la digo- Pues claro que no tonta –la digo sonriendo-

-Me da cosa dejarte, sobretodo que luego vayas sola – me dice-

– Que no pasa nada, además sabes que siempre me acompañan aunque sea un poco –la digo- Tu vete y pásalo bien – sonreímos y me abraza-

-Oye chicas yo también quiero – dice José abrazándonos- ¿Ha pasado algo? – nos reímos-

-Todo bien, y tú deja de beber que me tienes que cuidar a las chicas – le dice Bárbara-

-No quiero interrumpir –dice Víctor que estaba más apartado con Izan- ¿Todo bien?

– Si todo bien -le digo y le guiño un ojo-

-Pues vamos chica mala – dice mirando a mi amiga y ella le pega de broma-

-Calla motero que eres un prisas – dice ella y mira a Izan- Tú amigo espero que cuide de mis chicas –dice refiriéndose a él-

-¿Te refieres a mi? –le dice Izan- Están en buenas manos – le guiña el ojo-

-Espero que no me hagas entrar a hablar con los demás –le contesta mi amiga-

-Tranquila que yo creo que estamos todos igual –ríe- O quizá mejor que tú amigo –señala a José apoyado a mí-

-Cuidadito conmigo que estoy lo mejor que puedo – dice José y nos reímos-

– Os podéis ir ya –dice Izan y me abrazo con Bárbara y la deseo buena noche-

– Pasarlo bien y no bebáis mucho – dice Víctor montándose en la moto-

Bárbara se sube en la moto y se colocan el casco, se agarra a Víctor y  este arranca la moto, nos despedimos mientras se van calle abajo, y ahí nos quedamos viendo la moto desaparecer. Me doy cuenta que José ya no está a mi lado, seguro ha entrado dentro, ya va un poco mal y me da a mí que va a acabar peor.

– Bueno pues ya se han ido –digo en alto- 

– Si –me dice Izan- Venga vamos dentro que te invito a otra –me sonríe –

-Vale –sonrío y entramos dentro-

Una vez dentro vamos a la barra en un hueco que vemos libre, no me acordaba que hubiera tanta gente. Veo que un poco más allá están Sofía y Elsa con alguno chicos, y sonrió por inercia.

– ¿Qué quieres? –me pregunta Izan-

-Emmm… Quiero Ron con Coca-Cola – le contesto y él lo pide-

– ¿Te gusta la música? –me pregunta-

– ¿La que suena ahora mismo? –suena No Promises de Demi Lovato- Si me gusta –sonrió-

– No es por tirarme flores pero yo soy el dj –me dice sonriendo-

– Tienes buen gusto no lo voy a negar – sonrío y nos traen las copas-

– Me lo dicen mucho – dice riendo- ¿Qué música te gusta?

– Pues de todo un poco, depende el momento –le digo- ¿A ti?

– A mi sobretodo música electrónica y Rock –me contesta-

– ¿Y que más te gusta a parte de la música? –le pregunto interesada-

– Salir a correr, los coches, los tatuajes aunque es obvio ¿no?–se ríe- ¿Y a ti?

– A mi leer, ver películas  y quedar con las chicas –le contesto- Aunque luego me dejen tirada, es broma –rio-

– Luego te acompaño yo, no te preocupes – me dice-

– No lo he dicho por eso –le digo- no pasa nada.

– Ya, pero yo quiero acompañarte hay mucho loco suelto – me dice-

– Ni que lo digas, últimamente siento como que me siguen o no sé –le contesto y le cuento lo que me pasa a veces, ese presentimiento – seguro que  son cosas mías, pero ya son varias veces, no sé…

– Y si fuera así, ¿Quién crees que pudiera seguirte? –me dice él-

-No sé, alguna vez he pensado en Oscar, pero no he visto a nadie –le contesto-

– No es ninguna tontería, ten cuidado porque puede ser –me dice preocupado- no le conozco pero el otro día no me gusto nada –me mira-

– Ya, a mí tampoco me gusto, sinceramente nunca me había pasado nada parecido con él, es como si no le conociera –le digo- se que esta con esa chica, los vi en la calle liándose. Pero no quiero volver a verle, no puedo ni quiero tenerle en frente.

– No te preocupes, hacemos una cosa yo te acompaño luego y te voy a dar mi número por si necesitas llamarme o algo en algún momento, no importa la hora ni nada, si necesitas cualquier cosa llámame –me dice y yo asiento y le doy el móvil para que lo apunte-

-Gracias –le digo y sonrío-

-No las des –me guiña un ojo y sonríe-

Estamos un rato más en el bar, hablamos nosotros y le voy conociendo un poco más, al rato nos juntamos con el resto, cuando vemos que ya es tarde nos vamos. Elsa, Sofía y José se van a casa de la primera, y algunos de los amigos de Izan se quedan un poco más. Él y yo nos vamos, la verdad me siento más segura si me acompaña, no lo voy a negar.

Vamos los dos hablando y hablando, ya que cuando bebo me suelto mucho y no paro de hablar, y él parece cómodo. Cuando llegamos casi a la esquina de mi calle le digo que ya voy sola, pues ya queda un tramo muy corto y el tiene un camino hasta llegar a la suya. Me ha contado que ahora vive con su amigo Iván, porque ha tenido movida con sus padres y que está mejor así.

-¿Segura? No me importa acompañarte más –me dice-

– Segurísima –le contesto – Muchas gracias por acompañarme y por la noche, me lo he pasado muy bien –le digo sonriendo-

– Y yo, gracias a ti también por alegrarme la noche –me contesta- Y cualquier cosa tienes mi número, para lo que quieras.

-¿Para lo qué quiera? No sabes lo que has dicho –le digo riéndome-

-Miedo me das, pero ya no hay vuelta atrás – se ríe-

– Bueno ten cuidado –le digo y me acerco para despedirme-

-Y tú, avísame cuando llegues- me abraza y me da dos besos-

-Está bien te escribo –le digo- Adiós, buenas noches –me despido de él-

-Adiós, ten cuidado y descansa anda –me guiña un ojo y se queda ahí parado mientras me voy, hasta que decide irse cuando ya estoy llegando a mi esquina-

Entonces en ese momento siento una presencia, miro atrás y no veo nada, sigo andando y escucho un ruido, un silbido. Sigo andando sin hacer caso, puede ser cualquiera, y escucho pasos detrás de mí, sigo andando más rápido, miro atrás y veo a alguien pero no distingo quien es. Estoy casi llegando a mi casa, angustiada y corriendo con los malditos tacones. Llego a la puerta y saco las llaves lo más rápido que puedo, pero se me caen con los nervios, las recojo y busco la llave, la encuentro y escucho una risa, hasta que consigo abrir la puerta y meterme dentro. Estoy asustada, no sé quién es, o si es una broma pesada, pero no me da buena espina, y si es Oscar que me quiere joder por todo lo que ha pasado, no lo tengo claro pero tengo que averiguarlo.

novela de amor
novela de amor